Es fácil descubrir cuando uno sin saberlo o sin quererlo es el centro de atención en una fiesta, no queda explícito en la tarjeta de invitación, pera las miradas de todos los presentes siempre terminan chocando con la tuya.
Algunos avergonzados voltean la cabeza, obviamente con el subconsciente, traicionándolos, y haciéndoles sentir descubiertos.
Otros, sobre todos los ancianos o nobles muy confiados en la herencia de su sangre, son más directos, su mirada está clavada en uno y son capaces de inclusive de usar la mano para señalarte para indicar a sus amigos tu posición.
Ninguno agradaba a Tarantir, pero si tuviera que elegir serian los primeros, aunque sea pudiera sentir vergüenza todavía.
La fiesta ya había llegado a las dos horas y no falto ni trago, ni comida de todos los tipos, y por si fuera poco un platillo especialmente tratado para Tarantir, proposiciones de matrimonio a decenas.
Alzur era el encargado de rechazarlas, era el único entre los dos con el suficiente tacto como para no crearse enemigos, aunque algún noble sentía la necesidad de todas formas de sentirse insultado.
Felizmente, hay una excusa perfecta que se puede utilizar de comodín, que es difícil de contra argumentar para cualquier noble.
Solamente es necesario que la otra parte entienda cuando adoras el conocimiento y la magia, nada más importante en tu vida más que la magia, entonces para asegurarte de que el receptor entendiera bien el mensaje se acompañará de una anécdota sobre el nacimiento de Tarantir.
Donde si ser totalmente directo se recalcara que para entonces Alzur ya superaba los 100 años.
Entonces cualquier noble que desee una vida matrimonial feliz para su hija se retirará y para los que poco les importaría la felicidad de su hija, se le daría cita de espera hasta para cuando Tarantir fuera un mago en pleno derecho y nombre.
Con esa excusa ya memorizada, la noche de Tarantir no fue tan aburrida, el tiempo libre se quedó admirando los ambientes del castillo, en algunas zonas sobre todos en los jardines se podía notar su antiguo diseño élfico.
Alzur: "Vamos muchacho, tenemos una última persona que conocer"
Tarantir fue sacado de su admiración, Alzur lo llamaba desde unos pasos atrás, así que tomo rumbo hacia él y lo siguió.
Llegaron al salón principal, que tenía un atrio en uno de sus lados que elevaba una mesa larga, en ella había sentados varios personajes.
A primera vista había un hombre adulto que rondaría los cuarenta años y por la corona ligera que tenía en la cabeza debía de ser nadie más que el Rey Adalberto.
Eso y las finas ropas que debían de estar elaboradas con algún material equivalente a la Seda
Adalberto : "Alzur hace ya un tiempo que no te veo amigo , pero el envejecimiento parece escapar de ti"
El rey soltó entonces la copa que mantenía en su mano y poso la mirada sobre Tarantir.
Adalberto: "Ah, ya veo que te ha mantenido ocupado durante tantos años"
Termino con una pequeña sonrisa amigable.
Alzur: "Su majestad, es un placer verlo, déjeme presentarle a mi hijo Tarantir "
Al ser presentado era obligatorio hacer la típica reverencia, pero no una como lo hacen los nobles, no, esta era ligera, pues los magos eran y serian siendo por mucho tiempo seres superiores.
Seguido del tipico saludo protocolar.
Tarantir: "Es un verdadero placer conocerlo su majestad"
El rey solo asintió al saludo
Adalberto: "Oh, es un muchacho simpático, tienes tal vez la gracia de tu padre, pero no sacaste la cara de diablo de él a si que quien fuera tu madre debe de haber sido hermosa "
La risa estalló, en algunos comensales de la larga mesa, pero se apagó rápidamente.
Ministro: "Su hijo parece ya crecido Alzur, creo que tendrá tiempo ahora para visitarnos más seguido en la corte, las charlas con usted son más divertidas que escuchar a Lord Hard quejarse del mal estado de las calles alrededor de los burdeles"
Otra risa se despertó en los comensales, quien hablo era uno de los comensales sentado a uno de los lados del rey, un hombre robusto a todas vistas y con cabellos cortos su rasgos hacían recordar ligeramente a un cerdo.
Alzur: "Claro que las recuerdo, pero Lord Frier no lo puede juzgar, usted invierte todo el dinero en solo arreglar el de las tabernas"
La charla parecía cordial y continuo, así, el rey y sus ministros intentaron con varias frases intentar sacar el tema de su regreso a la corte, sin saber con claridad si es que lo querían evitar o deseaban que sucediera.
Pero para Alzur no había tema que no pudiera ser elegantemente evitado, tenía lo que todo trovador desearía, un pico de oro.
Tarantir Algunas veces se preguntó si tal vez no estaba usando algún tipo de magia.
Lo importante era que las presentaciones se habían hecho, los nobles habían hecho sus propuestas y ahora no se le debía nada a nadie.
Alzur no se quedó más de 20 minutos en la mesa del Rey, inmediatamente después, llamo al carruaje.
Era momento de irse, la corte era un lugar lleno de intrigas y entendía el porqué deseaba tanto mantenerse alejado y si aprendió algo es que era aconsejable hacer lo mismo.
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Alzur le había enseñado a Tarantir todo lo que tenía que ver con la magia básica y sus conceptos de allí en adelante era su deber seguir adquiriendo conocimiento y poder.
A falta de otros sitios de donde encontrar conocimientos, empezó con leer los libros de la biblioteca de la torre.
Como era obvio, casi el 50% de los libros tenían que ver con biología, ADN, mutágenos, hierbas y sus consecuencias.
Era difícil no interesarse por el tema después de que leías los primeros 20 libros, sobre todo cuando tenías a dos maestros de la magia de mutación a quienes preguntarle tus dudas.
Descubrió entonces que el concepto de brujo es bastante antiguo y proviene de los elfos, pero se puede decir que solo eran elfos cuya profesión era matar monstruos.
La creación de las mutaciones fue hecho exclusivamente por Cosimo Malaspina y Alzur, años después se les sumaría Idarran con unas grandes contribuciones.
Siempre tuvo curiosidad por saber cuál era la receta para crear a los Brujos y Alzur fue amable en brindársela.
Era una fuerte poción mágica pensada para cambiar el ADN, los productos alquímicos eran muy difíciles de preparar y eran en verdad donde se encontraba el mayor secreto.
Era la causa por la que tantos aprendices morían al realizar la prueba de las hierbas, una vez que la receta fue hecha, Idarran y Alzur se aburrieron de experimentar con Humanos, porque algunos magos moralistas y nobles los acusaban de supuestos genocidios.
Así que empezaron a experimentar con otras especies generando todo tipo de seres monstruosos en sus laboratorios.
Pero vamos a ser sinceros, a Tarantir no le importaban los insectos, su objetivo eran los brujos.
Alguien que tenga como idioma nativo el ingles, me puede decir si es que con el google translate la novela es totalmente entendible?