CAPÍTULO 30

Héroes por suerte.

CAPÍTULO 30

12:40 de la tarde.

Decidimos faltar a las siguientes clases para tener más tiempo para hacer el proyecto. Educación física puede esperar.

En la salida de la escuela, González, Daniela y yo, estamos esperando el autobús.

—Vamos a mi casa.

—Vamos.- Dijo Daniela.

—Tenemos todo, vamos.- Dijo González.

—Tengo que irme a las tres de la tarde, tenemos solo hasta las tres para hacer el proyecto.- Dijo Daniela.

—Claro, no hay problema.- Dijo González.

Bueno, realmente quería estar en la clase de educación física, pero Daniela tiene cosas pendientes en la tarde, no iba a tener tiempo.

—Vamos...

Manuel me toma del hombro derecho.

—¿A dónde vas? Tenemos un pequeño asunto pendiente.

Ah, ¿en serio faltó a las clases solo para esto?

Sin la super fuerza podré entretenerme un poco, no sentiré sus golpes gracias a mis poderes.

Me le quedo viendo y sonrío.

—Claro... Oigan, chicos, esperen un poco, arreglo este asunto y nos vamos... ¿En dónde vamos a pelear?

—En el parque.

—Por mí está bien.

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En el parque.

Estamos en el parque y varios alumnos nos observan... Reconozco a la mayoría... Son amigos de ese idiota... Con razón faltaron a clases, no les importa la escuela.

Daniela se preocupa demasiado por mí.

—¿Estará bien? Pueden lastimarlo.- Dijo Daniela.

Gracias por preocuparte por mí, Daniela.

—No te preocupes, ha estado entrenando.- Dijo González.

—¿Entrenando?

Todos nos rodean y me intento lucir.

—Me he cansado de ti, no te callas en las clases, me desesperas, y mucho, tú y tu bola de amigos igual de inútiles.- Digo observando a Manuel seriamente.

—No me importa, gordo.

Me lanza un golpe, lo esquivo fácilmente y le doy un golpe en la cara con mi puño derecho.

—¿Te dolió?

—¡Idiota!

Me intenta golpear de nuevo y falla.

—Casi.

Lo golpeo en el estómago con mi puño izquierdo.

—¡Mierda!- Dijo quejándose de dolor.

Le doy un golpe en la cara con mi puño derecho y cae al suelo.

—Solo eres palabras, no demuestras nada de lo que presumes, idiota.- Digo sonriendo.

Me doy cuenta de que hay excremento de perro en el suelo... Qué irresponsable el dueño del perro que hizo esto. ¿No sabe que debe recoger los desperdicios de su perro?

Bueno, debo limpiarlo yo usando "algo".

—Esto será divertido.

Y ese "algo", es ese idiota.

Lo tomo del cuello con mi mano derecha y lo golpeo más veces en la cara con mi puño izquierdo.

—Por favor, déjame en paz.- Dijo llorando y con sangre en el rostro.

—Ahora di: "déjame en paz, amo y señor, Ángel".

—En tus sueños.

—Sabía que dirías eso.

Lo tomo del cabello con mis dos manos. La cara de Manuel choca con el excremento de perro.

—Para la próxima, cállate y no te burles de otros, solo eres una mierda.

Recibo un golpe en la cabeza.

Debo fingir dolor... Aunque apenas lo sentí.

Suelto a Manuel y volteo a ver al tipo que me golpeó.

—¡¿Qué te pasa?!- Digo enojado.

Los 5 amigos de Manuel se meten a defenderlo. Ana, la novia de Manuel, me mira enojada.

—¡Hagan algo!- Dijo Ana.

Bla, bla, bla. Qué cliché.

Todos intentan golpearme, pero esquivo los golpes fácilmente.

Sus golpes no son tan rápidos como el de los otros elegidos, nuestra agilidad es muy alta, me gusta.

Sonrío mientras esquivo los golpes.

—Mi turno.

Los golpeo en la entrepierna a todos rápidamente.

Debo admitir que no calculé tan buen mi fuerza... Hasta a mí me dolió con solo golpearlos en esa parte.

—Aún no me canso.

Los sigo golpeando en la entrepierna a todos varias veces.

Todos están en el suelo y me sacudo las manos... Ah... Tendré problemas... Pero tengo varios planes en mente para prevenir mi expulsión.

—Ya me aburrí.

Me doy cuenta de que todos los que me estaban viendo me grabaron con sus teléfonos.

Levanto dos dedos y sonrío.

—¡Saludos a mi amigo González!- Digo bromeando.

Volteo a ver a González y a Daniela.

—Vámonos.

Ana se acerca a mí enojada.

—¡Cobarde!

—Estaba peleando bien hasta que ellos se metieron.

—¡Idiota!

Daniela me revisa el cuerpo.

—¿Estás bien?

Me pongo nervioso, pues Daniela me está tocando el cuerpo.

—S-sí, lo estoy... De ahora en adelante, no creo que se vuelvan a burlar de ti.

—¿Lo hiciste por mí?- Dijo Daniela sonriendo.

—Claro, de todas formas, estos tipos ya me tenían harto. Vámonos.

—Luego hablamos, hagamos el proyecto.- Dijo González.

Presiento que recibiré un sermón de González.

—¿No tienen dos monedas para...?- Digo antes de ser interrumpido por una cachetada.

Ana me da una gran cachetada... Ah... Qué dramático.

—¡Cobarde!

La miro seriamente y sonrío.

—¿Te digo algo acerca de mí? Estoy muy de acuerdo con la igualdad de género. Si un hombre me da un golpe, yo se lo regreso, y aunque eres una mujer, no haré una excepción.

Le regreso la cachetada.

—¡¡Ahhh!!- Grita de dolor.

Cae al suelo y empieza a llorar.

—Qué dramática eres. Vámonos.

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Después de algunos minutos, Daniela, González y yo estamos en el autobús. Daniela y yo estamos sentados juntos y González está sentado detrás de mí.

—Perdón, Daniela.- Digo apenado.

—¿Por qué?

—Acabo de golpear a una mujer.

—No te preocupes, ella se lo buscó y, siendo sincera, sentí satisfacción de que recibiera un golpe, desde que entramos a la escuela se burla de mí.

González se me queda viendo.

Mierda... Espero que su sermón no sea tan largo.

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(Pov- González.)

Sé que Ángel es idiota, no hay duda de eso, pero últimamente está exagerando.

Llamaste mucho la atención, idiota... Realmente eres un idiota.

Estás cambiando para mal, Ángel... Matas personas sin piedad y ahora disfrutas la atención que recibes... ¿Qué haré contigo?