Había pasado una semana desde la lectura del Testamento y Valerie no sabía qué había salido mal. Sus tarjetas de crédito habían dejado de funcionar. Intentó contactar al banco por teléfono, pero habían dejado de atender sus llamadas.
Necesitaba pagar los cargos de la habitación del hotel. La comida, su transporte, sus visitas al club. Todo necesitaba dinero.
Esa mañana, cuando iba al comedor a desayunar, un gerente se acercó a ella y le recordó el monto que debía.
Necesitaba visitar su banco en la ciudad de Sangua pero no podía dejar Kanderton sin pagar sus cuentas del hotel. Esa fue la razón por la que decidió encontrarse con Nina.
Fue al Palacio MSin y por un breve momento, una ola de celos la invadió. El palacio ya no tenía MSin escrito en él. En cambio, en letras negritas, estaba escrito:Palacio Marissa Sinclair.
Aún estaba furiosa cuando el mayordomo la llevó adentro y la hizo sentarse en la sala de estar.
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