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MOMENTO DE VIVIR

Al entrar pude ver cómo estaban presentes muchas personas, entre ellas había diversidad de espadas, arcos, varas, cristales espirituales, armaduras con pinchos, de diápano y muchos otros materiales que ni conocía.

Sentí una gran presión sobre mí, todos me estaban mirando, pero de todas maneras tenía claro mis objetivos y decidí dirigirme al mostrador en la esquina opuesta a la puerta a la que había entrado.

Mi primera impresión del lugar fue interesante, se veía muy espacioso el lugar, pareciera poder albergar a más de 500 personas, aunque un poco apretadas.

Las mesas de madera con sus sillas incluidas le daban un buen toque al lugar; al lado izquierdo, un pequeño bar debajo del segundo piso donde parecía una sala privada para 20 personas máximo.

Se veía un gran gasto en este edificio, un interesante lugar para robar si no fuera por lo peligroso que sería eso con personas tan fuertes.

En el centro del lugar una fuente de cristal, bueno, parecía, pero al tocarla se notaba que era de un material más duro que el metal, consistía en una estatua de una persona que parecía de 25 años aproximadamente, con una capa llena de cristales y amuletos y en su mano un báculo pegado al suelo, todo rodeado de agua que te incitaba a dejar una moneda.

Llegando al mostrador de la derecha estaba una señora con muchos papeles, se veía que tenía mucho trabajo por hacer, tenía casi mi tamaño al estar parado esa compilación, pero ignore eso.

Kasper: "Buenos días soy Kasper de las tierras de Liyandre, tengo 17 años con muchas ganas de trabajar y de comer bien".

Traté de sonar lo más amigable posible, sentí que mientras hablaba se veía muy fingida mi sonrisa, sin embargo, si este iba a ser mi lugar de trabajo, debía ganarme la confianza de todos y evitar tener enemigos.

Secretaria: "Sabes, ya tengo mucho papeleo que hacer con tantos aventureros que vienen cada día, no sé si pueda ayudarte, vuelve la siguiente semana si no te molesta, dijo expresando una sonrisa algo cansada".

Kasper: "¿Aventureros? No había oído de eso".

Secretaría: "Sí, verás, la estatua que puedes ver por allá no es solo decoración, la persona fue alguien especial con una habilidad algo particular, su nombre era Bin y su habilidad le permitía poner un contador de magia a las personas, haciendo que cada vez que llegara a cierto punto las capacidades tanto físicas como otras crecieran muy considerablemente.

Con el tiempo el señor Bin llegó a compartir su poder con mucha gente hasta que ya no pudo caminar más.

Él sabía que pronto su habilidad se perdería por lo que unos años antes de morir plantó su habilidad en estas tarjetas de aquí".

(Se veían algo raras, tenían un símbolo parecido al del cartel de la entrada, con un color negro y una joya incrustada en El centro.)

"Estas las creó con ayuda de otras personas con habilidades particulares como la de creación y otra de sellado de habilidad.

Todo culminó con 10 millones de estas tarjetas que fueron denominadas "Black Cards", finalmente para definir una forma de que llegaran a manos de la gente se hicieron locales en puntos clave del país donde con ayuda de otra persona se les dio una habilidad a estas tarjetas para que el poseedor de una carta no pudiera separarse de más de 10 metros de esta y en caso pasara esto, la carta se teletransportaba al dueño.

Con esto además de evitar robos se podían recuperar las cartas de los aventureros muertos ya que al morir las cartas se teletransportan inmediatamente al local del que provenían como antiguos dueños".

Kasper: "Suena fabuloso el sistema del que hablan, pero, ¿Qué ganan ustedes de todo esto?"

(Cómo hacía lo posible por verme tan confiable me asustaba un poco, pero esta conversación tenía que acabar conmigo teniendo una de esas Black Cards)

Secretaria: "Como puedes ver este lugar se ve muy lujoso, ¿no? Esto se debe a que había otra particularidad en la habilidad del creador, ya que todo aquel poseedor de su habilidad compartía parte de la magia que sacaba de las criaturas que eliminaba, por el esfuerzo de subir de nivel; al comienzo esa magia se dirigía a Bin pero antes de su deceso el dejó como punto de enfoque estos locales. Es por ello que tenemos un almacén dentro de este local".

(Debía de ser así, había una puerta abierta detrás de la señora, parecía que hubiera unas escaleras que conducían a algún lugar, seguro era de lo que hablaba.)

Secretaria: "En nuestro almacén llega la magia que al condensarse se vuelven cristales que son vendidos por un buen precio.

Oh, disculpa, creo que hable de más, perdona las molestias".

Kasper: "No hay problema, me servirá de mucho toda la información que me das, y con el tiempo ni te preocupes, de hecho, tengo de sobra, ahora que perdí todo ya nada me importa..."

"De hecho, casi no hay nada que pueda hacer si perdí a la familia que tenía..."

(Los recuerdos comenzaban a reaparecer, mi mente ya no podía reprimirlos, las gotas de lluvia comenzaron a caer, así como mis lágrimas)

"Pero no sientas pena por mí, ya me tengo mucha lastima yo, pues, ¿Qué más tengo?"

"Yo...yo...yo sobreviví, sí, eso mismo, yo sobreviví; mucha gente murió ayer, ¿Hay algún problema?", dije elevando la voz un poco, mi voz estaba más difusa.

"Si, yo quede, mientras la gente sólo desaparecía, yo estaba allí y no podía hacer nada...Si quería, pero era débil, mi mente me suprimía ese deseo, no habría podido salvarlos, lo sé".

"Si tan solo", mencioné con voz dudosa y cada vez más triste,

"Yo hubiera hecho algo", voltee a ver a la señora a los ojos.

"¿Habría sido diferente?" Dije volteando un poco mi cara preguntando

Pasando esto, la encargada solo podía ver como la persona al frente suyo no dejaba de sufrir, cuánto viven las personas ahora, tantas desgracias en un solo día.

Kasper: "Y mi padre..." Exprese con un silencio y mirando al piso

"Él tenía que morir, entre todas las personas desafortunadas de aquella atrocidad de día, él tenía que morir..."

Hubo una pausa algo corta hasta que seguí

"¿Pero qué rayos le pasa a nuestro dios? ¿A quién cuida, a quien salva o a quien castiga? Hasta ahora, todo lo que he vivido, no me ha mostrado nada de su existencia, ¿Dónde está? ¿Siquiera existe? ¿Será que disfruta como caen sus hijos por la corrupción de su mundo, de su gente?"

(Sabía que la expresión en mi rostro no era buena, mostraba algo de hostilidad, mucha desesperación e indignación, pero ni importa eso ni pensaré más en contener este nudo en mi garganta, si seguía como antes iba a explotar tarde o temprano)

En la cara de la encargada vi algo importante, ella parecía sentir empatía por mí, se veía por su expresión, no juzgaba, no le daba miedo, solo esperaba a escuchar todo lo que tenía que decir para comprenderme.

Secretaria: "Kasper, ves que no vales nada, entiendo que tengas más preguntas que respuestas y tus preguntas no las puedo responder, nadie puede, pero mira esto, hasta donde has llegado, encontrarás el lugar que buscas aquí, conviértete en aventurero".

Kasper: "¿De qué rayos hablas?, ¿Aventurero? ¿Cómo eso me llevara a entender algo de esto? Me voy, no sé qué hago acá, vine queriendo trabajo, lo necesito, ya no puedo vivir de basura de los demás, pero lo que sí sé es que de aquí no sacaré más, no sé porqué te atreves a tratar de engañarme con mentiras tan repugnantes."

Esto bastó para golpear el estante en el que estaba apoyado, comencé a caminar directo a la puerta de salida, ya no podía confiar en ninguna de estas personas así, pero ella respondió.

Secretaria: "Deja de engañarte, ¿Cúanto piensas esconderte de ti mismo?, solo estás viendo tu pasado y la falta de control que justificas para maldecir quién eres; tú eres más que tus errores, ¿No eres Kasper de Liyandre? ¿O acaso te autoproclamas algo menos? Puedes huir de esa vida miserable dedicada únicamente a la supervivencia o buscar una forma de sobrepasar la situación, elige antes de que mueras por dentro".

Bastaron esas palabras para detenerme a mitad de camino, estaba viendo borroso y comencé a ver las cosas claras,

¿Qué estoy haciendo? ¿Voy a recuperar a mi padre pensando en lo miserable de mi vida?, era obvia la respuesta, sabía lo que tenía que ser, a partir de hoy en día todo iba a ser diferente.

Si algún día iba a ser el último, si acaso iba a morir, ya no me importaba, la persona que yo era se llamaba Kasper Liyandre, hijo de Graika.

Ese chico murió el día en el que murió su padre, pero el mismo día sobrevivió otra persona, quien es Casper, una persona que vive por dos vidas, por las que tratara de pagar su sacrificio toda su vida y aun así no será suficiente.

Jamás, a pesar de tener que usar su espada en servicio del mundo del que le estaba agradecido por sobrevivir y a su dios que le dio vida, su gente que le abrió los ojos y su vida que disfrutará mejor que nadie, esa persona seguirá debiendo porque tan bendecida es, será y fue su vida y destino que cualquier pago seriá nulo en comparación.

Vaya, eso es algo por lo que vale la pena morir.

Aún con rastros de mi hostilidad volteo a ver a la encargada, mi cara se relaja y dejo mostrar una verdadera sonrisa tranquila.

Casper: "Gracias, ¿Qué debo hacer? Quiero ser uno de ustedes"

Con todos atentos a la situación se vio el cambio tan brusco que veían ante ellos, aquella persona que parecía inestable con solo verla y escucharla, ahora era diferente.

Se notaba que iba a ser grande, su presencia ahora demostraba grandeza.

Sé que este camino será complicado, pero oye, que camino no lo es ¿cierto? Sólo queda caminar, perderme en el sendero de esta vida maravillosa llena de aventuras, animales salvajes, monstruos, bestias legendarias que sólo se mencionan en historias, un poco de todo lo desconocido y algo más, siento que en este camino, cualquier cosa que quiera conocer, tarde o temprano la sabré; rayos, estoy en casa.