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Capitulo III

Gerald admiró el gigantesco edificio blanco, en la entrada mantenía dos grandes pilares tallados en marfil, una gran puerta doble y sobre ella letras doras dándole el nombre al lugar Banco de Gringotts, con admiración miró a 2 extraños monstruos verdes y con cara nada amigable. Ambos portaban armadura plateada y un hacha de guerra que parecía muy afilada.

"Este es el banco de Gringotts Gerald, esos son Duendes, fantásticas bestias muy inteligentes, pero muy irritables, es mejor hablar con respeto con ellos" le susurró Dumbledore a Gerald que asintió viendo a los duendes que solo le dieron una mirada molesta y volvieron a mirar al frente.

Con aun más asombro, Gerald miró que el lugar parecía extenderse aun más de lo que debería en el interior, varios duendes estaban parados detrás de grandes escritorios y al final había un gran taburete donde solo estaba parado un duende. Todos parecían estar malhumorado y sus largas narices se contraían al mirar en su dirección.

Apresurando el pasó para evitar enojarlos de alguna manera, se acercó a la caja donde ya estaba parado Dumbledore hablando con el duende. "El señor Grindelwald quiere hacer un retiro de la bóveda de la familia Black"

El duende miró a Dumbledore y luego se bajó los lentes un poco para mirar a Gerald que lo miró con una sonrisa nerviosa y le saludó.

"¿El señor Grindelwald trajo su llave?" cuestionó el duende mirando a Dumbledore que sacó de sus túnicas una llave antigua completamente hecha de oro y se la mostró al duende que asintió.

"Perak los llevara a su bóveda" fue todo lo que dijo el duende mientras señalaba a otro duende que ya estaba esperando frente a una gran puerta plateada que parecía la entrada a algún lugar mucho más grande que donde estaban.

"por aquí" el duende habló mientras abría la gran puerta y los dejaba pasar, al otro lado, para la sorpresa de Gerald, solo había una gran vía en una cueva, por la oscuridad que solo era eliminada por una simple antorcha, parecía no tener final.

"Esperaba ver bóvedas gigantes y mucho más lujosas" Expresó lo que pensaba Gerald, algo que hizo reír a Dumbledore, pero molestó al duende que lo miró feo.

"Puede que se vea así, pero no hay lugar para el oro más seguro que Gringotts, yo mismo guardo muchas cosas de valor aquí" habló Dumbledore con una sonrisa, realmente se estaba divirtiendo con este niño que decía lo que pensaba y si no lo decía lo demostraba con acciones.

"oh bueno" Gerald se subió al vagón igual que Dumbledore y el duende, sin que Gerald lo esperara, el vagón arranco como si fuese halado por miles de caballos y todo fue cuesta abajo, dando cientos de vueltas y cruces.

Dumbledore parecía divertirse al ver la expresión consternada de Gerald que se agarraba firmemente al vagón. Dumbledore no le diría que el vagón tenía un hechizo que evitaba que salieran volando, no quería arruinar su diversión.

"¡¿Eso fue un dragón?!" Gerald se olvidó momentáneamente de su temor a salir disparado del vagón al ver una gran sombra negra que pasó volando debajo de ellos.

"Tienes mucha suerte, Gerald, hay un par de dragones aquí y casi siempre están dormidos, por eso no muchos los han logrado ver y parecen solo rumores"

"Yo mismo solo los he visto una vez aquí" añadió Dumbledore como una ocurrencia tardía, tantas veces había estado aquí y solo lo había visto a la lejanía una vez hace más de 10 años.

"¡Increíble!" El dragón pareció perderse cuando el vagón dio una vuelta más y después de bajar por unos minutos por fin se detuvo en una gran bóveda con una puerta dorada al igual que la llave.

"Bueno, ten la llave y abre la bóveda, consigue algo en que guardar los galeones y toma algunos para hacer las compras" habló Dumbledore parado a unos metros de la puerta.

"¿No entraras conmigo?"

"Ha-ha-ha, si alguien que no tiene la sangre de los Black se acerca a esa puerta sería electrocutado hasta la muerte" el duende habló con una sonrisa maliciosa al ver como Gerald se estremecía al escuchar el destino de los no invitados. Después de unos segundos de vacilación, se acercó a la puerta con algo de temor y la abrió.

Sus ojos se abrieron al mirar tanto oro y monedas de oro que supuso que eran los llamados Galeones, nunca en su vida había visto tanto brillo junto, pero ahí no salo había oro y galeones, pudo ver muchas cosas de valor como jarrones, joyas, cuadros y demás. Al final de la sala encontró algunas estanterías con varios libros antiguos, leyó sus títulos y no eran nada especiales, solo eran magia normal.

Con la mirada buscó algo en que colocar las cosas y encontró una maleta negra con bordados dorados en el mango, la tomó y la abrió, dentro estaba bastante oscuro y vació. Con algo de curiosidad y cautela metió su mano y sintió una especie de escalera. "¿Qué demonios?" se dijo así mismo sintiendo como la escalera descendía más y más.

"Lo veré después, por ahora…" Tomando bastantes galeones los metió a la maleta y escuchó como caían en lo que parecía ser suelo firme debajo, luego se dirigió a las estanterías y tomó varios libros. "Si los otros están encerrados en lo que sea que sea Askaban, dudo que les importe" se dijo así mismo Gerald.

Después de tomar lo que contó como al menos dos mil galeones y unos diez libros cerró la maleta y miró al lugar una ultima vez, para dirigirse a la salida, antes de que saliera, por el rabillo de su ojo izquierdo miró algo que brillaba más que el oro.

"¿Un anillo?" se preguntó Gerald acercándose, lo que encontró era un anillo dorado, encima de el tenía una B marcada en zafiro que brillaba mucho, mirando a todos lados, decidió guardarlo en la maleta, luego podría ver que era con más tiempo y tranquilidad.

"¿Encontraste lo que buscabas?" La voz tranquila de Dumbledore fue lo primero que escuchó Gerald al salir de la bóveda, después de cerrarla y guardar la llave en la maleta, asintió y sonrió al anciano hombre, se había ganado su confianza.

"Si, ya podemos irnos"

Cuando ambos salieron de Gringotts, el sol empezaba a ponerse, así que Dumbledore sonrió y de su túnica sacó un boleto dorado. "El día ya terminó, lastimosamente, no podré acompañarte más tiempo, este es el boleto del expreso Hogwarts, pasara por la estación central en el andén 9 y 3/4 a las 11:00 de la mañana del 1 de septiembre, tienes que estar ahí puntual o te quedaras por un mes más" Albus dijo mientras le entregaba el boleto y luego le palmeaba el hombro con una sonrisa, ya había notado la extraña maleta, pero decidió no preguntar, después de todo, quería que el niño confiara en el y hacer muchas preguntas no ayudaría para eso.

"Esta bien, yo compraré lo demás, pero… ¿Dónde me quedaré hasta el 1 de septiembre?" Gerald busco con la mirada algún hotel, pero no lograba divisar nada.

"En el caldero chorreante, lo correcto sería llevarte de regreso al orfanato, pero sé que no te gusta ese lugar ni a mi tampoco, por lo que hare una excepción" Dumbledore sonrió mientras conducía al chico de regreso al caldero chorreante donde Tom lo saludó otra vez.

"ah, Profesor Dumbledore, no esperaba verlo aquí de nuevo hoy" Tom miró al niño que había visto hace unas horas, ahora tenía una sonrisa tranquila y cargaba una maleta negra bastante lujosa. "Bueno, veras Tom, el señor Grindelwald quiere una habitación hasta el 1 de septiembre" Albus le dio un guiñó a Gerald que lo hizo sonreír y miró a Tom que parecía estar contando algo.

"Bueno, esos serán 24 galeones y 3 cicles" Tom habló con una sonrisa, era mucho dinero que ganaría de una vez.

"¿Qué son cicles?" preguntó confundido Gerald mirando a Tom que sonrió.

"Los cicles son las monedas de plata, 17 cicles forman un galeón y 1 cicle son 29 knuts de bronce" habló Tom mientras le sonreía a Gerald que lo miró por un segundo. "Entonces serían 493 knuts en un galeón" mencionó mientras hacía cuentas de cuando knuts tendría si al menos tenía dos mil de ellos.

Tom abrió la boca, un poco sorprendido por la capacidad de multiplicar del niño, incluso a el le costó hacer el preció por las habitaciones y era una multiplicación mucho menor y más fácil.

"Eres bueno en matemáticas, te irá bien en estudios Muggles" mencionó Dumbledore mirando a Gerald que sonrió un poco apenado.

"Es cierto, he querido preguntar que es eso de Muggles"

"Bueno, los Muggles son personas no mágicas, a los magos que nacen de ellos se les llama nacidos de Muggles, a los magos que nacieron de ambos padres mágicos se les llama Sangre pura y a los que tienen solo un padre mágico se les llama Mestizos" contestó Dumbledore estudiando la reacción del niño, la ultima vez que había dado una explicación como esta el niño había sonreído creyendo que era superior o especial de alguna manera.

"entonces soy lo que dijo sangre pura… ¿tengo algún beneficio o algo así?" preguntó sorprendiendo un poco a ambos hombres que esperaban ansiosos la reacción del chico. "No, no realmente, al menos que tengas una línea de sangre" mencionó Dumbledore esperando la respuesta del otro lado.

"Bueno, entonces creo que no importa" Gerald se encogió de hombros, si no obtenía nada más que solo el titulo le daba igual. "ah, cierto, aquí están los 28 galeones, quédese con el cambio, la verdad estoy cansado y quisiera descansar ya"

"Entonces yo me despido aquí Gerald, nos veremos en un par de meses" mencionó Dumbledore mientras bajaba su sombrero y se retiraba. "Entonces, sígame, señor Grindelwald, su habitación será la numero 31" Tom guio a Gerald hasta la entrada de la habitación, le dio la llave y se despidió diciendo que, si quisiera comer, podía bajar y comprar comida.

"Que día más caótico, mañana comprare todo lo que pone la carta…" poco a poco, la conciencia cansada de Gerald se desvaneció bajo la suave cama en la que estaba acostado, ni siquiera se había molestado en revisar la maleta, mañana tendría mucho más tiempo y energía.