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UN ETERNO FINAL

Un final para el moribundo, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para los humanos, un final para la paz. Todo siempre tiene un fin. Solo el tiempo puede preservar, en todo lo que existe y en todo lo que será. El cambio no importa, el cambio desaparece con el tiempo, solo el final preservara. Pero ¿Qué es el final? Adrián se preguntó, mientras miraba a su alrededor, todo loque conocía se habían vuelto parte de este desolado paisaje. ¿Es esto el final? Se siguió preguntando. “No, este no será mi final” - miro al cielo, el cual era rojo sangre, lo miro tan fervientemente, y cerro sus puños con un gran odio. Sus gritos empezaron a salir. ¡Yo decidiré que final quiero para mi vida! ¡Yo decidiré mi propio destino! – Grito hacia el cielo, diciendo que este no será su fin. El será propicio de su propia vida, de su propio final, de su ultimo suspiro.

Dario_Lidford · História
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86 Chs

CAPITULO 71: UNA NOCHE HE DE MIRAR EL CIELO POR ENCIMA DE ELLOS

De igual forma de como llego, volvió nuevamente a la Santa Iglesia de Motzu, su sentido divino teletransporto su cuerpo fuera de la estatua de hierro.

Al final nunca logro conseguir las Gracias para el legado, pero eso no le importaba, ahora que había experimentado de primera mano las misiones dentro de las estatuas, conocía lo difícil que eran.

Quizás el sería el único que lo había cumplido en menos de 1 día. Pero nadie conocería este suceso, cuando salió ya era de noche, aunque había algunos discípulos, no había muchos para darse cuenta de que Adrián había salido de la estatua de hierro.

Las recompensas de la misión aparecieron en sus manos, una píldora purificadora de meridianos de alto nivel, mientras que los puntos fueron agregados a su ficha de discípulo.

Decidió regresar a su cueva.

Sin embargo, a pesar de que nadie noto la salida de Adrián de la estatua de hierro.

Si hubo una persona que lo estaba viendo atentamente.

Desde la cima de la Decima Iglesia en lo mas alto, donde las manos del gigante barro alcanzaba el cielo. En un montículo de tierra flotante el maestro Dan tenía las manos en su espalda mientras miraba hacia el suelo en dirección hacia Adrián.

 Al lado suyo había un anciano quien fumaba una pipa y votaba humo. Sin embargo, la sensación que daba este anciano parecía no estar en este mundo, su aura podría aplastar todo bajo el cielo y la tierra.

Pero el Maestro Dan estaba sentado a su lado, en frente de ellos había un tablero con varias piezas de ajedrez, parecía que habían iniciado una partida hace mucho.

"Realmente te preocupa el Discípulo del Anciano Sonu" – Hablo el viejo mientras movía una pieza.

"El maestro Sonu me confió el crecimiento de sus discípulos, no puedo dejarlo solos, además, parece que tú también le estas dando muchas libertades, esas chicas ya llevan más de 5 meses practicando en la décima iglesia, desde que entraron en el Establecimiento de la fundación, no dudaste en ningún momento en aceptarlas" – Hablo el maestro Dan mientras movía otra pieza en el tablero.

El anciano parecía muy sereno.

"Esas gemelas son una joya que el Maestro Sonu preparo para que entraran a la Décima Iglesia, incluso si él no me lo pidiera, yo las hubiera aceptado, después de todo, le debo mucho" – El viejo parecía un poco pensativo, mientras miraba el tablero, las fichas estaban colocadas, pero estaba en una posición desventajosa.

"El primer maestro y el sexto han estado hablando, planean unirse para convertirse en las dos potencias por debajo de la Décima Iglesia, no vas a hacer algo al respecto viejo, si esto sigue así, no pasara mucho tiempo antes de que se vuelvan más arrogantes"

"¿Hm? Que puedo hacer con esos dos ancianos, siempre han estado deseando que sus Iglesias lideren, una vez que lo consigan me temo que la división de los recursos de cultivo se volverá un poco caótica" – El anciano suspiro.

El Maestro Dan simplemente negó con la cabeza, parecía que una tormenta se avecinaba, y no había quien lo pudiera detener.

Sin saber nada de esto.

Adrián continuo en su cueva, saco la píldora que había ganado y se la tomo.

Esta era una píldora de alto nivel ideal para los cultivadores desde el séptimo al decimo nivel de la condensación del Qi.

Tenia un gran efecto en los meridianos. Se decía que los mortales tenían en total 14 meridianos, 12 bilaterales, pero eso solo era para los mortales, los cultivadores tenían otro tipo de meridianos, los cuales podían abrir en total 100 y al abrirlos la energía espiritual podría entrar por todo su cuerpo, provocando una mejora enorme en el cultivo.

Solo que hasta ahora nadie los había abierto por completo, había médicos que se especializaban en abrir meridianos, pero incluso el más experto solo había abierto 50.

El número 50 se había tomado como un referente, ya que el camino a los 100 seguía siendo imposible. Las píldoras que lograban purificar los meridianos y abrirlos eran muy extrañas, algunas solo podían conseguirse por formas no convencionales.

La que había conseguido Adrián. Podía abrir solo un meridiano adicional. Actualmente en su cuerpo solo tenia abierto 22 meridianos, las píldoras solo podían ayudar a abrir 30 meridianos, los 20 restantes solo podían ser abiertos por médicos expertos.

Y esos había muy pocos, incluso en la Santa Iglesia de Motzu no había ninguno, solo en el Continente supremo se podría encontrar alguno vivo.

Por lo cual en el Continente Suaking solo había genios con 30 meridianos abiertos, los que logaban entrar al continente supremo y sobrevivir, podían volver con 33 o incluso 39 meridianos abiertos.

Se decía que solo la familia real del Imperio Humano y genios desconocidos tenían 50 meridianos abiertos, incluso algunos rumoreaban que el Emperador Humano tenía 60 meridianos abiertos.

Por lo cual su fuerza era incomparable, aunque solo eran rumores.

Sea como sea, los meridianos lograban un gran aumento al momento de cultivar.

Adrián sintió como los poros de todo su cuerpo se estremecían, un aire purificador se expandió por todo su cuerpo, buscando que meridiano abrir, cuando encontró uno de pronto sonó como el crujido de un hueso rompiéndose, gotas de sudor salieron de su frente, antes de poder sentirse un poco más liviano.

Había abierto su meridiano numero 23, el cual estaba ubicado en la palma de su mano, sintió su mano mas ligera, incluso la energía empezó a recorrer más rápido por su cuerpo. Era una mejora sustancial que se notaba rápidamente.

Después de consumir por completo la píldora, dejo que su cuerpo descansara un rato.

Al mismo tiempo que miraba su sombra, podía notar la mirada de alguien el cual estaba escuchando su llamado.

Ese era el ser demoniaco.

Adrián aun no sabia como tratar con ese ser, le había demostrado su lealtad, y parecía que obedecía por completo sus órdenes, pero, después de todo era un ser demoniaco.

Sabia que esta cueva era especial, por lo cual.

"Aparece" – Dijo Adrián solo para que se mostrara el ser demoniaco.

Era un ser de tono gris, en su cuerpo venas negras como el carbón palpitaban, de su espalda unos tentáculos brotaban, en su cabeza tenia dos cuernos, del cual un cabello blanco caía, tenia el aspecto de una mujer. Pero con un aura que podía destrozar una ciudad entera. Su apariencia, aunque feroz aun podía hacer temblar el corazón de los hombres.

"Me presento ante mi señor, mi nombre es Kiara, aunque si el señor me otorga otro nombre, estaré feliz de recibirlo" – Kiara, este señor Demoniaco se inclino ante Adrián.

Su aura no podía traspasar esta cueva, aunque la formación que había a la entrada estaba temblando no se derrumbó, Adrián sabía que sería un peligro que ella se mostrara en este lugar, después de todo, la raza humana odiaba a los demonios.

"Bien, tu hermano a muerto, ¿Sientes algún rencor hacia mí?" – Pregunto Adrián, realmente quería saber que sentía este ser, después de todo, los seres de niebla no podían hablar, era la primera vez que podía hablar con alguien transformado por la mascara del Diablo Celestial.

Kiara no respondió de inmediato. Sin embargo, negó con la cabeza.

"No siento ningún rencor ante mi señor, mi hermano quiso matarlo, por lo cual tuve que hacer lo necesario para protegerlo" – Hablo Kiara, realmente en sus ojos solo mostraba adoración absoluta.

Adrián podía decir que no estaba mintiendo, por lo cual asintió.

"Sígueme protegiendo, regresa"

"Obedezco sus órdenes"

Después de esta pequeña conversación, Kiara regreso a su sombra.

Por fin podía tranquilizar su corazón, y podía confiar en el efecto de la máscara del Diablo Celestial.

Aunque también había otro asunto.

El sueño que había tenido hace unos días, le había revelado otro hechizo del Diablo Celestial, había dos palabras en su conciencia.

Una era "VERDAD ABSOLUTA" y la otra palabra que se formó en su conciencia. Era

"Vida" - Esta palabra estaba escrito con líneas negras y blancas, como si fuera la representación de lo bueno y lo malo.

Cuando tuvo ese sueño el mundo entero se inclinó ante el Diablo Celestial incluso el Rostro del demonio no fue un oponente digno para este hechizo, Adrián sabía que él no podía replicar la grandeza de ese hechizo como en el sueño.

Solo el ser que estaba en su mascara podía hacerlo, pero nunca se mostraba, tampoco le decía nada, y parecía que solo lo estaba guiando.

Adrián no entendía sus intenciones. Pero por el momento no podía hacer nada.

Salió fuera de su cueva y miro hacia el cielo.

Estaba todo oscuro, la luna brillaba con gran intensidad.

Pero aparte de eso, también estaba el Rostro Demoniaco.

Por un momento, cuando vio el rostro Demoniaco, Adrián tenía la intención de apuntarlo con su dedo, y decir "Vida" quería acabar con este rostro Demoniaco, quería revivir a sus padres, quería vivir en paz.

Ese era su deseo, y a la vez su meta en la vida.

A pesar de que la intención se volvió fuerte no lo hizo. Empezó a bajar la montaña y dirigirse a donde su hermana Bai Guoer.

Sin embargo, sin que el pudiera notarlo, sin que nadie en este mundo pudiera notarlo.

Incluso los seres más fuertes no pudieron sentir nada.

Pero el rostro demoniaco si, era la primera vez desde hace mucho tiempo que una pequeña, mejor dicho, por una milésima de segundo, su parpado se movió.