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Confusión

NOTA 1: Los derechos de la serie Tenchi Universe NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

 NOTA 2: Esta historia contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.

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 El atardecer estaba dando lentamente paso al anochecer. El cielo se estaba tornando cada vez más oscuro, haciendo de paso que el calor amainara un poco. La suave briza que refrescó la mayor parte del día había pasado hace un tiempo, pero el sol ocultándose en el horizonte había logrado que la temperatura bajara un poco, haciendo las cosas más agradables. Recostado de espaldas en el futón, Tenchi se llevó un brazo a la frente mientras daba un suspiro de cansancio. Si, estaba cansando. No, más que eso, estaba destrozado. Suspiró nuevamente.

 El joven Masaki se giró con un gemido para quedar de lado en el futón y contempló a la mujer que estaba recostada junto a él. Ayeka dormía plácidamente a su lado con la más hermosa sonrisa que jamás le había visto en los labios. Estaba completamente desnuda, lo que le permitió apreciar con total libertad todo su cuerpo.

 Ayeka es hermosa, devastadoramente hermosa, su piel es blanca como la porcelana y suave como la seda más fina, posiblemente gracias a cuidarla durante toda una vida con las mejores cremas y lociones que la realeza podía pagar. Sus curvas son simplemente impresionantes. Si bien, sus tradicionales kimonos solo permiten insinuar la figura que se esconde bajo ellos, el poder verla en todo su esplendor le dejó claro que el cuerpo de la princesa es mucho más de lo que había esperado. Hacía algunos años la vio desnuda por accidente en unas aguas termales, pero ciertamente había crecido desde ese día. Sus caderas ahora son más amplias, su cintura más fina, sus piernas largas y torneadas y sus senos ganaron tamaño. No habían crecido demasiado en realidad, pero eso no los hace menos hermosos y agradables, por el contrario, son increíbles, porque son muy sensibles y pueden hacer estremecer y gemir a Ayeka con un simple toque.

 Sonrió al recordar que no solo sus senos son extremadamente sensibles a su tacto, también había encontrado un punto particularmente sensible en su cuello. Para su total sorpresa, resultó que ese increíble y erótico gemido que ella dio cuando besó su cuello por primera vez, se debió a que atacó sin querer ese punto específico que hasta la misma Ayeka desconocía, pero que estuvo feliz de entregar para que él la siguiera estimulando. Tenchi no pudo evitar que apareciera una pequeña sonrisa de cariño en sus labios.

 Esta había sido la primera vez de Ayeka y que ella le entregara ese preciado tesoro a él, pese a todo lo que había pasado ese día, lo remeció por entero. Se sintió afortunado e indigno por partes iguales, pero una suave caricia en una mejilla y una mirada cargada de amor y deseo por parte de Ayeka, rompieron todas sus dudas y se prometió a si mismo tratar que su primera vez fuera inolvidable.

 Tenchi no dejó de sentir un puñal en el pecho al recordar a Ryoko y todo lo vivido con ella poco tiempo atrás. Ambos habían cometido errores por la inexperiencia, pero entre besos, risas y caricias, fueron experimentando y descubriendo qué funcionaba para ellos y qué no. Fue como una aventura; una divertida e intensa aventura de descubrimiento sexual, con la mejor compañera posible. Lo que pasó esa tarde en su cuarto, hubiera sido imposible con otra mujer. Aun así, fue gracias a esa poca experiencia ganada con Ryoko, que pudo tomar las riendas de la situación que tenía en frente y salir adelante sin mayores contratiempos, descubriendo una faceta de Ayeka que nunca espero ver.

 Ciertamente Ayeka es una mujer sorprendente en muchos aspectos. Culta, refinada, de carácter fuerte y decidido, sin olvidar que además es una guerrera formidable, cualidades que contrastaron al descubrir cómo ella se desenvolvía en la intimidad. En la cama Ayeka resultó ser una mujer dulce, cariñosa y bastante fogosa. Él podía abordarla y ella simplemente se entregaba a él con tal dulzura, que aun en medio de la pasión más desenfrenada, hacía imposible no tratarla con delicadeza y cariño, a lo que ella respondía pidiendo más, entre jadeos y palabras cargadas de deseo. 

 Ayeka es como una contradicción andante. Por un lado es dulce y cariñosa, mientras que por el otro es fogosa e insaciable. Siempre buscaba más, totalmente dispuesta a entregarse a las sensaciones, a encender su cuerpo y dejarse quemar en el placer. 

 Tenchi suspiró pesadamente, e hizo el esfuerzo en despejar su mente de esos candentes recuerdos, concentrándose en contemplar el rostro de la dormida princesa de Jurai y apartó un mechón de su desordenado cabello de su rostro. Fue en ese momento, contemplando a la dormida mujer junto a él, que Tenchi tuvo una revelación, una certeza. Supo en ese momento que si había una nueva oportunidad de estar con Ayeka, iba a tener que concentrarse seriamente en los juegos previos, para intentar satisfacer un poco su lujuria antes de llegar al plato principal, o ella de seguro iba a acabar con él.

 — Me pregunto qué tipo de pensamiento pasó por tu mente, para poner en ti esa cara de consternación — comentó una dulce voz.

 Tenchi se sobresaltó ante ese comentario y con un par de pestañadas fue sacado de sus pensamientos, para encontrarse mirando fijamente a los grandes y expresivos ojos de Ayeka, que lo contemplaban con cariño y amor. Se estremeció ante esa mirada, una mirada que le llegó hasta el fondo del alma.

 — Yo solo... bien... creí que dormías — logró articular Tenchi, llevando la conversación a otro lado. Simplemente no podía decirle a Ayeka que la encontraba tan fogosa, que tenía algunas dudas en si podría satisfacerla. Se sonrojó de solo pensarlo.

 — Acabo de despertar y te encontré observando mi cuerpo — comentó Ayeka, levantando una ceja, mientras una sonrisa traviesa apareció en sus carnosos labios — Y ahora te sonrojas. ¿Qué sucio pensamiento pasó por tu mente, Tenchi Masaki? — preguntó ella, ampliando su sonrisa.

 Tenchi se sobresaltó por esas palabras. Es algo que tradicionalmente no sería propio de Ayeka. Ella siempre se mantiene formal y correcta, reprendiendo a quien lanzase alguna insinuación subida de tono. Pero esta era la otra faceta de Ayaka, una que se le permitía ver solo a él. Contempló nuevamente a la princesa y supo que debía responder algo o perdería la partida aquí.

 — Solo… bien. Solo apreciaba lo hermosa que eres — se atrevió a responder. Apenas esas palabras dejaron su boca, Tenchi supo que habían sido las palabras correctas. La sonrisa traviesa de Ayeka fue cambiada por una de felicidad, junto con su mirada que se cargó de ternura.

 — Me alegra que te guste mi cuerpo — respondió Ayeka con un leve sonrojo en sus mejillas.

 La vista ante sus ojos era demasiado enternecedora para Tenchi. ¿Cómo podía Ayeka ser tan condenadamente linda? No pudo evitar que una de sus manos fuera a su mejilla y la acariciara, sacando un suave gemido de la princesa ante el contacto, la que giró un poco la cabeza para dale un beso en los dedos, al que le siguió otro y otro. Esta acción despertó nuevamente el deseo en Tenchi, quien no pudo evitar adelantarse para atrapar los labios de la princesa, que respondió con un gemido ante la caricia, sonriendo entre el beso por la iniciativa de su amante.

 El beso fue largo y dulce, nunca saliéndose de control, pero prontamente vino otro y otro, arrancando suaves gemidos de la princesa, que solo lograban entusiasmar a Tenchi, que pronto se encontró irrumpiendo en la boca de Ayeka, a lo que ella respondió con la misma intensidad. Ella se movió para pasarle los brazos por el cuello y esa fue toda la indicación que el joven Masaki necesitó para ir sobre la mujer, aprisionándola bajo el peso de su cuerpo, mientras ella enterraba una mano en su cabello, mientras que con la otra le recorría la espalda.

 Tenchi profundizó el beso, arrancando nuevos gemidos de esa hermosa mujer con la que compartía el futón, extasiándose en el sabor de su boca, en el placer de su lengua contra la de ella. Se apegó a su cuerpo, mientras ella se retorcía debajo de él, buscando aumentar el contacto. Sus piernas se entrelazaron, a la vez que él le recorría el costado con una mano, sintiendo su piel, sus curvas, tomándole una pierna, acariciando sus muslos, su trasero. Ayeka gimió más fuerte ante ese contacto, casi rasguñando la espalda de Tenchi al sentir su agarre.

 El contacto de los cuerpos era demasiado placentero, el pegajoso sudor que los cubría hizo que sus cuerpos se pegaran, volviendo aún más estimulante el contacto. Tenchi dejó la boca de Ayeka para atacar su cuello, buscando ese punto sensible. Besó su cuello y lo lamió arrancando un fuerte gemido de ella, a la vez que probaba el salado sabor del sudor de Ayeka. Lo amó. Volvió a lamer su cuello y ella gimió una vez más, retorciendo su cuerpo buscando más estimulo, rodeándolo con las piernas para no dejarlo ir, sintiendo su dureza presionándola. 

 — Ahh, sí… Tenchi… — logró decir entre jadeos Ayeka, tratando de decirle sobre el nuevo picor entre sus piernas, decir que lo necesitaba una vez más, decirle que ella… 

 Todo afiebrado pensamiento de Ayeka fue dejado de lado ante el estruendoso gruñido del estómago de Tenchi. Ambos amantes hicieron un poco de distancia para mirarse a los ojos, momento en que el estómago de Tenchi gruño una vez más, aún más fuerte que la primera vez. Tenchi miró a Ayeka con la cara roja de vergüenza, mientras ella no pudo evitar dar una risita.

 — Yo… perdón… creo tengo un poco de hambre — solo pudo articular Tenchi, confirmando lo que a esas alturas era bastante obvio.

 — ¿Crees? — pregunto una divertida Ayeka, levantando una ceja con una sonrisa en los labios, viendo como la vergüenza de Tenchi subía un escalón ante un nuevo gruñido de su estómago. No pudo evitar reír, mientras un resignado Tenchi se bajaba de ella y se dejaba caer a su lado de espaldas en el futón, olvidando ya lo que estaban por hacer.

 Ayeka miró a su amante con una mezcla de resignación y diversión. El ambiente se había roto por completo, además, se estaba haciendo tarde y por lo que ella intuía, Tenchi no había comido nada desde el desayuno. Estiró una mano y la puso sobre el pecho de él, para llamar su atención.

 — ¿Te parece que vayamos a tomar un baño y comer algo? Debes tener mucha hambre.

 — Sí… yo… lo siento por matar el ambiente — comentó él, con algo de vergüenza.

 La princesa sonrió y se irguió para posicionarse junto a él y acercó su rostro para darle un beso en los labios. Se apartó un poco y lo miró aún con una sonrisa en los labios y una mirada de cariño en los ojos.

 — Podemos continuar más tarde desde donde lo dejamos — dijo ella casi en un susurró.

 La invitación era clara, igual que el deseo que podía ver en los ojos de Ayeka. Solo pudo asentir, tratando de imaginar si sería capaz. Recién había actuado más bien por instinto, pero destruido como estaba, no sabía si se la podría con una nueva ronda. Solo pudo asentir con la cabeza y con un lastimero gemido hizo fuerzas para ponerse de pie y luego ayudar a Ayeka a recuperar la vertical.

 Tenchi tuvo serios problemas para quitarle los ojos de encima a Ayeka, mientras ella iba a hurgar en los cajones de su cómoda por algo que ponerse. Pese a su cansancio, su miembro comenzó a revivir una vez más, por lo que se obligó a apartar la vista de la princesa, posando sus ojos en el futón, que obviamente era una zona de guerra, con manchas de humedad, otras en las que no quería profundizar, y una visible mancha de sangre en el centro. La vergüenza lo comió otra vez, a la vez que pensaba que ese futón probablemente iba a tener que tirarlo a la basura. Suspiró con cansancio mientras recogía su ropa del suelo. 

 — Toma Tenchi, usa esto para ir al baño — dijo Ayeka pasándole una bata de baño blanca, similar a la que ella llevaba puesta en ese momento.

 El miró la bata y estaba por decir algo, pero se mordió la lengua a tiempo. Estaba sudoroso y con restos de fluidos resecos en varias partes de su cuerpo. La bata ayudaría para no ensuciar su ropa y de paso no dejarla pasada a sexo. Asintió con un silencioso "gracias" y se puso la bata mientras veía como las mejillas de Ayeka se teñían de rojo cuando sus ojos vieron el estado de su futón.

 Tenchi no pudo evitar una pequeña sonrisa cuando vio como una sonrojada Ayeka fue hasta su futón y lo cerró, en un intento de disminuir un poco su vergüenza. Se quedó de pie ahí un par de segundos, antes de devolverle una mirada apenada y con un leve asentimiento de cabeza, se dirigió a la puerta y él la siguió. Ambos bajaron las escaleras, momento en que toda la alegría de Tenchi fue totalmente drenada. Sentada en un sillón de la sala estaba una seria Ryoko, que lo miraba fijamente a los ojos.

 

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 El ambiente en el comedor de la casa era totalmente tenso y se podía cortar con un cuchillo. Ryoko había ido a dar una vuelta al pueblo por algo de comida y sake, pero Tenchi sabía que había otra razón para eso. Ryoko había salido de la casa principalmente para darle el espació que él y Ayeka necesitaban para arreglar las cosas entre ellos. Al ver el reloj colgado en la pared, supo que pasó horas con Ayeka en su cuarto. No podía saber en qué momento había regresado Ryoko, pero intuía que antes de que ellos dieran por finalizadas las cosas. Solo esperaba que no hubiera escuchado demasiado. Ayeka fue bastante escandalosa por momentos.

 Tenchi fijó su vista en su segundo plato de comida casi vacío, en un intento por apartar sus pensamientos de todo lo que había hecho con Ayeka. Apretó los labios hasta que fueron una línea, con un mar de sentimientos dando vueltas en su mente. Se obligó a dejarlos de lado por un momento y siguió comiendo. Estaba realmente hambriento y la comida estaba exquisita. Ryoko por una vez se tomó las cosas en serio y había traído abundantes cantidades de comida tailandesa, junto con algo del mejor sake que una de las tiendas del pueblo podía ofrecer.

 Luego de salir por segunda vez del baño, pareciendo un muerto en vida, se dirigió al comedor, donde Ryoko y para su sorpresa, una recién bañada Ayeka, ya tenían la comida lista para servir. Se sentó en su lugar con la cabeza gacha, sin ser capaz de mirar a Ryoko a la cara, devorado por la vergüenza y la culpa. Miró su humeante plato de comida, pero no pudo tomar los palillos. Su estómago gruñía con fuerza, pero simplemente no tenía ganas de comer. Fue entonces que escuchó un fuerte y serio "Come", dicho por ambas mujeres, que lo miraban con seriedad. La mirada de ambas era intensa y supo que no sería prudente contradecirlas. Tomó los palillos y comenzó a comer. Ryoko le acercó un cuenco con sake y no protestó. Lo bebió de un trago y ella le sirvió otro.

 La comida transcurrió en total silencio, los tres comiendo con bastante fervor, era evidente que todos estaban hambrientos, pero sobre todo Tenchi, al que le sirvieron cantidades más generosas, incluso con repetición de plato, ya que fue él, quien se llevó la mayor carga de todo el ejercicio del día y quién más necesitaba reponer energías. No pudo evitar sonrojarse ante ese pensamiento y ante la imposible comparación en su mente de Ryoko y Ayeka. Ambas son distintas como personas, y también como amantes. Sus cuerpos se sienten distintos y expresan su deseo y su sentir también de distintas maneras, pero ninguna es mejor o peor, ambas son especiales en sus distintas formas y son igualmente maravillosas. Ambas lo hacían sentir especial y amado por igual.

 Tenchi terminó su comida, satisfecho y con el hambre finalmente saciada. Miró su plato de comida vació sin tener la fuerza aun de levantar la cabeza y enfrentar a las dos mujeres que significaban tanto para él y con las que había hecho el amor el mismo día. ¿Qué podía decir? ¿Pedir disculpas? ¿Cómo podía pedir disculpas por algo de lo que no se arrepentía?

 — ¿Quedaste bien? — preguntó Ryoko.

 — Sí. Gra… gracias por la comida — logró articular Tenchi casi en su susurro.

 Tenchi bajo la cabeza la cabeza aún más, deseando poder desaparecer o arrancarse por algún rincón y perderse en una esquina oscura para sumergirse en el autodesprecio y la vergüenza por lo que acababa de hacer, por haberse dejado llevar por sus sentimientos. Había perdido el foco, había roto el Status Quo, había cruzado la línea, no con una, lo hizo con las dos, y el mismo día. ¿Qué podía hacer ahora? No podía simplemente echarse para atrás diciendo que fue un error, que se dejó llevar por las hormonas. Eso les rompería el corazón a ambas, porque sabía en el fondo de su ser, que todo lo que pasó con Ayeka y Ryoko, no fue un acto de calentura, todo lo que había pasado, fue por amor. Si, había excitación y desenfreno, pero todo eso fue dictado por el amor que ellas sentían por él. Se habían entregado a él, por amor.

 Tenchi sintió un nudo en el estómago cuando ese pensamiento se hundió en su duro cráneo. Pudo ver amor en sus ojos, pudo sentir el amor de ellas mientras les hacia el amor. Ese pensamiento lo hizo estremecer, sobre todo al recordar que luego de haber aceptado a Ryoko, al reconocer que la amaba, la había dejado para hacer lo mismo con Ayeka. Lo peor de todo, es que cuando había decidido aceptar los sentimientos de Ayeka y lo que él siente por ella, supo que iba a lastimar a Ryoko y aun así, siguió adelante. ¿En qué rayos estaba pensando?

 "No estaba pensado"

 En algo que ya se había transformado en una constante ese día para él, Tenchi volvió a sentir que era un miserable, un egoísta y un patán. Quiso llorar de frustración, de angustia, de vergüenza, pero no podía hacerlo. El nudo que sentía en el estómago se sintió aún más apretado por momentos y finalmente hizo lo único que se le ocurrió. Se puso de pie y se inclinó ante las dos mujeres que estaban sentadas frente a él.

 — Ryoko, Ayeka… yo, no quise lastimar a ninguna de las dos. No hay palabras que puedan compensar mi actitud, yo solo… lo lamento.

 Se produjo un largo silencio luego de esas palabras con Tenchi aún inclinado hacia las dos mujeres que lo miraban seriamente. Finalmente fue Ryoko la que tomó la palabra.

 — ¿Lamentas haber hecho el amor conmigo, o haberlo hecho con Ayeka?

 Tenchi se estremeció ante esas duras y directas palabras de la pirata espacial. Levantó la vista y pudo ver una mirada seria e ininteligible, idéntica a la que le estaba dando Ayeka.

 — Siéntate Tenchi. Por favor — dijo Ayeka con seriedad.

 Fue en ese momento que la mente de Tenchi dejó de revolcarse en el autodesprecio, para comenzar a mover los engranajes y darse cuenta de que algo raro estaba pasando ahí. Ambas mujeres estaban sentadas una al lado de la otra, sin la menor intención de atacarse mutuamente. Considerando todo lo que había pasado, ambas deberían estar una sobre la otra gritándose insultos y tratando de arrancarse los ojos. La sorpresa en los ojos de Tenchi era impagable. ¿Cómo había pasado por alto algo tan importante?

 Tenchi se pateó mentalmente por semejante descuido. Es cierto que aún estaba atontado por todo lo que hizo con Ryoko, pero debió darse cuenta de que algo no cuadraba cuando ella prácticamente lo arrastró escaleras abajo y luego lo lanzó a que tomara un baño. Luego al salir del baño y encontrar a Ryoko y Ayeka sentadas conversando tranquilamente en la sala, debieron encenderse las alarmas en su cabeza. Eso no era normal. Ryoko debería haber estado saltando por todos lados gritando y riendo mientras le restregaba en la cara a Ayeka, que le había ganado, que se había acostado con él, describiendo gráficamente algunas de las cosas que hicieron, mostrándole los chupetones que le dejó en el cuello y otras partes del cuerpo, mientras Ayeka la maldeciría y trataría de matarla, destruyendo la casa en el proceso. Más aún, Ryoko se había retirado tranquilamente diciéndole que escuchara lo que Ayeka tenía que decir y lo que es peor, yéndose de la casa para dejarlos solos, sabiendo lo que seguramente iba a pasar. Eso quedó claro cuando bajó nuevamente las escaleras desde el segundo piso y vio a Ryoko sentada en la sala. Obviamente Ryoko sabía lo que había pasado con Ayake, pero no hizo nada. No trató de matar a Ayeka.

 La cara de consternación de Tenchi subió a otro nivel, con solo un pensamiento pasando por su mente en ese momento: "¿Qué demonios está pasando aquí?"

 El joven Masaki miró a ambas mujeres, sentadas una al lado de la otra, ambas tranquilas, pero serias. Ayeka le hizo un gestó con una mano para que se sentara y el obedeció sentándose lentamente. 

 — Nunca respondiste mi pregunta Tenchi — apuntó Ryoko una vez más — ¿Lamentas haber hecho el amor conmigo, o haberlo hecho con Ayeka?

 Los pelos de la nuca de Tenchi se pusieron de punta. Esa pregunta de Ryoko se sentía mal, terriblemente mal. Miró a los ojos de la pirata espacial, aún había seriedad en ellos, pero no vio acusación o recriminación, solo un pregunta sincera. Cómo fuere, no le gustó para nada la implicación y necesitaba dejarle esto claro a ambas. 

 — No me refería a eso cuando dije que lo lamentaba — respondió con seriedad, mirando a Ryoko y luego a Ayake, antes de añadir — No me arrepiento de lo que paso con ustedes. Es solo que no esperaba que ocurriera algo así. No me arrepiento, pero algo dentro de mí me dice que no está bien. Que les debo una disculpa. Nunca quise aprovecharme de ustedes o lastimarlas de alguna forma. No estaba pensando. Solo… me dejé llevar por mis sentimientos.

 Se hizo un nuevo y prolongado silencio entre los tres. Tenchi miró a las dos mujeres, que parecían estar bastante bien con la respuesta que les dio y nuevamente sintió que algo no estaba bien aquí. Ryoko y Ayeka deberían estar peleando por él mientras trataban de arrancarse los ojos. Ese pensamiento le hizo darse cuenta de otra cosa que había estado dejando pasar. Ryoko y Ayeka desde hace un tiempo que no estaban peleando. No había gritos ni recriminaciones. No había peleas por él a cada rato, como era la tónica del día a día. Había algo de eso de vez en cuando, pero había caído mucho en intensidad. Si bien esto le llamó la atención en un inicio, lo dejó pasar porque eso le quitaba un poco de presión y lo ayudaba con el Status Quo. Pero analizándolo ahora con más calma, esto era demasiado extraño. Estrechó la mirada.

 — ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Tenchi, finalmente consiente de que algo muy extraño estaba ocurriendo con esas dos. Su comportamiento era demasiado extraño. Las cosas este día habían sido demasiado extrañas.

 Ambas mujeres guardaron silencio por un momento, se miraron entre ellas y dieron un asentimiento. Había llegado la hora de poner las cartas sobre la mesa.

 — Las cosas no salieron como habíamos planeado — comenzó Ayeka, logrando que Tenchi levantara una ceja — Habíamos acordado que en un inicio solo hablaríamos contigo. Lo haríamos cada una por separado, para así dejar las cosas claras sin la presión de la otra ahí para complicarlo todo. Queríamos dejar claros nuestros sentimientos antes de conversar los tres sobre esto, pero las cosas se terminaron saliendo de control — finalizó la princesa, dándole una mirada a Ryoko.

 — Oye, no me mires así. Yo en verdad iba a hablar con él, pero fue Tenchi el que inició las cosas y yo… bien. Me dejé llevar — reconoció Ryoko, en un inicio algo molesta y luego un poco sonrojada, apartando la mirada de Ayeka, momento en que su mirada se estrechó una vez más, para mirar acusadoramente a la princesa — Y no te vengas a hacer la victima conmigo. Tuve la deferencia de ir al pueblo para darte espacio, aun cuando recién iba saliendo de la cama de Tenchi. Además, cuando venía de regreso, pude escuchar tus gemidos desde el otro lado de laguna.

 — ¡¡Ryoko!! — estalló Ayeka, furiosamente roja.

 — Nunca imaginé que fueras tan escandalosa, princesita — comentó Ryoko con una sonrisa divertida.

 — No es como si pudiera evitarlo… se… se sentía demasiado bien — respondió Ayeka, bajando la cabeza visiblemente sonrojada.

 Ryoko se sonrojó de igual manera seguramente al repasar en sus propios recuerdos sobre su tarde de descubrimiento sexual. Fue en ese momento que Tenchi se percató de que todo el tiempo había estado en medio de algo. Esas dos habían tramado todo esto y él había caído justo en medio, por muy placentero que hubiera sido.

 — Muy bien ustedes dos. Quiero saber qué es lo que está pasando aquí — dijo Tenchi con seriedad.

 

Continuará... 

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 Notas del Autor: Hola a todos. Llegamos al cuarto capítulo de este otrora One-Shot que creció para transformarse en una historia mucho más compleja.

 En un inicio pensé llamar a esta capítulo "Charla de almohada 2" pero dejé la idea ya que a diferencia del capitulo cuando Tenchi esta con Ryoko en la cama, acá no me centré tanto en eso, sino en lo que vino después, con un Tenchi totalmente descolocado.

 Las cosas ya eran extrañas antes, dos enemigas acérrimas, tranquilas y en aceptación de lo que la otra había hecho con Tenchi. Ninguna enojada, ninguna peleando, solo aceptando las cosas para total confusión de Tenchi, que luego de pensarlo un poco, cayó en cuenta de que algo estaba pasando ahí, que esas dos estaban tramando algo a sus espaldas.

 En el próximo capítulo se sabrá finalmente qué es lo que hay detrás de todo y cómo reaccionará Tenchi al conocer la verdad.

 Saludos.