Esa tarde, en el Planeta Doha, en la oficina del jefe de la central de Logística del Primer Regimiento Militar de la Federación, un joven oficial se reportaba al jefe de Logística Central con respecto a las urgentes noticias que habían sido entregadas hoy.
—Jefe, se ha confirmado que no sucede nada malo con el reporte del Doctor Mu. Los reportes de los escoltas de los seis pilotos Meka coinciden con su reporte perfectamente—, anunció el joven oficial, mientras revisaba sus notas en sus manos, parado respetuosamente de cara a su superior sentado.
Detrás del escritorio, revisando otro grupo de notas, se encontraba sentado un energético General de mediana edad. Asentía a medida que escuchaba, antes de preguntar, —¿Cuántas personas saben de esto?
El joven oficial hizo una breve pausa, sorprendido por la inesperada pregunta, pero se recuperó rápidamente y respondió: —Jefe, este asunto fue manejado por mí personalmente. Además de mi asistente y yo, y aquellos directamente involucrados, nadie más en el ejército sabe de los detalles.
—Muy bien. Clasifique la información sobre el heredero del Mayor General Ling Xiao como Clase S. Aquellos por debajo del rango de general no tienen permitido tener acceso a ella. También, emita una orden de silencio para aquellos que ya están al tanto del tema. En cuanto al seguimiento a ese heredero, deje que el mismo grupo de hombres se encargue de ello.
— Sí, jefe—. El joven oficial saludó y abandonó la oficina con sus órdenes.
Ya solo en la oficina vacía, el General de mediana edad suspiró suavemente: —Ling Xiao, esto es todo lo que puedo hacer por tu hijo. Ojalá que no atraiga la atención de nadie más en el ejército.
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Ling Lan tenía mucha suerte. De forma completamente desconocida para ella, una cierta persona se había encargado especialmente de que ella no fuera controlada por el ejército, siendo de esta manera obligada a convertirse en una máquina de pelea. Lo que esto le otorgaba era tiempo — preciado tiempo para poder crecer y disfrutar de su niñez.
Sin embargo, en este preciso momento, Ling Lan no se molestaba en preocuparse en cómo quería tratarla el ejército. Aunque había estado preocupada de que su inusual tasa de absorción pudiera atraer la atención del ejército, luego de diez días pacíficos sin que nada pase, se había olvidado de ello y pasado a otras cosas.
Siempre había sido una chica optimista, razón por la cual había logrado sobrevivir veinticuatro años de insoportable dolor con su salud mental intacta.
Por supuesto, otra razón por la cual Ling Lan había olvidado sus preocupaciones sobre el ejército tan pronto era que su atención había sido encaminada hacia unas maravillosas noticias.
Temprano en la mañana de hoy, Pequeño Cuatro había anunciado, con gran aplomo, que ella ahora calificaba para tener acceso al espacio mental de aprendizaje.
En el espacio mental de Pequeño Cuatro, un espacioso corredor circular era el punto de entrada de Ling Lan. Rodeándola se encontraban un círculo de puertas fuertemente selladas. Ling Lan había tratado de abrir algunas de ellas, pero cada una de ellas había sido cerrada fuertemente, y no se movían sin importar lo que ella hiciera.
Luego de que Pequeño Cuatro se haya divertido observándola hacer el ridículo, le explicó que las puertas no se abrirían hasta que obtenga requisitos específicos de aprendizaje. En cuanto a los detalles de dichos requisitos, Pequeño Cuatro se había negado a comentarlos, sin darle pista alguna.
Sin embargo, Ling Lan tenía una fuerte sospecha de que los requisitos tenían que ver con su forma física, ya que Pequeño Cuatro le había recordado en más de una ocasión que trabaje duro en su entrenamiento.
Sabiendo que esto no dependía de la suerte, Ling Lan suprimió su creciente curiosidad y se calmó para enfocarse en su entrenamiento periódico. Esto no solo la ayudaría en su búsqueda de eliminar la amenaza oculta a su salud, sino que también podría proveerle la llave para acceder a los materiales escondidos detrás de las puertas del espacio de aprendizaje de Pequeño Cuatro.
En realidad, Ling Lan sólo abordaba este tema con semejante urgencia porque se encontraba completamente aburrida. Cada día que pasaba solo se acostaba en la cama, comiendo y durmiendo, durmiendo y comiendo… O bien se la pasaba jugando sola. Estos días siendo un bebé eran simplemente muy aburridos para aguantar. Incluso cuando había estado postrada en la cama en su vida pasada al menos había podido conectarse y navegar en internet para aliviar su aburrimiento, o quizás inclusive leer algunas novelas y cosas así...
Por supuesto, la otra razón por la cual Ling Lan se sentía sofocada era que su mamá la andaba vigilando más que de costumbre, por miedo a que su secreto sea expuesto. Su mamá ni siquiera se atrevía a llevarla afuera, mucho menos llevarla de visita a algún lugar. Como resultado, Ling Lan desafortunadamente había pasado los siete meses desde su nacimiento en solamente tres lugares: esta habitación, la recepción principal y el balcón, sin tener así una verdadera oportunidad de poder observar este extraño nuevo mundo.
Justo cuando Ling Lan pensó que iba a volverse loca del aburrimiento, Pequeño Cuatro apareció con las buenas noticias, poniéndola tan feliz que podía llorar.
Por eso, Ling Lan se estaba comportando de la mejor manera el día de hoy. Luego de haber sido alimentada por su madre, no se quejó para que la saquen como de costumbre, en cambio se durmió rápidamente (lo cual de hecho era entrar al espacio mental creado por Pequeño Cuatro).
Esta vez, cuando Ling Lan entró al espacio mental, se dio cuenta de que el espacio había cambiado un poco desde la última vez que estuvo ahí. Este pequeño cambio era una gran fuente de alegría para Ling Lan.
Entre las muchas puertas selladas fuertemente, una de ellas brillaba con una luz roja atractiva a la mirada. En la superficie de la puerta, dos grandes palabras chinas podían ser vistas: Habilidades Físicas.
A su lado, Pequeño Cuatro le explicaba: —He actualizado el lenguaje del sistema para que ahora utilice tu actual sistema de escritura y lengua verbal, así no tendrás problema en entenderlo.
Ling Lan estaba tan conmovida por esto que acercó a Pequeño Cuatro hacia ella y le dio un rápido beso en la mejilla en señal de gratitud.
Pequeño Cuatro se sonrojó, poniéndose completamente rojo, empezando a murmurar tímidamente: —No pienses que me puedes conquistar siendo amable. Yo, Pequeño Cuatro, soy un ser recto, jamás iré contra mis principios sin importar qué…
—Oh, Pequeño Cuatro. Mientras dices eso, ¿puedes no menear tu cola? Y ya que estamos en eso, las comisuras de tus labios están un poco muy elevadas, ¿no? —respondió Ling Lang pensando que las palabras de Pequeño Cuatro no tenían credibilidad en lo absoluto.
Ling Lan no percibió el balbuceo de Pequeño Cuatro — toda su atención había sido arrebatada por la puerta delante de ella. Lentamente caminó hacia la puerta y le dio una buena sacudida, y la puerta se abrió.
Ling Lan no dudó. Entró directamente, y la puerta detrás suyo se cerró fuertemente.
De repente, la habitación quedó a oscuras. Ling Lan se conmocionó por este repentino cambio de eventos, y gritó: —Pequeño Cuatro, ¿en dónde estás?
La voz de Pequeño Cuatro no sonó a través de la oscuridad. Todo estaba silencioso alrededor de ella, y la habitación tan oscura como antes. La sombría combinación de oscuridad y silencio hizo que el corazón de Ling Lan latiera fuerte, pero resistió el instinto de terror y se quedó quieta, decidiendo esperar. Confiaba en que Pequeño Cuatro nunca la lastimaría.
Ling Lan no sabía cuánto tiempo había esperado, ya que en el oscuro silencio, el tiempo se alargaba sin final, haciendo que la espera se sienta mucho más larga de lo que realmente era. Luego de un momento, la conventual oscuridad hizo que Ling Lan recuerde su época como feto, y su rápido latido cardíaco empezó a descender gradualmente hasta retornar a su normalidad. Cerró sus ojos e intentó recordar cómo se sentía estar dentro del cuerpo de su madre, y fue envuelta por una serena calma. Su miedo y ansiedad se disiparon, y entró un estado a mitad de camino entre la consciencia y el sueño...
Luego de una cantidad de tiempo indeterminado, Ling Lang abruptamente sintió que el mundo oscuro a su alrededor se había inundado de luz. Entrecerró los ojos ante la repentina claridad, y lentamente resurgió desde las profundidades de su tranquilidad interior.
A medida que su visión se ajustaba a la luz, Ling Lan se dio cuenta de que se encontraba parada en un campo abierto. El área era tan grande como un campo de fútbol, o inclusive más grande. Ling Lan se sintió muy pequeña en esta vasta extensión de espacio.
En ese momento, una voz ligeramente mecánica habló cerradamente detrás de ella: —Resiliencia psicológica rango [SSS]. Entrenamiento del nivel más alto de habilidad física autorizado.
Aparentemente, el comienzo era simplemente otra prueba. El sistema había estado evaluando su resiliencia psicológica basándose en su reacción — si ella hubiese reaccionado muy mal, el sistema la hubiese echado, haciéndola intentarlo de nuevo. Por otro lado, si le iba lo suficientemente bien como para pasar, el sistema le asignaría una categoría basada en su puntaje, la cual se usaría para determinar a qué nivel de entrenamiento estaría sujeta.
Por supuesto, incluso si el desempeño de Ling Lan era terrible, el sistema aún le hubiese permitido empezar a aprender al nivel más básico de entrenamiento en habilidad física eventualmente, pero su entrenamiento se vería inevitablemente demorado. Cabe destacar que cuanto más temprano pueda aprender un contratista las habilidades disponibles en el espacio mental, mejor. Es por eso que el sistema estelar Mandora eligió tener bebés recién nacidos vinculados a estos dispositivos de aprendizaje.
Aún así, lo que el niño pueda lograr al final también depende de sus cualidades innatas. Un genio bendecido por los cielos podría lograr mucho más al completar los cursos proveídos por el sistema de aprendizaje, convirtiéndose en más y más sobresaliente, mientras que un talento mediocre podría simplemente pasársela en la mediocridad… Si el sistema de aprendizaje se activa muy tarde, la diferencia entre niveles sería imposible de cubrir.
Innegablemente, Ling Lan tenía la gran ventaja de poseer el valor de dos vidas de experiencia, asegurándole esto el nivel más alto de resiliencia psicológica [SSS] del sistema en el primer intento. Pero también deberíamos recordar tristemente algo sobre Ling Lan: fiel a su nombre, el nivel más alto de entrenamiento en habilidad física no era algo fácil de dominar… Parecía ser que muy pronto Ling Lan estaría viviendo una miserable vida siendo atormentada por el sistema.
Ling Lan giró su cabeza alrededor para buscar la fuente de la repentina voz y vio a un soldado uniformado parado mirándola, con la mirada helada dirigida a ella.
No le pregunten a Ling Lan cómo sabía que el hombre era un soldado, fue un presentimiento. Ling Lan lo sintió como si fuese una espada desenvainada, filosa y precisa, y le fue difícil respirar de tan sólo estar bajo la presión de su mirada.