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La ultima guerra

El poder lo hizo ser invencible, su amor a las almas indefensas lo llevó a ser uno de los Gobernadores más amados de todos, el concepto de la destrucción era lo que dominaba pero la paz era su primer nombre. Némesis era el familiar que todos queríamos hasta que un día, esa familia que Némesis amó, dejó de existir por culpa de aquellos quienes amó, a los Gobernadores de la mitología Nórdica y Griega. No sabía porqué todos lo traicionarían de la peor forma que les hizo hasta que vió dentro de sus seres una impureza que lo dejó furioso: El Pecado mancillaba en las almas de aquellos quienes dicen ser Dioses Puros.

DJMANGAKA · Võ hiệp
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48 Chs

4 parte 9

Entre la oscuridad gritos desgarradores de Imox escuchabamos, cuando Némesis abrió sus ojos él estaba corriendo en dirección donde posiblemente haya ido su compañero. Aún sus gritos se escuchaban, estaba pidiendo desesperadamente la ayuda de Némesis que él solo no podía hacer nada más que escuchar y correr.

Ya llebava minutos corriendo en varias direcciones, ese orco no tiene compasión con Imox que con un cuchillo sin filo estaba desgarrando la espalda de Imox que estaba en el suelo.

El Orco estaba más que entretenido, mirando con locura como es que la carne era lentamente cortada por la hoja sin filo de este cuchillo que encontró ahí entre los aventuteros asesinados del Gremio Olmeca.

Y detras suyo se encontraban cientos de orcos que tenían callados a los aventureros que anteriormente se habían mencionado estando totalmente heridos.

El orco estaba más que placentero de esto, le satisfacía ver a su presa gritar con desesperación que lo matara o ese tal Némesis lo salvase de su tortura.

—Ese humano se tardará en encontrarnos, ¿porqué no lo traigo aquí para jugar un poco con él? —este sonrió y chupó un poco de la sangre del cuerpo de Imox que se puso realmente furioso por mencionar al chico— ¡Deja en paz al puto chico! ¡Déjalo ir puta madre!

—¿Qué es ese insulto, humano? ¿Siempre ustedes dicen esas groserias entre ustedes como si fuera solamente diversión? ¿Así son ustedes? —tenía curiosidad hasta que Imox respondió aún con más groserías— ¡Vas y chingas a tu puta madreeee!

Pero un hueso se tronó, era de su brazo derecho que al verlo estaba fracturado: —¡Aaaahhhhh! —no pudo contener ese dolor y solo gritó a lo que el orco, irritado dijo: —Creo entender porqué mencionas a la madre en esto.

>Usas a las hembras madre como sí fuera un escudo y la culpas de tus acciones estúpidas que haces —le rompe un hueso siendo el de las piernas.

El dolor fue tal que Imox se ahogó en su propio grito que casi se iba a desmayar. Imox ya no quería estar así, quería morirse, quería estar inconsciente pero de alguna manera su mente le negaba que se quedara inconsciente por alguna razón desconocida.

Quería cerrar sus ojos pero sintió que algo se metió en la parte de su torso, el orco enterró su dedo en su caja torasica y comenzó a rascar alguna parte interna del cuerpo humano que eso era lo más desgarrador que un humano puede sentir en su interior.

Las lágrimas no faltaron y por ello estaba llorando a cantaros que incluso sus mocos y la sangre se les salía por la nariz. Realmente se estaba devastando mentalmente.

Con Némesis, él no lo haya por ninguna parte la esencia que se supone debía de dejar Imox pero por lo que ve es que posiblemente él este lejos de su ubicación.

"—¿Donde?... ¿Donde madres estas?"

Es inevitable que Imox siga estando en esa tortura, lo único que podía hacer era correr a una dirección aleatoria y listo. Némesis perdió su paciencia y fue directo a un lugar que era visible gracias a las antorchas que estaban encendidas y colgadas en su lugar.

"—De tantos sitios que puedo ver más alla con esta habilidad es el más iluminado de todo este lugar tan gigantesco."

Duró un tiempo en llegar, y logró ver qué aquí hay algo de esencia de Imox que dejó a su paso. Fue en dirección a donde guiaba la verdadera presencia del chico que estaba siendo torturado por ese orco. Pero al llegar en un sitio oscuro ahí fue que lo encontró.

El orco estaba encima de Imox estando contento con su presencia, no tenía valor ver esa expresión que el chico hacía pero por alguna razón sentía que no estaba completo pero eso no le importaba.

—Fue hermoso escucharlo gritar, ¿no? Llevaba tiempo que no hacía esto desde que casi conquisté un mundo por completo —dijo el orco tranquilamente animado pero Némesis no respondió a lo que él siguió hablando—. Sino mal recuerdo, tú te haces llamarte Némesis. Si, creo que así te llamas.

> Sabes, me hiciste recordar que en ese tiempo había un culto que no recuerdo su nombre... no recuerdo bien pero esa gente decía que ese ser lo salvaría y que se llamaba Némesis, mismo nombre que posees, humano.

>Qué coincidencia, ¿no es así, Némesis?

Por un momento el chico sintió ese escalofrío recorrer en su bellos del brazo que por un momento el orco lo vió y sonrió por ello. Némesis levantó su mirada hacia el orco y habló serio: —Deja libres a todos.

—¿A todos? —preguntó sorprendido y a la vez interesado por querer escuchar su respuesta a lo que él contestó— Sé que tienes más aventureros secuestrados. Hay uno que está detras de ese muro y supongo que no es el único secuestrado que está aquí.

El orco quedó fascinado que sonrió simplemente por ello: "—En verdad es un chico muy interesante y a la vez débil." Hizo un chasquido y todos los orcos salieron de sus escondites.

Todos estaban detras del orco, en su mayoría teniendo al menos un secuestrado sosteniendolos con la mera intención de matarlos con un solo movimiento. Némesis sabía bien que no podía hacer nada, él era solo simple un hombre que no tiene nada para hacer al menos un trueque con él.

No era nadie más que solo un débil humano que se enfrenta frente a frente de un temible monstruo que podría despojarlo rápidamente de su vida sin temor alguno de que este fuera o no alguien importante de su raza.

"—Lo siento... Lo siento...

>Lo siento."

El orco no quería ver más esa expresión, sentía que le faltaba algo, sentía que debía hacerle algo para que esa expresión se hiciera se volviera más caótico que tuvo un plan perverso en mente.

Un orco lanzó una mujer directo al líder orco que este lo tomó sin mirarlo, un acto que a todos les impactaría pero para él solo es algo simple.

Sus ojos, ansiosos de querer ver eso, ver como un humano se deteriora mentalmente por lo que hizo lo siguiente.

Némesis abrió sus ojos sorprendidos al ver que este acercó su boca y de un solo mordisco se comió la cara de esa chica que murió al instante. No tenía palabra alguna, pues era inevitable que pasara eso.

Pero lo peor fue que ese orco tiró toda la sangre sobre Imox que se quedó en shock pues sus ojos lo mostraban todo.

—¿Némesis? —dijo asustado.

Pero de nuevo el Lider Orco hizo otro movimiento con Imox metiendo su dedo indice, atravezando la piel y el torso en dirección al higado. Imox gritó de dolor.

Los gritos fueron aún más desgarradores, más intensos, más emocionantes. Pero cuando Némesis dió el primer paso, el sonido de varios crugidos de un hueso retumbó en la mente del chico: "—¡Hijo de putaaaa!"

De pronto su muro mental se rompió tanto que logró atravezar solamente una emoción: la ira. La ira lo cegó que de inmediato su maldición se activó y con ello vomitó sangre.

Cayó al suelo, se sintió tan débil luego de ello que supuso fríamente que esto llegó por medio de su corazón: —¡Dé-Déjalo! —y el orco negó con un tono más grueso y siniestro— No.

Que de pronto metió más su dedo en el higado que Imox gritó aún más. Las venas de Némesis en su frente se notaron, tenía tanta rabia que la razón de esto era por una cosa: su inutilidad.

—¡¿Qué ganas haciendo esto, Orco?!

Pero el orco metió más su dedo en el higado hasta que llegó al centro de este e Imox totalmente roto gritara ahogadamente.

Sí daba un paso varios morirían, lo contrario Imox sufriría. ¿Que podía hacer en esta situación? No había alguna segunda intención en esas acciones, no había algo con qué resolver esto como una pista para resolver el misterio o algo así.

No había nada con qué excursar y que pudiese salvar a todos. Había dos caminos que tomar: salvar a uno o a salvar a todos.

Tomó el tercer camino: Que todos murieran: —Lo siento Imox —y este entendió sus intenciones afirmando con la cabeza.

Némesis activó su habilidad [armas de luz y oscuridad] e hizo un movimieto para hacer que cortara la cabeza del orco sin moverse de ahí. El orco se agachó, y sacó un arma metiendo su mano en un agujero de gusano que era en realidad el hechizo mágico [Inventario.]

De ahí sacó un cuchillo que del talón estando conectado con una larga cadena lo movió tan fluidamente que el cuchillo rasgó el suelo y con ello cortara la cara del chico, en específico directo al ojo izquierdo desde el punto de vista de Némesis.

La inercia hizo lo suyo que retrocedió por ese ataque sorpresa, pero de nuevo ese cuchillo lo volvió a atacar de nuevo en esa misma parte que cortó un poco más profundo en la herida recien hecha.

Némesis solo se quedó en shock y de un chasquido su mente recibió esa descarga de dolor que de inmediato Némesis se llevó sus manos a esa parte afectada y comenzara a gritar de dolor.

—¡Aaaaahhhhh!

—¡Hahahahahaha! ¡Y no solo es eso, humano! ¡No solo es eso!

Némesis abrió su único ojo y miró que este orco chasqueó sus dedos y los orcos se acercaran para que Némesis viera todo y así, de un solo movimiento asesinara a todo aquel que estaba en sus manos de formas más rápidas y desgarradores posibles a los sobrevivientes del segundo ejército humano.

La incredulidad del chico llegó a un punto que se quedó congelado mentalmente, ver al unisono morir a más de cien personas y posiblemente más, verlo en su único ojo, será un momento en que nunca lo olvidará, pues este era el atentado más horripilante que ocurrió superando a creces el Apocalipsis que se llevó el treinta porciento de la población humana en su mundo.

El dolor fisico aún se preservaba al igual que el dolor espiritual, al momento de que se levantó el orco estuvo frente a frente de su rostro que este simplemente dijo: —Tu no eres nada, tu eres una basura.

Y este lo patea lanzando a una distancia un poco lejana y el orco siguiera hablando: —¡Los héroes como tú solo son una maldita vergüenza para tu raza! ¡Tu no eres nada con y sin poder!

>¡Te haces llamarte Némesis pero el ser que usó ese nombre me arrodilló en frente de él y me quitara la existencia misma del futuro que no había posibilidad de reencarnar o tan siquiera existir en el futuro! ¡Tu solo eres un don nadie sin nombre que por azares del destino te llevó aquí conmigo! —y carcajeo— ¡¿Ves la situación en donde estas?! ¡¿Eh?! ¡Yo soy Dios, tu eres una miserable cucaracha que se retuerce de dolor gracias a mi!

Y despues de que dijera esas palabras y carcajera por ello Némesis se enfureció tanto por escuchar ello que lo relacionó con su Padre, tanto que se levantó del suelo y con dificultad caminara hacia el orco: —¡Aaaaaahhhh te matareee! —y pensó— "¡Te voy a matar, te voy a matar!"

Esta ves no usaría su hechizo magico, solo usaria sus propios puños para matarlo y ver la sangre de ese orco llenarlo en su rostro. cuando lo asesine.

Pero al momento de que estuviera tan cerca de él, el orco lo pateó de frente impactando su pie en el torso del chico. Némesis escupió su aire que lo tenía guardado en sus pulmones, todo esto fue a cámara lenta mientras qué Némesis estaba retrocediendo y cayendo al suelo a la vez.

"—Lo siento Padre... no merezco ser tu Hijo."

...

**Némesis:**

Cuando era un Goberandor nunca pensé que habría cosas que ni siquiera mi sabiduría pudiera llegar a ver. Ví mundos que podría decirte que las conspiraciones que creen estos humanos son... ciertos.

Mundos que ni siquiera la lógica funcionaba ahí, vi mundos que literal las fantasías de un mágico son reales, ví mundos que necesitaban mi ayuda.

Toda mi familia que tuve en el tercer plano estaban conformados por almas que fueron salvos por mi ya sean pecadores y no pecadores. Vi formar el verdadero amor y felicidad que las enseñanzas que nuestro Padre me enseño daban frutos en este mundo que creé para ellos.

Aprendí tantas cosas de ellos que todos fueron de amor y felicidad, ¿qué te podía decir? El reino que creé con la sabiduría de Él fue tan pacífico y hermoso que incluso varías valquirias fueron ante mí para saber cómo es que puedo gobernar a un nivel que ni siquiera los gobernadores de ese entonces podían hacer.

Entonces ahí fue que por primera vez sentí un cambio en mí al ver que puedo cambiar todo para el bien de todos. Esta era la oportunidad definitiva para que no haya una rivalidad entre gobernadores y que también nosotros seamos mejores e iguales ante todos.

Cuando ví que esas valquirias se humillaron ante mi y me alabaron como Él vi en ellos la pureza de sus corazones que esto era lo que quería ver y mi Padre trató de enseñarme. De inmediato cuando los acepté a estos sentí un cambio en ellos, sentía como sí ellos fueran parte de mi creación de la que no era cierto pues ellos fueron creados por aquél grupo mitológico que me traicionó.

No sé sí ellos formaron plan de esto pero he de suponer que no fue asi. Hay muchas posibilidades de que ellos sí me llegaron a traicionar por el pecado o tal vez hayan tratado de informarme de esto que no fue posible su cometido.

Saben, lo irónico aquí es que cuando liberé mi Padre de esas cadenas creo que ahora yo fuí el que cambié de lugar, que Él fuera libre y yo me quedara aquí. Tal vez lo piense así porque estoy a nada de morir definitivamente por este orco al que una vez se arrodilló ante mí.

Intentaba levantarme del suelo como podía después de recibir esa patada que me dió en mi pecho, me era difícil respirar, y cuando casi me alcé del suelo caí de nuevo por ello.

El dolor controlaba tanto mi cuerpo que por un momento pensé que ya no respiraría más hasta que por fin logré recoger oxigeno.

—¡Maldito! —respiraba pesadamente— ¡Ese Némesis del que hablas no soy yo! —intento que este orco me crea esa mentira. Me era difícil hacer eso porque siempre estaba acostumbrado a decir la verdad o ya sea a medias.

Pero este orco dió solo un paso al frente y se puso enfrente mío para que me sujetara mi cabeza y me levantara alzando en el aire.

—¡Agh, ¿Qué trastas de hacer, Orco?! —pregunté buscando alguna respuesta, supuse que estaba intentando atraparme, secuestrarme pero sí quisiera que yo muriera a manos de él dijera la verdad para que supiera y así muriera a lo que él respondió con mera calma— Eres interesante, humano. Creí que con eso que viste ya hubieras sido roto mentalmente pero te subestime tanto que te usaré despues de que me libere de esta prisión —sonrió anormalmente, le había atinado esa suposición.

Ese maldito se acerco a mi cara y lamió mi herida que siento un gran dolor recorrer en esa area afectada que casi grité. El orco saboreó mi sangre y expresó felicidad al hacer eso. Lo conozco y sé que esto lo hace para dejarme a mí al ultimo para que al final cuando acabe de cumplir su propósito me coma.

Porque la mayoría de los casos, en la que él deja a la persona al último, es que este posiblemente era el salvardor de algún problema que posiblemente era el héroe que derrotaría al orco.

Cuando yo me fijé en el orco este me pateó de nuevo y sentí como varias costillas se me habían fracturado, una me había atravezado el pulmón izquierdo y el otro en el higado.

Vomité sangre en el aire por el daño causado en mi interior, terminé chocando con un castillo que eso me hizo sangrar la cabeza porque me había caido una gota de sangre en mi ojo que aún lo mantengo.

"—Tengo que sobrevivir... maldita seas Orco... ¡Quiero vivir por mi futura paz!"

...

**Tercera persona:**

En el exterior, en México, todo era triste. Las noticias lanzaron el informe de que el ejercito que fue enviado a ese portal habían caido en acción.

Esta información no se debería de haber recibido de una forma rápida y sincera. Quienes veían este canal no porque sabían bien que quienes fueron enviados ahí son de rangos altos y la cantidad que fueron era obviamente ridícula.

Nadie les creía, pero era cuestión de que esperaran, pues hasta que se haya cerrado el portal es ahí que pueden confirmar sí en verdad los aventureros que fueron enviados a ese portal ya se hubieran ido al otro mundo o solamente es una mentira que el noticiero informaba y se estaba dandose cuello con esto.

Quienes estaban afuera del portal ya se estaban rumoreando que lo que dijo el noticiero fue cierto, tanto que los susurros pasaron a hacer una platica a voz alta.

Entre las personas que se encontraban también habían venido gerentes de dicha organización que se encargan de vigilar y proteger a los aventureros que puedan usar magia.

Ellos estaban en silencio, mirando a su alrededor puestos con esas gafas que esconden su vista para no ser identificados.

Pero entre estos mismos hombres de negro de la agencia internacional, uno estaba alejado puesto con la misma ropa solo que tiene puesto algunas partes de armadura para que lo identificaran con uno del monton.

Puesto con un cubrebocas de la alta tecnología dijo informando al receptor: —No veo ningún cambio en el portal, no veo ningún Traidor —y el receptor contestó serio—. Hay una elegida más cercana, la enviaremos rápido para rescatar al menos uno —a lo que el informante respondió—. ¿No van a enviar al de rango A?

—La Elegida lo enviará, ella es la más cercana a esa cazadora —pero el informante dudó, preguntando— ¿Y qué pasa con los otros? ¿No están en México? —y el receptor contestó— Los otros se niegan a apoyar, los consideramos ahora traidores por su comportamiento soberbio.

>Informante, por ahora no te entrometas en esto, quizas la amiga de la Elegida está con usted.

—Entendido —y entre la multitud retrocedió para ocultar su presencia.

Pero uno avanzó, este no habló ni se quitó su casco que esconde su rostro, pero la apariencia era la que más exponía siendo una mujer. Solo se quedó ahí mirando al portal y esperó a que el más importante diera la orden de avanzar.

Pero cuando ella, su anillo se convirtió en una lanza y del pomo lo azotó al suelo sin llamar la atención de nadie, Némesis chocó contra un castillo que terminó vomitando tanta sangre de su boca.

Las heridas internas de su cuerpo fueron más graves que antes, ahora tenía varias costillas rotas que en parte unas cuantas tenían atravezado los pulmones del chico al igual que el higado.

Némesis agachó su cabeza por la debilidad de su cuerpo, ya no podía atacar pues su poder no era comparado con la del orco que es superior a él.

Y mientras que sacaba un cigarrillo y lo encendía, el orco estaba más que satisfecho con esto, que dijo: —Eres aún más interesante, ¿como puede un humano no puede romperse mentalmente despues de lo que te dije y te manipulé?

Pero cuando Némesis intentó chupar el aire del tabaco, este sólo tosió sangre que tiró su cigarrillo al igual que el encendedor. Hasta aquí había llegado a lo que Némesis respondió esa pregunta: —Es porque me comparas con esos weyes.

—¿Weyes? ¿Que significa esa palabra? —Némesis solo sonrió por ello a lo que respondió— Tu madre, puto.

Eso molesto al Orco pero se controló, despues de todo él era el ganador y no se rebajaría ante un debilucho y perdedor que no tiene nada de valor: —Sí que tienes los pantalones bien puestos, ¡pero no los tendrás cuando te coma al final de mi liberación!

Y una vez más pateó a Némesis en el torso que fracturó más huesos de la costilla del chico. Al caer ya no pudo levantarse de nuevo del suelo y se quedó ahí, y fue en ese momento que recordó el pasado: "—Quiero... sobrevivir."

Veía al orco chasquear sus dedos que los otros orcos fueron a por él y lo jalaron llevandolo a alguna parte de este sitió.

Némesis recordó a Yamil y a Quetzal verlos crecer cuando él estaba intentando estudiar y a la vez trabajar para mantener a su familia que esta vida le concedió.

Yamil estaba feliz sonriendo proponiendole inocentemente que se juntara con él para tener una familia y Quetzal ella le insinuaba que lo aceptara, pues quería jugar con sus sobrinos para que no pararan de divertirse.

Némesis lagrimeó y no pudo parar, pues sabía bien que su vida ya se estaba acabando: "—Lo siento Yamil... Vas a estar sola sin mi... Sé que cuidarás de Quetzal y serás la mejor persona para ella...

>Y para tus propios hijos... hija."

Terminó escupiendo un poco de sangre en su boca, ya estaba perdiendo su consciencia, no quería morir de nuevo, no quería arrebartarle a un alma su lugar de nacimiento.

Pero era inevitable su muerte, el cansancio se apoderó de su cuerpo y con ello cerró sus ojos dando fin a esta historia de su vida.

**[Has muerto]**

...