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Una conversación sincera

NOTA 1: Los derechos de la serie Tenchi Universe NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Esta historia contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.

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Tenchi mirada seriamente a las dos mujeres sentadas frente a él, esperando una respuesta. Era totalmente consiente de que luego de lo que había pasado, luego de dejarse llevar por una mezcla de hormonas y sentimientos, luego de haber estado con ambas mujeres, no tenía ningún derecho de reclamar, pero tampoco podía quedarse en la oscuridad. Si bien había estado con ambas, lo que no era correcto, ellas parecían aceptarlo sin problemas, sobre todo luego de declarar sus sentimientos por ellas. Su corazón se apretó cuando recordó como Ayeka lloró en sus brazos luego de reconocer que amaba a Ryoko, como luego ella le dijo que lo amaba y aun sabiendo eso, aun sabiendo que estuvo con Ryoko, ella pidió estar con él, quería entregarse a él, quería ser su mujer. Apartó la mirada, sintiéndose nuevamente un miserable.

El silencio se extendió por largos minutos. Ninguna de las mujeres parecía dispuesta a hablar, o era simplemente que estaban tratando ordenas sus ideas para derramar todo lo que pasaba ahí. Finalmente, Tenchi sintió que no iba a obtener respuestas en ese momento y ciertamente no se sentía con derecho a exigir una respuesta. Suspiró pesadamente y se aprontó a dejar el lugar para ir a otro lado a pensar y tratar de dar sentido a todo eso, cuando una de ellas finalmente hablo.

— Estábamos cansadas de toda esta situación, Tenchi — dijo Ayeka, atrayendo la atención del aludido — ¿Cuántos años estuvimos así, sin avanzar hacia ningún lado? — preguntó.

— Pese a todas las peleas entre nosotras, los malos entendidos, al villano de turno que aparecía de tanto en tanto para poner en peligro nuestra existencia, o la vida que habíamos logrado tener aquí junto a ti, pese a todo eso, fue divertido. Pero con el pasar del tiempo, pese a lo bien que lo pasamos, las cosas se tornaron tediosas — dijo Ryoko mirando seriamente a Tenchi.

— Yo fui en contra de los deseos de mi padre y logré quedarme en este planeta junto a ti. Ya conoces lo suficientemente bien a Ryoko, como para saber que ella prefería andar recorriendo el espacio de un planeta en otro divirtiéndose y haciendo destrozos, pero también optó por quedarse aquí junto a ti — añadió Ayeka, dándole a Tenchi una mirada tan seria como la de Ryoko.

— Me quedé aquí en este planeta, porque te amo Tenchi. Quiero estar a tu lado, quiero pasar el resto de mi vida junto a ti — dijo Ryoko con seriedad y emoción.

— Yo fui en contra del deseo de mi padre de volver a casa con él y estoy dispuesta a renunciar a mi derecho a reclamar el trono de Jurai, para quedarme a vivir una vida tranquila y austera en este planeta contigo, porque te amo — añadió Ayeka con emoción. 

— Ambas estamos dispuestas a dejar todo atrás por ti, incluso nuestras diferencias, porque te amamos. ¿Qué hay de ti, Tenchi? — preguntó Ryoko. 

Tenchi quedó de piedra ante las declaraciones de ambas mujeres, que lo miraban con seriedad y emoción por partes iguales. Ya lo había escuchado de ellas mientras sinceraban sus sentimientos y luego en medio del calor de la pasión, pero escucharlo nuevamente, de esta forma tan directa y dura, era en verdad impactante. Sus palabras lo remecieron por entero, sus miradas lo traspasaban hasta el fondo de su ser.

— Sé que amas a Ryoko — declaró Ayeka con el rostro duro.

— Sé que amas a Ayeka — declaró Ryoko a continuación.

— Aun así, nunca hiciste nada — dijo Ayeka duramente mirando fijamente a Tenchi — Hubieron tantas ocasiones en las que las cosas pudieron haber avanzado un paso hacia adelante, tantas ocasiones en las que tú y yo pudimos haber cruzado finalmente la línea y pasar a ser una pareja, ser amantes, pero nunca hiciste nada. Por más que yo intentara nunca aceptaste ninguno de mis avances. Ni que decir de los avances de Ryoko, prácticamente se lanzaba sobre ti con las piernas abiertas y ni aun así reaccionabas.

— ¡Oye! — reclamó Ryoko dándole una mirada dura a la princesa.

Ayeka le devolvió a Ryoko una mirada seria levantando una ceja, como retándola a negar lo que había dicho. La pirata espacial solo pudo fruncir los labios desviando la mirada a un lado. La princesa aclaró su garganta y volvió a mirar a Tenchi con seriedad.

— Como estaba diciendo. Pese a lo que Ryoko y yo sentimos por ti, pese a que tú conocías nuestros sentimientos, nunca hiciste nada por acercarte a alguna de nosotras. ¿Por qué? — preguntó finalmente Ayeka.

Tenchi estaba literalmente mudo. Ahí estaban esas dos hermosas mujeres que tanto significaban para él, preguntándole directamente por qué no era capaz de hacer algo por cambiar las cosas. Por qué no hacer algo para salir de ese bucle interminable y de una vez por todas iniciar una relación con alguna de ellas. Tenchi no pudo evitar quedar atrapado en sus pensamientos y en las verdades que acababa de escuchar. Ambas mujeres vieron como él se quedaba perdido en sus pensamientos, analizando todo lo dicho por ellas, pero no iban a esperar por siempre. Querían respuestas.

— ¡Tenchi! — llamó con voz firme Ryoko, para sacar al hombre de sus pensamientos — Estamos aquí delante de ti, dejando de lado nuestras diferencias, exponiendo nuestros sentimientos. Esperamos lo mismo de ti. ¿Qué piensas? ¿Qué sientes? — preguntó Ryoko.

Esas dos preguntas de Ryoko eran muy importantes, eran prácticamente la razón de todo el entuerto en el que se había metido. Miró a Ryoko estudiando sus ojos, luego a Ayeka. Ambas esperaban una respuesta, una tan sincera como las palabras que ellas habían pronunciado momentos antes. Aún tenía dudas sobre todo esto, sobre la aparente tranquila actitud de ambas mujeres, pero realmente no tenía derecho a exigir nada. Además, algo le decía que la respuesta a esas preguntas le traería a su vez la respuesta a sus propias dudas.

Tenchi cerró los ojos y suspiró pesadamente. Era hora de decir su verdad, de abrir su corazón. Se lo debía a ambas.

— Siento que debo partir con una disculpa, a ambas. Todo lo que ha pasado es por culpa de mi indecisión, de mi inacción y de mi egoísmo. Lo lamento en verdad — inició Tenchi con amargura.

Ryoko y Ayeka permanecieron estoicas ante esas palabras, era algo que ellas ya sentían que saldría de él, pero sabían que no era todo, había mucho más detrás de todo eso. Contemplaron al joven y esperaron con paciencia a que continuara. Él no las decepcionó.

— Yo nunca imaginé que algo como esto pasaría. Creí que viviría una vida ordinaria, que tal vez me convertiría en arquitecto igual que mi padre, con el tiempo me casaría con alguna una compañera de la escuela o de la universidad, tendría un par de hijos, envejecía y moriría. Una vida tranquila, normal y aburrida. Pero todo eso cambió cuando Ryoko entró a mi vida — dijo Tenchi con cariño, dándole una sonrisa que enterneció a la pirata espacial — De la noche a la mañana todo mi mundo y mis creencias cambiaron. De pronto supe que había vida inteligente fuera de este planeta, que había civilizaciones mucho más avanzadas ahí afuera. De una de ellas llegaste tú Ayeka — añadió con una nueva sonrisa cariñosa, que esta vez hizo sonreír a la princesa.

Tenchi bajó un momento la cabeza, rememorando esos hechos y ordenando un poco sus ideas antes de continuar.

— También llegó Sasami, luego llegó Mihoshi y Washu. De pronto pasé de estar solo con papá, a tener una familia. Todas ustedes se transformaron en mi familia. Algo que siempre quise tener, algo que no quiero perder — dijo con emoción — Por eso digo que soy egoísta. No quiero perder lo que tengo ahora. No quiero perder esta familia en la que nos hemos transformado.

— Tenchi — dijeron ambas mujeres emocionadas por sus palabras.

— Siempre supe lo que ustedes sentían algo por mí y, con el tiempo, fui sintiendo cosas por ustedes también. Fui consiente de cada uno de sus avances y me avergüenza de decir que le hice el quite a cada uno de ellos — dijo Tenchi con pesar — No fue fácil hacer eso. No fue fácil hacer de cuenta de que no pasaba nada, hacerme el tonto, esquivar lo que era tan evidente. Y solo se hacía aún más difícil con cada día que pasaba, porque yo sentía ganas de dejarme llevar, de responder a sus avances, de soltar todo lo que tenía dentro, pero no lo hice, por miedo y egoísmo.

— Tenchi, no… — intentó decir Ayeka, pero Tenchi levantó una mano para acallarla.

— Me di cuenta de que las amo. Las amo a ambas y no quería, no podía elegir entre ninguna de las dos. Si elegía a una, la otra se sería lastimada. Si elegía a una, la otra se iría. Yo no quería que pasara eso. Las quiero a ambas en mi vida, no quiero perder a ninguna, no quiero perder esta familia. Por eso, por más que lo deseara, simplemente no podía elegir. Lo único que pude hacer fue de alguna manera lograr un Status Quo, manteniendo las cosas como estaban, hasta hoy.

Ryoko y Ayeka miraron fijamente a Tenchi, que se veía abatido y miserable. Ninguna de las mujeres dijo nada, simplemente se pusieron de pie y fueron a sentarse una a cada lado de él. Ayeka a su derecha y Ryoko a su izquierda, tomando una mano cada una.

— Cuanto te vi hoy flotando sobre mí Ryoko, tan cerca, pude ver tus ojos y tus labios, y supe que iba a perder el control. Te abracé en un intento por frenar mi impulso, pero logré todo lo contrario — dijo Tenchi apretando el agarre de la mano de Ryoko — Luego, cuando te vi Ayeka, me sentí miserable. Sentí que te fallé, que te engañé. Ahora sé que Ryoko supo cómo me sentía y me dio el espacio para hablar contigo Ayeka. Ella supo que algo podía pasar y efectivamente pasó. Estuve contigo minutos después de estar con Ryoko. Ella lo supo y lo permitió. Moralmente estuvo mal. No debí, pero lo hice. No pude negarme a eso. Me siento mal por haberlas lastimado, por ponerlas en esta situación. Lo siento, en verdad lo siento.

Las últimas palabras de Tenchi fueron dichas casi en un susurro. Lagrimas corrían por sus mejillas. Lágrimas de vergüenza y de impotencia. Ryoko y Ayeka también estaban llorando y lo único que pudieron hacer fue abrazar al hombre que estaba ahí entre ellas. Se aferraron a su pecho y estrujando su camisa con las manos, y lloraron con él. Tenchi las rodeo con los brazos y las estrechó aún más cerca de él. Lloraron juntos, dejando salir toda la presión y la tensión que tenían dentro, echando fuera en el llanto, esos sentimientos de dolor, frustración y añoranza que consumía sus corazones desde hace ya tanto tiempo.

El trió lloró por largos minutos hasta que finalmente se calmaron, pero ninguno se apartó. Ryoko y Ayeka se quedaron aferradas a Tenchi, mientras él las seguía abrazando, no queriendo dejarlas ir.

— No creímos que te sentirías así. Creo que también te debemos una disculpa. Nosotras preparamos esto, pero no resultó como pensábamos — dijo Ayeka.

— ¿Me van a explicar de una vez por qué no están tratando de matarse mutuamente? — preguntó Tenchi, logrando arrancar una sonrisa de las dos mujeres.

— Como ya lo dijo Ayeka, estábamos cansadas de esta situación. Llevábamos años dando vueltas en lo mismo sin llegar a ningún lado. Ambas te amamos y llegó el momento en que fuimos conscientes de que tú nos amabas a ambas por igual, pero no eras capaz de elegir a una sobre otra. Nunca imaginamos que sería algo más profundo que eso — dijo Ryoko, aferrándose un poco más a Tenchi.

— Si bien Ryoko y yo siempre actuamos como enemigas por tu amor, el darnos cuenta de tus sentimientos por nosotras, nos hizo hacer un alto al fuego y sentarnos a conversar seriamente sobre esta situación. Sobre ti y nosotras, sobre nuestros sentimiento y lo que queríamos para el futuro — dijo Ayeka.

— No fue fácil hacer eso. Ya ni recuerdo la cantidad de veces que casi nos arrancamos los ojos mientras discutíamos quien se quedaría contigo — comentó Ryoko con una sonrisa torcida.

— Sí, en realidad actuamos de forma muy poco civilizada — añadió Ayeka, con su propia sonrisa torcida al recordar todo eso — Pero luego de muchas discusiones y peleas logramos llegar a una solución. Algo que nos dejaría contentos a todos. 

— Aun así, no fue fácil aceptar esto. Nuestros propios deseos y sentimientos se interponían, pese a saber que era la mejor decisión para todos — añadió Ryoko. 

— Ryoko tiene mucha razón en eso último— dijo Ayeka, atrayendo la atención de Tenchi — Como mujeres orgullosas y cabeza dura que somos, obviamente no queríamos ceder en un inicio, pero finalmente, era el mejor resultado posible.

— Esperamos el mejor momento para hablar contigo y exponerte esto. El momento se dio cuando tu abuelo anunció el viaje a Tokyo, mismo momento en que Mihoshi tuvo que ir a perseguir a un criminal y Washu decidió encerrarse en su laboratorio. Como tu padre también está fuera indefinidamente por trabajo, era el momento de actuar — dijo Ryoko. 

— Ryoko anunció que iría un tiempo al espacio y yo me llevé a Sasami a Jurai, no porque hubiera una reunión familiar, sino porque mi madre quería verla desde hace un tiempo y me pareció el momento preciso para llevarla. Ryoko y yo planeamos regresar y hablar contigo por separado, sin presiones, exponerte nuestros sentimientos y conocer los tuyos. Luego de eso íbamos a hablar los tres juntos sobre esto, pero las cosas se torcieron un poco… bien, un poco demasiado — dijo Ayeka con cara de circunstancia.

— No vamos a ser mojigatas aquí Ayeka — dijo Ryoko mirando a la princesa — Habíamos hablado esto y ambas reconocimos que queríamos estar con Tenchi. Tantos años de tensión sexual ya nos estaba pasando la cuenta. Las dos lo necesitábamos y tú no puedes negar que también lo deseabas tanto como nosotras — dijo Ryoko, mirando fijamente a Tenchi.

El aludido no pudo evitar ponerse furiosamente rojo por la declaración tan abiertamente directa de Ryoko. Solo ella podía ser tan audaz con una declaración semejante, reconociendo que ambas querían acostarse con él. Ciertamente también estaba en lo correcto con él. También lo deseaba. Tenchi solo pudo asentir con la cabeza, al igual que una avergonzada Ayeka, que suspiró en resignación.

— No pensamos que llegaríamos a ese punto tan rápido. Sabíamos que iba a pasar, no teníamos claro cuando, pero iba a pasar. Entonces, hoy solo íbamos a hablar, pero Ryoko y tú lo hicieron y yo, bien… yo también… ya sabes — reconoció Ayeka con algo de vergüenza.

Tenchi suspiró pesadamente y dejó la cabeza colgando hacia adelante, procesando todo lo que estaba escuchando, pero sin soltar a ninguna de las dos mujeres, las mantenía abrazadas, apegadas a él y ellas parecían estar muy bien con eso. Ya casi todas sus dudas estaban aclaradas, pero había una gran interrogante aun sin dilucidar.

— ¿Por qué se están tomando esto con tanta calma? ¿Por qué no están enojadas una con la otra o conmigo? — preguntó Tenchi, yendo directo al punto.

Ambas mujeres se miraron entre ellas, y asintieron con la cabeza. 

— Después de mucho pensarlo, llegamos a la conclusión de que no tienes que elegir entre ninguna de las dos. Puedes tenernos a ambas — dijo Ryoko en forma directa y clara.

— ¿¿Qué?? — preguntó Tenchi, con los ojos como platos, mirando a una seria Ryoko.

— Tenchi, tú eres el nieto de Yosho Masaki Jurai, de la casa real de Jurai, príncipe heredero al trono de Jurai. Tienes sangre real corriendo por tus venas y como tal, también tienes derecho a reclamar y luchar por el trono de Jurai, si así lo desearas — dijo Ayeka.

— ¿Qué? ¡No! Yo no voy a hacer eso Ayeka. Tú sabes que esa vida no es para mí. No voy a ir a reclamar el trono de un planeta que ni siquiera conozco — se defendió Tenchi.

— Lo sé — dijo Ayeka con una sonrisa gentil.

— ¿Entonces a que viene eso ahora? — preguntó Tenchi.

— ¿Recuerdas que cuando mi padre vino aquí para llevarme de regreso a Jurai, lo hizo en compañía de mi madre y su otra esposa? — preguntó Ayeka.

Tenchi estaba por responder a la pregunta de Ayeka, cuando los engranajes comenzaron a girar en su dura cabeza y finalmente lo comprendió. Abrió los ojos como platos, sorprendido por ese pedazo de información que lo cambiaba todo. Abrió la boca para decir algo, pero las palabras simplemente se negaban a salir. Ayeka continuó.

— Si bien es cierto que naciste aquí en la tierra, eso no quiere decir que debas regirte por las normas y costumbres de este planeta. Eres parte de la familia real de Jurai, por lo tanto, tienes el deber de regirte por nuestras costumbres y tradiciones — dijo Ayeka con una sonrisa. 

— Lo que la princesita trata de decir, es que al tener sangre real, eso te da la facultad de casarte con más de una mujer — dijo la pirata espacial con una sonrisa divertida, al ver la cara de total consternación de Tenchi.

Ambas mujeres guardaron silencio por un momento, mirando fijamente a Tenchi, esperando que este asimilara la información, y la procesara adecuadamente. Pasó largos minutos mirando al vacío, pensando. Finalmente, cuando estuvo listo, habló.

— Entonces, ¿está bien que quiera ser egoísta? ¿Puedo tenerlas a ambas en mi vida? — preguntó.

— Sí, puedes — respondió Ryoko con una sonrisa.

— Y solo para que conste, nosotras estamos siendo egoístas aquí también — apuntó Ayeka, llamando la atención de Tenchi — Una vez que mi padre anuncie oficialmente que mi hermano Yosho, tu abuelo, está con vida, tú también serás presentado a todos en Juari y al ser parte de la familia real, no faltará el que quiera lanzarte a alguna de sus hijas en un matrimonio político para aumenta su poder y hacer algún tipo de alianza. Nosotras no vamos a permitir eso. Cuando te presentes ante Jurai, lo harás con nosotras a tu lado como tus prometidas. Eso le pondrá freno a esa gente. Luego ya como tus esposas, manejaremos cómo esquivar el bulto diplomáticamente si alguien quiere intentar algo.

— Así es, protegeremos lo que es nuestro con uñas y dientes — afirmó Ryoko con decisión y una mirada peligrosa en sus ojos. 

Tenchi quedó nuevamente impactado por esas palabras, era demasiada información para procesarla toda de una vez, era increíble, casi irrisorio, pero la cara seria de Ayeka y Ryoko no dejaba dudas. Todo lo que habían dicho era totalmente verídico.

— Entonces… puedo ser egoísta aquí y tenerlas a ambas en mi vida, pero para hacerlo, debo casarme con ustedes. ¿Es eso? — señaló Tenchi. 

— Así es — dijo Ayeka con seriedad — Si mi padre se llegara a enterar que estoy en una relación contigo sin ningún compromiso, junto con otra mujer y además compartiendo la cama, él vendría de Jurai a despellejarte vivo. Soy una princesa en línea directa a la sucesión del trono, Tenchi. Si queremos estar juntos, debemos hacerlo oficialmente. Debemos casarnos. 

— ¿No quieres casarte con nosotras, Tenchi? — preguntó Ryoko, dándole una mirada interrogante.

Tenchi sudó frio ante esa pregunta de Ryoko. Nuevamente, todo esto era demasiada información, demasiadas cosas para asimilar de golpe. Todo esto parecía una verdadera locura. Podía ser egoísta, podía tener a Ryoko y Ayeka, incluso podía tener a más; sin poder evitar que su corazón se calentara y latiera un poco más rápido, al pensar en cierta atolondrada policía y una pequeña científica. Negó con la cabeza apartando eso de su cabeza por el momento. Debía centrarse en la situación que tenía ahora entre manos. Podía mantener las cosas como ahora, podía mantener su familia, pero para hacerlo tenía que casarse. No iba a negar que toda esta situación del matrimonio se sentía como una trampa muy bien orquestada por estas dos mujeres junto a él. Una trampa de la que ya no podía escapar, pero… ¿quería escapar?

— ¿Ustedes están bien con esto? — preguntó Tenchi.

— Lo estoy. Es normal para nosotros de dónde venimos. Si no elijó un marido por mi cuenta, mi padre lo hará por mí. Yo no quiero eso. Te quiero a ti — dijo Ayeka con seriedad.

— Ya te dijimos que lo habíamos analizado por bastante tiempo y estamos bien con esto. Si es con Ayeka, puedo hacerlo. Ella te ama tanto como yo, por eso, sé que puedo hacerlo — declaró Ryoko con seriedad.

— Lo mismo va para mí. Conozco a Ryoko de toda una vida. En un inicio nos odiamos y peleábamos por ti todo el tiempo, pero aunque nos cueste reconocerlo, luego de todo eso, luego de convivir aquí junto a ti, nos hicimos más cercanas y finalmente nos hicimos amigas. Comprendí que ella te ama tanto como yo. Así que si es con Ryoko, también sé que puedo hacer esto — declaró Ayeka.

Tenchi cerró los ojos un momento, dando un suspiro negando con la cabeza. Tantos años calentándose la cabeza con un problema sin una aparente solución, tantos años planteándose que era un maldito imbécil, un patán y un egoísta, por amar a más de una mujer. Tantos años desperdiciados siendo que sí había una solución. Una solución que se sentía como una trampa, porque las cosas se estaban forzando sobre él, pero era una dulce trampa en la que no tenía ningún problema en caer. Sonrió.

— Ryoko, Ayeka… ¿Me harían el honor de casarse conmigo?

 

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Tenchi abrió los ojos lentamente, sus parpados se sentían pesados y le costó un poco el mantenerlos abiertos. Luego de luchar un momento pudo finalmente abrir los ojos. Aún estaba algo atontado y no pudo identificar realmente dónde estaba, ya que en ese momento en que cayó en cuenta de que pese a haber dormido, se sentía bastante cansado, era una sensación de no haber descansado nada durante la noche. Suspiró cansamente dejando eso momentáneamente de lado y trató de centrarse en su alrededor para saber dónde estaba. Cuando sus ojos pasearon por el lugar no tuvo que pensarlo mucho, conocía el lugar demasiado bien, era la habitación de Ayeka. 

Intentó moverse, pero se encontró impedido de hacer el movimiento por dos pesos, uno a cada lado de su cuerpo. Al bajar la vista se encontró con dos mujeres durmiendo acurrucadas una a cada lado de él y por la sensación que le daba el contacto con su piel, estaban tan desnudas como él. Eran Ryoko y Ayeka. Tragó sonoramente. Sus neuronas despertaron de golpe ante la visión de ambas mujeres, haciéndole recordar lo que había pasado la noche anterior.

Luego de su propuesta de matrimonio, que ambas mujeres aceptaron de inmediato, fue todo alegría para ellos. Se abrazaron, se besaron, rieron, incluso lloraron juntos otra vez. Se quedaron ahí abrazados por largos minutos, simplemente disfrutando de la mutua compañía, hasta que comenzaron a hablar. Conversaron durante horas, habían tantas cosas que decir, tanto por compartir, pensamientos, sentimientos, deseos, no se guardaron nada. No era momento de dejar cosas en el tintero, los tres sabían que si querían que esto funcionara, debían ser muy abiertos y transparentes entre ellos.

Surgieron muchas cosas en esas horas que pasaron hablando sin tapujos, conociéndose de una forma que nunca llegaron a creer posible, recordando y riendo de las locas situaciones en que se habían metido a lo largo de los años y todo parecía indicar que pasarían aún más cosas en el futuro. Fue en ese momento, al darse cuenta de todo el tiempo que habían desperdiciado, que acordaron hacer lo posible por recuperar el tiempo perdido. El cómo esa íntima conversación los llevó a los tres a dormitorio de Ayeka, aún no le quedaba del todo claro, pero intuyó que el sake que compartieron tuvo algo que ver, como fuere, en alguna parte de la charla las cosas comenzaron a ponerse algo calientes y una cosa llevó a la otra.

Ante ese pensamiento, una serie de recuerdos comenzaron a desfilar por la mente de Tenchi, recuerdos que lo hicieron sonrojar. Bajó la mirada para ver a las aun durmientes mujeres, apenas creyendo lo que había pasado la noche pasada, pero era verdad, había estado con ambas a la vez. Nunca en sus más locas fantasías hubiera imaginado que algo así ocurriría. Ryoko y Ayake ciertamente no tenían el perfil para hacer algo así, pero estaba claro que algo había cambiado con ellas, como si hubieran hecho una especie de paz entre ellas y las cosas simplemente se dieron. Ninguna trato de imponerse sobre la otra, no hubieron burlas o reclamos, simplemente eran tres personas que se amaban, nada más, nada menos.

Un gemido somnoliento sacó a Tenchi de sus pensamientos, cuando Ryoko comenzó a moverse a su derecha, girando la cabeza para verlo con ojos aun adormilados, pocos segundos después con la niebla del sueño ya dispersa, le dio una hermosa sonrisa y se movió para acercarse y darle un apasionado beso, reclamando su boca con fiereza, metiendo la lengua en su boca, buscando más. La lengua de Ryoko pronto se encontró con la suya, entrelazándose y masajeándose. Tenchi pronto se sintió algo mareado por lo excitante de la situación, por el placer que le producía esa intima caricia, mientras podía disfrutar una vez más el sabor de la boca la pirata espacial, que había comenzado a dar suaves gemidos, junto con fuertes respiraciones inducidas por el placer que ambos compartían. Finalmente y con un húmedo sonido sus labios se separaron, dando un suspiro den contentos. Ryoko sonrió triunfal mientras le daba una mirada cariñosa.

— Buenos días Tenchi — dijo ampliando su sonrisa.

Tenchi contempló a Ryoko, que era la viva imagen de la felicidad. Su sonrisa resplandecía, sus ojos brillaban y lo contemplaban con tanto amor que le llegó a remecer el corazón; y su cabello era un desastre una vez más. No pudo evitar dar una risita ante la vista de la mujer.

— ¿Qué te causa tanta gracia? — preguntó ella con curiosidad.

— Imagino que se ríe del destre que es tu cabello — comentó una medio somnolienta Ayeka, señalando con un dedo el desgreñado cabello de la pirata espacial, haciendo que esta diera un par de pestañadas y luego tomara un mechón de su cabello para mirarlo con ojos interrogantes. 

Luego de esas palabras y de dejar a una curiosa Ryoko mirando su cabello, Ayeka se irguió para mirar a los ojos a Tenchi, quien pudo ver como de inmediato una sonrisa de felicidad atravesó los labios de la mujer, mientras su mirada se llenaba de ternura y amor. Nuevamente se estremeció al recibir una mirada tan intensa y con tanto sentimiento, momento en que ella se acercó para plantarle un beso en los labios.

A diferencia del beso de Ryoko, que estuvo cargado de pasión, el beso de Ayeka fue tierno y dulce. Sus labios entraron en contacto con delicadeza y pronto comenzó a profundizar en la caricia, hasta que sus lenguas se encontraron y pudieron disfrutar del sabor de la boca del otro, sin dejar que las cosas se salieran de control, siempre manteniendo la delicadeza de esa intima caricia. Luego de unos segundos, Ayeka se separó de él y lo miró con una linda sonrisa.

— Buenos días Tenchi. ¿Dormiste bien? — preguntó la princesa, sentándose en el futón.

— Eh… sí, dormí bien — respondió Tenchi un tanto aturdido por la situación, hasta que Ryoko tomó la palabra. 

— Te admiras de mi cabello, pero, ¿qué hay de ti, princesita? Tu cabello en este momento no es precisamente la imagen de la pulcritud — comentó Ryoko, dándole una mirada divertida a Ayeka.

Efectivamente, el otrora pulcro y perfectamente peinado cabello de Ayeka, ya no era lo que fue una vez, en realidad estaba bastante despeinada, con un mechón de cabello parado en punta hacia arriba, sin duda por dormir aplastándolo en una mala posición, junto con una de sus coletas, que se había desarmado y ahora caía desordenadamente por su espalda. Ayeka tomó un mechón de su cabello, y miró a Tenchi con un pequeño tinte sonrojado en las mejillas

— ¿No te molesta mi cabello, Tenchi? Lamento no verme presentable en este momento — preguntó Ayeka con algo de vergüenza.

— Oh, vamos. No tienes que mantener el acto de la perfecta y casta princesa de Jurai aquí. No después de la forma en que gemías anoche — comentó una divertida pirata espacial.

— ¡¡RYOKO!! — estalló una avergonzada Ayeka con el rostro completamente rojo, lanzando una almohada a la cara de Ryoko, que simplemente se dejó golpear, mientras reía con más ganas.

Fue en ese momento que Techi fue goleado por lo transcendental de lo que estaba pasando ahí. Estaba compartiendo un futón con dos mujeres que amaba con locura, luego de una intensa noche de sexo grupal y no había culpa, vergüenza o remordimiento, simplemente aceptación. Miró a Ryoko sentada a su derecha y a Ayake a su izquierda, ambas desnudas sin ningún tipo de pudor, discutiendo sobre el cabello de ambas, o de su desempeño en la cama la noche pasada, pero era evidente que no había malicia o resentimiento en sus comentarios, eran simplemente dos amigas lanzándose sandeces, sin otro fin más que divertirse con la reacción de la otra, de hecho, podía ver como sonreían mientras seguían en su pequeña discusión artificial.

Tenchi dio una seria mirada ambas mujeres, con la realización finalmente instalada en su mente. Ryoko y Ayeka ya no eran enemigas, ni volverían a pelear por él como en el pasado. Habían hecho su paz y llegado a un acuerdo mutuo compartiendo un lazo que las llevaba un paso más allá de la simple amistad, unidas por su amor hacia él. Sintió el peso de la responsabilidad que tenía entre manos, de cómo esas dos mujeres habían dejado de lado sus diferencias por un fin mayor, por una vida juntos como familia. 

Tenchi se sentó en el futón y miró fijamente a ambas mujeres, las que dejaron su intercambio, al sentir la penetrante mirada del hombre que estaba entre ellas. Ambas levantaron una ceja curiosas.

— Las amo; a ambas, y hare todo lo que esté en mis manos para hacerlas felices — declaró Tenchi, sorprendiendo a las dos mujeres y arrancando un sonrojo de ambas, hasta que una emocionada Ayeka se lanzó a sus brazos, seguida de cerca por una también emocionada Ryoko.

El trío permaneció abrazados por largos segundos, simplemente disfrutando del agradable contacto de piel contra piel, de sentirse en los brazos del otro. Luego de un momento más, Tenchi besó la cabeza de ambas mujeres, sin poder evitar inspirar y sentir el aroma de ambas ingresando en sus pulmones, intoxicándose en esa esencia de mujer que había aprendido a amar en cosa de un día y una noche para…

— ¡Ahh! — gimió Tenchi, cuando sintió que su miembro era cogido por una mano traviesa, que comenzó a masajearlo de la forma correcta.

— ¿Tenchi? — preguntó Ayeka, levantando la cabeza y mirándolo extrañada, hasta que cayó en cuenta de que ya una prendida Ryoko había comenzado a dar suaves mordiscos en el cuello de Tenchi. 

La princesa estrechó la mirada ante la acción de Ryoko, pero pronto sus ojos captaron un movimiento bajo la tapa del futón. Estiró una mano y corrió a un lado la tapa para encontrar a Ryoko estimulando alegremente el ya erecto miembro de Tenchi.

Tenchi estaba por decir algo cuando un nuevo gemido dejó su boca al sentir una nueva mano unirse a la de Ryoko para seguir bromeando su miembro, ahora en un esfuerzo conjunto, al momento en que sentía a la princesa ir sobre él para mordisqueándole la ojera, ya sin poder mantenerse sentado, yéndose de espaldas al futón, con ambas mujeres cayendo sobre él, dando risitas bastante divertidas por lo que hacían.

— ¡¡ASI LOS QUERIA PILLAR!!

El trió de amantes dio un salto ante el potente grito que llegó en dirección de la puerta de la habitación, que había sido abierta con tanta fuerza que casi sale volando de su lugar y ahí, parada en la entrada de la habitación, con las manos en las caderas y una sonrisa de oreja a oreja, estaba la más grande científica de todo el universo.

— ¡¡Washu!! — Exclamó el trio de sorprendidos amantes.

 

Continuará...

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Notas del Autor: Hola a todos. Finalmente llegamos al capítulo que desenreda toda la madeja y nos presenta finalmente qué es lo que está pasando aquí.

Si bien la premisa que se muestra en la última tanda de OVAS, o Temporada 5 de "Tenchi Muyo" me pareció interesante, hubo muchas cosas que no me gustaron en cómo se manejó todo eso y es básicamente por ese que traté de reinterpretar todo a mi manera.

En primer lugar el personaje de Noike no aparece acá, nunca me gustó y encontré que está de más. Definitivamente saqué a Sasami del medio porque por ahora sigue siendo demasiado joven y con respecto a lo de Ryo-Ohki, como otro interés amoroso y futura esposa de Tenchi, ni siquiera lo consideré. Es demasiado extraño incluso para mí. De hecho Ryo-Ohki no aparece en esta historia, ni se echa en falta. Es así, como eliminados del mapa los inconvenientes, decidí seguir con la premisa que se ven la temporada 5 y hacer que Tenchi se quede con Ryoko y Ayeka.

Ahora, lo que se ve en estos OVA no da contexto, ni explica los cambios tan radicales en la personalidad de los personajes, ni menos cómo aceptan eso de buena a primeras. Mi intención con esta historia es dar una visión más personal y mostrar lo que sienten cada uno de ellos, sus motivaciones y cómo logran lidiar todo esto y cómo trataran de afrontar la vida que se les viene por delante. 

En el siguiente y último capítulo, tendemos a Washu y lo que ella tenga que decir aquí.

Saludos.