Otto levantó la mano y dejó caer la bomba, hundiendo a todos en la habitación en un estado de shock. La incomprobable existencia del «Libro de la Sabiduría» acababa de ser confirmada, y nada más y nada menos que por uno de los suyos. Era natural que estuvieran impactados, siendo Subaru el más sorprendido de todos.
_Subaru: ¿Por qué, tienes el Libro de la Sabiduría?
_Otto: Antes que lo malentiendan, déjenme explicarles. Ciertamente soy quien trajo el así llamado Libro de la Sabiduría a la ciudad… pero el libro no es mío. También estaba bastante impactado cuando escuché al Culto de la Bruja solicitándolo.
_Anastasia: ¿«Así llama'o»? Es curioso que lo digas de esa manera. ¿Qué quieres decir?
Escuchando la respuesta de Otto al sorprendido Subaru, Anastasia captó la forma en que se refirió al libro y preguntó al respecto. Otto miró a todos los presentes, y
_Otto: Todos ustedes saben del Libro de la Sabiduría, ¿no? Simplificándolo, es como los Evangelios… esos sospechosos libros proféticos que los Ocultistas de la Bruja tienen… excepto que éste parece ser el original. Escuché que su precisión está en un nivel totalmente diferente.
_Anastasia: ¿Er Evangelio Originar…? Pue'e ser un poco exagera'o, pero eso me recuerda a las profecías de la «Piedra de la Historia» der Dragón. Aunque, claro, su credibili'ad, reputación y puntos de vista 'tán lejos de ser iguales.
_Otto: Nunca he visto en acción a la «Piedra de la Historia» del Dragón ni a las profecías del Evangelio, así que no puedo comprobar su fiabilidad… Y me temo que lo mismo ocurre con el Libro de la Sabiduría. Para cuando lo tuve en mis manos, no era nada más que restos quemados.
_Subaru: Restos quemados…
La descripción de Otto cuadraba con los destinos de ambos volúmenes del Libro de la Sabiduría en la mente de Subaru.
Uno perteneció a Beatrice y se perdió en las llamas del incendio de la Biblioteca Prohibida. El otro perteneció a Roswaal y según dijo Ram, ella lo quemó en los eventos del Santuario.
Era difícil decir qué tanto podía confiar en lo que dijo su creadora, Echidna; pero si sus palabras eran ciertas―entonces ambas ediciones deberían haberse quemado. En ese caso, lo que Otto obtuvo debieron ser sus restos carbonizados.
_Anastasia: Ya veo. Creo que ya sé por qué Otto-kun trajo er libro a Priestella. Pa' buscar la ayu'a de Dartz, er Maestro Restaura'or, ¿no es así?
_Otto: …Exacto.
Con esa simple respuesta, Otto asintió ante la conclusión de Anastasia. Aunque Julius y Reinhard parecían aceptarlo con un aire de entendimiento, Subaru parecía confuso por ese término que no había escuchado antes.
_Subaru: Ey, no digan de repente "Ahh entiendo" dejándome fuera de la conversación. ¿Qué es un Maestro Restaurador?
_Anastasia: Justo como er nombre lo indica, son especialistas en Magia de Luz que pue'en devorver objetos a su esta'o originar. Dartz, quien vive en esta ciudad, es un miembro bastante famoso de su círculo. Con er suficiente tiempo, incluso libros aparentemente destroza'os pue'en restaurarse con excelentes resulta'os.
_Otto: Logré contactar con el Maestro Dartz y pude darle los restos del Libro de la Sabiduría. Así que el libro debería estar en su taller en este momento.
Con el testimonio de Otto, el paradero del Libro de la Sabiduría finalmente había sido revelado.
_Garfiel: Pero 'ntonces, ¿en qué momento te 'ncontraste con ese sujeto, amigo Otto?
_Otto: Ayer, después de que las negociaciones con la Compañía Muse terminaran. Una vez que todos partieron en diferentes direcciones, visité al Maestro Dartz. Tuvimos una charla privada, y él parecía muy entusiasmado por aceptar el trabajo…
Subaru sólo podía imaginar la palidez de Otto cuando escuchó las palabras «Libro de la Sabiduría» durante el caos de hoy. Eso explicaba cómo el quemado Libro de la Sabiduría había sobrevivido y por qué estaba en la ciudad; sin embargo, los motivos de Otto aún eran desconocidos. ¿Por qué quería restaurarlo?
Honestamente, Subaru no tenía buenas opiniones del Libro de la Sabiduría.
Era un ominoso libro que no solamente estaba relacionado con su creadora Echidna, sino con los Evangelios que poseía el Culto de la Bruja. Fue la causa de que Beatrice estuviera atada a la Biblioteca Prohibida por cuatrocientos años y la razón de que las conspiraciones de Roswaal causaran tanta violencia en el Santuario. Lo cierto era que Subaru se sintió aliviado cuando supo que los libros habían sido destruidos.
_Otto: No entraré en detalles de cómo lo adquirí o por qué está aquí para ser restaurado. Únicamente intentaba aclarar la existencia del Libro de la Sabiduría y su ubicación actual. Cualquier cosa fuera de eso es un asunto interno dentro de nuestra facción.
_Julius: No obstante, ahora tenemos al Culto de la Bruja solicitándolo como una de sus demandas. ¿De quién crees que es la responsabilidad?
_Otto: No creo que nada de lo que el Culto haga sea responsabilidad de alguien más aparte del propio Culto de la Bruja. Pero si insistes, tendré que hacer algunos comentarios poco amigables por mi cuenta.
Otto se mostró firme enfrente de las protestas de Julius, y éste mirando a Otto desviar su vista hacia Anastasia, rápidamente sacudió la cabeza.
_Julius: Mis disculpas. Dije algo innecesario. Naturalmente, no tengo ninguna intención de culparte. Los crímenes del Culto de la Bruja serán redimidos cuando les impongamos un castigo.
_Otto: Estoy de acuerdo.
Otto asintió ante las decididas palabras de Julius mientras le lanzaba una mirada a Subaru. Sin embargo, viendo esa mirada confidencial, Subaru no pudo decir nada.
¿En qué estaba pensando Otto? Aunque Subaru no tenía intención de sospechar de él, seguía sin tener la menor idea de qué estaba tramando. Observando a Subaru en ese estado, Otto movió sus labios tenuemente como si dijera "Hablemos más tarde" pero sin emitir sonido alguno.
El mensaje fue claro: "él explicará todo". En ese caso, sería mejor posponer el asunto por ahora.
_Reinhard: Ahora que la existencia del Libro de la Sabiduría ha sido confirmada, tampoco podemos estar seguros de que los Espíritus Artificiales sean divagaciones dementes.
Con eso establecido, Reinhard continuó con un nuevo tema. Aunque sólo seguía la corriente, ahora que Otto había manifestado algo potencialmente desventajoso para él, no había razón para que Subaru siguiera conteniéndose.
_Subaru: Anastasia-san.
_Anastasia: Lo sé, lo sé. Bueno, esto no será fácir.
Notando a Subaru buscar su consentimiento, Anastasia se quitó la piel de zorro blanco que rodeaba su cuello y la puso sobre la mesa mientras los demás ladeaban sus cabezas ante su decidida expresión. Pero, lo que sucedió a continuación hizo que todos enderezaran sus cabezas.
_Anastasia: ――No es necesario seguir fingiendo estar muerta como una zarigüeya, Echidna. Pue'es hablar ahora.
_Echidna: En mi caso, más que "como una zarigüeya", ¿no querrás decir "como un zorro", Ana?
¡――!
Siguiendo el llamado de Anastasia, la piel de zorro blanco estiró sus extremidades por voluntad propia.
Ante esto, la misma expresión de asombro apareció en los rostros de Julius y Ricardo. Parecía que Anastasia había ocultado la existencia del Espíritu Artificial Echidna incluso a los miembros de su propia facción.
_Ricardo: Señorita… No sabía na' de este ser. ¿Qué demonios es?
_Anastasia: Perdón por ocurtártelo, Ricardo. A ti también Julius. ――Esta shiquilla es er Espíritu Artificial der que 'tábamos hablando. Su nombre es Echidna, y ha si'o mi cómplice por musho, musho tiempo.
_Echidna: Hola Ricardo. Sería muy raro presentarme como si nos acabáramos de conocer, cuando técnicamente te conozco desde hace años. Podemos tratarnos como si fuéramos amigos de toda la vida, si tú quieres.
Echidna era excepcionalmente amigable con Ricardo, quien la veía como algo escalofriante. Ricardo estaba desconcertado por la actitud del zorro blanco, pero el rostro de Julius mostraba una perturbación mucho mayor. Frente al secreto que su líder le había ocultado, sus pupilas vacilaban con una rara e inconfundible consternación,
_Julius: …Entonces eso significa que… ¿Anastasia-sama es también una Usuaria de Artes Espirituales?
_Anastasia: Nnn~, no exactamente. No hay ningún Contrato entre Echidna y yo. No tengo la habili'ad pa' eso. Ademá', a diferencia de los espíritus ordinarios, Echidna no pue'e lushar en absoluto.
_Echidna: Exacto, soy tan incompetente como suena. Me temo que soy el espíritu más débil que existe. Tan débil que ni siquiera tú, un Caballero Espiritual, podías sentir mi presencia.
_Julius: Entiendo… Pero entonces…
Las sospechas de Julius fueron descartadas por Anastasia y Echidna a su vez. Pero, más que estar seguro, dirigió su vista hacia Subaru, quien estaba al margen. Había cierta agudeza en aquellos amarillos ojos que le observaban.
_Julius: ¿Por qué parece que Subaru ya estaba al tanto? Ni siquiera yo, como su Caballero, lo sabía; ¿así que por qué él sí?
_Anastasia: No es eso. Es—
_Subaru: —Es porque ella es un Espíritu Artificial, justo como mi compañera, Beatrice. Después de escuchar las demandas del Culto de la Bruja, Anastasia-san me lo explicó… Apenas me enteré hace poco, ambos nos hemos enterado de ello el mismo día.
_Julius: ¿Ella es un Espíritu Artificial...? Anastasia-sama, ¿eso es cierto?
Interrumpiendo a Anastasia, Subaru le explicó al estupefacto Julius. Al ver a Anastasia asentir a su pregunta, Julius murmuró "Ya veo..." y cerró brevemente sus ojos como para asumir todo antes de exhalar un profundo suspiro.
_Julius: Perdón por interrumpirla. Por favor perdóneme por cualquier insatisfacción que pude haberle causado, Anastasia-sama. Estoy profundamente apenado.
_Anastasia: No tengo deresho a castigarte cuando he manteni'o esto en secreto to'o este tiempo. Ar contrario, yo debería 'tar pidiendo tu perdón.
Julius asintió en la dirección de Subaru y se disculpó con Anastasia. Sin embargo, viendo la disculpa de Julius de reojo, Ricardo tomó a Echidna de la mesa.
_Ricardo: ¡Aun así, eso es muy cruer, Señorita! ¿Hace cuánto que nos conocemo'? ¿Por qué mantendría argo así ocurto de mí? ¡'Toy argo heri'o! ¿Eso es to'o lo que somo' pa' ti?
_Echidna: Agradecería que no me sostuvieras tan fuerte. Incluso en esta forma, sigo siendo bastante quisquillosa con mi pelaje. Y no queremos dañar la adorable apariencia de Ana, ¿verdad?
_Ricardo: Eres bastante elocuente, ¿no? Nah, orvídalo. Lo dejaré pasar esta vez.
Después de estirar y apretar hasta el cansancio, Ricardo parecía satisfecho y dejó ir al zorro. Posándose en la mesa, el zorro blanco se escabulló rápidamente hacia Anastasia, envolviendo su cuello y volviéndose inerte una vez más. Habiendo morado ahí por tanto tiempo, fue impresionante lo rápido que podía regresar a su estado inmóvil.
_Anastasia: Bueno, los Espíritus Artificiales también existen… Disho esto, der mismo modo que er Libro de la Sabiduría de Otto-kun, no tengo ninguna intención de entregar a esta shiquilla ar Culto de la Bruja.
_Subaru: Lamento haberlo ocultado. Pero yo estoy en la misma situación. Beako es mi compañera. Ni siquiera dejaré que sostenga las manos de esos lunáticos.
Ambos, Anastasia y Subaru, afirmaron sus decisiones de negarse a las demandas del Culto. Al escuchar esto, Reinhard asintió y,
_Reinhard: Lo sé. Por supuesto. No podemos aceptar una sola de sus demandas. Aunque, quizá el de la boda con su novia pueda ser pasada por alto.
_Subaru: ¡Absolutamente no! ¡Porque la novia de la que esos bastardos están hablando es Emilia!
_Otto: ¡¿Pfft?! ¡¿Emilia-sama fue secuestrada?! ¡Me preguntaba por qué no la había visto por aquí, ¿y resulta que está en apuros?! ¡¿No pudiste haberlo dicho antes?!
Reinhard abrió de par en par los ojos, y las impactantes noticias hicieron que los ojos de Otto dieran vueltas como un remolino. Subaru apretó los dientes frente a las reacciones de ambos y prosiguió.
_Subaru: Lo siento… Fue mi culpa. Observé cómo se la llevaban. Pero, ya que están hablando sobre una boda, creo que no han hecho nada aún para lastimarla. Así que tenemos que llegar ahí, matarlos y traerla de vuelta. Definitivamente, definitivamente…
_Reinhard: ――Sí, lo haremos. No podemos permitir esto en absoluto.
El mero hecho de recordar a Regulus hacía surgir una hirviente furia en el interior de Subaru y, apoyando esa indignación, Reinhard ratificó su intención de luchar. Era un aura tan confiable que era aterradora. Sin lugar a dudas, su presencia era tremendamente tranquilizante.
Y, con eso en mente, Subaru dirigió su mirada hacia un extremo de la habitación――hacia el hombre que se había mantenido fuera de la conversación hasta el momento. Sentado allí, apoyado en la pared, su expresión estaba oculta tras su casco.
_Subaru: Oye, Al. Deberías opinar también. No has dicho ni una palabra desde el final del discurso. Nuestra arma más letal se retrasó por culpa del tipo que trajiste. Será mejor que hagas algo para compensar eso.
Acercándose, Subaru le habló al cabizbajo Al. Y, suspirando ante la falta de respuesta, Subaru mencionó al padre de Reinhard――Heinkel.
Heinkel había secuestrado a Felt y efectivamente inmovilizó a Reinhard.