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4- El Retorno de la Arquera, Lyara

Después de reunir a Kael, Sylas y los eruditos, el Rey Aldric, acompañado por el Gran Erudito Thaddeus, estaba ansioso por encontrar a Lyara, la hábil arquera que se había retirado a un remoto bosque. Sabían que su destreza con el arco y sus habilidades serían invaluables en la búsqueda de las Reliquias del Destino.

La misión de encontrar a Lyara los llevó a través de paisajes variados, desde densos bosques hasta escarpadas montañas. Cada día que pasaba, la necesidad de su participación se volvía más evidente, ya que los desafíos que enfrentaban en su búsqueda se volvían más peligrosos.

Finalmente, después de semanas de búsqueda, llegaron al borde de un antiguo bosque donde, según las pistas, se encontraba Lyara. Su retiro en ese lugar había sido una elección deliberada para alejarse del mundo y la responsabilidad.

El Rey Aldric se adelantó con la esperanza de encontrar a Lyara y la llamó por su nombre. "Lyara, noble arquera, hemos venido en busca de tu ayuda. Tu destreza con el arco es inigualable, y necesitamos tu participación en una misión de la mayor importancia."

Sylas, con su conocimiento de las artes mágicas, hizo un gesto y creó una luz tenue que iluminaba el camino, destacando la seriedad de su visita. "La profecía de las Reliquias del Destino es real, Lyara. Tu nombre ha sido mencionado, y eres uno de los elegidos destinados a encontrar y proteger las Reliquias que pueden salvar a nuestro reino y, tal vez, al mundo entero."

Lyara, quien había estado observando en silencio desde la distancia, finalmente se reveló. Su cabello de fuego brillaba en el sol filtrado a través del dosel del bosque. "No estoy interesada en volver a la vida de la que me retiré. Dejadme en paz."

El Gran Erudito Thaddeus habló con humildad. "Lyara, comprendemos tu deseo de aislamiento, pero la necesidad de tu participación es apremiante. Este reino y su gente dependen de nosotros, los elegidos, para encontrar las Reliquias y salvar a Eldoria."

El Rey Aldric habló con voz llena de convicción. "Lyara, te ruego que consideres lo que está en juego. La profecía no es un mero cuento. Es el destino de nuestro reino y, tal vez, del mundo entero. Tu arco y tu puntería son la esperanza que necesitamos."

Lyara reflexionó durante un momento, observando la determinación en los rostros del Rey, de Sylas y de los eruditos. Aunque había renunciado a la sociedad por una razón, la necesidad apremiante y la gravedad de la situación comenzaron a pesar en su mente.

Finalmente, el Rey Aldric se acercó a ella y extendió una flecha. "Lyara, te devolvemos tu arco y tu destino. Necesitamos a la arquera valiente y hábil que eras. Acepta este llamado y únete a nosotros en la búsqueda de las Reliquias del Destino."

Lyara tomó la flecha en su mano, sintiendo su peso familiar. La necesidad de su participación y la promesa de que no perdería su independencia la llevaron a aceptar. Con una mirada de determinación, asintió y dijo, "Estoy dispuesta a volver a tomar mi arco y unirme a vuestra búsqueda."

El Rey Aldric y los eruditos sonrieron, agradecidos por su aceptación. Sabían que con Lyara a su lado, tenían un equipo, pero aún faltaba Draven, el Ladrón.