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Regreso

MTY

Ha terminado el fin de semana, es hora de volver, no lograron realizar un gran recorrido por las bellezas de la ciudad pero sin duda conocieron un poco de lo mucho. Han abordado al avión y solo es cuestión de tiempo para que lleguen a su destino; han enviado mensajes para avisar que van de regreso; Sandro debe ir por Ishtar y por Josué ira su hermano. De regreso están tan cansados que apenas y cruzan un par de palabras. Se relajan y duermen un poco.

Cuando bajan del avión, van por sus cosas y contactan con las personas que irán por ellos. Se despiden y se van, cada quien por su lado.

Cuando Sandro ve a Ishtar, ella corre a abrazarlo y besarlo. Él le regala una rosa que lleva en la mano; extrañada ella la recibe y no puede evitar sonreírle; muy pocas veces le han regalado flores y en específico de Sandro, han sido contadas las ocasiones que tenga ese detalle. Solo la recibe, le sonríe y lo besa dulcemente.

Sandro –Se nota que me has extrañado, eso me gusta. –Le sonríe pícaramente. –

Ishtar con mirada inocente le pregunta – Así fue. ¿Y tú me has extrañado?

Sandro, con una amplia sonrisa le dice al oído– no te imaginas…

Ishtar –Uuuy… –Se estremece, con la respuesta combinada con la mirada de Sandro. –

Sandro, para sacarla de la intensidad con que lo mira; le pregunta, mientras caminan hacia el auto – ¿y qué tal todo allá?

Ishtar, aspira hondo antes de lograr responder – Amm pues el Director es un petulante; te contare en la cena.

Sandro –Bien.

Ishtar – ¿y los niños?

Sandro – En casa

Ishtar – ¿con quién? –pregunta con preocupación y el ceño fruncido. –

Sandro – con la niñera y Andrés –se suben al auto. –

Ishtar – ¡Oh! ¿Y mis perrijos?

Sandro – también, se metieron a nadar

Ishtar – ¡¿Hablas en serio?! –Pregunta sorprendida. –

Sandro –Si, antes de venirme Altaír los aventó a la alberca

Ishtar –Espero, no se quiera meter ella –dice divertida y preocupada. –

Sandro –No. Le advertí a la niñera

Ishtar – ¿Confías en que cuide a los niños y no tenga problemas con Duque y Conde?

Sandro, sube las maletas al auto y le ayuda a ella a subir, como todo un caballero – No tuvo problemas ayer. –Ish suspira y agita la cabeza, inconforme. – Tranquila, ¿te parece si vamos a comer y me cuentas como te fue?

Ishtar le pregunta a Sandro, cuando él ya ha subido del lado del conductor – ¿seguro?

Sandro, frunce el ceño y pregunta con un poco de hastío – ¿Qué te preocupa?

Ishtar –Que no sepa tratar a mis perros; que haya inconvenientes con ella; que los niños se asusten –diciendo esto con gran ansiedad. –

Sandro –En sus tiempos libres cuida, pasea y baña perros. De hecho la adoran, veraz cuando lleguemos. –Le responde de una manera muy paciente y tranquilo, acariciando su rodilla y pierna. –

Ishtar – ¿Seguro?

Sandro – ¿Quién crees que los llevo a pasear?

Ishtar – ¿Pusiste a mis perros en manos de una desconocida? –asustada y sorprendida. –

Sandro – Tranquila, estas un poco tensa –Frunciendo el ceño; mientras se estaciona en un restaurante; Ish solo lo mira contrariada, suelta un suspiro mientras se talla la frente y sien. Sandro baja y le abre la puerta, dándole la mano para bajar; ella lo observa toma su mano y baja dándole una pequeña sonrisa.-

Ishtar – Tal vez… –Sandro, la toma de los hombros masajeándolos un poco. –

Sandro – comida, un baño, un masaje; te harán bien.

Ishtar –sí, mucho. –Sonríe, intentando relajarse. –

Sandro le besa en la oreja y hombro; antes de abrirle la silla para que se siente. – ¿Qué quieres de comer?

Ishtar –umm… pescado…

Sandro – ¿a la mantequilla?

Ishtar – a las hierbas finas…

Llega el mesero – ¿les tomo su orden?

Sandro – sí, dos platillos de filete de pescado a las hierbas finas, y dos copas de vino blanco. De favor

Mesero – enseguida.

Ishtar – ¿me ayudaras con un postre?

Sandro –no –Ish hace una mueca decepcionada. – no como dulce, lo sabes –ella suspira. –

Ishtar – si, lo sé

Sandro – ¿Qué tanto comiste en Monterrey?

Ishtar –Muchas cosas dulces –sonríe maliciosamente. –

Sandro – ¿de verdad? –arqueando las cejas sorprendido. –

Ishtar –Oh sí, he comido mucho helado –sonriendo como pequeña niña traviesa. –

Sandro, ríe divertido, mientras niega con la cabeza– no deberías comer tanto dulce –llegan con la comida. –

Ishtar –Gracias. Tal vez… –Comen. – esto se ve muy bueno

Sandro, la mira dulcemente y le dice con cariño –Debe estarlo… me da gusto tenerte aquí, de vuelta, conmigo. ¿Y qué hiciste estos días sin mí?

Ishtar le sonríe feliz, por las palabras y dice – Pues extrañarte y trabajar; el jueves que llegamos fuimos a cenar a un restaurante tradicional de allá, pedimos el postre más famoso bueno… los postres –riendo. – el viernes para nuestra sorpresa todo el programa que nos había enviado Daniel que es el director, fue totalmente diferente.

Sandro – ¿Por qué?

Ishtar –llegamos temprano a la reunión, nos recibió se presentó, firmo el contrato entregándonos una copia original; concluyo la reunión con una obligada asistencia a un evento de beneficencia del Grupo

Sandro – ¿¡Una fiesta!? –Extrañamente sorprendido. –

Ishtar asiente con la cabeza y continua –así es, tuvimos que ir de compras

Sandro – ¡tuvieron! –más irónico que en pregunta; con un gesto molesto e incrédulo; Ish solo alza la mirada al cielo negando. –