"Goku-san..."
Goku se giró y vio que Rias estaba detrás de un árbol, lo había visto todo pero dejó seguir el desarrollo natural de los acontecimientos...
Ella tenía confianza plena en Goku.
-Nos veremos dentro de unas... cuatro horas Gremory-senpai, debo ir a clase -se despidió el azabache con una sonrisa bastante fingida.
Rias se percató de ello.
Pero no tuvo tiempo de proferir nada más pues el pelinegro se marchó. Lo único que pudo hacer es tomar a Kiba para así sanar sus heridas.
Ya hablaría con él más tarde.
Horas después.
Suspiró con bastante cansancio.
Acababa de hacer dos exámenes dado que se ausentó de la escuela durante una semana, que transcurrió luchando en el castillo demoníaco.
Pero por fin pudo ponerse al día.
"¿Qué tal te fueron?"
Goku levantó la cabeza encontrándose con la sonrisa de Murayama, quien como de costumbre venía acompañada de su mejor amiga Katase.
-Regular, no estudié nada pero por suerte la mayoría eran cosas que ya vimos el trimestre pasado -respondió el chico con resignación.
Pero Murayama lejos de alegrarse le miró con desaprobación y le encaró con la mirada haciendo que Goku tragara saliva asustado.
-¡¿Cómo?! ¿Tan pronto olvidaste que tú fuiste el mejor alumno del trimestre pasado? -le recriminó Murayama acribillándole sin compasión alguna.
Katase sonrió nerviosamente ante eso.
El pelinegro le envió una mirada de auxilio...
Pero ella le ignoró completamente.
-N-no, claro que no... pero no tuve tiempo para estudiar y -iba a excusarse Goku pero el segundo asalto de Murayama se le adelantó velozmente.
-¡No quiero oír tus excusas! ¡Esta tarde vas a estudiar con Katase, Aika y conmigo! -le ordenó Murayama autoritariamente- ¡¿Me entendiste?!
-¡Siiiii! -Aika saltó de alegría al oírlo.
-Es verdad, hace tiempo que no estudiamos juntos -agregó Katase apoyando a su amigo y Goku la miró bastante dolido por su traición.
Katase le ignoró y le traicionó.
-Uh... está bien, ustedes ganan -habló Goku suspirando con lasitud- "Pero es cierto, debo seguir mis estudios por la señora Juhee..."
¡Claro que no se había olvidado de ella!
En su mente Goku iba restando cuántos días faltaban para irse a Asgard a por uno de los tres ingredientes para el agua bendita de la vida...
Por lo menos ya había obtenido uno...
Murayama siguió mirándole con aprensión y Goku se levantó de su asiento sonriendo con nervios al percibir aquella mirada sobre él.
Una mirada que calaba hasta sus huesos.
-Pero ahora estamos en el tiempo de receso... ¡déjame salir un rato! -se quejó un chibi Goku y salió corriendo de aquel aula sin mirar atrás.
Murayama miró esto con sorpresa y sin poder evitarlo se rió a carcajadas. Katase no se quedó atrás y Aika se unió a las risas de sus amigas.
"¡Qué mujer!"- pensó Goku escuchando las risas desde fuera, cuando se cercioró de que Murayama no le seguía empezó a caminar.
Se llevó entonces las dos manos a la nuca y cerró sus ojos disfrutando de la suave brisa que golpeaba su rostro, era sumamente relajante.
Estaba yendo hacia el viejo edificio para hablar con Rias, aunque le surgió la tentación de visitar a Tsubaki y llevarla consigo a pasar el tiempo.
¿Por qué no? Era su novia...
"No, primero he de ver cómo se encuentra Kiba"- pensó Goku negando la tentadora idea, sabía que se excedió y temía que tuviera heridas graves.
Se fue hacia el viejo edificio, y a mitad de trayecto se encontró con Issei, quien parecía encaminarse a la misma dirección que él.
-¡Eres tú Goku-san! ¡Te estaba buscando! -Issei pregonó con una sonrisa y comenzó a caminar a la par de su amigo quien le atisbó sonriente.
-¿Qué hay? Por cierto, fue un gran ataque el de anoche, no sabía que usabas tan bien la espada Issei -habló Goku con una sonrisa burlesca.
Issei le miró confuso por unos segundos pero rápidamente recordó que ayer blandió a Durandal para destruir a los tres Cerberus.
-¡Gracias Goku-san! Aunque... un momento, ¿cómo es que viste todo eso? -preguntó Issei desconcertado- ¿Acaso tú... ya estabas ahí?
La sonrisa de Goku le delató.
-¡¿Pero por qué no actuaste antes?! -se quejó Issei y era muy comprensible, Goku les estuvo observando mientras que ellos batallaban.
-Jajaja lo siento, quería entrar en el momento idóneo -contestó el pelinegro rascando su nuca- Además, todos lo hicieron bastante bien sin mí.
Issei sonrió con sus ojos destellando.
-¡Pero lo que hiciste tú fue genial! ¡Derrotar a Kokabiel, luego al otro caído y por último al raro de aquella armadura blanca! -exclamaba Issei.
Goku frunció el entrecejo al recordar a Vali Lucifer. No quería volver a toparse con él de momento, sería un suicidio hacer aquello.
Todavía tenía que volverse más fuerte.
Pero había algo que le inquietaba aún más.
Y ese algo no era precisamente bueno.
"El llamado dragón emperador blanco es el rival destinado de Issei, eso quiere decir que tarde o temprano ambos pelearán"- pensó el pelinegro.
No es como si él estuviera subestimando a su amigo, pero en estos momentos Issei no tenía la capacidad de plantar cara frente a tal desafío.
-Issei, tienes que volverte fuerte... -profirió el chico con una expresión facial más serena y el pelicastaño le miró durante unos instantes.
Tras eso, apretó sus puños.
-Lo sé, pero por más que entrene no consigo evolucionar ni alcanzar eso que llaman Balance Breaker -contestó Issei con suma decepción.
Estaba decepcionado consigo mismo.
Goku sonrió ante aquellas palabras y puso una mano en el hombro de su amigo, quien le dedicó una mirada absolutamente esperanzadora...
-Nadie dijo que volverse fuerte sería una tarea fácil, aunque si quieres puedo ayudarte con eso... -habló Goku y los ojos de Issei brillaron.
-¡¿Cómo?! ¿Me llevarás a entrenar al sitio donde pasaste la última semana? -preguntó Issei con el entusiasmo propio de un niño, estaba contento.
-Quizás, ahora toca llegar al club de lo oculto... ya luego hablaremos de eso -indicó el azabache acelerando el paso e Issei no se estancó atrás.
Se entretuvieron hablando de algunas cosas triviales, hasta que un par de minutos después se adentraron en la sala del club de lo oculto.
-¿Dónde está? -preguntó Goku centrando sus ojos en Rias y ella asintió sabiendo de qué se trataba, había cierta complicidad entre ellos.
-Asia curó sus heridas y desde entonces está descansando -informó Rias haciendo que Goku suspirara mientras buscaba algún asiento.
-Lamento haberme sobrepasado con él... pero donde terminan las palabras es donde empiezan los golpes -profirió Goku y la pelirroja asintió.
A veces las palabras no bastaban.
-Cuando se despierte te lo agradecerá, estoy segura de que lo que dijiste le hará cambiar de parecer... -agregó Rias con una gran sonrisa.
"¿A quién le hará cambiar de parecer?"
Goku se volteó al escuchar esa voz y se percató de que era Xenovia quien estaba hablando, vestía una camiseta junto con unos vaqueros azules.
-No pensé que seguías por aquí.. -confesó el pelinegro con una sonrisa nerviosa- ¿Decidiste quedarte aquí en Kuoh finalmente o qué jeje?
Xenovia caminó hacia el asiento donde estaba Asia, quien estaba descansando sobre el mismo. Se sentó y asentó sus ojos dorados en Goku.
-Tras descubrir la verdad acerca de dios... perdí una parte muy importante de mí, me sentía vacía -relató Xenovia recordando aquella sensación.
Una sensación que ella aborrecía totalmente.
Una sensación que absorbía sus ganas de vivir.
Pero Xenovia no hizo nada precipitado.
-Siento que en este lugar podré recuperar esa parte y ser una nueva persona... aquí podré ser feliz de verdad -Xenovia explicó sonriendo.
-Ojalá sea así, ¿y dónde está tu otra amiga? -inquirió Goku no viendo en ningún lado a Irina.
Xenovia soltó un suspiro.
-Volvió para dar el reporte de la misión, ella no sabe sobre la última decisión que tomé y espero que guardes el secreto -declaró ella viéndole.
Flush.
Antes de que Goku pudiera pronunciar palabra alguna un par de alas demoníacas salieron de la espalda de la hermosa peliazul antes exorcista.
Ahora era una diablesa.
Una en todo su esplendor.
Goku parpadeó varias veces sin dar crédito a lo que estaba viendo, ¿qué es lo que hacía Xenovia, una humana exorcista, con alas de demonio?
-Ya lo entiendo, ahora eres la nueva pieza de Rias-senpai -indicó el pelinegro con sorpresa y Xenovia asintió feliz enseñándole el pulgar.
"Aunque sea muy irónico que siendo ella una creyente se vuelva un demonio, pero bueno si ella es feliz el resto no importa"- pensó Goku.
-¡Bien, lo adivinaste! ¡Soy su caballero Xenovia Quarta! -se presentó la muchacha entusiasmada y Rias sonrió mirando a la nueva integrante.
-Mañana se unirá a su clase, por lo menos en lo que queda de trimestre -habló Rias y el azabache asintió, aunque tanto no le veía sentido a eso.
¿Para qué ir a clase en el último trimestre?
-Ahora que lo recuerdo, esta mañana oí algo acerca de una reunión sobre facciones -habló Goku esperando a que Rias le esclareciera.
-Dentro de unos días los principales lideres de facciones se reunirán para hablar sobre lo sucedido contra Kokabiel -le informó Rias.
Goku asintió, ya sabía eso.
-Aunque no pertenezcas a ninguna tienes que por haber sido tú quien derrotó a Kokabiel en su día -añadió la pelirroja y Goku asintió otra vez.
-Me lo imaginaba, aunque por un lado tengo ganas de conocer al resto de líderes -confesó Goku con una sonrisa llena de entusiasmo.
Rias le miró más tranquila.
La sonrisa falsa que mostró horas antes le preocupó, pero ahora que le veía sonreír como de costumbre se encontraba más relajada.
"Aquí traigo el almuerzo"
Una voz suave sonó y Goku advirtió la presencia de Akeno, que transportaba un carro sobre el que habían bandejas de pasteles, tazas de té y más.
-¡Por fin comida jiji! -exclamó Issei saltando de alegría, había estado ordenando los folletos que repartiría de noche a los clientes habituales.
Era su trabajo como demonio.
Goku sonrió al ver a su amigo y soltó una pequeña risa, estaba empezando a disfrutar estos momentos en el club de lo oculto.
"Ara ara Goku-san"
Se sobresaltó al oír aquellas palabras y se giró levemente viendo que Akeno estaba cerca de su oído y presionando su espalda suavemente.
-¿Q-qué ocurre Akeno-senpai? -preguntó Goku ruborizado al sentir un par de globos sedosos en su espalda, no eran otra cosa que sus pechos...
Los más grandes que había sentido.
-Pude ver tu pelea de antes, la forma tan dominadora con la que luchaste me sedujo totalmente... Go~ku-san -susurró Akeno.
Además, ella estaba lamiendo su oreja...
El joven sentía que estaba al límite, no podía seguir conteniéndose más si Akeno seguía así.
Cualquiera habría sucumbido hace tiempo.
-Por tu culpa estoy tan... excitada, ¿no vas a hacerte responsable de ello? -preguntó Akeno haciendo que Goku abriera sus ojos por eso.
"¡Akeno!"
Rias se quejó frunciendo el ceño con molestia, su amiga no podía coquetear con alguien que ya estaba ocupado, y no con una sino con dos...
-Sólo estaba charlando Buchou -se excusó Akeno con una sonrisa y se giró hacia Goku- Seguiremos con esto mañana en la piscina...
"¿Piscina? ¿Qué?"- se preguntó Goku sin entender nada y Akeno se marchó soltando pequeñas risas ante la mirada de Rias.
Sin duda Goku era divertido.
Y sobretodo, era muy atractivo....