Cuatro días han pasado desde aquel encuentro con ese trío tan poco común. Aún puedo recordar la voz de Lorena por todo el camino reclamando y regañándome por no avisar nada sobre mi ubicación, pero eso es lo menos importante. Aquellos tres buscaban algo de mí, algo que solo el cuarto integrante va a decirme que es, pero bueno, estos pensamientos los estoy teniendo tratando de distraer mi mente ya que por quinto día consecutivo estaba asistiendo a clases, estaba en el receso sentado parado, apoyando mi hombro izquierdo sobre un pilar, pero esta vez estaba aquella chica morocha a mi lado... Aquella que tiene a un mono como novio. Está no hablaba, ni hacía un movimiento, solo a veces dirigía sus tiernos ojos hacia mí, yo cansado de la situación tan incómoda que creaba, dije.
-¿Qué queres?
-Ella dirigió nuevamente su mirada hacia mi tratando de entrelazar aquel encuentro entre nuestras vistas, pero yo no cedía un poco, me negaba a verle a los ojos- A-agradecerte... -acoto la chica del flequillo Mientras nuevamente bajaba su cabeza mirando sus pies- y pedir disculpas por Tomas... -Ella no se detuvo allí y prosiguió diciendo- él estaba mal, yo lo moleste más de lo debido y-Ya al estar cansado de su sosa explicación la mire y dije-
-No necesito tu explicación-Soné recto y llenó de determinación, pero en realidad estaba rompiéndome por dentro, mi mente estaba haciendo mucho esfuerzo por hablar con esta joven- sólo son cosas que pasan, yo tampoco debí meterme... -acoté levemente arrepentido de mis actos, apenas supe que hacer en ese momento y solo respondí ante mi impulsó-
-¿Cuál es tu nombre...? -ella en lugar de escuchar mis palabras y responder ante estás decidió ignorarlas y hacer una pregunta, a ella no parecía importarle mucho mis palabras-
-Ignoré aquella actitud de ella y solo la miré y dije- Noah, soy Noah y si me disculpas, debo irme -Mi corazón a este punto de la conversación estaba como locomotora, el sudor frío en mis manos y la sensación de hormigueo por todo mi cuerpo eran signos de que si seguía iba a ceder ante los nervios por lo cual comencé a caminar hacia los baños de la escuela, pero Mientras mis pasos se dirigían hacia aquel lugar escuché la voz de aquella joven diciendo -
-¡Soy Wendy! -Su leve grito llamo la atención de todos por no más de un segundo, luego todo volvió a su ritmo, pero yo paré, la miré y solté una leve sonrisa para luego seguir mi camino hasta el baño.
Al llegar y entrar a éste con rapidez, revisé nervioso si había alguien en los cubículos y al ver qué nadie se encontraba me encerré enseguida en uno de estos. Me senté sobre la tapa del inodoro, mi mano temblaba, mí ritmo cardíaco era fuerte y un sudor frío recorría todo mí cuerpo, esto no era por el furtivo encuentro con aquella muchacha, eso solo fue la gota que terminó de rebalsar el vaso ya que durante estos cuatro días he estado yendo y viniendo, hablando levemente, interactuando con otros, era demasiado para mí, la incomodidad era mí mochila y ahora estaba cargada de preocupaciones e inseguridades.
El timbre del receso sonó significando el final de este, sin embargo, yo me mantuve en aquel estrecho lugar, necesitaba soledad al menos para sobrevivir el resto del día. Tras unos minutos salí del cubículo y me acerque al lavado, allí moje mí cara para luego levantar está y mirarme en el gigante espejo que estaba enfrente de mí, nuevamente no era el mismo, nuevamente cambie y es raro. Tomé algunas toallas descartables para secar mí cara, luego, comencé a caminar hacia el salón mí paso lento y mi mente en los cielos me hacían ver todo más tardío, esta vida se me era imposible de mantener ¿Cómo puedo manejar la vida tras estar 5 meses casi muerto? En fin, ya casi estaba llegando al salón, pensé que la clase ya había empezado, pero al ver por el ventanal que daba al interior del salón vi como un par de alumnos estaba amontonados en mí lugar, otros miraban de lejos desde su lugar mientras que unos pocos aparentaban no saber que sucede. Al llegar a la puerta del salón abrí está, nadie prestaba atención que yo estaba entrando, también pude notar que el profesor aún no estaba, quedé aún más extrañado, el salón estaba distinto y no sabía descifrar el porqué. Mis paso temerosos y lentos se acercaron poco a poco a mí lugar y al llegar al leve tumulto de gente pedí permiso con una voz leve, mis compañeros se habrían paso ante mí para luego volver a sus posiciones. Al entrar al tumulto podía sentir la voz de aquellos que hablaban, podía sentir a esas personas tan cerca que ya quería salir hasta que por fin entre en la "primera fila" logrando ver a Tamar en su lugar, Lucas en el otro, Miriam sobre mí mesa y un joven, su rostro era tan distinto, sus ojos suaves, pestañas cortas, ojos café claro, según la posición de la luz estos parecían verde y su pelo blanco levemente rizado, sin siquiera hablarme yo podía sentir como este destacaba, parecía un número femto. Miriam se percató de mí presencia y sonrió levemente para luego hablar y decir.
Louis, él es Noah.
Aquel joven me miró y soltó una leve sonrisa nuevamente, ellos dos se parecían tanto en su forma de sonreír solo que este tal Louis no generaba incomodidad, al contrario, parecía estar rodeado de algo indescriptible algo que me generaba un leve agrado hacia él.
-Un gustó, Noah -Dijo el joven estirando mí mano hacia mí, el me miraba a los ojos, generando gran incertidumbre en mí ser, ¿Quién diablos era y por qué se porta así?
-Yo estreché su mano con la mía, esta daba leves espasmos productos de los nervios, al ya tomar su mano no pude decir más que una simple frase- Ese es mi lugar...
-El abrió sus ojos levemente sorprendiendo para luego soltar una sonrisa, sus expresiones cambiaron, este parecía estar complacido, pero yo no entendía, él se levantó de mi asiento y pidió que se dispersen y ellos hicieron caso a sus palabras, el parecía ser de renombre, pero yo apenas sabía que existía. Este se puso frente a mí y dijo- Disculpa Noah, es que llegué recién y me senté en mí antiguo lugar -Sus palabras eran suaves, el parecía hablar como alguien igual a mí pero que se contiene, este chico se me hace impredecible, no puedo darle una etiqueta. No puedo preparar una coraza contra él.
-No lo sabía... -Dije desviando la mirada, a pesar de que él no era como Miriam yo aún no me fiaba de él, su naturaleza rara no era de mí confiar por lo que sin más fui a mí asiento dejándolo solo a él por lo que él se fue a lado de Miriam, el salón quedó en silencio por leves momentos hasta qué algunos volvieron a acercarse a él. El profesor luego de un par de minutos volvió dispersando a aquel grupo y comenzando así la clase.
El día a partir de ahora se sentía tan lento, el profesor hablaba con paciencia y escribía con esta, se movía lento, mi mirada también lo hacía y esto era debido a que seguía consciente, por lo general suelo estar en la nube de mi pensamiento ignorando cualquier cosa que no provenga de mí, pero ahora estoy con la cabeza sobre mi cuello, es raro, nuevamente me siento alerta. La mañana pasaba poco a poco, los profesores iban y venían hasta que llegó el último profesor del día, su clase paso como un chasquido de dedos por la aburrida que me resultaba por lo que apenas sonó la campana de retirada guarde mis cosas con leve apuró para luego acelerar mis pasos hacia la salida ya casi no me importaba chocar contra otras personas, ya había superado esa fobia al menos en esas circunstancias ya que solo me importaba salir por lo que poco a poco veía la salida, la gente dejaba de amontonarse hasta que por fin me sentí libre de aquel tumulto de personas.
Me encontraba parado frente a la acera esperando a que Lorena llegué, habíamos acordado pasar un leve tiempo junto por lo que ella me tendría que venir a buscar, sin embargo, no presentaba indicios de aparecer, algo típico de ella.
-Noaaah -Al escuchar aquella voz detrás de mí giré levemente la cabeza y vi nuevamente a aquella niña, al parecer no se cansaba de tratar de socializar conmigo.
-Ah...sos vos -Dije mirándola levemente de reojo para luego rematar diciendo- ¿Qué querés?
-Por qué tan brusco? -Dijo para luego sonreír levemente, su sonrisa demostraba realmente ternura, ternura que había olvidado de apreciar- Solo te quería pedir un favor -Ella bajo levemente la cabeza tras decir aquellas palabras, al parecer le daba una leve vergüenza.
-Yo algo agobiado tiraba por rechazar su favor, algo dentro de mí me susurraba que no era de fiar, pero mate aquel suave susurro diciendo- ¿Qué favor?
-Ella me miró haciendo una leve expresión de emoción para luego decir - ¿Me acompañas hasta la parada de cole?
-Aquella pregunta retumbó en todo mí ser, varias situaciones se presentaron ante mí, ¿y si Lorena llegaba? ¿Y si hago alguna estupidez? En solo un instante pude sobre pensar tanto el tema que era anormal, pero sacudí levemente mí cabeza para luego decir-¿Es...lejos?
-Nop es donde nos encontramos el otro día-su dulce voz contrastaba con sus palabras, ella describía aquel furtivo encuentro como algo común, algo que se normalizó.
-ugh...está bien -Dije para luego comenzar a caminar hacia aquella dirección, ya me conocía el camino por lo que no iba a ser problema. Sin embargo, estaba siendo realmente impulsivo, esto debido a que ya me había cansado de pensarlo, una nueva vida es lo que quiero y si mis impulsos me llevan a ella entonces que así sea.
-Wendy que me seguía detrás pudo tomar mí paso poniéndose a mí - A veces... Tomas suele acompañarme.
-Al escuchar sus palabras volteé extrañado- Así que soy el sustituto del nergumeno...
-Hey! No le digas así...aunque no sé qué significa -Dijo ella como una niña, su temple contrastaba mucho con su persona.
-al ver qué poco a poco nos acercábamos a la parada dije - Una persona que responde con violencia, eso es un nergumeno.
-Ah...pues en parte tienes razón... suele estar así cuando lo estreso, pero después es un osito lleno de amor... -Al escuchar aquella contradicción salir de sus palabras no pude evitar soltar una leve risa amarga, o era muy inocente o realmente lo quería.
me quedé callado frente a sus palabras, no sabía que decir ni quería hacerlo por lo que a partir de ahora la corta caminata hasta la parada se plago de silencio. Apenas llegar a la parada ella me miró y soltó de sus labios.
-Al fin! ¿Vos dónde tomas el cole? O ¿Te vienen a buscar?
-en la escuela hay una parada, ¿Sabías? -Dije para luego mirarla levemente. Mi celular sonó, rápidamente lo saqué de mí bolsillo, como siempre, era Lorena por lo que la atendí sin titubeó- Adivino, no vas a poder venir. -Dije sin siquiera dejarle hablar, sabía cómo era, siempre ocupada-
-Noah, perdón... la próxima si nos juntaremos.
-No es problema, es común en ti.
-Bueno. Debo cortar, te hablo cuando llegues a casa -Ella cortó la llamada, no me sorprendió nada su aviso por lo que algo vago para volver hasta la escuela revise mí app para los colectivos, viendo si en esta parada pasaba el cole que necesitaba. Tras unos leves momentos la app marco que pasaba por aquí por lo que dije- Me quedaré contigo un rato más, mí colectivo pasa también por acá.
-Wendy sonrió levemente y dijo- bueno, más tiempo para hablar...
-Si.
Dije levemente, no me veía convencido pero la pereza me ganaba, no quería volver hasta la escuela y allí esperar, nuevamente me veo frente a una situación donde me veo obligado a socializar, a pesar de saber que esto era inevitable, me decepciona un poco.