webnovel

CUESTIÓN DE PENSAR

Tenía que pasar, debía haber un castigo divino por mis actos, me engañaba con cada paso que hacía, ignoraba la posibilidad, ¿Tenía opciones? Ya era tarde de pensar alguna forma de remediarlo, tendré que vivir con el peso de la muerte.

Todo se veía oscuro, se sentía un vacío en mi alma, parecía que, supongo que es así, si había querido a mi padre tanto y mira, no le demostré nunca lo orgulloso que estaba de ser su hijo, pero porque, no lo entiendo, recién me doy cuenta de esto cuando ya es tan tarde...

Se veían como pasaban las horas cada una solo consistía en mí caminando por las calles de aquella ciudad

La gente que me veía pasar no podía evitar sentir pena de mi imagen, antes lucía un buen traje, era de tipo ceremonial con el estilo del saco cortado por atrás, eran colores no tan llamativos pero de la mejor tela, los mejores tintes y zapatos de cuero de camaleón oscuro.

Sin embargo, ahora el traje estaba rasguñado por varias partes, gran parte de la tela se había quemado, y los zapatos estaban partidos, realmente ante cualquier persona me veía como un vagabundo elegante.

En el segundo día fue diferente, mis pensamientos permanecían iguales pero mi impulso natural comenzó a coger fuerza: Tenía hambre.

Traté de pensar como alimentarme y fui a un basurero público, habían restos de comida que provenían de restaurantes, así que de allí aproveche lo que bastaba para sobrevivir; mientras comía no podía evitar pensar en cómo continuar.

¿Me quedaría con esta vida miserable dedicada únicamente a la supervivencia o buscaría una forma de mantenerme a mí mismo y sobrepasar la situación? La respuesta era obvia.

Me dirigí a un local, este era llamativo en comparación a las demás, cuando solo caminaba por allí esta especie de taberna resaltaba por el singular cartel que decía: "altar de los héroes".

Este estaba acompañado de un diseño interesante con un dragón de cómodo a punto de lanzar una bola de fuego concentrado alrededor del título.

Sin mencionar que las chispas y luces de cristales de estalactita se dejaban notar por sí solas, seguramente para verse tan bien de día como de noche, sonaba a un sitio del que se podría conseguir dinero así que entre.