Capítulo 3: ¡Mamushka!
En un reino con siete herederos al trono y cinco madres apoyando a sus hijos y buscando aliados, solo el príncipe que perdió a su madre y hermano quiere el bienestar de la gente. Mael es el heredero, el león que con su cabeza en alto se defiende y ataca a sus enemigos, sus hermanos y hermanas, la que debería ser su familia. Sus garras y colmillos son afilados, su sonrisa es engañosa y sus ojos fríos. Solo la heroína será capaz de traspasar las barreras que enjaulan su corazón.
Mael se sentó al lado de su padre en el gran comedor, era su mano derecha, el puesto más cercano al emperador, al que siempre le pedía primero su opinión. Un honor y un privilegio, era la persona más afortunada en la habitación. Sus hermanastros ocupaban los siguientes asientos más cercanos al rey, Einer, el segundo príncipe, sonreía complacientemente mientras ocupaba el asiento al lado de la reina, por lo que su lugar en la mesa estaba muy por debajo de él. Las concubinas no tenían lugar en la mesa, por lo que nunca estaban presentes en estas reuniones semanales.
Eran seis príncipes más una princesa, al menos entre los hijos legítimos y con derecho a la sucesión real. En realidad el rey, Malik, jamás había sido fiel a sus matrimonios y no se conformó con sus concubinas, siempre quiso un poco más. Gracias a eso ahora la corona sufría una enorme brecha en cuanto a la seguridad de su siguiente gobernante, los nobles estaban divididos en dos facciones.
El rey tomo su copa de vino y bebió un sorbo, todos esperaban por sus siguientes palabras.
Mael miro al hombre, idéntico en su cabello rubio y ojos azules, algunas canas aquí y allá. Muchas veces lo elogiaron por su parecido a su padre, a diferencia de su hermano mayor que obtuvo el cabello oscuro de su madre. Muchos respiraron aliviados cuando el príncipe heredero cambio, la vacante abierta para Mael. Apretó la mandíbula. Si por lo menos se pareciese más a su madre tendría una mejor forma de recordarla a ella y a su hermano, pero ya no le quedaba nada, solo recuerdos.
El rey hablo con tono severo "Vorrace ha enviado al príncipe loco a unirse a la academia este año. En favor de nuestro reciente tratado de paz, he decidido aceptarlo con los brazos abiertos"
Un silencio sonoro se esparció sobre el gran comedor. Nadie estaba especialmente feliz por la noticia, nadie demasiado obvio, al menos.
Mael era el único con permiso para hablar.
"El tercer príncipe. ¿No dicen que enloqueció y asesino a uno de sus hermanos, de hecho al original tercer príncipe? ¿No es la opción menos viable?"
"Vorrace tiene sus planes, siempre buscara causarnos problemas, pero no les tengo miedo. Somos los más poderosos del continente. Deja a Vorrace hacer sus pequeños juegos, los vencimos una vez y lo volveremos a hacer"
"Por supuesto, padre" si entrecerrabas los ojos al leer los libros de historia y dejabas de lado los detalles más importantes, como que un ejército oscuro fue el que le gano a Vorrace, si, el reino de Malchceux venció a Vorrace.
La cena culmino con algunas charlas entre la reina y las concubinas, todas falsas y buscando atacarse en silencio, pero nada fuera de lo cotidiano. Los príncipes eran mejores ocultando su desprecio mutuo, inculcado por sus madres. Einer alago a Mael todo el tiempo, entre él y la reina (Segunda reina, aunque ella odie el titulo) lo llenaron de palabras amables y dulces. Mael estaba harto.
Al fin el rey los despidió a todos, salvo por Mael. Siempre conversaban en privado, beneficios de ser el único al que escuchaba el rey.
"Ya debes saber sobre Lenfer y el milagro de recursos ilimitados en los que se convirtió" dijo con más amargura de la que Mael lo hubiese escuchado jamás.
"Por supuesto. Los Addams son el tema diario entre los nobles y mercaderes" su padre asintió, rellanando su copa de vino y saboreándola.
Lenfer fue un golpe bajo, en especial porque fue el mismo rey el que la vendió a la desconocida familia Addams, pensando que eran unos estúpidos y locos. A nadie se le hubiese ocurrido que solo un año después ese trozo de tierra árida y pútrida se convirtiese en la mina de oro que es ahora, justo cuando ya no le pertenecía al reino.
"Intente reclamarla de vuelta. Romper el documento de la venta sobre los derechos de Lenfer fue demasiado fácil, solo desgarrar papel" se burló sin verdadera diversión "El problema vino cuando descubrí que no era el único contrato de entrega de derechos"
"¿A qué te refieres? Dijiste que tú mismo hiciste el proceso" de hecho solo lo hizo para burlarse, todo el asunto era una gran burla. Ahora nadie se reía.
"No, hijo mío, no era el único. Y de hecho el que redacte y rompí ni siquiera eran válidos por completo, siempre podía tomar Lenfer de regreso cuando quisiese. Les jugué sucio... Y ahora descubro que siempre tuvieron un seguro, un contrato real firmado por el sabio rey Dolser, un inquebrantable"
"Un inquebrantable... Imposible" en el pasado la realeza creo a través de la magia y el poder divino contratos de papel dorado firmados con la luz de los dioses, un inquebrantable, la palabra del alma. Romperlos era romper tu alma, tu linaje, por lo que representaba la muerte. Solo si ambas partes accedían a disolver lo prometido este permitía la liberación, no había otra manera. El último en estipular uno de esos contratos fue el rey Dolser, cuando firmo el cese al fuego entre Malchceux y Vorrace, ningún otro. Todos los inquebrantables estaban registrados y almacenados en la cámara del tesoro real.
"¿Cómo lo descubriste?"
"El inquebrantable vino a mí en cuanto estuve a punto de enviar a un escuadrón a acabar con los Addams. Brillo con fuerza y quemo mis manos" levanto ambas palmas y efectivamente, piel dañada y ampollada. Esas heridas se quedarían para siempre, porque el rey había intentado ir en contra de lo que se juró en el alma, lo que todos los descendientes del rey que lo firmo tendrían que cumplir.
"¿Tienes alguna idea de en donde estaba escondido? No hay manera de que se hubiese dejado pasar un inquebrantable de ese tipo, mucho menos si fue del mismo rey Dolser"
"No, y... Solo apareció volando. No es fácil seguir el rastro de vuelta. La magia del rey sabio fue poderosa, un genio cuyos secretos siguen siendo un misterio"
Ambos callaron.
¿Cómo se creó un inquebrantable para cederles Lenfer a los Addams, cien años atrás, y solo se descubrió hasta ahora, cuando los Addams aparecían de la nada? ¿Quiénes eran los Addams y por qué la realeza, el rey sabio, ideo todo esto?
"¿Podrías mostrarme el inquebrantable?" tenía que averiguar tantos detalles como pudiese. Todo era demasiado sospechoso, exageradamente.
"Fue llevado a la cámara del tesoro real. Puedes ir y echarle un vistazo después, el problema que tenemos ahora es más importante. No podemos quitarle Lenfer a los Addams, así que los recursos que están ahí seguirán siendo de ellos"
"Entonces tus planes de usar esos recursos para tomar ventaja sobre Vorrace, y los míos de usarlos para ganar la lucha de poder entre las facciones nobles, se han arruinado de un solo golpe" Mael concluyo por los dos.
"Al menos que encontremos una manera de que los Addams estén de nuestra parte" un trozo de papel negro fue puesto sobre la mesa, la escritura brillaba de un rojo fuego, como sangre fresca y caliente. Era la invitación para un cumpleaños.
El rey no se lo dijo a Mael, pero cuando la carta apareció de pronto en la cabecera de su cama fue tomado como posible magia negra, una amenaza de muerte. Los magos reales lo estudiaron a fondo, hallándose residuos de magia ritual de sangre de origen no identificado. En el sobre solo había dos palabras en letras doradas, una hermosa y elegante letra. Familia Addams, aparentemente inocente. El mago que lo abrió termino vomitando en el suelo de mármol.
El rey tenia fuertes sospechas de las intenciones de los Addams para con la corona, el problema era que no los conocía, tampoco hayo registros anteriores de los Addams, hace un año no existían, ahora gritaban fuerte y claro que estaban ahí.
Lo delibero varias noches, decidió aceptar la invitación.
Descubrió que no fue el único invitado, las demás casas nobles, junto a los tres duques, fueron invitados. Todos irían. Por supuesto, tomaron la decisión por su cuenta, porque ya nunca era su decisión. Los Addams no tenían ningún deber con ningún reino o ducado, así que todos querían que se pusieran de su lado. El tesoro aguardaba.
La fiesta seria en dos días.
En viaje a Lenfer fue como tomar la decisión de descender al infierno, arrodillarse ante la ira de la madre naturaleza y esperar. No era difícil saber cuándo te estabas acercando, había una clara línea que te avisaba lo cerca que estabas ahora, el final de un verde claro de árboles, la caída de la vida y ascenso de la sequía. La tierra dura e infértil, a solo un par de zancadas. Los caminos eran imposibles de transitar en vehículos a vapor, las ruedas terminaban atascadas o de un momento a otro se dañaban, por lo que había que recurrir a los clásicos coches tirados por caballos. Era como si la tierra misma intentase hacerlos desistir de su locura. Eso se terminó cuando avanzaron más, de pronto un misterioso camino se abrió. Fue una carretera bien pavimentada y mantenida, un camino directo al corazón de Lenfer. ¿No parecía una bienvenida incluso? El ultimo camino a recorrer antes de jamás regresar.
Llegaron a Lenfer cuando el sol cayo, curiosamente eso atrajo más vida.
Se había establecido una pequeña comunidad, según los registros, todos eran Addams.
Las mansiones eran oscuras, camufladas con la noche, pero lámparas de aceite coloreaban algunas partes. Se lograba distinguir las puertas y ventanas, principalmente las aceras, desoladas. Parecía ser que todos estaban en la casa principal, esa enorme mansión que se lograba distinguir en lo alto de la colina.
Los carruajes se aventuraron por las calles, antorchas rodeaban el camino como el camino a un viejo altar, sus ocupantes no pudieron ignorar la sensación de ser observados, acechados. Pero los cocheros no veían nada, los que miraban por la ventana solo hallaban oscuridad y sombras, sombras que no tenían forma, pero era como si se moviesen con ellos. Prefirieron no hablar de eso, como si se hiciese realidad con las palabras.
Llegaron a la mansión, el casi castillo.
Fue como una fantasía ensoñadora que te atrae tanto como te provoca escalofríos y te grita correr en la dirección contraria. Una bruma oscura que bloquea tu vista pero que extrañamente no oculta el camino traicionero hacia la oxidada entrada. Árboles secos y torcidos que casi puedes jurar que se mueven como las extremidades de demonios enterrados bajo las profundidades (Te dices que solo es el viento, eso debe ser) Rosales áridos y campos muertos en donde no crece la más pequeña cantidad de hierba verde, en su lugar hay tipos completamente desconocidos de plantas oscuras y espinosas creciendo aquí y allá, tan mortales desde un primer vistazo. ¿Qué se podría esperar de Lenfer? Ciertamente cualquier tipo de planta que creciera aquí debía ser una especie completamente nueva, nada para tener cerca.
Un zumbido resuena desde el interior de los oídos, no se logra entender, no hay nada ahí, nada que se pueda ver por ojos humanos. La mansión está ahí, esperando por sus invitados. Las luces del interior y la música son decadentes, nada reconfortante.
El cochero traga. Toma una vez más la invitación y espera de alguna manera haberse equivocado.
La lee una y otra vez, completamente desconcertado.
{
Con total y estimado cariño se le invita oficialmente a la celebración que se llevara a cabo en la mansión Addams en honor a la conmemoración número 2 del nacimiento del perturbador y demoniaco miembro de la familia, Pubert Addams.
Espere un delicioso banquete y un espectáculo que lo dejara muerto.
¡Traiga su espada y abandone toda esperanza de escapar!
PD: Traer un buen trozo de carne fresca. Eso entretendrá al gato mientras llega ileso a la puerta.
-Familia Addams.
}
El cochero de repente tuvo la sensación de que no le pagaban lo suficiente para esto...
La primera familia noble decidió bajar, un marques y su esposa. Carne fresca para el gato.
Las puertas chirriaron al abrirse, fue como escuchar el grito de los desesperados, o de los malvados. Un escalofrió recorrió a la pareja. El marques trago fuerte, avergonzado de que una simple puerta vieja lo hubiese asustado.
Chasqueo los dedos a su cochero y lo apuro "¡Trae los regalos! ¡Rápido!"
El ya mayor sirviente obedeció, yendo por los costosos regalos para la familia y el bebé Addams. El marques sonrió. Era el primero en llegar, sin duda daría la mejor impresión, y se haría socio principal de los Addams.
Esposo y esposa se miraron cómplices, y avanzaron a la puerta.
Un gruñido cavernoso los detuvo. El aliento se les escapo cuando identificaron a la bestia dueña de tal ferocidad, un león gigante.
"¡Albertus!" la mujer enterró sus dedos en el brazo de su esposo, el completo terror en su voz. Sus ojos se clavaron en la criatura de afiladas pupilas que caminaba rítmicamente hacia ellos, tomándose su tiempo para dejar que el miedo ablandara la carne. El cochero miro todo desde atrás, regalos en mano, y se paralizo. Recordó a su esposa y a sus tres hijas, incluso al perro que habían adoptado, y quiso llorar.
"No te muevas" chillo el marques mientras sujetaba a su esposa y la usaba como escudo.
"¡¿Qué demonios te pasa?!" grito indignada. El león dio una zarpada al aire, ambos casi tropezaron intentando evitarlo.
"¡Soy el más importante aquí, mujer! ¡Por lo menos puedes hacer algo bien y protegerme!"
"¡Cállate, intento de hombre! ¡Soy una dama!"
"¡Y yo un marques! ¡Eso cuenta más!"
"¡Albertus!"
"¡Silencio!" un grito resonó desde detrás, otro carruaje había arribado.
Un joven alto de tez morena bajo de un salto, su cabello blanco ondulo en el pequeño movimiento. Sus ojos oscuros adsorbieron toda la situación, una inteligencia salvaje se movió detrás del velo de humanidad. El cochero reconoció el emblema de lobos negros en el costado del carruaje, la casa Bändiger, protectores del reino, domadores de bestias. Estaban salvados.
El joven, Oriel, se encontró con una situación tan hilarante como complicada. La carta no mentía cuando les advirtió del gato, solo que el gato era un león dorado gigante, uno de patas negras, así que debía ser un corredor agresivo. Debía ayudar a la patética pareja, era aparentemente su deber.
Cuando el león salto directo a aplastar cabezas, él lo hizo de la misma forma. Choco contra la criatura, agarrando sus patas e intentando pararla.
"¡Corran, maldita sea!"
La pareja gimió asustada, el chico gruño como una segunda bestia. Se alejaron corriendo, no querían tener a tales criaturas cerca.
Oriel le sonrió al león "Muy bien, pequeño gatito, quiero que te comportes" el león intento impulsarse con sus patas traseras, Oriel lo detuvo y lo empujó hacia abajo. El león gruño de dolor "Vas a aprender a escuchar por las buenas o por las malas-"
Entonces la puerta se abrió de golpe, madera contra madera. Un hombre emergió como energía vibrante.
"¡Buenas noches, caballeros!"
El hombre de bigote y ojos saltones sonrió ignorando por completo al joven y al gato que jugaban frente a él, los invitados que huían temblorosos y el cochero que se refugiaba detrás del carruaje, regalos tirados en el suelo.
"Oh," negó tarareando una risa "Veo que se divierten demasiado, yo mismo me uniría a ustedes, pero la fiesta es adentro. Me temo que tendremos que dejar el juego para después. Kitty" arrojo un trozo de carne cruda lejos y el león se separó de Oriel para correr por la jugosa golosina "Eso lo distraerá un rato"
"Gómez, cariño, ¿Llegaron los invitados?" una espelta mujer de vestido ajustado lo acompaño. Su mirada era felina y sus labios rojos como la sangre. Era tan hermosa como la noche más peligrosa, pero deslumbrante.
"Si, querida, están aquí. Hubo un pequeño retraso por Kitty, pero ya terminaron de jugar"
"Me alegro por eso, pero pasen, la fiesta es adentro. Me temo que celebramos en el exterior en ocasiones especiales" dijo con cierto tono, como si hubiese más que deberían saber.
"Un momento, esperen" Oriel definitivamente no iba a dejar pasar el hecho de que un león gigante estuvo por comerse a los invitados y llenar la entrada de sangre, para luego simplemente encogerse de hombros y entrar a festejar "¿Qué fue eso? ¿Por qué demonios tienen una bestia salvaje en la entrada de la mansión? ¿Qué les pasa?"
"Bueno, en la ciudad no podíamos darnos el lujo de tener tanto espacio" empezó Gómez Addams "La pobre Kitty tenía que estar enjaulada todo el tiempo, fue triste de ver... Así que al mudarnos aquí la recompensamos dándole toda la libertad que quisiera, después de todo aquí no hay cartero para comerse, ¿No?"
El grupo intento no sentir esa declaración como una burla, fue difícil.
"¡No nos distraigamos más! ¡Entren, tenemos bocadillos adentro!"
Las puertas se abrieron de par en par, la feliz pareja esperaba expectante a que se les unieran.
Esto era una mala idea, lo sabían, pero la nobleza era demasiado orgullosa como para retroceder ahora. El marqués y su esposa se miraron, nuevos conocimientos sobre el otro amargaron su estado de ánimo, pero aún se tomaron de las manos y avanzaron con el poco orgullo que les quedaba. Oriel le ordeno a su cochero que estacionara, no le gusto lo sucedido, pero estaba curioso.
"Regalos, no debieron molestarse" Gómez sonrió ante las cajas de regalo del marques.
"Solo un detalle para el pequeño"
"Le encantara. La última vez que le dimos una caja se la comió en menos de cinco minutos, desde entonces le gusta el sabor"
"Pero querido, ¿No volverá a pelearse con Pericles? Las mordidas aún continúan infectándose"
"No te preocupes amada mía, hay suficientes cajas para los dos"
"Tienes razón, pero este es el cumpleaños de Pubert, así que se llevara la mayoría"
En este punto Oriel no sabía de lo que estaban hablando, si de perros o de niños. El marques miro sus regalos, telas finas hiladas con oro, ¿Si descubrían lo que había dentro terminarían como trapos deshilados? De pronto estaba más atemorizado que con el león comedor de humanos.
"¡Que grosero de mi parte! Olvide por completo las presentaciones. Discúlpenme amigos míos, la emoción me tiene un poco mareado. O puede que sean los gases nocivos del cementerio, a veces me gusta ir allá a enturbiar la mente. Esta es mi adorada esposa, Morticia Addams. La dueña de mi cuerpo y de mi alma, mi penitencia y júbilo en la penumbra, la mujer que trae pesadillas a mis noches, la que atasca el aire en mi garganta con el dulce deseo de no permitirme una sola gota más a no ser que ella así lo desee. Mi señora y único deseo, la noche y sus sombras" su respiración se tono pesada, tan densa como la oscuridad en sus ojos con la que miraba a su esposa. Morticia sonrió ligeramente, una caricia de sus dedos en el mentón de su esposo, como si tratara bien a su monstruo.
"Después, cariño mío. Tenemos invitados"
"Oh, Ticia..." tomo las muñecas de Morticia y beso cada uno de sus dedos, desde los nudillos hasta las yemas.
Oriel desvió la mirada. Solo tenía quince años y ya tenía bastante experiencia sexual, su sangre de bestias lo había convertido en una criatura de instintos básicos, a veces demasiado. Pero aun así fue capaz de sentirse incomodo con esta exhibición tan intensa de deseo mutuo, casi esperaba que los dos se devoraran ahí mismo.
"Como decía," Gómez volvió a recuperar su entusiasmo general "Y yo soy Gómez Addams, es un sufrimiento que estén aquí. Síganme, les presentare a la familia. Lurch, puedes tomar los regalos de los invitados"
"Mmgh" un gemido sobresalto al pequeño grupo, un hombre alto y ancho apareció de la nada a su lado. Tomo las cajas en sus enormes nanos (Era demasiado alto, incluso más que el padre de Oriel) tenía un tono de piel terriblemente enfermizo y unas pupilas lechosas. El marques dudo de si tenía algún tipo de peste o no. camino lenta y pausadamente, imposiblemente silencioso.
"Por aquí" por el rabillo del ojo el marques pudo ver con horror como el abominable mayordomo tiraba los regalos en una pila de otros más, lo peor fue ver como el hermoso envoltorio se arruinaba, en poco tiempo terminaría hecho trizas.
Justo en ese momento volvieron a llamar a la puerta "¿Otro invitado? ¿Kitty aún no lo ataca?" eso no era algo para decir en voz alta, mucho menos por tus invitados que ya fueron atacados.
Gómez fue a abrir la puerta, una cabellera dorada y ojos azules aparecieron.
"Hermosa noche, muchacho. Entra, eres bienvenido"
"Es un placer, señor Addams" Mael sonrió cordialmente ofreciendo su mano, Gómez acepto el apretón con sus dos manos.
"¡Buen apretón! Deberías unirte a mí con la espada, hace mucho no tengo un buen compañero"
"Por supuesto, espero que acepte una invitación al palacio y me pueda enseñar algunos trucos"
"El palacio, vaya, esa sería toda una experiencia. Mi Ticia y yo hemos tenido dificultades para salir a la ciudad, ya sabe, los niños, el trabajo. Apenas si tenemos tiempo para nosotros. Intentamos tener una niñera, pero intento asesinarnos, así que fue difícil encontrar a alguien. Por suerte los niños son mayores ahora y esa preocupación no es tan grande"
Mael parpadeo sosteniendo su sonrisa. Estaba seguro que había un fuerte problema en esa declaración. Era difícil decir algo a eso cuando Gómez Addams lo dijo con tanta naturalidad y soltura, como si no fuese importante. Él mismo paso por varios intentos de asesinato, pero se supone que ese tipo de cosas no las dices con orgullo.
"Es comprensible"
"Bueno, no los detengo más. Tenemos que llegar al salón en algún momento"
Oriel y Mael se miraron, eran aliados, la mayor parte del tiempo.
"Casi nos devora el gato" solto Oriel. Mael lo miro extrañado, su compañero podía llegar a decir cosas sin sentido, así que lo dejo pasar.
Las puertas del salón se abrieron y fue como entrar a otro mundo y tiempo.
Los invitados bailaban, todos eran diferentes a todos. Usaban vestidos elegantes y trajes de etiqueta alta, pero cada quien lo llevaba acorde a su espíritu, vivo pero decadentemente oscuro. Una mujer de cabello rojo lucia hermosa en un elegante vestido ceñido, su pareja tenía dos cabeza y tres brazos, y a ninguno le interesaba, ambos sonreían encantados. Dos mujeres bailaban juntas, sus cabellos dorados estaban entretejidos, pequeños cráneos de aves y animales lo decoraban. Un hombre bajo y encorvado sujeto a una mujer varias cabezas por encima de la multitud vestida como una viuda, la giro y la inclino hacia atrás, llegando a tocar el suelo con su cabeza. Se estaban enamorando.
"Son todos unos fenómenos" el marques chillo con la nariz arrugada.
Mael estaba por disculparse cuando Morticia le sonrió "Gracias, cada día nos esforzamos"
El grupo la miro, solo no sabían que responder.
"Atención, atención" Morticia llamo la atención de los invitados que bailaban, el director de la orquesta detuvo la sinfonía y todos ahora estaban escuchando "Esta noche hemos recibido a algunos invitados del exterior para unirse al festejo de nuestro querido hijo, Pubert Addams. Denle todos la bienvenida" les dio a cada uno su espacio para presentarse. Fue la primera vez que como nobles tenían que auto presentarse, por lo que al principio no supieron que decir. Mael como líder, tomo el primer lugar.
"Muy buenas noches a todos. Soy el príncipe heredero Mael Malchceux Trind. Mi padre les manda sus mejores deseos y espera que puedan visitarnos pronto"
Oriel lo siguió "Mi nombre es Oriel Bändiger, representante y heredero de la casa Bändiger. Felicidades por tan entretenida fiesta. Espero volver a jugar con el gato" le sonrió a los Addams y él a ellos. Lo irrito lo sinceros que se veían cuando casi matan a sus invitados.
El marqués y su esposa se presentaron a regañadientes. Preferían irse ya mismo que seguir en este show de fenómenos. El dinero, se recordaron. Este grupo de locos estaba podrido en dinero. Debían ser amables.
"Déjenme presentarles a mi familia. Este es mi nefasto hermano, Fester Addams"
Un hombre grueso y calvo les sonrió con los ojos tan abiertos y oscuros como un cadáver "¡Invitados! Hace mucho que no teníamos sangre nueva. Me alegro mucho de que puedan venir a acompañarnos"
"El placer es nuestro" Mael hacia un maravilloso trabajo en ignorar esos ojos de pescado muerto. Fester olfateo el aire un momento, solo para sonreír dementemente.
"Este chico huele a serpiente negra" se dirigió a Oriel "A la abuela le encantaría conocerte. Vamos, preparo una receta nueva que estaba de muerte" avanzaron hacia la mesa de bocadillos.
Oriel forzó su sonrisa, había traído algunas bestias como seguro en caso de que tuviese que usar la fuerza. Cualquier otro lo hubiese tomado como una amenaza, traer criaturas de guerra a sus tierras. Mael le dio una mirada, había sido muy arriesgado, orgulloso de su parte. Venían a la fiesta con motivos políticos y de supuesta buena voluntad, no ha intimidar.
"Madre, trajimos algunos degustadores" Morticia hablo tan suavemente como una melodiosa tonada. Mael nunca en su vida había visto una mujer tan vieja y tan aterradora, era la viva imagen de todo cuento infantil que le contaban a los niños para asustarlos en las noches. Su cabello era sucio y salvaje, como raíces viejas y muertas. No sería sorprendente que la comida terminara llena de ellos.
"¡Oh, voluntarios! ¡Vengan! Prueben mis costillas de algas volcánicas y ojos de topo. Es un manjar. Ni siquiera necesitan usar cubiertos. ¡Solo con las manos! Sabe mejor así" lo que les ofreció pareció salido de un basurero, el basurero viejo y pútrido escondido en el callejón de una vieja taberna de los barrios más bajos. Todos tragaron, no precisamente porque se les antojara.
"Creo que tal vez después..." Mael pensaba que era una locura, pero aún tenía la suficiente conciencia como para recordar que debía soportarlo si quería atraer a los Addams de su lado. Hasta ahora lo había hecho muy bien.
"Una pena... ¡He ahí al cumpleañero y a sus hermanos! ¡Los estábamos buscando! Dama y caballeros, estos son mis tres hijos: El mayor Pericles, la segunda hija, Miércoles, y el menor y el festejado, Pubert"
Los dos hijos Addams eran un cuadro en blanco y negro, inclusive el bebé (Por favor, que ese bigote sea falso) llevaba un trajecito de corbata cachemira y saco negro a rayas. Una mini versión de su padre.
"Padre, madre" la joven, a lo mucho un año menor que Mael y Oriel, no mostro expresión alguna. Un rostro en blanco y apagado. Aun así fue educada y saludo a cada uno de los presentes.
"Hace mucho tiempo no venían chicos de mi edad. Es genial estar con tus hermanos, pero Miércoles y yo tenemos gustos diferentes. Ella prefiere las ballestas y a mí la pólvora negra concentrada" Pericles se encogió en hombros.
"Si, por supuesto... Aunque yo soy más de espadas, pero soy bueno con la pistola de pólvora"
"Pericles es un gran genio y un revolucionario. Es quien dispenso la fórmula de la pólvora que fabricamos y distribuimos. Siempre se encierra en su taller y pasa días enteros, sin dormir o comer, en busca de la ecuación perfecta para un arma de destrucción masiva" su madre entono con cálido orgullo. Eso llamo la atención de Mael. Todo el mundo sabía que la mejor pólvora del continente se enviaba desde Lenfer, era poderoso y solo necesitabas una pequeña cantidad. Así que este era el Addams a cargo de tal logro...
"Como un sabio dijo una vez, 'El arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar', así que yo los acabare de un solo golpe, como me educaron mis padres"
"Y lo lograras, hijo. Estoy segura de que en el futuro cercano tendrás tu propia batalla de guerrillas y trincheras, y acabaras con tus enemigos de la manera más cruel, despiadada y dolorosa posible"
"Gracias, madre"
Está bien, estaba siendo muy difícil mantener la boca cerrada cuando se hablaba de un posible genocidio tan libremente. Debían estar bromeando, un humor terrible.
Un grito resonó en la puerta seguido de un rugido.
"¡Más invitados!" Gómez sonrió mirando a su esposa y ella a él. Parecían dos niños emocionados por la llegada de sus padres.
La fiesta siguió su curso. Más nobles siguieron llegando, divididos entre dos líneas, los absolutamente horrorizados (Esos eran los nobles de bajo nivel que habían venido esperando un pedazo del pastel de oro) y los que soportaban todo con una sonrisa cordial (Esos eran los nobles de más alto rango, quienes venían por todo el pastel) los Addams parecían ser los únicos que disfrutaban bailar y conversar con constantes sonrisas.
Mael y Oriel recibieron a un joven platinado, Nadir Fliese, heredero de la casa Fliese del ducado de los lagos. Tres amigos ocasionales, si los intereses de sus padres estaban alineados.
"Parece que solo estamos aquí como representantes, ningún duque se atrevió a venir" dijo Nadir, sus ojos azul eléctrico brillaron evaluando a cada noble que conocía.
"Incluso los temibles Furcifer enviaron a su perro rabioso" señalo Oriel al joven alto de cabello negro y pupilas rojas que se mantenía al margen con una copa en la mano. Igor Furcifer, un sanguinario asesino que trabajaba para su padre en el más bajo mundo. Parecía ser que los Furcifer también querían su propio trozo de pastel, pero ellos siempre terminaban quemando la fiesta.
Los tres al igual que animales rabiosos, no le darían la bienvenida al intruso. Igor pareció sentir las miradas de recelo porque volteo a verlos, una sonrisa diabólica. Levanto su copa y les regalo un brindis silencioso (Nadie en realidad se atrevía a probar la bebida verde burbujeante, sospechaban que venía de los derrames de los pantanos de Lenfer)
En el momento de más tensión la música se detuvo de repente. Gómez Addams camino hasta el centro del salón con un sombrero gracioso y una camisa roja liza.
"¡Ah, Mamushka!" Gómez sonrió con los brazos abiertos y una risa timbrando en su voz "Siendo enseñada por nuestros primos Cosacos, la mamushka ha sido una tradición Addams desde ¡Dios sabe cuándo! Bailamos la mamushka cuando la reina blanca cantaba a sus hijos fallecidos. Bailamos la Mamushka en el oriente y en los valles. Bailamos la Mamushka para Jackson cuando destripaba. Y ahora, Pubert Addams, esta Mamushka es para ti" la música se disparó.
Los tres hijos Addams fueron al centro, Miércoles cargando a su hermanito. El violín marco el ritmo, un inicio suave que los Addams siguieron. El baile era animado y bastante bien coreografiado, se notaba el tiempo de la tradición. Mael, Oriel y Nadir no le dieron mucha importancia. O eso fue hasta un segundo después. Miércoles levanto a su hermanito y el medio de un medio giro, lo aventó al aire.
Todos contuvieron el aliento cuando el niño subió hasta el techo, solo una pulgada lo separo del ostentoso y claramente afilado candelabro. El bebé sonrió y aplaudió cuando la gravedad lo volvió a bajar, cayendo en los brazos de su hermano. Este lo volvió a tirar tal y como una pelota, yendo al siguiente Addams en atraparlo.
Mael no podía apartar la mirada, casi obsesivamente, del cuerpo del bebé que era pasado de un lado a otro. Una mujer de vestido blanco lo atrapo, dándole un beso rápido antes de volver a tirar al niño. Esta vez lo atrapo su madre, Morticia. La mujer le dio una sonrisa superficial antes de tirarlo de nuevo.
Cuando la música llego a su fin los invitados al fin pudieron respirar. El bebé seguía en una pieza, ¿Pero por cuánto tiempo?
Igor que vio todo el espectáculo desde su esquina privada pensó que realmente había sido impresionante. Había venido con pocas esperanzas, estudiar a la familia Addams y burlarse un poco del príncipe y de sus caballeros. Jamás espero ver a un bebé ser usado como juguete y pasar entre toda su extraña familia. Sin duda los Addams estaban locos, pero eran divertidos.
La fiesta al fin había terminado y ya era hora de regresar. Gómez Addams les ofreció a todos quedarse para pasar la noche y partir en la mañana. Nadie acepto.
Mael se acercó a ellos con una sonrisa cada vez más difícil de mantener.
"Fue una fiesta inolvidable, señor Addams"
"Gracias muchacho. Deberían volver algún día" definitivamente no.
"De hecho me gustaría que vinieran a conocer el palacio y todo lo que la capital tiene que ofrecerles. Esto es algo que no solemos hacer, pero viendo los increíbles hijos que tienen y todo el potencial que tiene para ofrecer, mi padre el rey quiere ofrecerles a cada uno un puesto en la academia para que puedan tener los mejores estudios" y por supuesto, ganarse su gratitud. Tenerlos cerca y poder influenciarlos.
"Oh, Gómez, la academia. He escuchado cosas maravillosas de ella" Morticia estaba encantada.
"Sin duda es una gran oportunidad. Déjame comentárselo a mis hijos, la idea les debe encantar. Te enviaremos una carta con nuestra afirmación"
"Si, por favor... Usen el servicio de mensajería"
"¿Eso no es más lento?"
Mael intento no gritar que era invasivo y que muchos lo tomarían como un ataque. Su padre no le dijo mucho sobre el evento, pero supo que hubo bastante revuelo "Es mas una formalidad"
"Oh, OH, ¡Claro! Mi error" el hombre sonrió como si de repente todo tuviese sentido. Mael no sabía muy bien exactamente como lo había entendido. Lo importante es que usaría el método tradicional.
Mael fue con Oriel y Nadir, Lurch (Estaban muy inclinados a jurar que no era humano. Aunque podían dar la misma declaración de muchos Addams, así que no era muy importante) les entrego sus abrigos a cada uno y los despidió con un asentimiento. Automáticamente lo devolvieron, sin poderlo evitar.
En el momento en el que la puerta se abrió una mano toco el hombro de Nadir para llamar su atención. Se volteo y le entregaron una bufanda que había traído junto a su abrigo.
"Muchas gracias..." las palabras se le escaparon en cuanto vio la mano cercenada que le ofrecía el pedazo de tela. No parecía brotar sangre del corte que divida la mano, tampoco se veían huesos o carne expuesta. Solo era una mano con conciencia propia que le recordó sobre su bufanda, un ser amable. Nadir sudo frio intentando no balbucear estúpidamente.
Debía ser magia prohibida, un tabú.
Tomo su abrigo sin decir nada. Debía hablar con su padre rápidamente.
Lurch y Dedos despidieron al grupo bastante satisfechos.
Gómez abrazo a su esposa y beso su cuello, la mujer sonrió encantada.
"¿Fue como lo esperabas, amado mío?"
"Oh, Ticia, tenía miedo de que nuestro primer acercamiento al mundo fuese difícil... Realmente quiero que nuestra familia pueda relacionarse y hacer su propio camino. Ya tenemos un hogar al que cada uno puede regresar cuando lo necesite, quiero ser ese refugio. Por años hemos tenido que movernos en busca de uno, nunca hallándolo por completo. Ahora míranos, haciendo amigos y creciendo miserablemente. Incluso hemos sido invitados al palacio. Soy un mártir muy dispuesto justo ahora"
"Gómez... Quiero verte así siempre, tan lleno. Haremos nuestro camino a la tumba en este lugar, nuestro hogar por derecho, y será glorioso"
"Ticia..." los amantes se abrazaron admirando a su familia regresar a sus hogares antes de que la luz pudiese atraparlos. Por primera vez el clan Addams estaba casi por completo unido en siglos. Prosperarían hasta la gloriosa muerte, fuertes y desquiciados. Ya no podían esperar.
Algo curioso de los Addams es que si, muchas veces dicen cosas contrarias a lo normal, tipo Que horrible cuando es genial, pero esto no lo hacen todo el tiempo, cuando Gómez y Morticia se adoran el uno al otro o como cuando Miércoles es educada con Lurch. Supongo que hacen esto voluntariamente en momentos específicos. Por eso haré lo mismo ;)