Después de haber tenido que luchar contra oleadas de Enmascarados durante el comienzo de su ataque, ahora se sentía extraño no encontrar ninguno. La falta de enemigos no calmó sus mentes, si acaso los puso aún más en alerta.
Había dos posibilidades que el Grupo Maldito había planteado acerca de por qué este era el caso. Una de ellas era que los Enmascarados ya no estaban interesados en ellos, probablemente ocupados tratando de someter a la bestia de nivel Demonio ahora que estaba de vuelta en el suelo. Después de todo, ese siempre había sido su objetivo principal.
La segunda teoría era que Raten estaba haciendo un trabajo mucho mejor de lo que cualquiera de ellos hubiera esperado, tan bien que ni un solo Enmascarado había logrado pasar por él.
Cualquiera que fuera, les había permitido llegar al Templo en un tiempo razonable. No había bestias ni Enmascarados afuera, solo una pequeña persona de pie allí para recibirlos.
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