—Blake captó la indirecta y levantó a Sei en el aire, la cual instintivamente abrazó su cuerpo envolviéndolo con sus brazos y piernas mientras seguían besándose. Luego la llevó a la cama, donde la acostó suavemente y le quitó los pantalones cortos y la ropa interior, dejando al descubierto su jardín secreto, que al igual que el de otras razas, no tenía vello. Empezó a preguntarse por qué sólo los humanos parecían tener pelo allí.
Su mano se deslizó por el muslo de ella y comenzó a masajear su intocada vagina, haciendo que Sei gritara: «¡Nyaaa! ¡Nya! ¡Nya! ¡Nya!».
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