Con el doloroso grito de Capella sirviendo como música de fondo, los dos espadachines quienes se habían mantenido callados y quietos, repentinamente saltaron a gran velocidad en dirección al grupo de Subaru.
_Wilhelm: ¡No pasaran!
_Garfiel: ¡Ni lo sueñen!
En ese momento, Garfiel y Wilhelm gritaron.
Wilhelm voló directo hacia la espadachina, mientras que Garfiel bloqueó las espadas del gigante con sus propios escudos gemelos.
_Mujer: —
_Wilhelm: ¡No huyas, permíteme verificarlo!
Mientras ella se empezaba a retirar después de recibir su primer ataque, Wilhelm la cortó con un golpe repentino.
La gran habilidad del viejo espadachín era espectacular, la golpeó de arriba abajo con la violencia de una tormenta. La longitud de la espada de ella no era apta para acciones rápidas, lo cual reducía su capacidad de defensa mientras Wilhelm le provocaba rápidos golpes, uno tras otro.
Aun así, la mujer también demostraba ser temible. De forma inteligente esquivaba cualquier espadazo que fuera incapaz de bloquear, recobrando el equilibrio con tanta facilidad y suavidad que ni siquiera alteraría el flujo del agua en un río.
Con cada balanceo de su espada, se hacía más evidente de que el femenino cuerpo de la espadachina había nacido para utilizar esa misma espada.
Wilhelm era tan hábil que podía desafiar a la Ballena Blanca, pero la habilidad de la mujer era suficiente como para hacerlo retroceder.
_Wilhelm: ¡G-Gooah!
_Mujer: —
Emitiendo un rugido, con un impulso suave como la seda, la rotación de los cortes y espadazos de Wilhelm aumentaron de velocidad.
Aunque su cuerpo era viejo, su técnica aún era increíblemente perfecta. Sus movimientos con la espada demostraban la mismísima cúspide de la esgrima, y la mayoría de los espadachines jóvenes nunca alcanzarían ese nivel.
Su espada atravesaba el aire tan rápido como un destello, dispuesto a cortar a la mujer.
En silencio, la mujer soportaba cada uno de los golpes, manteniendo una resolución de acero.
Sin soltar una palabra, sin vacilar ni un momento; la mujer era como una muñeca cuyo único propósito era la batalla. La obediencia parecía haber sido tallada en esta chica que sólo blandía una espada.
Colisiones de acero contra acero resonaban en el aire como explosiones.
Sin embargo, la espada de la chica parecía ser muy ligera, mucho más ligera que la de Wilhelm.
La esgrima de cada uno de ellos era limpia y pura; sin destruir innecesariamente ninguna otra cosa aparte de sus respectivos objetivos.
Ellos dos se sumergieron de lleno en esta bella demostración de esgrima honorable.
_Wilhelm: ¡¡Oooah!!
_Mujer: —
Ellos dos mantuvieron su silenciosa batalla, en la que sus espadas únicamente podían ser vistas como meros destellos.
Éste era su gran duelo, y los intrusos no serían bien recibidos.
No muy lejos, otra batalla se estaba desarrollando.
_Garfiel: ¡¡Haaaaaaah!!
_Gigante: —
Rugiendo y flexionando sus músculos, Garfiel se lanzó con la fuerza de sus piernas, agrietando el suelo en el proceso, y arrancó la carne del oponente de un golpe.
Habiendo recibido un golpe en uno de sus ojos, el gigante contraatacó con otro golpe de vuelta, provocando un grito de dolor en Garfiel, quien vomitó sangre ante la sensación de sus vísceras aplastadas por una fuerza capaz incluso de romper los huesos.
A diferencia del elegante duelo que estaba sucediendo cerca de ellos, esta lucha era extremadamente violenta.
Aunque se podría considerar que el gigante era un espadachín, su estilo de lucha no daba la impresión de que lo fuera. Era irracional, como si fuera de estilo bárbaro o propio de una bestia sedienta de sangre.
_Garfiel: ¡¡Hah, ruaaah!!
De igual manera, Garfiel también peleaba sin elegancia.
El estilo de lucha de Garfiel era salvaje y primitivo. Debido a la influencia de Subaru, llamó a su estilo «Battle Shield Form del estilo Garfiel». Debido a que se apoyaba en su instinto, se trataba de una violencia absurda que solamente Garfiel podía desempeñar. Nadie más podría imitarlo.
Los violentos golpes de Garfiel encajaban a la perfección con su contrincante: el gigante.
Éste era un duelo salvaje de resistencia: el oponente que se cansara primero perdería. Por lo tanto, el éxito y la derrota eran increíblemente inciertas.
_Gigante: —
Aquellas enormes espadas eran tan pesadas, que un solo golpe directo seguramente podría romper el codo de Garfiel, pero estaba obligado a usar sus brazos para enfrentarlas.
Para contrarrestar la fuerza de las enormes espadas, Garfiel necesitaba usar sus escudos con decisión. Sosteniendo sus brazos diagonalmente, interceptó la mortífera espada haciéndola resbalar a lo largo del escudo para así poder desviar el ataque.
Aunque no usaba ninguna artimaña, los impredecibles movimientos del gigante no eran para tomárselos a la ligera. Sus golpes eran increíblemente directos y poderosos.
Algo así no podría ser resultado de únicamente talento; sin ninguna duda, el gigante había obtenido este poder dando millones de espadazos.
Sería imposible soportar un golpe directo de esas espadas, aun bloqueándolas.
Un sólo movimiento erróneo supondría que el gigante partiría el escudo plateado en dos junto con el cuerpo de Garfiel.
_Garfiel: ¡Deja… de joderme!
Garfiel estaba haciendo todo lo posible contra los ataques que propinaba el gigante con sus espadas.
De arriba abajo, de un lado a otro, y de abajo arriba; Garfiel desviaba todos los ataques. Pero entonces, desde una pequeña abertura, fue golpeado en el brazo, forzando a Garfiel a distanciarse.
Pero el mayor problema no eran sus dos poderosas manos que balanceaban las enormes espadas, sino los otros seis brazos del gigante.
La defensa de Garfiel podría romperse si el gigante añadiera un tercer ataque, y justo ahora el gigante había empezado a usar no solo dos, sino tres brazos para empuñar espadas.
Garfiel tenía ventaja en velocidad, pero la fuerza del gigante era muy superior.
Justo después de desviar esas enormes espadas, sus rodillas fueron pateadas y su mandíbula golpeada, provocando que su cabeza golpease de lleno contra el suelo. Para rematarlo, el gigante lanzó otros cuatro golpes más, pero Garfiel se recuperó mientras caía y logró bloquear el ataque a tiempo, hundiéndose sus pies en el suelo.
Sangre, huesos rotos y gritos dolorosos; todo eso estaba mezclado en este campo de batalla. Viendo a esos dos apasionados luchadores, Subaru era incapaz de interferir en ese duelo caótico.
_Subaru: …
Por un lado, el silencioso duelo de Wilhelm; y por el otro, la caótica lucha de Garfiel.
Subaru y Crusch contenían la respiración ante tales escenas, estaban tan conmocionados por el espíritu de lucha que ambos bandos mostraban que les resultaba imposible poder reaccionar para unirse a alguno de los dos combates que se estaban disputando en este campo de batalla.
Sin embargo, a diferencia de Subaru, que estaba tan absorto—
_Ricardo: Esto tiene mala pinta, tenemo' que hacer argo pronto.
—Ricardo, quien estuvo observando la magia de Julius, dio un paso al frente. Al ver eso, Subaru dijo «Sí» y comenzó a moverse; pero—
_Crusch: ¡SUBARU-SAMA!
_Ricardo: ¡AL SUELO!
—Subaru sintió un repentino tirón hacia abajo del cuello de su ropa ejecutado por Crusch. Ricardo se mantuvo al frente de los dos, protegiéndolos con un furioso rugido.
_Ricardo: ¡¡WA, HAAAAAHHH!!
La feroz onda de sonido hizo temblar la atmósfera, creando una fuerza invisible de destrucción.
Esta onda de sonido era como la que producían Mimi y sus hermanos, y que Subaru vio por primera vez cuando lucharon contra la Ballena Blanca. Era una habilidad de increíble poder que dañó notablemente a la Ballena, y ahora Ricardo la había ejecutado con todas sus fuerzas.
La onda de sonido golpeó una llama negra que había destruido la luz blanca del ataque de Julius.
Ante esa onda, la oscura llama se dispersó. La naturaleza de ese fuego era incluso más tenebrosa que su ardor. Todo lo que tocaba se convertía en cenizas, las cuales se esparcieron por todo el lugar.
Sin embargo, el verdadero terror de esas llamas dispersas era…
_Subaru: ¿Ese fuego… no se extingue?
Ceniza negra cayó al suelo, todavía ardiendo, sin nada que quemar. Las llamas continuaron ardiendo allá donde caían y comenzaron a esparcirse por todo el terreno.
Incluso las llamas que habían caído en la superficie del agua continuaban ardiendo.
Como si hubiera aceite en el agua, el fuego creció en altura, como si demostrara su superioridad.
_Ricardo: Nii-chan, ¿cuánto tiempo vas a quedarte de esa manera? Por cierto, ¿no deberías haber sido tú quien la protegiera?
_Julius: Subaru, lo mires como lo mires, que haya tenido que protegerte una mujer es…
Ricardo y Julius asestaron palabras desalentadoras a Subaru, quien aún estaba recuperándose del miedo que tenía al fuego disperso. Desde su punto de vista, Subaru estaba tirado en el suelo, justo debajo de Crusch, quien lo había protegido de cualquier daño.
_Subaru: ¡Soy patético!
_Crusch: Me alegra que esté ileso. Tranquilo, no diré nada de esto a Ferris o Emilia-sama.
_Subaru: ¡Me siento aún más avergonzado de sentirme aliviado de oír eso!
Crusch le ayudó a ponerse de pie, añadiendo otro punto de vergüenza a Subaru.