Mundo Shinobi - Chunin - 268

Después de presentarse delante de Kain y Kaoru como el equipo de Hiruzen, Hiruzen le pidió a Kaoru que entrenara con los tres niños y los pusiera a prueba. Al mismo tiempo, Hiruzen alejo a Kain treinta metros del terreno de práctica y desde esa distancia, miraron el entrenamiento. Tsunade y Orochimaru atacaban a Kaoru con todas sus fuerzas como si realmente la quisieran vencer mientras Jiraiya solo se lanzaba a Kaoru con la intención de abrazarla. Sin embargo, ninguno estaba a la altura de Kaoru y ni siquiera la podían tocar, ya sea con kunais, shuriken, jutsus, nimpo, taijutsu o cualquiera otra técnica. Por otro lado, Kaoru era una estricta senpai y castigaba con una varilla cada vez que alguno bajaba la guardia. En términos simples, Jiraiya era el único feliz con este tipo de entrenamiento.

Al mismo tiempo, Kain se agarraba el estómago y se reía a carcajadas mientras Hiruzen solo quería encontrar un agujero en la tierra donde esconderse.

—Realmente encontraste un discípulo de acuerdo con tus estándares— dijo Kain con una gran sonrisa en los labios mientras se limpiaba las lágrimas de tanto reír.

—No lo digas— dijo Hiruzen apenado —Jiraiya esss…un poco inmaduro, pero muy trabajador—

—Bueno, puedo decir que en eso también se parecen ustedes dos— respondió Kain de buen humor. Tomo una profunda respiración y le preguntó sin apartar la mirada del entrenamiento —¿Y? ¿Para qué me necesitas?—

—La próxima semana vamos a realizar los exámenes chunin— dijo Hiruzen mirando a Kaoru pasar por debajo del brazo de Orochimaru y ganarse a su espalda para darle un fuerte varillazo en las nalgas. Al mismo tiempo, Tsunade saltó por detrás de ella con la intención de darle un puñetazo, pero Kaoru solo tuvo que dar un paso a un lado y la evito, para después castigarla igual que a Orochimaru. Después saltó Jiraiya con la intención de taclearla, pero sus manos iban dirigidas a los senos de manera descarada y por eso, Kaoru le golpeo las manos y cuando cayó al suelo, ella le siguió dando con la varilla y regañándolo por ser un niño malo.

—Eso lo sé— respondió Kain frunciendo el ceño ante lo tonto que fue Jiraiya al lanzarse de frente contra Kaoru. Está bien pretender a alguien, pero uno nunca trata de robarle los cachorros al león cuando está despierto. Kain se preguntó si era masoquista o solo inconsciente de su situación.

—Bueno, para ser breve, te quería pedir que nos ayudes a vigilar— respondió Hiruzen

—Entiendo ¿Me pagaras como a cualquier otro shinobi?—

—¿Vas a cobrar?—

—Claro, si lo hago gratis, Saru me empezara a pedir ayuda cada vez que le falten manos—

—Está bien, te pagare como a un jounin de elite—

—Eso es mejor—

Hiruzen soltó un suspiro y asintió viendo a Jiraiya llorar por la cantidad indiscriminada de golpes que le dio Kaoru en su enojo. Ella se sintió mal y se agacho en el suelo para abrazarlo. En cuanto Kaoru puso la cabeza de Jiraiya en su pecho todo el llanto se detuvo y el niño cayó inconsciente mientras sangraba por la nariz.

Kain soltó un suspiro, teniendo mucho que decir con respecto a las tácticas suicidas de Jiraiya, pero lo dejo pasar pensando que solo era un niño tonto —bueno, tu discípulo logra todo lo que se propone. Sin embargo, deberías enseñarle sentido común, porque si fuera un adulto, le arrancaría la cabeza por hacer eso—

—Vamos, Kain, es solo un niño—

—Lo sé, pero no me gustan sus instintos— respondió Kain con el ceño fruncido y mirando de soslayo a Hiruzen —se parece a cierto mirón sin honor que trataba de espiar a mi madre—

Hiruzen se hizo el desentendido y miró hacia otro lado como si eso no tuviera nada que ver con él. Después tosió y dijo —volviendo al tema de los exámenes chunin, te quería pedir un favor especial—

—¿Qué sería? Te digo desde ya que no voy a andar evaluando a un montón de mocosos soberbios con habilidades mediocres—

—No, no es eso, muchos de tus conocimientos estarían erróneos según los textos de estudio y los terminarías suspendiendo a todos—

—¿Entonces qué es?—

—Bueno, el tercer raikage va a venir con la delegación de Kumo—

—El raikage debería ser responsabilidad del hokage— dijo Kain, sonriendo por dentro, pero manteniéndose serio por fuera. Esta era una buena oportunidad para entablar relaciones con personas de otros países. La más feliz sería Naomi. Sin embargo, no era bueno demostrarlo frente a Hiruzen o quisa iba a solicitar una parte de la torta.

—Sí, bueno— respondió Hiruzen con una sonrisa incomoda —verás, conocí a Jin en la nación del Trueno y dejo una gran impresión— todavía recordaba como ese tipo rubio y de cuerpo muscular se lanzó por una montaña de doscientos metros de altura y sobrevivió —pero si hay problemas me gustaría que un poderoso maestro de sellos estuviera presente para controlar la situación—

—Los sellos no hacen milagros, Saru— dijo Kain con una expresión molesta.

—Está bien, lo entiendo— respondió Hiruzen —te pagare como si hicieras una misión de rango A—

—¿Solo Rango A? Me estas pidiendo que controle a un desastre ambulante que el señor hokage apenas puede manejar con sus propias manos ¿Crees que soy dios o algo por el estilo?—

—Vamos, Kain, el presupuesto de Konoha está apretado este año. Ayúdame con esto—

Kain pensó en Tsubaki, recordó el salón de té y dijo —está bien, pero a cambio los Kages comerán en el Salón de té de la Serpiente y la Luna—

—Kain, vamos, no compliques las cosas— respondió Hiruzen —ya tenemos hechas las concesiones—

—Me importa una bola, esas son mis condiciones ¿Aceptas o no?—

Hiruzen soltó un suspiro y dijo —a veces se me olvida que solo tienes trece años, deberías madurar—

—Se llama negociar Hiruzen, yo tengo algo que tú quieres y por eso vas a pagar un valor— respondió Kain —lo que sea, me encargare de tu problema, así que siéntete agradecido—

—Sí, sí, sí muchas gracias— dijo Hiruzen negando con su cabeza mientras tornaba los ojos al cielo en un gesto de fastidio

—Hablemos de algo feliz— dijo Kain —¿Cómo está Hideaki-kun?—

Hiruzen sonrió pensando en su hijo y respondió de manera tonta —está grande—

Kain lo miró de soslayo preguntándose por el estado mental de su amigo ¿Qué significa que un bebé este grande? ¿Eso es fuerte, saludable, feliz o todas las anteriores? Kain negó con la cabeza y le siguió preguntando cosas a Hiruzen sobre su hijo, pero Hiruzen siempre respondía cosas demasiado ambiguas que al final Kain juzgaba que eran buenas por la expresión de alegría en el rostro de Hiruzen.

El entrenamiento termino tres horas después y Kain junto a Kaoru y Tsunade caminaron juntos a casa. Kaoru era la que iba de la mano de Kain y Tsunade, como si fuera un puente entre los dos. Por supuesto, Tsunade nunca tomaría la mano de Kain, primero muerta antes de asociarse con un sucio Uchiha, pero como era Kaoru, estaba bien.

De esa manera, los tres caminaron por las calles de Konoha y se desviaron un poco al distrito Ino-Shika-Cho. Pasaron por fuera de la tienda de dangos y compraron una docena de brochetas. Se sentaron en la banca bajo el amparo de una amplia sombrilla y se dedicaron a comer dulces.

—Oye Uchiha— dijo Tsunade sentada al lado izquierdo de Kaoru mientras masticaba una pelotita de dango —deberías ser más respetuoso con sensei—

—Ya te lo dije, Senju— respondió Kain sentado a la derecha de Kaoru mientras se echaba un dango a la boca —somos amigos, los amigos se hablan así—

—Sarutobi-sensei es un adulto, diferente de un mocoso como tú—

—Yo conozco a Saru desde hace años— dijo Kain —incluso sé cosas de él que lo podrían avergonzar—

Tsunade trago el dango, se inclinó hacia adelante y lo miró con curiosidad.

Kain sonrió con astucia y le preguntó con una sonrisa burlesca —¿Te interesa saber?—

Tsunade frunció su pequeño ceño, enderezo su espalda y soltó un bufido mientras miraba hacia otro lado —odioso— murmuro

—Kain-sama no es odioso, Tsuna-chan— dijo Kaoru mientras disfrutaba de los dangos —Kain-sama solo es un poco travieso. Naoko-okaa-sama me contó que cuando Kain-sama era pequeño, Mito-sama lo pasaba regañando porque todo el tiempo le jugaba bromas—

—Eeeeeeh— respondió Tsunade con una sonrisa burlesca, miró a Kain y después miró a Kaoru —Kaoru-nee, dime otras cosas—

—Ooh, lo siento Tsuna-chan, pero eso es lo más terrible que le pasaba a Kain-sama— respondió Kaoru evitando dar más información —Naoko-okaa-sama es una madre amorosa, así que no recuerda casi nada malo de Kain-sama—

—Es una pena— dijo Tsunade

—Cierto, una pena— respondió Kain frunciendo el ceño

—No me mires con esos ojos sucios— dijo Tsunade

—Nadie te está mirando—

—Tú me estas mirando—

—Sí, sí, yo te estoy mirando— dijo Kain mirando hacia otro lado con fastidio

—Vamos, vamos— intercedió Kaoru con un tono de voz reconciliador —todos somos amigos, debemos llevarnos bien—

—Yo soy amiga de Kaoru-nee, pero nunca de este tipo— respondió Tsunade

—Eso está mal— dijo Kaoru poniendo una expresión seria —todavía no le he dicho a nadie salvo a Kain-sama, pero voy a viajar por un tiempo—

Eso dejo congelada a Tsunade por un instante y después le dijo en un tono mimado —pero Kaoru-nee no dijo nada—

—Por eso dije —todavía no le he dicho a nadie—. Bueno, lo importante para mí es que Tsuna-chan se lleve bien con Kain-sama o si no me sentiré preocupada—

—Pero, él es Uchiha, él es malo— dijo Tsunade enfurruñada

—Eso no es verdad y Tsuna-chan lo sabe— respondió Kaoru poniendo su mano izquierda sobre la derecha de Tsunade —Kain-sama es una buena persona, familia de Tsuna-chan y alguien que quiere mucho a Nawaki-chan. Tsuna-chan lo sabe, pero sigue diciendo esas cosas feas—

—Déjalo, Kaoru, siempre ha sido así— respondió Kain con indiferencia

—Cállese Kain-sama, no me ayuda— respondió Kaoru en un tono enojado. Kain alzo la ceja algo sorprendido, pero se quedó callado.

Al mismo tiempo, Tsunade miró a Kain y Kaoru. Esta última había puesto un inusual rostro serio que cualquiera que conociera su tierno carácter, se sorprendería.

Tsunade agacho la cabeza y murmuro —lo intentare—

Kaoru miró a Tsunade y le preguntó —¿Qué cosa?—

—Lo intentare. Tratare de llevarme bien con este tipo— dijo Tsunade —pero solo será por Kaoru-nee. Si se pone odioso igual que siempre no me volveré a molestar—

Kain negó mirando al cielo mientras ponía una expresión de exasperación. Siempre era ella diciendo cosas desagradables, por eso no podían ser amigos. Sin embargo, ahora se estaba haciendo la víctima. Lo que sea, si gracias a esto puede cumplir con el deseo de su tío, que así sea.

—¿En serio?— preguntó Kaoru con una amplia sonrisa —eso me alegraría mucho, Tsuna-chan. Todos somos familia, deberíamos llevarnos bien. En el futuro cuando me case con Kain-sama seremos hermanas de verdad—

Eso hizo sonreír a Tsunade, ya que Kaoru siempre fue dulce con ella desde que eran pequeñas. Por otro lado, miró a Kain al otro lado de Kaoru y se preguntó qué tenía de bueno para que le gustara tanto a Kaoru. Para Tsunade era todo un misterio.