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La ley de Dios (pt. 2)

Sala de los espejos, cuatro con cuarenta y cinco de la mañana.

Vil esperaba al vice líder de Octavinelle nervioso, solo ese ingrediente le faltaba para su pócima. Después de poner a Neige y los enanos al corriente de que estaba ocurriendo, el chico había sugerido que tal vez Jógvan había usado cierta pócima para cambiar su apariencia.

—No estarás hablando de…— comenzó a decir Rook después de escuchar las sospechas del azabache, —La pócima de la Reina hermosa… sé que no puedo asegurar que se deba a eso, pero, un cambio como el que describen, solo esa pócima puede lograr convertir lo bello en espanto y…

—Lo horrible en bello, aunque el precio a pagar es grande— terminaba Vil la oración.

Un ruido lo trajo de nuevo al presente, agitado, el más sereno de los Leech se acercaba a él cargando varias cosas, —Perdona sempai, reunir los ingredientes para traer a Azul de vuelta, nos tomó más tiempo— se excusó Jade mientras ponía algunos frascos en el piso.

Antes de que Vil pudiera decir algo, el chico anguila le extendió un frasco con un hongo que brillaba de forma peculiar. —En otras circunstancias esto te costaría un gran favor, pero en tiempos de guerra…— a pesar de lo agitado que se veía, le brindo una de sus sonrisas misteriosas.

El líder de Pomefiore miro la seta, —Descuida, una vez que todo esto termine me aseguraré de pagar tu ayuda a mi dormitorio— con una sonrisa maliciosa, Vil guardaba el frasco entre sus ropas.

Algún punto del bosque, cinco con treinta y cinco de la mañana.

Walter se apretaba el pecho, el cuerpo le dolía y respirar era cada vez más doloroso. Poco a poco sentía cómo la vida se le escapaba de las manos, y para empeorar su situación, cuatro de las siete burbujas habían explotado, tres de los objetos que utilizó para invocar a los chicos se habían roto y una había desaparecido.

—Maldita sea…— se quejaba el ex profesor viendo el brillo de su báculo irse extinguiendo. En su desesperación supuso que tener al/a la chico/a del otro mundo en su poder era su única salida, uno de los chicos que controlaba estaba muy lejos, pero el otro estaba convenientemente cerca de Royal Sword Academy.

—Jógvan, tu director, te tiene una nueva orden.

Exterior de la Catedral de San Clopin.

Los chicos de Pomefiore acompañados por Neige y algunos alumnos de RSA peleaban contra unas especies de gárgolas sin rostro y que carecían de piernas, era como si las estatuas hubieran cobrado vida.

—¿Qué clase de falsos fantasmas son estos?— se quejaba Epel destruyendo a varios de estos.

Vil estaba concentrado en encontrar al exlíder, desde que habían comenzado el combate en el pueblo solo había visto brevemente a Santara, debía darse prisa para ejecutar su plan, si no lograba volver a Jógvan a su bando, al menos lo dejaría fuera de combate.

Rook tenía todos sus sentidos puestos en encontrar al peli plata, un olor proveniente de la catedral llamo su atención, enfoco su vista en el edificio y apenas pudo ver al exlíder en el interior de este, observando el campo de batalla.

—¡Roí du poison, Jógvan está en el campanario!— grito el rubio.

Vil creó un campo de protección alrededor de los chicos, —Escuchen Pomefiore, el momento de ejecutar el plan llego, espero que esta vez no lo arruinen— miro seriamente a los chicos de su dormitorio, estos solamente asintieron avergonzados.

Vil, Epel y Rook junto con Neige y los enanos corrieron a la entrada de la catedral. —Recuerda, por nada del mundo deben dejar que escape— indicaba Vil al azabache, —Vi-kun, por favor tengan cuidado— respondió Neige dejando entrar al trío de Pomefiore al interior.

En el campanario Jógvan sentía que la cabeza iba a estallarle, había entrado en modo overblot esperando que con esto el dolor disminuyera, sin embargo, las imágenes y las sombras bailaban de un lado a otro mareándolo.

"Claudere, ve a Royal y tráeme al/ a la chico/a de otro mundo"

La voz resonó demasiado fuerte del anillo del joven, ignoro momentáneamente la voz del ex-profesor para tratar de recordar cómo había obtenido aquel anillo. —Alguien… alguien me lo regalo…— se esforzaba por traer a su mente la cara de una persona.

Los chicos llegaron al momento en que la voz salió del anillo, al temer que Mc fuera nuevamente capturado/a Epel no se contuvo y lanzo un hechizo de fuego contra el exlíder. Jógvan finalmente volvió a la realidad, apenas vio a los tres chicos, comenzó a atacarlos con todo su poder.

Una feroz batalla comenzó a librarse en el campanario, a pesar de la fuerza de ataque de Jógvan el que su mente no estuviera del todo en paz hacía que de vez en cuando fallara en sus hechizos, cosa que el trío de Pomefiore aprovechaba para defenderse de sus ataques.

En un momento de la batalla Vil se ocultó detrás de una columna, podía notar que el peli plata se estaba cansando, así que pronto debería poner en marcha su trampa. De entre sus ropas saco el frasco con el hongo que Jade le había dado.

—¿Y eso para qué nos va a servir?— preguntaba Gran cruzado de brazos. Todos los enanos miraban curiosos el objeto que Vil les mostraba, —A ustedes nada, a nosotros nos ayudara a frenar momentáneamente a Jógvan— con algo de arrogancia comenzaba a explicar el bello líder.

—Debido al tiempo y la dificultad, no puedo hacer el antídoto para la pócima que uso Claudere; sin embargo, este hongo será capaz de "adormecer" momentáneamente los efectos de esta.

Todos miraron asombrados el frasco, —¡Très Bien!, una vez debilitado, destruir el anillo que lo controla mentalmente será pan comido— terminaba de explicar el plan Rook.

—Rook, Epel, ¡ahora!— grito Vil, listo para terminar con esa pelea.

Ambos chicos empezaron a usar su magia sin parar, no permitirían al exlíder tener tiempo de responder a sus ataques. Jógvan estaba atrapado, lo único que podía hacer era defenderse, al no estar atento a su entorno fue fácil para Vil acercarse a este por la espalda.

El peli-plata sintió una presencia a sus espaldas, apenas pudo voltear cuando una nube de polvo verdosa tapo su visión, el chico comenzó a toser, aprovechando su vulnerabilidad Vil pudo arrebatar el anillo de las manos de Jógvan.

Lo arrojo al aire y le dio con un fuerte hechizo de fuego, el cual se incrementó con ayuda de los ataques de Epel y Rook. 

Este cayó al suelo. Al principio los chicos temieron que su ataque no hubiera funcionado al ver que el anillo no se destruía, pero suspiraron aliviados al ver que este de ser negro se tornaba a un verde esmeralda.

Con cautela Rook tomo el anillo para examinarlo, —Es solo un objeto común y corriente— declaro el rubio seguro.

Un jadeo les hizo recordad al chico, al volver la vista atrás vieron como si una niebla negra abandonara el cuerpo de Jógvan, poco a poco el overblot iba desapareciendo, pero en lugar de ver una cabellera plateada los chicos vieron cómo el cabello de este se volvía naranja.

 Con lentitud el chico alzaba la vista, los tres alumnos de Pomefiore se quedaron sin aliento al ver a un joven con varias cicatrices en su rostro, además de que lucia encorvado y con mucho miedo en sus ojos.

—¿Dónde… estoy…?

Algún lugar en el bosque, cinco para las seis de la mañana.

El ex profesor estaba muy impaciente, algo en la energía que emanaba del anillo de Jógvan estaba mal, temiendo que este hubiera escapado o ya estuviera muerto tomo la decisión de ir por Mc el mismo. 

Reuniendo magia con su báculo, abrió un portal al colegio de blancas paredes.

De regreso en la catedral, y después de confirmar que Jógvan ya no era un peligro, los chicos le explicaron brevemente lo que había pasado.

—¿Yo… destruí Pomefiore?— el peli naranja parecía que no podía creerlo, los chicos aunque aún resentían lo ocurrido con su dormitorio, no podían seguir enojados con él, era más que obvio que conscientemente no quiso hacerlo.

Vil suspiro, pidió el anillo a Rook y camino hasta estar frente a Jógvan, era difícil de creer que este chico y quien incendio Pomefiore fueran la misma persona. El peli naranja se encogió cuando Vil quedo cerca de él, este simplemente le entrego su anillo.

—Jógvan sempai, necesitamos su ayuda, si sabe cómo podemos detener a Walter, le agradecería que nos lo dijera— Vil trato de hablar moderando su tono; aun así, el otro chico termino temblando. Jógvan tomo el anillo ya recuperado, lo atrajo a su corazón, sus memorias habían regresado.

—Recuerdo… él dijo que me ayudaría a limpiar mi nombre— dijo Jógvan en un tono apenas audible, los otros tres solo se miraron sin saber a qué se refería.

Bell Town, Land of Peroxine, trescientos ochenta años atrás.

En una habitación del palacio de justicia, un niño de seis años estaba escribiendo cuando la puerta se abrió asustándolo, —Malleforme, ¿ya terminaste la tarea?— preguntaba serio un hombre alto con cabello gris y corto.—N… No padre… yo… es que aún— tartamudeaba el pequeño.

Su padre lo interrumpió con un gesto de la mano. Se acercó hasta el menor, sin ninguna gentileza, tomo su rostro lleno de cicatrices, —Mira ese rostro, refleja los pecados de tu alma— dijo sin emoción, soltó al niño y salió del cuarto sin decir nada más.

"Desde que tengo memoria, mi padre me crio y cuido de mí, padre dijo que mamá nos había abandonado al ver lo feo de mi rostro. No me dejaba salir del palacio de justicia, así que él era quien me educaba y enseñaba.

Cuando estaba solo, siempre miraba por la ventana y veía a la gente libre, creía que yo nunca podría salir, hasta que un día, llego un mensajero de Night Raven College".

Diez años después

Un joven de dieciséis años preparaba la mesa, la carta había llegado hace unos días, pero su padre se había negado a hablar al respecto. Estaba todo listo, solo debía traerlos…

—Buenos días, Malleforme— sin haber hecho ruido, su padre había entrado al cuarto del menor.

—Bu… buenos días, padre— respondía el chico nervioso.

Ambos se sentaron a la mesa, teniendo que servir Malleforme el desayuno solo. —Empecemos tus lecciones, hoy tengo un día ocupado, A—

—Abominación— respondió el menor.

—B— siguió su padre sirviéndose la comida.

—Blasfemia— contestaba Malleforme sin tocar su plato.

Así siguieron con el resto de las letras, hasta llegar a una en particular. —M— sin poner mucha atención el hombre comenzaba a beber su café, —Mentiroso— respondía sin mucho entusiasmo el joven.

—N.

—Night Raven…— apenas había hablado Malleforme, su padre escupió su bebida. — Eh… Ne, ¡negación!— trato de corregirse el menor, pero ya era tarde.

—¿Quieres ir a ese colegio?, ¿has perdido la cabeza?, Malleforme sabes muy bien que eres malo para el mundo, te odiaran, se burlaran de tu horrenda cara— aunque el tono que usaba su padre era dulce, cada una de sus palabras eran como dagas en su corazón.

Aun así, Malleforme tomo valor y le respondió, —Pero… pero tal vez en esa escuela pueda dejar de ser tan malo… yo… yo podría aprender cosas para ayudarte a capturar a los pecadores…— decía Malleforme lo más firme que podía.

"Me costó mucho trabajo convencer a padre para que me dejara salir, finalmente a unas horas de que empezara la ceremonia de asignación me dio su permiso. Salir por primera vez fue maravilloso…

No obstante los primeros días fueron una tortura. Tal como padre había dicho, los otros estudiantes se burlaban de mi apariencia, ser asignado a Pomefiore, el más hermoso de los dormitorios, creía que el destino me castigaba por atreverme a salir.

Todo cambio… cuando conocí a mi ángel"

—Oye, horrendo— unos alumnos de tercer año le cerraban el paso, estaban en el longe del dormitorio, para su mala fortuna la mayoría de los estudiantes estaban presentes. Malleforme solo quería desaparecer, ¿qué pensaba al querer salir del palacio de justicia?

—Por favor… no he hecho nada…— comenzaba a llorar el peli naranja, el resto de los estudiantes comenzaron a rodearlo, todos soltando comentarios hirientes.

—Eres una vergüenza para el dormitorio, deberías estar en Savanaclaw… es más, vamos a arrojarles a su bestia en este momento— con malicia varios estudiantes comenzaron a jalarlo y a llevarlo fuera.

—¡Aquí las únicas bestias son ustedes!— una voz potente callo a todos en el longe.

Los alumnos comenzaron a hacerse aún lado para dejar pasar a un chico alto, de piel morena y cabellos negros, una corona adornaba su cabeza. —Li… líder Smaragd— decía asustado el chico que había iniciado todo.

El líder de dormitorio miro con furia a sus estudiantes, —Quien siga aquí cuando termine de contar hasta cinco…— no tuvo que terminar la frase, el longe había quedado vacío. Smaragd suavizó su semblante, Malleforme seguía llorando mientras sujetaba su uniforme roto.

—Lo lamento… no debí dejar que esto pasara— decía con dulzura el chico.

Algunos días después, Malleforme podía caminar sin temor a que alguien lo atacara, aunque las miradas de odio aún estaban presentes. Decidido a disfrutar de esa "tranquilidad" Malleforme iba a la cafetería cuando se topó con alguien.

—¡Hola!— alegre, el líder de dormitorio le cortaba el paso, Malleforme solo asintió y siguió caminando, pero no contó con que el chico comenzaría a seguirlo. El peli naranja comenzó a caminar más rápido, acción que el líder de dormitorio imito.

De un momento a otro ambos estaban corriendo alrededor de los terrenos de Pomefiore.

—¡Líder, por favor, DÉJEME EN PAZ!— imploraba el menor corriendo los más aprisa que podía.

—¡No hasta que accedas a platicar conmigo!— divertido respondía el líder de dormitorio.

Después de varias horas finalmente los dos se cansaron, mientras recuperaban el aliento el mayor se acercó con cuidado a Malleforme. — No te asustes… solamente quiero hablar contigo— más tranquilo Smaragd le hablaba al menor.

Malleforme miro a su líder de dormitorio, lo veía de una forma que nadie lo había hecho en su vida. Decidió arriesgarse.

—Calo Smaragd, segundo año— se presentaba el moreno.

—Malleforme Claudere, primero.

Conforme pasaron los días ambos chicos comenzaron a platicar más y a hacerse más cercanos, sus conversaciones eran variadas, Malleforme adoraba estar con su sempai. Una tarde, Calo decidió hacerle una pregunta personal al menor.

—Ne Malleforme, nos has pensado en quisa… ¿Cambiarte de nombre?— Calo trato de ser lo más respetuoso posible. Malleforme se encogió, si lo había reflexionado, pero ninguno se le ocurría, además…

—Padre me dio ese nombre por mi apariencia, porque soy un monstruo— dijo con simpleza el menor.

El líder de dormitorio lo vio pensativo, —Dame tu mano— pidió de la nada el mayor, —¿Para qué?— dijo sonrojado Malleforme, —Voy a leer tu mano, es algo que mis padres me enseñaron— respondió divertido Calo.

Dudoso Malleforme le dio su mano, sentir el toque de Calo hizo que su corazón latiera con fuerza.

—Veamos… tus líneas me dicen varias cosas, tu línea de inteligencia es recta… Wow, tu línea de vida es larga… qué raro, no hay— decía el chico pensativo.

—¿Qué no hay?— preocupado Malleforme veía a su amigo.

—No hay ninguna línea de monstruo— con una sonrisa Calo soltaba la mano de su amigo.

"La vida en Night Raven College era buena, Pomefiore fue lo mejor que me pudo haber pasado. Con el tiempo más personas comenzaron a hablarme, no eran amigos, pero… al menos ya no me temían. Todo iba bien… Hasta qué…"