El Joven de la torre

La evolución de Tarantir continuo de la misma forma, hasta el punto en que ya le era imposible verse en los espejos y su presencia mágica desapareció.

Si no lo veías con los ojos, era imposible detectarlo por cualquier otro medio, era una habilidad bastante útil, sobre todo si eras un mago.

Los años de estudio con Alzur dieron sus frutos, Tarantir comprendió los principios de la magia, y porque su sangre era como oro líquido.

Aprendió también todos los hechizos de defensa y Ataque de los que Alzur disponía, también investigo, por consecuencia, los estudios de Idarran y Alzur acerque de las mutaciones de los magos.

Tarantir ya había cumplido los ocho años desde que ocupaba este cuerpo y en total su edad era de 24 años.

Alzur, en cambio, ya debería haber pasado los 100 años, pero se veía como un hombre en sus cincuenta años, obviamente esto era obra de la magia.

El hechicero, un hombre bastante rico, Tarantir descubrió que en parte era por un pago mensual que recibía del Rey Adalberto de Maribor por sus servicios prestados durante la guerra de las dagas.

Que como es obvio termino, con la corona de Temería sobre su cabeza, era el único motivo del pago, El mago dejo de ir al palacio o alguna otra reunión social de la ciudad poco antes de iniciar el experimento que terminaría dándole la vida a Tarantir.

Desde entonces, Alzur fue reemplazado por algún otro mago en la corte, pero claramente cualquiera opacaría si era comparado con el gran hechicero.

Tarantir podía ver varias torres que se levantaban por la vista que le daba su cuarto, así que estaba seguro de que por lo menos tendría que vivir unos 8 magos más en Wyzima.

Pero al mismo tiempo que el primogénito de Alzur podía ver hacia el exterior, era justo que los de afuera miraran hacia el interior.

Eh inclusive algunos miembros del personal, ya de por sí reducido, no pudieron evitar filtrar algunas noticias de la torre.

Es por ello que ya era conocido en la ciudad el nombre de Tarantir hijo de Alzur, sé sabia también que al igual que su padre el joven había sido bendecido por el caos, siendo un poderoso mago.

Bagdur se enteró de ello cuando visitaba algunos burdeles y tabernas los días que tenía libres, la población especulaba sobre la locura del hechicero.

Pues también llego a los oídos de la gente la muerte de los otros dos hijos, creando la historia de que por miedo a que su único hijo sufriera algún accidente, Alzur lo encerró en su torre y el joven no podría salir hasta que su padre muriera.

Historia curiosa, pero la verdad es que Tarantir ya había salido alguna vez, pero abrigado con la oscuridad que solo da la noche.

Ya conocía bastante bien algunas zonas de la ciudad, pero con cada salida recorría mayor distancia, en esos recorridos también escucho los rumores.

Lo más ridículo de la situación es que al parecer su enclaustramiento género no exclusivamente rumores sobre su encierro, sino que también sobre su apariencia.

Entre las mujeres se decía que era un tipo demasiado guapo y era la razón de que estuviera encerrado, Alzur temía que lo matara algún hombre celoso.

Entren los Hombres su apariencia era la de un feo ogro, pero para los que habían visto cuando estaba en su balcón sabían que no era verde, así que era fácil razonar en que se trataba de una mentira fruto de los celos.

Gracias a Bagdur también se enteró de que varios nobles habían enviado propuestas para pactar un matrimonio, pero su padre no se molestó ni en leerlas.

Lo que parecía haber enojados a muchos señores que en nombre de sus linajes solicitaron al rey su intervención.

La Tarea parecía sencilla, tal vez no obligar a Alzur a casar a su hijo, pero lograr presentarlo en sociedad debería ser suficiente.

Así llego la primera carta de invitación al Baile que fue recibida por Alzur, ya que redujo aún más el personal, pero le dio la misma importancia que a cualquier otra misiva que no fuera alguna que esperara.

La invitación no tuvo carta de respuesta y pasaron días hasta que Adalberto se sintió insultado, pero decidió actuar de buena fe.

Se envió otra carta, lamentablemente recibió exactamente la misma respuesta que la anterior.

Lo que termino por enojar al rey, que aunque le debía mucho a Alzur no podía permitirse el desprestigio de ser ignorado por el hechicero.

Esta vez se envió un destacamento de la guardia, que era más o símbolo de lo enojado que se sentía, porque poco podrían hacer esos soldados para hacer daño o siquiera pensar en arrestar a Alzur.

Pero cumplieron su objetivo, El hechicero se tomó el tiempo de leer la carta y de escribir otra, en respuesta, en ella dejaba constancia de lo ocupada que se mantenía y su imposibilidad de ir al baile, pero le avisaría en cuanto hubiera una fecha que le acomodara.

El rey no quedó satisfecho, pero no podía pedir más.

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Alzur desearía empujar la fecha todo lo posible, pero después de un mes de espera cualquier Rey que se respete exigirá cuentas.

Y aunque muy molesto, es su principal financista y no sería inteligente romper la relación por un simple baile.

A Tarantir no le enojaba sobre manera tener que asistir tampoco, conocía bien este mundo y siempre es bueno conocer gente, pero sabía que aquí los nobles se mueven por intereses.

Tal vez para algunos era un buen negocio tener a Alzur de su lado por medio de matrimonios, pero que equivocados estaban, al mago le podría importar menos con quien se casara Tarantir.

Entonces la fecha se mandó, las invitaciones fueran entregadas y los preparativos organizados.

Alzur siempre vestía una capa azul oscuro en la torre, pero esta vez, iría un poco más ostentoso, combinado color dorados con tonos azules metálicos.

Tarantir tenía otros problemas, porque su sentido de la moda no había terminado de adaptarse a esta época y era imposible para el saber que ropa era la correcta.

Decidió ir de Negro con encajes dorados en todos los bordes y una cruz dorada bordada en la capa.

El castillo de Wyzima se veía bastante iluminado desde la distancia, su infraestructura tampoco era una maravilla de la arquitectura, pero tenía su gracia.

En su entrada había una gran Fila de carruajes que no podían hacer otra cosa que solo esperar su turno.

Tarantir no quería admitirlo, pero es probable que hoy fuera un día de mierda, empezó con el tiempo de espera para llegar a la entrada, un tiempo que en carruaje se hacía interminable mientras Alzur nada más leía.

Cuando por fin llegaron a la puerta, sentía que era mejor regresar caminando para evitar un nuevo atasco.

La vista de la entrada del castillo no era mala, una rotonda adornada con hermosas flores, y una fuente de agua justo en su fuente, como para que los conductores de los carruajes pudieran apreciar la vista, eran los únicos que tendrían tanto tiempo para apreciar los detalles.

Después de arreglar su ropa ya no había motivo alguna para demorar la entra, cuando estuvieron en el gran portón abierto, un paje recibió su tarjeta y lo leyó en silencio y volvió a alzar la vista como esperando grabar los rostros de quienes veían.

Le entrego la carta al anunciador, quien anuncio sin quererlo con una voz aún más fuerte de lo normal.

Anunciador: "El gran hechicero de la Corte: Alzur y Tarantir hijo de Alzur "

"Y así comienzan los juegos del hambre"

Pensó Tarantir en su mente, ya no había vuelta atrás.

La sala a simple vista estaba lleno de mujeres de todas las edades, Alzur

Alzur: "Bedricaf"

Alzur parecía haber reconocido a alguien entre la audiencia.

Bedricaf: "Pero si es Alzur, amigo mío, raro verte fuera de tus laboratorios, estaba pensando en irte a verte pronto"

Ambos hicieron un apretón de manos

Alzur: "Déjame presentarte a mi hijo, Tarantir "

Tarantir ofreció su mano y fue apretada con amabilidad.

Bedricaf: "Oh, eres tu muchacho, te recomiendo tener cuidado de con quien hablas, si no eliges las palabras correctas es probable que salgas casado el día de hoy"

El susto vino inmediatamente a tomar control sobre su cuerpo.

Talante: "Intentaré no decir palabra alguna en lo posible, gracias por el aviso"

Sonrió Tarantir

Bedricaf: "Tampoco te confíes, el que calla otorga"

termino por asomar una amplia sonrisa el hombre que parecía rondar los 50 años

Alzur: "Trata de no separarte de mí"

Entonces, aprovechando que Alzur logro romper el silencio con Bedricaf, algunos nobles empezaron a moverse en nuestra dirección, parecía que la venta de hijas había empezado.