Con los círculos mágicos brillando intensamente en el suelo, los otros cuatro miembros del grupo emergieron, sus contornos envueltos en un halo de energía pulsante.
Como precaución, Alina había pintado un círculo mágico de conexión en cada uno de sus colegas, para que si ocurría una emergencia, pudiera transportarlos sin importar dónde estuviera. Esto también incluía su último plan, que consistía en que Alina se entregara y la llevaran a la Ciudadela de los Magos, superando así su mayor desafío.
Vorian observó con asombro y aprensión cómo estas extrañas personas aparecían ante él. Para él, todos eran desconocidos.
Una de las personas era una chica de baja estatura con cuernos curvados en su cabeza y una cola de lagarto. Tenía ojos rojos y una expresión seria en su rostro.
—Bueno, la magia de Alina ha terminado el efecto de la poción de disfraz —dijo Xisrith, colocando la yema de un dedo en la punta de uno de los cuernos.
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