1- La Profecía Desvelada
La profecía de las Reliquias del Destino, un antiguo y misterioso relato que se mantenía en las sombras de los anales de Eldoria durante siglos, finalmente se desvelaba ante los ojos del reino. Un murmullo de asombro y preocupación se extendió rápidamente por los pasillos del castillo real. La profecía hablaba de un objeto legendario que tenía el poder de salvar o destruir el mundo, y estaba destinado a ser encontrado por un grupo de héroes elegidos.
En la gran sala del consejo, los líderes y eruditos de Eldoria se habían reunido para discutir el significado y las implicaciones de esta revelación. El Rey Aldric, un hombre con barba canosa y mirada sabia, presidía la reunión. A su lado, la Reina Isabella, una mujer igualmente sabia y resuelta, lo acompañaba. A medida que los nobles y los eruditos tomaban asiento, el consejo comenzaba.
"Esta profecía es clara en su mensaje, pero también vaga en los detalles", dijo el Gran Erudito Thaddeus, un anciano de larga barba blanca y cejas frondosas. "Habla de Reliquias del Destino, pero no nos dice qué son ni dónde encontrarlas."
El Rey Aldric asintió con solemnidad. "Es cierto, Thaddeus, y esa incertidumbre nos preocupa. ¿Cómo sabemos si esta profecía es verdadera? ¿Y si es, de hecho, cierta, cuál es el papel de Eldoria en todo esto?"
La Reina Isabella miró hacia su esposo y luego a los presentes en la sala. "No podemos ignorar esta revelación. Si hay incluso una posibilidad de que el destino de nuestro reino esté entrelazado con estas Reliquias, debemos actuar."
La tensión en la sala era palpable. Todos sabían que la decisión que tomaran podría tener un impacto duradero en el reino y en el mundo entero. La profecía hablaba de la necesidad de un grupo de héroes, y la pregunta era quiénes serían estos héroes y cómo se los encontraría.
El Gran Erudito Thaddeus tomó la palabra nuevamente. "La profecía menciona a los 'elegidos'. Esto implica que no todos pueden ser héroes en esta búsqueda. Deberíamos empezar por descubrir quiénes son estos elegidos y cómo pueden ser identificados."
Una voz resonó desde el fondo de la sala. Era Ilyana, una joven erudita con ojos centelleantes. "Tengo una idea. En el libro de antiguos registros, hay un ritual de visión que se dice que puede revelar a los elegidos. Podríamos utilizarlo para encontrar a aquellos destinados a llevar a cabo esta búsqueda."
Los consejeros asintieron con aprobación. Era un comienzo prometedor. El Rey Aldric dio su aprobación y el consejo decidió proceder con el ritual de visión para identificar a los héroes.
El proceso fue largo y lleno de incertidumbre, pero al final del día, cuatro individuos destacaron como los elegidos en las visiones. Kael, un valiente guerrero con cicatrices de batalla y ojos que reflejaban determinación; Sylas, un hechicero con un libro de hechizos antiguo y misterioso; Lyara, una arquera con una puntería sin igual y cabello de fuego; y Draven, un ladrón sigiloso y astuto con un pasado enigmático.
Con los elegidos identificados, el consejo tenía un punto de partida. La profecía mencionaba Reliquias, pero no especificaba cuántas ni su ubicación. La Gran Erudita Lysandra sugirió la búsqueda de pistas en antiguos pergaminos y manuscritos que podrían revelar la ubicación de las Reliquias.