Habían pasado ya un par de semanas, sin que ningún incidente se repitiera en donde Doona vivía; ella no había sentido esta incertidumbre desde que hizo su comeback como solista en 2024; era más comparable a cuando se separó de Dream Sweet, y vivió el peor tiempo de su vida, antes de él. Won Jun fue más cuidadoso esta vez, enviando mensajes desde un teléfono desechable para comunicarse con su novia, y también para encontrarse con ella en lugares que a ambos les quedasen a medio camino, cuando el tiempo lo permitía. La cantante había puesto la denuncia, pero como no existían indicios más que sus testimonios, o las huellas de neumáticos, el caso no había avanzado; él les había mostrado el número de placa que logró distinguir, pero este fue pronto desestimado por una razón que lo dejó perplejo.
Tal vehículo había dejado de existir, y su placa no se había reasignado a otro automotor en el país.
Ahora estaba ajetreado con un montón de documentos, y dentro de un par de horas tendría que hacer un viaje de campo a las afueras, para supervisar el avance de una obra, la cual comenzaba a presentar variados inconvenientes, como materiales perdidos, o trabajadores que renunciaban. Nada se podía hacer para aminorar su carga, pues a fin de cuentas su puesto en el Ministerio de Infraestructura era alto, estando justo debajo del viceministro; aun así este no era el trabajo más pesado, la paga era generosa, y no tenía que lamer botas, como sí hacía el secretario del ministro. Esas y muchas cosas más tenía pendientes para este mes y más allá, y ocupando su mente con tal de no dar pasos en falso dentro de la institución, pero a pesar de ello, no se le iba de la cabeza lo más importante; aquel automóvil que había visto la noche anterior, y a Myung Joo conduciéndolo.
Lo recordaba ahora con más claridad, tras verlo en las cámaras del edificio días después del incidente, durante el interrogatorio de la policía, y un poco antes, tras convencer al inspector de seguridad de la torre; se trataba de un deportivo negro, un Chevrolet Impala Sport Coupe de 1971. El detalle más perturbador, sin embargo, era la supuesta pertenencia del auto, que logró sacarle a uno de los investigadores tras una breve charla, apelando en algo a la situación de Doona como idol; en la base de datos de la policía, se descubrió que el vehículo fue propiedad del Estado.
¿Qué hacía Kim Myung Joo conduciendo un auto así? ¿Qué estaba tramando?
Hasta donde él sabía, Myung Joo trabajaba para una firma de abogados privada, o eso le había dicho ella el día de la boda; algo que también tenía en claro, basado en sus interacciones con Jin Joo, era la conflictividad y reserva de la familia Kim, pero dudaba de que estuvieran metidos en actividades obscuras o ilegales. El señor Kim era propietario de un edificio donde funcionaban distintos locales, entre ellos unas cuantas oficinas y un sauna en la primera planta, sin contar las maquinitas tragamonedas con peluches, esparcidas por todo el distrito circundante; en efecto, eso fue incómodo para él en su tiempo. Había intentado ir a casa del hombre hace poco para hablar con él sobre el incidente, pero de acuerdo a su secretario, este había salido de viaje a Filipinas con su esposa, por lo que debería esperar tres semanas para poder abordarlo en persona; no era seguro comunicarse por teléfono.
No podía hablar así con el padre de la familia después de lo que su hija había hecho, y mucho menos después de ocultárselo al oficial en su testimonio. De todos modos, el problema es que no tenía pruebas firmes en su contra, ni forma de constatar al 100% que era ella con fotos o el video de las cámaras del edificio y la calle, por lo que decidió omitir ese detalle clave. De hecho, las cámaras del sistema de seguridad de la ciudad nunca grabaron nada, pues sufrieron fallos en torno a esas horas debido a un apagón temporal a nivel de calle, causado por la sobrecarga de una subestación. Él se enteraría de ello de boca de un compañero del ministerio, que vivía cerca.
Decidió investigar por su propia cuenta, en sus pocos momentos menos ocupados; primero accedió a la base de datos general, sin encontrar nada nuevo tras días de búsqueda, pero luego convenció a su jefe de darle la clave, con la excusa de que existían discrepancias numéricas en varios archivos. Ya con un mayor nivel de acceso a las bases de datos de los ministerios, buscó el número de placa del auto un buen rato, horas, hasta que cayó la noche, y sorprendiéndose al encontrar la data que necesitaba; era bueno haberse ganado la confianza del viceministro por años antes de pedirle esto. El auto figuraba como propiedad no solamente estatal, sino además, ¡del propio ministerio! comprado para un supervisor departamental de ese entonces, revendido en una subasta pública en 1983 a una compañía de reciclaje para su chatarrización, luego de sufrir el funcionario un accidente.
Pero aquel elemento no era el único que no cuadraba con la supuesta vida ordinaria del hombre.
La empresa de reciclaje no podía existir, ya que su domicilio estaba en un edificio propiedad de un Kim Woo Min, cuya dirección además él reconoció de inmediato; el padre de Kim Jin Joo se llamaba exactamente igual, y era dueño de un edificio en ese lugar, por lo que difícilmente era coincidencia. Consultó más acerca del señor Kim en el registros de propiedades, tras hallar su número de ID en el basurero contiguo a su oficina, encontrando otra sorpresa más; era dueño no solo de dos propiedades distintas en una misma dirección, sino inclusive de una tercera, una constructora. Según los registros, esta había hecho varios proyectos menores para el gobierno, supuestamente viviendas sociales y un conjunto de edificios departamentales, misma que había comprado un auto con exactamente la misma placa y matrícula en 2012; al ver la foto de este, se quedó confundido.
No era el mismo que vio esa noche, sino otro modelo totalmente distinto, un KIA Rio 3 de color rojo, que encima en la imagen portaba otra placa que no constaba en ningún lado; parecía que, después de todo, sí que había algo turbio detrás de todos los recientes acontecimientos. Era literalmente imposible que el padre de Jin Joo, un privado, pudiese haber hecho algún trato con el ministerio por su cuenta como para quedarse con un vehículo público, incluso siendo contratista, y mucho menos probable que las irregularidades en modelos y placas fuesen ignoradas por 15 años.
Algo era seguro, que Myung Joo estaba usando un auto que estaba en manos de su padre para llevar a cabo sus aún obscuros fines, y podía ser que el señor Kim también tuviera algo que ver con este asunto, pues era tan estricto que no se dejaría robar el carro para que su hija hiciese fechorías. Durante toda una vida se había dedicado a disciplinar con dureza a ella y Jin Joo, y en el edificio de su propiedad hablaban de cómo maltrataba a su esposa, tanto física como verbalmente; Won Jun debía ser cauteloso con aquellos rumores, pues carecía de la evidencia para confirmarlo. Sí, pensó, este no se dejaría incriminar por algo que no hizo así nada más, así que o bien sabía lo que Myung Joo había hecho, o bien esta de alguna forma había logrado pasar bajo sus narices para salirse con la suya, logrando que nadie pudiera apuntar a ella en caso de que el vehículo fuera descubierto.
Una duda le asolaba, y era que si el señor Kim y su hija estaban coludidos, o si en tal caso ella actuó por otro lado, ¿a esa gente qué le importaban él o su relación de pareja?
Si el objetivo fuese chantajearlo de algún modo, no deberían esperar tanto para llamarlo y pedirle dinero a cambio de las fotos que de seguro Myung Joo tomó del apartamento esa noche, así que lo consideraba un motivo poco probable. Y si solamente era Myung Joo, y eran otras las razones, como vender su información a la prensa, eso también parecía no estar ocurriendo, al menos de momento, pues ninguna noticia se había filtrado sobre Doona o su estado sentimental actual. Pensó también que Jin Joo pudiese saber algo, pero esta abandonó su casa hace años, quedando en terribles términos con el señor Kim la última que se vieron, o eso le contó ella en la boda; lo que le constaba es que ella había vivido aparte, y que aquel no asistió al casamiento.
Aquello último, junto con las dificultades económicas que supuestamente tuvo, cambiándose dos veces de apartamento según el historial de propiedades alquiladas que revisó, era algo triste, pero irrelevante al caso que lo ocupaba. A Won Jun le bastaba saber que, al menos, sus problemas se arreglaron en cierto grado tras casarse y mudarse a la residencia de su esposo; pero lo más importante para él en este momento era descubrir la verdad, e impedir que a su novia la dañaran.
Una vez más se le pasó por la cabeza el ex manager de Doona, y que tal vez este y Myung Joo, siendo abogada, pudiese tener relación y, en el peor caso, estar tramando una conspiración para destruir la carrera de su ex por una venganza personal. Intentó dar vueltas a la idea, pero no podía evitar estremecerse por dentro ante el prospecto, y las consecuencias que, para evitarlas, le habían hecho abandonar la primera vez. Pensándolo más, también contempló que, de ser este el caso, su propia reputación e integridad estarían en peligro también, que el tipo actuaría para perjudicarlo; el problema con la teoría es que tal cosa tampoco la había visto volverse realidad, no todavía.
Seguiría investigando en base a todo lo que había conseguido hasta ahora. No sabía cuánto tiempo le quedaba para ello, pero la urgencia que sentía le hacía sentir que las cosas podrían volar por los aires en cualquier momento, así que pensaba apurar el ritmo.