Amenazar con un arma a una de las candidatas de la Selección Real no sólo era una traición al reino, sino que era algo mucho más nefasto que la infamia. Normalmente, era imposible que el infractor pudiese escapar a la pena de muerte después de cometer un crimen tan atroz. No obstante, ¿cómo manejaría Reinhard esta situación?
Por lo menos, Subaru no podía deducirlo mirando el perfil de la expresión de Reinhard.
_Al: …Lo siento, pero me voy de aquí.
_Subaru: …¿Eh?
Quizá distraído con los pensamientos de Reinhard, Subaru no reaccionó hasta que Al se puso de pie. Apartando su espalda de la pared, Al parecía como si fuera a ignorar a Subaru.
Dándose cuenta de esto, Subaru sujetó rápidamente el hombro de Al, obligándolo a encararlo.
_Subaru: ¡E-Espera! ¿Te vas? ¿De qué estás hablando? Ahora mismo, necesitamos a cada luchador que podamos conseguir, ¿y tú quieres marcharte? ¿Estás loco?
_Al: Loco o lo que sea, el único demente serías tú por contarme como un luchador desde el principio. Si tomaras a cualquier sujeto al azar en los refugios, con algo de experiencia en peleas, seguro que lo haría mucho mejor que yo. Así que no importa si me voy.
_Subaru: ¡Sí que importa! ¡No me vengas con esa actitud de mierda! ¿Qué te sucede de repente? ¡Si tienes algo que decir, dilo!
_Al: ――Tú eres la única persona de la que no quiero escuchar eso, colega.
Quitándose el brazo de Subaru de encima, la penetrante mirada de Al lo atravesó desde su casco.
Esa mirada indescriptible y ese tono impropio provocaron un escalofrío en la espalda de Subaru.
No era hostilidad ni deseo de asesinar, pero seguía siendo un sentimiento igual de fiero. Subaru sintió como si antes hubiera visto ese inexplicable sentimiento en algún lugar, pero no podía recordar dónde o qué era. Y siguió así sin entender mientras continuaban con su disputa, cuando――
_???: ¡Mi inspiración está brillando! Escuchen, por favor: ―♪♪ Tu mirada hace que el calor aumente en mi pecho~ ♪♪―
_Subaru: ¡¡Cállate!!
_???: ¡¿Pyiit?!
Subaru por reflejo arremetió contra la feliz e inocente voz que salió de la nada, cuya dueña saltó ante ese grito y cayó extravagantemente sobre la mesa detrás de ella. Rodando, gimiendo y lamentando, era una chica de piel morena――
_Subaru: Tú eres... ¡¿Liliana?!
_Liliana: ¡Uugyaouu! ¡Mi codo! ¡Mi rodilla! ¡Cada hueso de mi cuerpo que puede ser un hueso está destrozado! ¡Todas mis seis costillas están rotas! ¡Sin duda!
La que enérgicamente estaba rodando en el suelo enfrente de Subaru era la Diva, Liliana. Viéndola ser la misma de siempre, Subaru ni siquiera se molestó en señalar que los humanos tienen más de seis costillas, únicamente se dio una palmadita en el pecho con alivio.
_Subaru: Estaba bastante preocupado después de que nos separamos, pero me alegra verte a salvo. Es un alivio.
_Liliana: ¡¿A salvo?! ¡¿No puedes ver que estoy al borde de la muerte aquí?! ¡¿Cómo puedes mostrarte aliviado en frente de una damisela en peligro?! ¡¿Qué clase de retorcido humor es ese?! ¡Mi inspiración está brillando! Escuchen, por favor: ―♪♪ ¡Dedos! ¡Orejas! ¡Y ojos~! ♪♪― 』
_Subaru: Sigues muy animada, ¿no?
Sentada con las piernas cruzadas en el suelo, rasgueó su laúd-lira, recuperándose de repente. Aunque la brusquedad de su recuperación fue bastante inquietante, Subaru se alegró de que estuviera bien.
_Subaru: Pero, ¿por qué viniste al Ayuntamiento? En estos momentos es muy peligroso andar deambulando por ahí afuera…
_????: Porque yo estoy aquí, ¿acaso no es obvio, plebeyo?
_Subaru: Gh.
Antes de que pudiera preguntarle a Liliana cómo había llegado aquí ilesa, una arrogante voz respondió la pregunta en su lugar. Junto con el sonido de tacones pisando el suelo, una mujer en un rojo resplandeciente ingresó a la sala de conferencias. Adornada de rojo de pies a cabeza, vio a todos en la habitación con sus ojos rojo sangre.
_????: Parece que todos los extras están reunidos. Es bueno que ustedes, la chusma, se hayan preparado para la llegada de la estrella. Asegúrense de seguir así en el futuro.
Sonriendo de buen humor con el abanico extendido sobre sus labios――era Priscilla. Su repentina entrada sorprendió a todos, incluyendo a Subaru, aunque el primero en reaccionar fue ni más ni menos que su sirviente, Al.
_Al: ¡P-Princesa-san! Así que está bien... Estaba muy preocupado porque no podía encontrarla.
_Priscilla: Mm, ¿en verdad, Al? ¿Cuál es el significado de que estés perdiendo el tiempo con estos plebeyos en lugar de servirme? ¿No es tu deber mirar mi figura, escuchar mi voz, inhalar mi esencia y obedecer mis órdenes? Y Schult, mira que hacerme ir a buscarte… Debería haber un límite para tu insolencia.
_Schult: Po-Por favor perdóneme, Priscilla-sama…
Mientras Priscilla regañaba sin piedad a su angustiado sirviente, un niño pequeño con uniforme de mayordomo asomaba la cabeza por detrás de ella, aferrándose tímidamente a su vestido. Parecía que Priscilla no sólo había salvado a Liliana, sino también a su mayordomo mientras se pavoneaba por una ciudad invadida por el Culto de la Bruja.
_Subaru: Qué clase de loca audacia es esa…
Subaru suspiró ante el límite entre la excesiva valentía y la imprudencia. Al oír esto, Priscilla dirigió su mirada hacia Subaru. Cerrando su abanico, se acercó rápidamente a él y,
_Priscilla: Tú, no te muevas.
_Subaru: ――hk.
Con un soplo de viento, sostuvo la punta de su abanico en la garganta de Subaru. Como siempre, moviéndose a una velocidad increíble, lo alcanzó antes de que los ojos de él pudieran registrar su movimiento. No obstante, como Reinhard no intervino, Subaru imaginó que no estaba en peligro.
_Subaru: ¿Qué estás haciendo? Estamos teniendo una importante conversación aquí, no tenemos tiempo para…
_Priscilla: Bien. ――Así que esa torpe transmisión de antes era tu voz, ¿no?
_Subaru: …Sí, ¿qué pasa con eso?
Por muy patético que fuera confiar en la falta de movimiento de Reinhard como indicador, Subaru eligió replicar a los bufidos de Priscilla. Ante esa respuesta, entrecerró los ojos.
_Priscilla: Decididamente, no toleraré que otra persona consiga más atención que yo. Por eso, probaré qué tan obviamente superior soy de la gente como tú.
_Subaru: ¿Eh? ¡¿Ay?!
Moviendo repentinamente el abanico en el cuello de Subaru, lo estrelló contra su barbilla tan fuerte que las lágrimas salieron de sus ojos. Hecho esto, Priscilla se alejó de él e imperiosamente se sentó en una de las sillas de la mesa circular.
_Priscilla: Qué silla tan inútil. Puedo adivinar lo barata que es con sólo sentarme en ella.
Haciendo ese mordaz comentario sobre la calidad del mueble, pasó su mirada por las personas sentadas en la mesa. Luego, abriendo sus labios rojos, se dibujó en su rostro una sonrisa espléndidamente desagradable.
_Priscilla: Vamos, les permitiré decirme todo sobre la situación actual. Sean buenos esclavos y cumplan sus responsabilidades al máximo. Como recompensa, les ofreceré mi ayuda. Recuerden ser agradecidos.
_Al: ¡Espere, Princesa-san! Ahora que nos hemos reunido, no hay razón para quedarnos aquí, ¿cierto? Deberíamos irnos de este peligroso lugar y…
_Priscilla: ¿Estás insinuando que huya, Al? Si es así, entonces estás gravemente equivocado.
Observando a Priscilla reclinarse en su asiento como si intentara participar en la conferencia, Al rápidamente protestó. Sin embargo, Priscilla le devolvió la mirada, dejando inmóvil inmediatamente a Al dentro de su casco de metal.
_Priscilla: ¿Estás escuchando? Soy la única que decidió quedarse en esta ciudad. Y seré la única en decidir si irnos o no. No acepto instrucciones de nadie más. Además, ¿quieres que les dé la espalda a estos tontos rabiosos y huya descaradamente? ¿Por quién me tomas?
_Al: …
_Priscilla: Todo en este mundo funciona a mi favor. Entonces, ¿por qué debería irme y permitir que continúe este desagradable desastre? Si deseas llamarte a ti mismo mi sirviente, deberías saber eso, Al. Estoy favorecida por la providencia y por lo tanto, mis acciones son la providencia.
Priscilla estaba decidida.
Todos los presentes, sobre todo Al, lo sabían. Mirando a Al bajar su único brazo, el joven mayordomo――Schult, silenciosamente se acurrucó contra él. Y sonriendo irónicamente ante su gesto de consuelo, Al también se decidió.
_Subaru: Otto, ¿tienes un minuto?
_Otto: Sí, vamos.
Mientras informaban a Priscilla de la situación actual, Subaru le susurró a Otto.
Habiendo anticipado esto, Otto accedió sin un atisbo de sorpresa.
_Subaru: Garfiel, avísame cuando terminen.
Dejando esa orden detrás, Subaru abandonó la sala de conferencias junto a Otto. Y tan pronto como salieron, se encararon en el pasillo. Encontrándose con la mirada de Subaru, en los ojos de Otto no había confusión. Sabía exactamente de qué necesitaban hablar.
_Subaru: ¿Por qué demonios estás intentando restaurar el Libro de la Sabiduría? No, antes de eso: ¿cuándo conseguiste los restos?
_Otto: Fue hace un año, después de haber resuelto los problemas del Santuario. Después de que desapareciera la nieve de Emilia-sama, estaba rondando los alrededores del lugar cuando… bueno, no fue exactamente una casualidad. Ram-san me contó lo que había ocurrido, así que buscaba intencionadamente los restos quemados.
_Subaru: Entonces, ¿el que encontraste fue el Libro de la Sabiduría de Roswaal?
_Otto: Sí. Fui inusualmente afortunado ya que resultó ser el lugar que quería visitar.
"Inusualmente afortunado" debía ser una referencia a lo usualmente desafortunado que era. Aunque Otto sonreía irónicamente, Subaru no estaba de humor para compartir ese sentimiento.