webnovel

Dominio de Douluo: La Maestría del Corazón Oscuro (Español)

Sumérgete en las páginas de 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery', una novela que te arrastrará a las profundidades de un mundo gobernado por la fuerza y la astucia. En una aldea envuelta en misterios, un niño es abandonado bajo la sombra de una antigua niebla, marcando el inicio de una era de sangre y conquista. Xue Sha, el niño elegido por el destino, crece bajo la tutela del jefe de la aldea, pero dentro de él arde el fuego de un espíritu oscuro y poderoso. Su corazón, un abismo de ambiciones insondables, late al ritmo de un tambor de guerra que augura la caída de imperios y el ascenso de un nuevo orden. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' es una historia de poder desenfrenado, donde cada victoria se tiñe con la sangre de los caídos y cada sonrisa esconde una traición. El protagonista, un villano de una inteligencia y fuerza sobrenaturales, teje su camino a través de masacres y manipulaciones, desafiando a los dioses y a los hombres por igual en su búsqueda de dominio absoluto. Con cada capítulo, serás testigo de la transformación de un niño en un tirano, de un protector en un conquistador. Las páginas de esta novela están impregnadas de la esencia misma de la ambición, y cada giro te sumerge más en un mundo donde la oscuridad es el mayor aliado y el miedo, la herramienta más afilada. Prepárate para una historia que no solo rompe los límites del bien y del mal, sino que los redefine. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' no es solo una novela; es una experiencia que te desafiará a mirar más allá de la superficie y a cuestionar todo lo que creías saber sobre el poder y la dominación.

Iosif_72 · Tranh châm biếm
Không đủ số lượng người đọc
36 Chs

Capítulo 6: La Urgente Misión de Su Yuntao: Parte 1

Su Yuntao corría con todas sus fuerzas para alcanzar a Ma Xiu Nuo, quien se perfilaba a lo lejos. A medida que se acercaba, comenzó a gritar con la esperanza de llamar su atención, "¡Maestro, por favor espere!" Al escuchar la llamada, Ma Xiu Nuo disminuyó su paso, permitiendo que Su Yuntao lo alcanzara. Jadeante y tratando de recuperar el aliento, Su Yuntao preguntó, "Maestro, ¿ahora a dónde nos dirigimos?"

Con una mirada que se perdía en el horizonte, Ma Xiu Nuo respondió con determinación, "Volvamos a la ciudad de Nuoding." Su Yuntao, confundido, inquirió sobre los planes para los demás pueblos, "¿Y los otros pueblos? ¿Quién irá para despertar el espíritu marcial en ellos?"

Ma Xiu Nuo, con un gesto de impaciencia, replicó, "Idiota, olvídate de los demás pueblos por ahora. Enviaré a otro discípulo más tarde. Lo urgente es informar a Su Majestad el Papa sobre Xue Sha." Su Yuntao, aún tratando de entender la gravedad de la situación, preguntó con inocencia, "¿Informarle qué exactamente?"

Con una mirada que reflejaba una mezcla de determinación y una crueldad inusitada, Ma Xiu Nuo dijo, "Es obvio. Hay que informar que Xue Sha, con un espíritu marcial capaz de controlar las emociones y con poder de alma innato de nivel 10, se ha negado a unirse al Salón de los Espíritus." Su tono era severo, como si pronunciara una sentencia.

Su Yuntao, sorprendido por la intensidad de su maestro, abrió la boca para objetar, pero tras un breve momento de reflexión, decidió guardar silencio. Una sombra de preocupación cruzó su rostro mientras pensaba para sí mismo, "Lo siento, Xue Sha, pero tal vez no deberías haber rechazado la oferta del Salón de los Espíritus." Con un suspiro, siguió a Ma Xiu Nuo, preguntándose qué consecuencias traería esta decisión para todos ellos.

Dos horas más tarde, bajo un cielo que comenzaba a teñirse con los matices anaranjados del atardecer, Ma Xiu Nuo y Su Yuntao atravesaron las robustas puertas de la ciudad de Nuoding. Los guardias, al notar las insignias bordadas en sus túnicas que los identificaban como miembros del Salón de los Espíritus, les ofrecieron paso libre sin vacilación.

Caminaron por las calles adoquinadas, observando cómo los últimos rayos del sol jugaban entre los tejados de las casas. La gente de la ciudad se movía a su alrededor en un flujo constante de actividad, pero al ver a los dos hombres del Salón, muchos se detenían a ofrecer reverencias discretas.

Al llegar a la sucursal del Salón de los Espíritus, los guardias situados a la entrada se inclinaron profundamente, sus armaduras reluciendo con el reflejo del crepúsculo. Ma Xiu Nuo asintió con solemnidad, y junto a Su Yuntao, atravesó el umbral de la puerta.

El interior del edificio era fresco y silencioso, un marcado contraste con el bullicio de la calle. Subieron por una escalera de mármol hasta llegar al estudio de Ma Xiu Nuo, un espacio austero pero elegante, con estanterías repletas de libros y pergaminos. Su Yuntao lo siguió, observando cómo su maestro se sentaba detrás de un escritorio de madera finamente tallada.

Ma Xiu Nuo abrió uno de los cajones y extrajo una hoja de papel de arroz de calidad excepcional. Con una pluma de ave cuidadosamente cortada, comenzó a escribir la carta a Su Majestad el Papa, su caligrafía fluida y precisa reflejando la importancia del mensaje:

"Su Majestad el Papa,

Con el mayor de los respetos, me dirijo a usted en mi calidad de diácono de la sucursal de la ciudad de Nuoding para informarle de un asunto de suma urgencia y relevancia. Ha llegado a mi conocimiento que un individuo de esta región, conocido como Xue Sha, ha despertado un poder de alma innato de nivel 10, un evento de rara ocurrencia que podría tener implicaciones significativas para nuestro Salón de los Espíritus.

Lamento profundamente comunicarle que, a pesar de nuestros esfuerzos, Xue Sha ha declinado la invitación para unirse a nuestra institución. Ante la magnitud de este suceso, considero imperativo ponerlo en su conocimiento para que se puedan tomar las medidas que estime oportunas.

A la espera de sus instrucciones, le aseguro que permaneceré atento a sus directrices.

Con la más alta estima y devoción,

Ma Xiu Nuo, Diácono de Nuoding"

Una vez concluida la carta, la dobló con cuidado y la deslizó dentro de un sobre de papel grueso. Su Yuntao observaba, consciente de que estaba a punto de ser encomendado con una tarea de gran peso.

"Esta carta debe llegar a manos de Su Majestad el Papa con la mayor brevedad posible," dijo Ma Xiu Nuo, entregándole el sobre junto con una ficha de identificación que le permitiría acceso inmediato a la presencia papal. "Toma mi ficha y ve a la ciudad de los Espíritus. No escatimes en velocidad."

Su Yuntao tomó los objetos con reverencia y asintió con firmeza. "Sí, maestro. Partiré de inmediato. Si no requiere nada más, me despido."

Con la carta y la ficha en sus manos, Su Yuntao salió del estudio y se dirigió hacia la ciudad de los Espíritus, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros mientras las sombras de la noche comenzaban a envolver la ciudad de Nuoding.

La noche ya había envuelto la ciudad de Nuoding con su oscuro manto cuando Su Yuntao salió de la sucursal del Salón de los Espíritus. Miró hacia el establo, pero su corazón se hundió al darse cuenta de que era demasiado tarde; los carruajes habían cesado su servicio por el día. "Supongo que tendré que ir a pie," murmuró para sí mismo con un suspiro de resignación. Pero entonces, con una chispa de determinación, invocó su espíritu marcial, "Lobo Solitario, Posesión."

En un instante, la silueta de un majestuoso lobo apareció sobre su espalda, y un anillo blanco brilló alrededor de sus pies. Con la velocidad otorgada por su espíritu, Su Yuntao comenzó a correr, sus pasos ligeros y rápidos resonando en el silencio de la noche.

Cada vez que su poder de alma se agotaba, se detenía para meditar y recuperarse. La meditación era su único descanso, un sustituto del sueño que le permitía mantenerse en movimiento. Durante el día, se aventuraba en los bosques cercanos a la ruta, cazando bestias espirituales de 10 años para sustentarse. Con cada victoria, encendía una pequeña hoguera y cocinaba su carne en una improvisada barbacoa, reponiendo sus fuerzas con la comida caliente.

Tres días pasaron en esta rutina agotadora, sin dormir y casi sin detenerse, salvo para meditar y alimentarse. Cuando finalmente llegó a la siguiente ciudad, estaba visiblemente cansado, sus ojos pesados y su cuerpo clamando por un merecido descanso. Los guardias, al reconocer los emblemas del Salón de los Espíritus en su vestimenta, le franquearon la entrada sin pedirle la habitual tarifa.

Una vez dentro, Su Yuntao se dedicó a buscar un lugar donde pasar la noche. Preguntando a los transeúntes y explorando las calles, encontró un hotel económico que parecía prometedor. Entró y se dirigió a la recepción, donde preguntó, "¿Cuánto cuesta una noche?" El recepcionista, un hombre de mediana edad con una mirada amable, respondió, "Una moneda de oro." Sin dudarlo, Su Yuntao pagó la tarifa y recibió las llaves de la habitación número 26, ubicada en el primer piso.

Subió las escaleras, encontró su habitación y, una vez dentro, lo primero que hizo fue despojarse de su ropa viajera y disfrutar de una ducha reconfortante. El agua caliente lavaba no solo el sudor y la suciedad de su cuerpo, sino también la fatiga acumulada durante los últimos días. Después, envuelto en una bata proporcionada por el hotel, lavó su ropa y la colgó en un pequeño tendedero para que secase.

Finalmente, se dejó caer sobre la cama, y mientras la suavidad del colchón lo acogía, un pensamiento cruzó su mente agotada: "Aún me queda casi la mitad del camino." Con esa reflexión, y por primera vez en tres días, Su Yuntao cerró los ojos y se entregó al sueño, sabiendo que el viaje que le esperaba requeriría de toda su fuerza y determinación.