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Capítulo 1

AD 2010.07.25...

De manera apresurada, se puede apreciaba como entra una mujer de manera brusca a lo que parece ser una habitación, seguramente un hotel de mediano/alto costo. Cortinas abiertas que dejaban ver el como el atardecer caída con rapidez sobre la muy poblada ciudad Akihabara. Se apresuró en cerrarlas rápidamente para quedar en total oscuridad por unos breves instantes antes de encender las luces y dejarse caer sobre la cama con pesadez y cansancio.

Alzó su brazo derecho, en la mano sostenía el amuleto que ese hombre le había entregado. Había sido todo muy extraño, su manera de hablar, de referirse a ella como su fueran conocidos de toda la vida y sobre todo las poses extrañas. No le resultaba familiar en lo absoluto, aunque una sensación de que sí lo era la envolvía con solo el recuerdo de ese tipo.

Eso la ponía de mal humor, no estaba acostumbrada a experimentar cosas que no podía explicar, los callejones sin salida era exactamente lo que trataba de evitar por medio de la ciencia, pero presentía que esto no era un asunto tan simple como hacer unas cuentas ecuaciones, había algo más.

Mientras más miraba el amuleto, más preguntas surgían, un ceño fruncido no tardó en llegar por parte de esta debido a su creciente frustración. "Maldición, si sigo así me volveré loca, creo que tomaré un baño para despejar mi mente" con ese pensamiento, miró rápidamente el reloj en la pared.

Eran las 5:03 PM, el tiempo pasó demasiado rápido según ella, aunque de todas formas no le importaba, si algo le sobraba era tiempo. Aunque aún teniendo tanto tiempo no lo perdió procedió a levantarse, dejó con extrema delicadeza el pequeño objeto encima de la cama y agarró una toalla que estaba colgada al lado de la que debería ser la puerta del baño, e ingresó por la misma.

En seguida se desvistió e entro a la ducha, al abrir la llave, el agua fría comenzó a caer sobre su cabeza y cuerpo. Sus pensamientos encontraron la paz debido a esa sensación, en ese momento no quería pensar en nada, mantener su mente en blanco era su única meta.

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No supo cuánto estuvo ahí, quizás minutos, horas, pero había logrado lo que quería, calma. Con su piel mojada y las luces de la habitación reflejándose en esta como si de un espejo se tratase, uno muy bello, salió del baño y miro el reloj por segunda vez ese día.

"Las 7:12 PM... creo que exageré un poco con lo de tomarme mi tiempo" se reprochó un poco así misma. Quizás estaba exagerando todo el tema del amuleto y ese hombre, tal vez el solo había tomado confianza demasiado rápido con ella, algo que podía hacer mucha gente, la opción de equivocarse de persona no era muy valida. ¿Cuántas personas de cabello rojo y llamadas Kurisu podían haber en Akihabara?

Apartó por un momento ese pensamiento, procedió a vestirse con algo ligero, para más comodidad, no haría nada más que estar en su habitación hasta mañana o quizás más tiempo, así que lo único que podía e iba a hacer era pensar, o dormir. Sin duda la primera opción era la más segura si se tenía en mente que era Makise Kurisu de quién se trataba.

Antes de acostarse, tomó otra vez al pequeño objeto de color dorado, similar a una moneda. Se quedó observándolo por un largo tiempo. Con el tacto, se dió cuenta de que tenía como un gancho en la parte posterior. ¿Quizás era un broche? ¿Una insignia? ¿O quizás todo junto?

Ahora que este tenía toda su atención, en su pequeño examen se dió cuenta de que este tenía grabadas unas letras por los bordes.

"¿Qué serán esas letras? ¿Un código? ¿Una dirección? aunque... tiene las primeras letra de mi nombre y apellido, pero eso solo podría ser una mera coincidencia. Aunque, él me la entregó diciendo que era algo que me identificaba como miembro #004 de un laboratorio... ¿Pero de cuál?" dió varías vueltas en la cama, vueltas que también se daban dentro de su cabeza, buscando ese algo que le faltaba.

Hasta que se detuvo por un momento, probó con colocarse con mucho cuidado en broche en la fina tela que cubría su pecho y mirar hacia arriba, esperando que en un milagro el techo tenga las respuestas que busca.

"Hououin... Kyouma..." repitió por lo bajo, algo le molestaba de ese nombre, parecía más bien un alías. "Okabe" soltó de golpe, ni siquiera lo había pensado.

"Okabe... Rintarou..." se incorporó en la cama, pensando en lo que había dicho. "Este es su nombre, estoy segura de ello, la pregunta está, en porque lo sé. Tengo que averiguarl-" en ese momento la atacó un monumental dolor de cabeza, pequeños fragmentos de imágenes pasaron con tanta rapidez por su cabeza que no le dió tiempo de analizarlas o verlas a detalle.

Se esforzó por tomar una pastilla para dolor de cabeza que tenía en su pequeño tocador y la tragó sin dudarlo, poco a poco la molestia fue bajando de intensidad hasta entrar en un estado de calma como al principio. Toda esa tranquilidad trajo sueño consigo, ella no se resistió en lo absoluto a este y cayo como una piedra. "Okabe..." en un vago pensamiento, repitió aquél nombre, del hombre sería el centro de toda su atención los próximos días.

AD 2010.07.30...

Ahí estaba ella, mirándolo tranquilamente por fuera, pero con una gran incertidumbre por dentro y muchas preguntas. Por la cara del sujeto, era fácil deducir que no esperaba encontrarla ahí.

Aunque sin duda algo le molestó. "Quítale el 'Tina' ahora" dijo con molestia mirándolo de forma neutral.

"No no, eso es imposible. Tu eres Kurisutina" contestó recuperándose con rapidez.

"Retractate" amenazó, este solo miró a otro lado, como si no le importara.

"Retractate tú, estas en mis confines, Kurisutina~. No llegas al territorio de alguien exigiendo cosas así como si nada, eso solo lo haría alguien muy vulgar" contraatacó. Un solo minuto de conversación con ese tipo y ya la estaba sacando de quicio.

"¡Solo cállate por un momento y escucha, Okabe!" le gritó enfadada. Él se calló, no porque ella lo dijera, sino por como lo llamó, no recordaba haberle dicho su verdadero nombre cuando se encontraron ese día, así que solo había una opción...

"Vamos a dar un paseo, andando" demandó la pelirroja, y no tolerará un no como respuesta.

"Oh, ¿Una cita tan rápido? que mujer tan atrevida" se burló mientras reía un poco.

"¿Cita?" preguntó Mayuri a su lado, parecía estar alegre por Okabe, sin embargo no era el caso.

"Pero que molesto, solo has caso y punto" replicó Kurisu mientras rodaba los ojos. Miro como Okabe sacaba su teléfono como aquella vez y lo llevaba hacía su oreja.

"Sí, soy yo. Ajá, al parecer la Agencia a enviado a una agente en cubierto, la verdad es que es muy obvia, no sabe ni disimular... ¡¿Cómo?! ¡¿Qué es una pervertida?! sí, es peor de lo que pensaba... entiendo, una Americana pervertida con un gran ego, será mejor tener cuidado con ella, estaremos en contacto. El Psy Kongroo" al cortar la llamada, posó sus ojos en la mujer pelirroja, que lo miraba algo sonrojada.

"N-no estarás hablando de mí, ¿Verdad?"

"¿Tú qué crees? ¿Acaso hay otra Americana pervertida por aquí?" ya molesta, se abalanzó sobre este con la intención de quitarle el móvil, logró quitárselo y antes de que pudiera protestar, vió que...

"Pero si esto esta apagado..." lo miró, el rostro de este parecía estar lleno de confianza.

"Para nada, ese teléfono esta equipado con sensores especiales de última tecnología. Estos apagan el teléfono automáticamente cuando se dan cuenta que ya no esta en mi posesión, efectivo, ¿Cierto? UAJAJAJAJAJA"

"Oh, ya veo, tienes problemas" respondió secamente a la vez que le lanzaba de vuelta el celular.

"... Mejor vámonos. Mayuri, no tardaré mucho, aunque si llegase a tardar no dudes en irte a casa, no es seguro cuando miles de agencias mundialmente conocidas y ultra secretas me buscan para sacarme el cerebro y analizarlo... AHH ESOS MALDITOS" terminó.

"¿Ok? cuídense ambos, adiós~" se despidió esta con una sonrisa mientras los dos mayores abandonaban el laboratorio, pero bajando las escaleras la pelirroja le hizo saber la estupidez que había dicho hace un momento.

"Agencias mundialmente conocidas... ¿Pero ultra secretas? ¿Que clase de demente se le ocurre decir tal contradicción en solo segundos?"

"Tch, siempre tienes que prestar atención a todo, aunque lo hice a propósito a ver si te dabas cuenta. No esperaba menos de mi asistente" se defendió. Abrió la puerta para que ambos salieran a su paseo. Kurisu miró un pequeño cartel al lado de la salida y rió.

"Laboratorio de gadgets del futuro" dijo leyendo lo que decía este. "Vaya nombre, más que un laboratorio eso parecía una pocilga"

"No había presupuesto suficiente, ahora. ¿Te dedicarás a criticar todo lo que te encuentres o vamos a tener la cita que pediste?"

"¡Q-qué no es una cita!"

"Lo que digas, Tsundere"

"¡Tampoco me llames así!"

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En medio de pequeñas discusiones por el camino, el sol cayó y la luna salió, las calles de Akiba se empezaban a despoblar a medida de que el reloj marcaba las 7:57 PM.

Las luces comenzaron a adornar las casas y apartamentos, reflejándose unos con otros, dándole un toque algo mágico a aquella ciudad que era la cuna del Anime y el Manga en Japón.

En su pequeña travesía por la ciudad, terminaron por llegar a un pequeño puente, todo era muy silencioso excepto por el suave sonido del agua chocando con el concreto y bailando consigo misma. Las luces de variados colores parecían marcar un camino en el agua a medida que el pequeño canal se iba perdiendo en la distancia. Habían encontrado el lugar perfecto.

La pelirroja se recostó de espaldas a la baranda, la brisa se hizo presente y llevo su mano derecha a su cabello para evitar que el mismo se desordenara e hiciera de las suyas. Okabe miró la bella escena ante sus ojos con tranquilidad, él solo la imitó y poso sus dos brazos en la baranda a su lado.

"Kuris-"

"Oye, Okabe" interrumpió esta determinada. El solo se resigno a escuchar. "¿Nos hemos conocido alguna vez, a parte del incidente en la estación de radio?" la pregunta era predecible para él, sin embargo, no sabía si debía decirle. Apartó la mirada con un ligero seño fruncido hacía la nada antes de responder.

"No" dijo secamente.

"Hey, mírame" él hará caso, aquellos iris de un extraño color azúl opaco lo miraban con reproche. "Dime la verdad, Okabe Rintarou" este la miro vacilante.

"Puede que lo hagamos hecho, o tal vez no, quizás incluso puede que lo hayas olvidado..." ella se bajo de manera brusca de la baranda y se acercó a él.

"¡Me tomas por tonta!"

"¿Si te digo la verdad sobre eso te molestarías?"

"Tienes razón, prefiero no escucharlo" en eso dirigió su mano al bolsillo de su chaqueta, sacando el broche que le había entregado antes. "Si no puedes responder la otra pregunta... ¿Entonces qué es esto? dijiste que esto me identificaba como miembro #004 del laboratorio siendo tu asistente, pero yo no recuerdo haber venido a Japón antes, así que explica"

"E-eso... no lo creerías, simplemente no lo harías" y esa era la pregunta que lo atormentaba desde que llegó a este mundo. ¿Ella le creería? podía sonar a una estúpida pregunta, ya que ella le había creído en todas y cada una de las líneas del temporales que visitó.

Pero ahora había algo diferente, todos esos viajes que hizo, fueron en una misma Línea del Mundo, la Alpha. Los Campos de atracción de una linea de mundo hacen que todos los cambios ejercidos en la misma no cambien un punto de llegada preestablecido sin importar lo que se haga y cuánto se intente, la convergencia de la misma nunca lo dejaría.

Por eso se vió forzado a cambiar de Línea de Mundo, no a la Beta, sino a la Steins;Gate. Una línea del mundo dónde todo es una incógnita, incluso las propias personas, en Mayuri no había notado muchos cambios, pero en Daru... ahora era mucho más tranquilo, menos hablador, no tanto pero para él si se notaba, sin embargo no había un cambió tan brusco. Moeka también había cambiado, hablaba más, socializaba más con las personas a su alrededor, hay sido mucho más notable esta última.

¿Entonces quién le aseguraba que ella no había cambiado? hasta ahora era tal cual la recordaba, pero un pequeño detalle, tan solo algo de su pasado, algo tan insignificante como llegar tarde a cualquier entrevista, no hacer tal experimento o teoría podía hacer que todo lo que antes conocía de ella, haya sido sustituido por otros valores que podían ser imposibles de anticipar para él.

"Sea lo que sea, lo creeré" abrió mucho sus ojos ante las palabras, esas misma oración la había escuchado antes.

"¿Cómo estás tan segura?" preguntó, creía que ya sabía lo que iba a decir.

"Me conozco a mí misma más que nadie lo suficiente como para saberlo. Ser científico trata de descubrir cosas que en principio deberían ser imposibles e increíbles, así que adelante" una sonrisa tonta se dibujó en su rostro, era exactamente lo que pensó que diría. Se acercó a ella con unos pequeños pasos hasta quedar frente a frente, le diría lo que quería escuchar, algo increíble.

"Yo... he estado en otras líneas temporales"

Continuará...