Le comente que a finales del mes siguiente mis padres tenían una boda y que llevarían a mi hermana a casa de mis abuelos. Como solo iban mis padres yo estaría sola en casa, quedamos que ese día estaríamos solos sin interrupciones ni miradas indiscretas.
Mientras pasaban los días nos conformamos con besarnos mientras estábamos atentos de que no nos pillaran. Un día fui a su casa porque tenía muchos deberes, eran complicados y necesitaba ayuda. Esa tarde estaba extraño pero como últimamente María me había dicho que tenía mucho estrés no dije nada.
Últimamente Daniel me besaba muy poco no estaba tan encima mía como siempre. Les consulte a Maya y a María, ellas me dijeron que no era nada, posiblemente estaba pensando en las notas.
María me contó que los amigos de Daniel iban todos los días a su casa, que se pasaban la tarde hablando con él, diciéndole que se calmara que no pasaba nada. María no sabía que era lo que le había pasado pero que era algo malo seguro. Eso me puso nerviosa y preocupada, aunque a el no le dije nada, fingi no saber que pasaba, quería esperar a que el me lo contara todo.
Un día Daniel me dijo mientras estudiábamos:
-¡Emily! Estos días tengo que hacer muchos trabajos, también se me presentan exámenes difíciles y el entrenamiento. No podré hacerte mucho caso, ¿Te molestaras conmigo si te pido que tengas paciencia y me des espacio?- Le dije que no y él me abrazó diciéndome suavemente:
-¡Cuando pase todo esto estaré libre y solo estaré contigo! ¡Te lo prometo! Además tengo reservado ese sábado solo para ti, ¡No lo olvides!- Después recogimos y me llevo a casa, al irse me beso con mucha dulzura.
Esos días María me llamaba y me decía como iba todo por su casa, Daniel volvía a casa tarde, se duchaba e iba directamente al estudio o a su cuarto. María me dijo:
-Tranquila ya sabes lo importantes que son las notas en mi casa, mis padres nos exigen mucho. Se está esforzando ya que este año se le presenta difícil, seguro que encuentra un descanso para ti.- Le dije que no pasaba nada pero la verdad era que le echaba terriblemente de menos.
Intente centrarme en los estudios para compensarle de algún modo, si mis notas se mantenían Daniel estaría contento. Mis padres estaban contentos de verme tan aplicada, en la cena mi madre dijo:
-Desde que sales con Daniel estas muy concentrada, me alegro de que estéis juntos.- Riéndome le dije:
-Es que salir con un chico de notas altas, te inspira a seguir el ejemplo, también como me ha enseñado técnicas de estudio he mejorado. ¡Es un buen tutor!- Nos reímos y cuando termine la cena volví a mis deberes y a repasar para estar mas preparada para los examenes.
Pasó el mes rápidamente entre las clases, los deberes, ayudando en casa y hacer recados no nos habíamos visto mucho. Nos llamábamos y nos escribíamos mensajes pero no era lo mismo yo quería estar con él.
El sábado esperado llegó, quedamos que él vendría a las ocho con una pizza, yo alquilaría una película para verla juntos. Mis padres se fueron a las siete y media con unos amigos a la boda. Yo me quedé arreglando mi cuarto y aseando un poco el salón. A las ocho y diez llamaron al timbre, fui a abrir y era Daniel.
Me quedé asombrada, llevaba unos vaqueros negros, una camisa roja de botones un tanto ajustada, una chaqueta de cuero negra y unas deportivas rojas. En una mano llevaba el casco que me pertenecía y en la otra llevaba la pizza, olía a colonia y a champú, en mi pensamiento se cruzó la frase "que suerte que sea mi novio". Daniel entró y dejó la pizza en la mesa, después dejó el casco en una silla, mientras me daba un beso. Le enseñe las películas que había alquilado, cogió una de acción y dijo:
-Esta quería verla, ¿Cómo lo has sabido?-Le mire mientras se quitaba la chaqueta y le dije:
-Cuando la vi recordé que me dijiste que cuando querías alquilarla no estaba, así que la reserve y aquí la tienes.- Me dio un abrazo y dijo:
-¿La vemos ahora o después? ¡Ah! ¿A qué hora volverán tu padres?- Le respondí que volverían a partir de las dos le pregunte que porque lo preguntaba y él contesto que solo era curiosidad. Vimos la película mientras comíamos la pizza, después pusimos la televisión. Estaba pensando que Daniel estaba bastante frio conmigo ese día después de haber insistido en que estuviéramos los dos solos. Le miré fijamente y cuando se dio cuenta me dijo muy serio:
-Emi, hay algo que tengo que contarte y es algo que no te va a gustar. Pero temo que si no te lo cuento será peor porque podrías enterarte por otra persona y eso te haría más daño. – Me quedé muy quieta, dentro de mí algo me decía que quería romper conmigo, como no dije nada Daniel continuo:
-¿Te acuerdas de que este mes te pedí que me dieras tiempo para estudiar y hacer trabajos?- asentí- Pues no era así, no tenia trabajos que hacer. ¡No te enfades! Es que me ha pasado algo malo y no quería pagarla contigo, pero tienes que saberlo y me duele decírtelo así.- Se quedó callado unos minutos, mientras yo casi estaba a punto de llorar. Suspiró y me cogió de las manos y con ojos suplicantes me dijo:
-He besado a una chica pero fue sin querer, es la prima de uno de los defensas. Cuando me la presentó iba a darle los dos besos y ella giro la cara, con tan mala suerte que roce sus labios. Te juro que no tenía esa intención pero los demás empezaron a decir que estábamos juntos y chorradas. De ahí ella empezó a decir que era mi novia, aunque yo lo negué todo siempre.- Me miró, yo estaba en shock no sabía que decir otra chica haciendo lo mismo que Sara. Daniel me abrazó con fuerza mientras me decía:
-¡Por dios! Te juro que no fue a posta, ¡por favor no me odies! Mis amigos me convencieron para que te lo contara, ellos son testigos de que no fue intencionado. ¡Yo solo te quiero a ti, no hay nadie más! Tú sabes que nunca te haría daño, desde aquella vez con Sara tu sabes lo mal que lo pasamos y no quiero eso.- Estaba tan apenado, parecía a punto de llorar, suspiré para intentar quitarme esa presión que sentía en el pecho. Diciéndome que una chica estaba intentando quitarme a Daniel otra vez, eso me dio rabia. Me gire enfadada y le dije:
- ¡Giró la cara en el momento justo! ¿Tú le dijiste que tenias novia?- Daniel sorprendido me dijo que si, que lo había dicho pero que ella dijo que no era celosa. Eso me dio más rabia, pensé en hacerle una jugadita a la chica para que supiera que conmigo no se juega. Intentado dejar eso de lado mire a Daniel y para quitar un poco de tensión le dije acercándome a el:
-Pero no la besaste como me besas a mí, ¿verdad?- Daniel extrañado por el cambio que tuve dijo:
-¡Nunca!, ¡Nunca he besado a nadie como te beso a ti! ¿Por qué crees que mi madre nos obliga a tener la puerta abierta?- Le pregunte que por que y Daniel dijo con algo de timidez:
-Porque quiero llegar más lejos que unos simples besos, quiero tocarte, mirarte y besarte por todo el cuerpo.- Él hablaba en serio, me acerqué más y le besé. Daniel me cogió de la cintura y dijo:
-¡Ven! Ayúdame a olvidar lo que ha pasado, eres la única que puede consolarme. Siéntate encima de mí, mirándome, no quiero ir de prisa pero al menos esto...…- Me senté en sus brazos a ahorcajadas y me acerqué a él. Sus brazos me rodearon y me atrajeron hacia su cuerpo, después agacho su cabeza y empezó a besarme. Mientras nos besábamos me sentía cada vez más pegada a él, note algo extraño debajo de mí pero no hice caso. Después creció tanto que, un poco asustada me separe mirando que era. Daniel muy rojo me dijo:
-¡Es natural!, solo me pasa cuando pienso en hacerte estas cosas y no digamos ahora que estas encima de mí. Pero no hagas caso ya llegaremos a ese nivel otro día, no quiero forzar las cosas.- No sabia como asimilar eso, nunca había visto su miembro recordaba el de aquellos chicos pero no sabía cómo sería el suyo. Me sentía atraída por una curiosidad muy grande, recordé que antes no estaba así pero ahora amenazaba con salirse del pantalón. Se me volvió a pasar por la mente el día de la pelea pero lo olvide rápidamente solo podía pensar en Daniel. Me sentía tan protegida entre sus brazos que me daba igual lo que sucediera. Daniel se dio cuenta de mi curiosidad y riendo dijo:
-¡Emi! ¡Deja de pensar en eso! Casi puedo leerte la mente, estas mirando demasiado. No tengamos prisa, soy todo tuyo pero aun no estás preparada para eso. ¡No nos forcemos, podría darte miedo!- Estaba avergonzada de que solo yo tuviera esa curiosidad. Pensándolo un poco pensé que quizá Daniel fuera mas tímido que yo. Mi pensamiento cambio cuando en uno de nuestros besos, su mano fue a parar de mi cintura a mi pecho. Nos separamos y pude ver que estaba muy serio y un tanto avergonzado. Me besó de nuevo y dijo con voz entrecortada:
-¡Hace calor! ¡Espera!-Se quitó la camisa y la que llevaba debajo, las dejó a nuestro lado, después volvimos a besarnos. Mis manos recorrían su torso ahora que podía tocarle la piel, a mis caricias Daniel respondía aferrándome más a él. Nuestros besos me dejaban sin aliento, teníamos que parar para tomar un poco de aire.