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Capitulo II

"¿Es esta la carta de Hogwarts que me dijiste antes?" Gerald, vestido con una sencilla camisa roja y un sencillo pantalón corto azul marino, le preguntó a Albus mientras caminaban por las calles de Londres.

"Sí Gerald, esa es la carta de Hogwarts, solo un niño que posee magia puede conseguir una" Albus respondió a su pregunta con una sonrisa.

"En primer lugar, ¿dónde puedo conseguir todos los objetos?" preguntó Gerald mirando todas las tiendas de la calle, pero ninguna tenía las cosas necesarias.

"Espera un momento, seguro que te sorprenderás" Albus se quedó en silencio del resto del viaje, quería divertirse un poco y sabía que la primera vez que un niño visita el Callejón Diagon se sorprende mucho.

"uh, está bien" Gerald caminó en silencio al igual que Albus, de vez en cuando preguntaba algo y con gusto Albus le respondía. Después de caminar unos minutos más, llegaron a un local bastante antiguo, lo realmente extraño era ver como las personas parecía ignorarlo completamente, como si no pudieran verlo.

Albus que entendió las dudas del niño habló. "Esta hechizado para que solo los magos puedan verlo" Gerald admiró silenciosamente el lugar, parecía un simple bar por fuera, pero podía sentir algo extraño viniendo de él.

"Entremos" Albus tomó la iniciativa después de unos segundos de contemplación.

"Está bien"

Dentro del local el cual se llamaba Caldero Chorreante, varias personas vestidas de manera anticuada al igual que Albus yacían sentadas en varias mesas replegadas por todo el local.

"Oh, Profesor Dumbledore es bueno verle ¿lo de siempre?" un señor algo regordete y con un bigote largo saludó con entusiasmo al anciano que se acercó con una sonrisa al taburete. "Hoy no Tom, acompaño al señor Grindelwald para conseguir sus materiales para Hogwarts"

El señor al cual Albus se había referido como Tom abrió sus ojos un poco mirando intensamente al chico que tenía delante, luego sonrió amistosamente. "Un placer conocerte señor Grindelwald, soy Tom el cantinero, si tiene sed, no dude en venir"

"Gracias… lo tendré en cuenta" algo incomodo por la anterior mirada del hombre, Gerald habló con nerviosismo.

"Bien, sigamos Gerald" Después de que se despidiera del cantinero, ambos caminaron entre las mesas, después de pasar por ellas y que Albus fuera saludado por varios clientes, llegaron a un pequeño callejón sin salida.

"¿Hay alguna puerta secreta o algo así?" la pregunta de Gerald fue bien recibida por parte de Albus, pero no la contestó, simplemente sacó su varita y tocando en tres lugares casi formando un triángulo, la pared se abrió deslizándose a los lados.

Gerald abrió los ojos bastante sorprendidos, había esperado una especie de mercado con toldos y cosas por ese estilo por las vestimentas que llevaban, pero lo que recibió fueron tiendas concretas y bien cuidadas. Frente a él se extendía una calle que no parecía tener final con tantas vueltas que daba.

Admirando todo el lugar Gerald se paseo por cada vitrina que encontraba, logro mirar muchas cosas interesantes, desde animales exóticos, hasta calderos gigantes y materiales como ojos extraños y patas de gallina. Luego de unos minutos así, miró una multitud de niños de su edad pegados a una vitrina y con curiosidad se acercó.

"Esa es la nueva Nimbus 2000, la más rápida de todas" la voz de un niño fue todo lo que Gerald pudo discernir entre tantos murmullos, alcanzando a ver bien la vitrina encontró una escoba que parecía muy bien hecha, su madera oscura brillaba con el sol, tenía algunos anillos dorados que sujetaban el palo con la parte trasera, el nombre Nimbus 2000 estaba tallado en el palo majestuosamente en color dorado.

"¿una escoba? ¿acaso vuela o algo así?" se preguntó más a si mismo Gerald, pero un chico logró escucharlo y contestó. "Claro que vuela y muy rápido, por cierto, soy Ronald Weasley, pero puedes llamarme Ron" Gerald volteó la mirada y pudo observar a un chico de su edad con cabello rojizo, tenía varias pecas en su rostro y parecía sucio, como si no hubiera tocado un baño en semanas.

"Ya veo, un placer, soy Gerald Grindelwald" El niño llamado Ron sonrió y le tendió la mano, algo que él acepto sin muchas complicaciones, era la primera interacción amistosa que tenía con alguien de su edad desde que tenía memoria.

"Por cierto ¿iras a Hogwarts? Yo sí, de hecho, estoy aquí con mis padres y mis hermanos para comprar todo" rápidamente el pelirrojo habló mientras señalaba a lo lejos a un hombre que se parecía mucho a él y estaba hablando con Albus.

"Si, hoy me entere por parte del señor Dumbledore que mis padres fueron magos y que yo también lo soy" Ron sonrió al escuchar el nombre del mayor mago de todos los tiempos, al menos para él.

"¿Eres huerfano?" preguntó un poco curioso el pecoso, algo que hizo entristecer un poco a Gerald al recordar la historia de sus padres. "Si" fue todo lo que obtuvo Ron como respuesta.

"Ven, te presentaré a mis hermanos" Ron haló de la mano a Gerald que miraba confundido la actitud del chico, parecía ser muy hiperactivo y para nada receptivo de lo que decía o actuaba, si no supiera que el niño era así, pensaría que se estaba burlando de él por no tener familia.

Gerald fue arrastrado hasta una tienda de libros llamada Flourish & Blotts, al entrar encontró a 4 personas discutiendo algo, todos tenían el cabello del mismo tono rojizo de Ron quien sonrió y lo arrastró hasta el frente de todos ellos.

"Mira Gerald, ellos son mis hermanos Fred y George son gemelos, ella es mi hermana pequeña llamada Ginebra, pero todos le dicen Ginni, y ella es mi madre se llama Molly" Ron señaló a cada uno de ellos y la discusión que estaban teniendo se detuvo abruptamente para mirar al chico que Ron había traído.

"Tengo más hermanos, pero no están aquí ahora"

"Un placer pequeño ¿Cómo te llamas?" La señora llamada Molly saludó mientras se acercaba a ellos, detrás de ella la niña llamada Ginni se escondía y los otros dos hermanos sonrieron divertidos.

"Soy Gerald Grindelwald, un placer conocerlos a todos" Con algo de vergüenza Gerald se presentó, los mayores abrieron un poco sus ojos, pero ninguno mencionó nada. La señora Molly sonrió felizmente y asintió.

"¿Vienes con tus padres?" la pregunta hizo que Gerald frunciera un poco el rostro, pero luego sonrió y negó con la cabeza.

"Soy huerfano, estoy aquí gracias a que el señor Dumbledore me trajo"

Molly se tapó la boca con vergüenza y se disculpó rápidamente, luego de esa incomoda interacción llegó Dumbledore junto con el padre de Ron que supo se llamaba Arthur.

"Aquí estabas Gerald, antes de comprar debemos ir por tu dinero" Dumbledore habló tranquilamente mirando a Gerald que parecía un poco incomodó y la señora Molly un poco avergonzada.

"Pero yo no tengo dinero" mencionó Gerald confundido, ni siquiera recuerda haber estado aquí, luego pensó en la posibilidad y preguntó. "¿mis padres me dejaron algo?"

"Si, te dejaron mucho más de lo que crees" Dumbledore mencionó con una pequeña sonrisa, luego se disculpó con los Weasley y se llevó a Gerald que dio una ultima mirada a la familia peculiar y se fue con alguna dirección en la mente de Dumbledore.

"¿Quién era el?" la voz de la tímida niña preguntó con curiosidad al mirar la espalda del niño rubio de ojos de distinto color, resaltaba a la vista como un pulgar dolorido entre la multitud de personas.

"Hable con Dumbledore y me dijo que era nieto de Gellert Grindelwald y heredero de la casa Black, ya que los últimos herederos están en Askaban" mencionó Arthur viendo como ambos sujetos se alejaban en dirección al gran edificio blanco.

"Ya se me hacía conocido el apellido Grindelwald" mencionó Fred con una sonrisa mirando a su hermano que abría los ojos en comprensión. "¡Gellert Grindelwald! Como el de la tapadera de la rana de chocolate… ¡El mago oscuro Gellert Grindelwald!" Ron exclamó llamando la atención de varios compradores en la tienda, algo avergonzado por su arrebato miró al suelo.

"Si, pero no se lo menciones, podría ser un tema sensible" habló Molly con tristeza, había hablado de más y el niño había sido herido al recordar a sus padres.

Mientras Albus caminaba, Gerald no pudo evitar preguntar. "Esas personas parecían conocerme ¿por qué?" cuestionó mirando a Dumbledore que se detuvo abruptamente.

"Tu abuelo fue muy conocido, lastimosamente, no por cosas buenas" mencionó Albus mientras reanudaba su caminata, Gerald notó un poco de tristeza en la voz de Dumbledore, pero decidió no seguir preguntando, se enteraría tarde o temprano.