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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · แฟนตาซี
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503 Chs

Felicidad reflejada en el agua. Parte2

_Fortuna: …Estoy segura que solo te dije que lavaras tu cara, ¿así que cómo te las arreglaste para regresar con todo tu cuerpo empapado? Tu madre está sorprendida.

Suspiró una atónita Fortuna mientras le daba la bienvenida a su empapada hija.

Aunque su cabello casi se había secado, la vestimenta blanca de Emilia se pegaba a su piel y agua goteaba de su falda.

_Emilia: Lo siento, Madre. Estaba un poco… un poco muuuy medio dormida.

_Fortuna: Sé que te dije que te lavaras la cara para quitarte la somnolencia, y desde luego sí que lo hiciste con ahínco. De verdad eres una niña sin importar cuanto crezcas. ¿Alguien te vio así?

Es embarazoso que alguien te vea cuando luces como una rata mojada, es probablemente lo que quiso decir.

Entonces, es un milagro que no me encontrase con nadie en el trayecto de vuelta, pensó Emilia a continuación.

_Emilia: No, está bien. Sólo Archi vio.

_Fortuna: Ah… Archi. Bueno, si es él… pero sospecho que Archi ha empezado a verte diferente de cómo lo solía hacer…

_Emilia: ¿Madre?

_Fortuna: Ah, emm, no, no es nada. En cualquier caso, ven acá.

Emilia bajó la mirada. Fortuna le dio una mirada resignada antes de acariciar la cabeza de Emilia, luego tomó su mano, y la jaló adentro de la casa. Pero seguía goteando agua de su ropa.

_Emilia: Madre, la casa se está mojando toda.

_Fortuna: Sólo habrá que secarlo después. Como sea, tengo una toalla, así que sécate con eso y cámbiate en tu cuarto. Prepararé el desayuno cuando vuelvas.

Esta casa, hecha en un árbol ahuecado, fue creada al verter maná en un viejo árbol para cambiar la forma del mismo. La casa de Emilia y Fortuna fue hecha a mano por Fortuna, y era una morada bastante grande para solo dos personas. El primer piso tenía cada uno de sus cuartos, mientras que la planta baja albergaba la cocina y el comedor.

Bien mirado, era un uso lujoso de las habitaciones.

—"Bien mirado" era una expresión un poco rara.

_Fortuna: Vamos, en marcha.

_Emilia: Agh.

Una toalla se presionó contra su cara mientras estaba pensando. Emilia miró a Fortuna en protesta, pero al ver la mirada de su Madre mientras ponía la mano en la cadera hizo que Emilia se rindiera rápidamente.

La toalla olía como el sol en su cara. Ella se secó mientras regresaba a su cuarto en el primer piso.

Su cuarto era completamente simple.

Ocurría lo mismo con Fortuna, pero a Emilia no le entusiasmaban precisamente las decoraciones sin sentido. Su cuarto albergaba el mínimo de muebles, aparte de unas pocas decoraciones. Tenía una caja de madera con su ropa dentro, al lado del cual Emilia se agachó. Agarró un conjunto aleatorio y rápidamente se cambió la ropa mojada por eso.

Al igual que con su cuarto, Emilia no sentía la necesidad de embellecer su vestimenta.

Ella sacó un conjunto de mangas cortas, lo suficientemente largo para cubrir su parte superior e inferior, y se lo puso. Luego se cambió la ropa interior y salió del cuarto mientras se esforzaba conscientemente para no mirar al objeto junto a la caja de ropa.

_Emilia: Madre Fortuna, lavaré la ropa mojada por mí misma, así que…

_???: Cielos. Pienso que eso es filial y excelente de tu parte.

_Emilia: ...

Emilia puso la ropa en una cesta, bajó las escaleras, y entonces oyó la voz de un hombre dándole la bienvenida. La respiración de Emilia se disparó al oír la amable y afectiva voz. Ella miró a la mesa del comedor.

Habitualmente Fortuna y Emilia eran las únicas en la mesa, así que una de esas tres sillas estaba de más. Era la silla que usaban cuando cierta persona venía de visita, la cual Fortuna sacó de más adentro en la casa.

La persona sentada en esa silla era desde luego familiar,

_Emilia: Juice.

_Juice: Efectivamente, es un placer verte de nuevo, Emilia-sama. Bueno, ¿te ha pasado algo notablemente diferente?

_Emilia: ¿A mí? No, todo ha estado igual que siempre. Juice, ha pasado muuucho tiempo. No sabía que venías hoy, ¿cómo es que estás aquí?

_Juice: ¿No lo sabías? Estaba seguro que le había pedido a mi dedo que te avisara con anticipación…

El hombre de cara apacible, Juice, se puso la mano en el mentón para pensar. Él era una buena persona y aparentaba estar sinceramente desconcertado, pero Emilia dedujo quién era la culpable.

Ella pasó por el lado de Juice para entrar a la cocina, donde vio a Fortuna con la mano en la boca, reprimiendo una risa.

_Emilia: Madre, lo mantuviste en secreto.

_Fortuna: Juju, ¿lo hice? Puede que simplemente se me haya olvidado.

_Emilia: No lo creo. El asiento de Juice está ahí, y estás preparando comida para tres.

_Fortuna: Ah, ojos agudos. Eres usualmente un poco descentrada, pero eres tan perceptiva con estas cosas.

Fortuna guiñó un ojo a Emilia y silbó mientras tomaba un plato. Se lo acercó a Emilia.

_Fortuna: Ahora ven y ayúdame a preparar la mesa, Lia. No puedes cocinar nada por ti misma, así que por lo menos debería pedirte que coloques las cosas.

_Emilia: Joo... has cambiado el tema. Y no puedo cocinar porque no me quieres enseñar.

_Fortuna: Tú sin duda confundirías el azúcar y la sal, y me asusta demasiado poner en la cocina a una chica que no puede manejar un cuchillo apropiadamente.

Respondiendo a las réplicas de Emilia, Fortuna colocó plato tras plato en la mesa. Aunque estaba disgustada, Emilia la siguió desanimadamente hasta la mesa.

Sentado en la mesa, Juice miró a los aromáticos platos y sonrió.

_Juice: Me siento privilegiado por poder degustar su comida, Fortuna-sama. La alegría no disminuye ni un ápice, sin importar cuantas veces la disfrute.

_Fortuna: Otra vez diciendo eso tan fácilmente.

_Juice: Sólo estoy expresando mis honestos sentimientos.

_Fortuna: Eso es lo que digo que es enrevesado.

Juice ladeó su cabeza, luciendo un poco preocupado.

Mirar su conversación hizo sonreír a Emilia. Con tan solo verlos, Emilia se olvidó por completo de cómo Fortuna la rebatió hasta la sumisión.

_Emilia: Si la comida de Madre te hace tan feliz, Juice, simplemente deberías vivir aquí también.

_Fortuna: ¡Qu —Emilia!

Emilia se unió a la conversación soltando esa oración mientras colocaba un gran plato lleno de hortalizas en medio de la mesa. Inmediatamente, Fortuna entró en pánico y su cara brilló en rojo a la vez que miraba a Juice.

_Fortuna: N-no digas nada disparatado. Juice tiene que lidiar con todo tipo de cosas, él está haciendo tiempo en su ocupado horario para venir a vernos y…

_Juice: Estoy encantado con la oferta, Emilia-sama. Si fuera una posibilidad, me gustaría llevarlo a cabo. Sinceramente lo haría.

Fortuna se apresuró a objetar, mientras que Juice respondió calmado, los dos en absoluto contraste. La afirmación de Juice acabó con el impulso de Fortuna y ella cayó en su silla, encogiéndose.

Al mirar a los dos, Emilia también tomó asiento.

—Esta escena que se desarrollaba ante ella lucía abrumadoramente natural para Emilia.

_Emilia: Madre, Juice, si ninguno de los dos tiene problema entonces deberían hacerlo. Nadie les impedirá hacerlo. Ah… ¿es posible que yo los esté estorbando?

Era obvio que Fortuna y Juice pensaban favorablemente el uno del otro.

Quizás no estaban yendo más allá de este límite por la presencia de Emilia.

En cualquier caso, la preocupación de Emilia fue—

_Fortuna: No lo haces.

_Juice: No lo haces.

—rápidamente disipada por los dos como si fuera una preocupación innecesaria.

Los ojos de Emilia se agrandaron. Fortuna y Juice se miraron entre sí, dándose cuenta de que dijeron lo mismo, y se rieron.

_Emilia: ¿Ven? Ustedes de verdad se llevan muuuy bien.

_Fortuna: Deja de tomarnos el pelo, Emilia. Juice, regáñala también.

_Juice: En efecto, Emilia-sama. Fortuna-sama es una persona espléndida. Si alguien de mi calaña abusara de su hospitalidad, pondría una carga sobre ella con rumores cuestionables.

_Emilia: Jooo. Pero, creo que ya es tarde para preocuparse por eso.

Juice se subestimaba a la vez que sobreestimaba a Fortuna. Emilia vio la tristeza en la mirada de Fortuna mientras lo veía, y levantó el dedo.

_Emilia: Después de todo, la gente siempre me lo dice cuando voy fuera de casa. Que no cause problemas a Madre Fortuna o a Padre Romanée-Conti.

Era bastante gracioso lo estupefactos que se veían los dos al oír eso.

Emilia se puso la mano en la boca para evitar reírse, calmó su respiración, y,

_Emilia: Hablo en serio. Cuando me quedé despierta hasta tarde anoche, y me obsesioné en extrapolar las diferencias entre los viejos libros que me dio Juice y los mapas… todos me halagan por ayudar en el trabajo de mi Padre.

_Fortuna: Qu-quién está, diciendo…

_Emilia: Tehena-san del final de la calle, Mitto-san y la anciana Tansei.

_Fortuna: ¡Esas tres chismosas…!

Imaginando sus caras flotando en el aire, Fortuna se mordió el labio frustrada.

Sus cejas se movieron hacia abajo enrabiada, su cara era un poco aterradora.

Emilia dijo, "bueeeno bueeeno" para consolarla, y,

_Emilia: De cualquier forma, todos piensan eso. Y yo también, mmm, Yo, emm, pensé acerca de algunas cosas, más bien muchas, y, mmm, ehhh… es…

_Juice: Emilia-sama, no hay necesidad de que se fuerce a pensarlo.

_Emilia: ¡N-no! ¡Creo que es bueno! ¡Es solo que se siente un poco como si Madre estuviera siendo alejada así que no me puedo calmar!

Todos los demás estaban completamente listos para ello, pero ellos dos y Emilia estaban siendo frívolos.

Emilia dijo que ese era su problema, pero aun así era un asunto entre dos personas, así que prefería que sus emociones no se interpusieran en su decisión.

Después de todo, incluso desde la perspectiva de Emilia, hacían una pareja maravillosa.

_Emilia: Creo que sería muuuy bueno. Ustedes dos deberían pensarlo también.

Fortuna y Juice estaban callados.

_Emilia: Nadie en el bosque, ni yo, ni nadie va a detenerlos. ¡No dejaré que nadie les diga que está mal o que no pueden hacerlo!

La mano de Emilia golpeó la mesa mientras hablaba con fervor.

Ella luego se dio cuenta de que se estaba exaltando demasiado, y se vio desconcertada. Los dos la miraron mientras ella acomodaba su cabello y tomaba asiento.

_Emilia: Y-y entonces… les dejaré el resto a ustedes jovencitos.

_Fortuna: En serio, Emilia, ¿dónde estás aprendiendo todo esto?

Fortuna lucía impactada como siempre ante el comentario de la ruborizada Emilia. Pero su expresión rápidamente se desvaneció tras una risa,

_Fortuna: Ju, jujuju.

_Juice: Ajaja, Emilia-sama… en efecto, has crecido. Me estaba fallando el juicio cuando pensé que no había nada diferente.

_Fortuna: Sí, Juice. Ella es mi orgullosa hija, desde luego que ella lo haría.

Juice: Sí, la he subestimado.

Fortuna y Juice se miraron entre sí y se rieron.

La atmósfera que rodeaba a ambos era aún más tierna que antes, y Emilia sintió que sus propias declaraciones habían traído un cambio.

Los dos rebosaban calidez.

La mirada que compartían, sin duda, llevaba una esencia diferente a la de antes.

— Era una escena terriblemente feliz.

_Fortuna: ¿…Emilia?

Fortuna miró a Emilia y la llamó.

Emilia contuvo el aliento y se tapó la cara con las manos. Ella apresuradamente se limpió las lágrimas que amenazaban con derramarse de sus ojos, y dio un forzado, "Ah,"

_Emilia: Yo, creo que tengo suciedad en el ojo. Una suciedad muuuy grande.

_Fortuna: ¿Tan grande? ¿Estás bien?

_Emilia: Estoy bien, solo es del tamaño de un puño.

_Juice: ¿E-estás segura de que vas a estar bien?

_Emilia: ¡Estoy bien!

Emilia frotaba vigorosamente sus ojos mientras se ponía de pie.

Ella dejó la mesa, y se dirigió hacia el primer piso.

_Emilia: Voy a ponerme unas gotas para los ojos realmente buenas. Van a refrescar tanto mis ojos que se van a salir.

_Fortuna: Tus ojos son una amatista realmente linda, Emilia, no los tires. Son exactamente como los de mi hermano, y adorables.

_Emilia: Y son del mismo color que los tuyos, Madre.

Los ojos de Fortuna se abrieron en sorpresa, quizá porque no esperaba esa respuesta. Emilia vio a Juice reírse ante su expresión, y Emilia se rio también.

Ella sonreía cuando su pie llegó a la escalera, y miró a los dos.

_Emilia: Ustedes dos desayunen. Yo volveré enseguida.

_Fortuna: No estará tan bueno cuando se enfríe, así que vuelve enseguida de verdad.

_Emilia: Sí, enseguida enseguida.

_Juice: Entonces aguardaremos tu retorno sosegadamente, Emilia-sama.

Con esas despedidas de Fortuna y Juice, Emilia tomó un profundo respiro.

Ella miró de nuevo una última vez, viendo a los dos en la mesa.

_Emilia: —Los amo a ambos.

Después de eso, Emilia regresó a su cuarto.

Emilia cerró la puerta de su cuarto y suspiró, soltando el aire dentro de ella.

Su interior se sentía apretado, constreñido. Ella se golpeó las mejillas para mentalizarse, sacudió la cabeza, y caminó hacia la esquina del cuarto.

Junto a la caja de ropa de Emilia había algo largo y delgado, con una delgada tela cubriéndolo.

Emilia nunca había pensado en usar esta cosa hasta ahora, pero.

_Emilia: Si no lo enfrento, no empezará.

Por favor, dame coraje.

Emilia se pasó el dedo por los labios, recordando el calor mientras jalaba el manto.

La tela cayó.

Detrás había un pulido espejo de cuerpo completo para reflejar a Emilia de pies a cabeza—

_???: —¿Te concedió algo esta escena de felicidad ideal?

—Con una imagen de una bruja de pelo blanco parada donde debería estar la imagen de Emilia.