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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 410

Madara estaba sentado frente a una hoguera y rodeado de oscuridad. Pestañeaba, pero sabía que no era necesario. No sentía frío, ni calor, ni odio, ni desesperación. El único sonido que escuchaba era el crepitar de la hoguera. Podía haber pensado en sus constantes luchas con Hashirama, en el odio que sentía hacia su clan cobarde y traicionero, pero no. Madara solo podía pensar en su hijo y en su primero y último encuentro. Mostro una pequeña sonrisa al recordar su combate y cerró los ojos. Sin embargo, no pudo volver a abrir los ojos.

De repente, Madara sintió como si algo lo absorbiera. Sintió su cuerpo tan delgado como un hilo y giro como si fuera succionado por un torbellino. Entonces abrió los ojos y respiro con fuerza por la boca. Entonces se dio cuenta que estaba en un lugar luminoso y dos sombras humanas estaban de pie a su alrededor. Sin embargo, la luz era tan fuerte que las personas se veían como sombras. Volvió a sentir frio, trato de mover su cuerpo, pero sus brazos y piernas apenas le respondían.

—Todo salió a la perfección— dijo una voz, sonaba divertida y cruel.

—¿Ka, in?— murmuro Madara

—Sí, oto-sama— respondió Kain —recuerdo haberte dicho que te despertaría temprano para que fueras a trabajar ¿Qué tal? ¿Te gusta?—

Madara convulsiono un par de veces, pero en lugar de enojarse, sonrió y cayó inconsciente.

Madara se despertó al día siguiente, pero sentía los parpados pesados y se mantuvo con los ojos cerrados. Estaba durmiendo en algo cómodo y blando, había una tela suave, pero el ambiente estaba un poco helado ¿Helado? Se preguntó Madara en su mente ¿Cuándo fue la última vez que sintió frio?

—Padre, ya sé que despertaste, lo puedo ver— dijo Kain con voz tranquila

—¿Qué me hiciste, Kain?— preguntó Madara con voz ronca y débil

—Me preguntaste si conocía la "resurrección del mundo impuro". Bueno, sé una que otra cosa—

—Mocoso ¿Quién te enseño a ser mentiroso?—

—No mentí— dijo Kain —solo no te dije lo que querías saber. El hecho es que te reviví, te di un cuerpo igual al que tenías anteriormente, pero sin chakra ¿Qué tal? ¿Enojado?—

—¿Sin chakra?— preguntó Madara con voz débil —debes tener tus razones ¿Verdad?—

—Sí—

—No tengo problemas, pero no me des nunca más esa maldita medicina del demonio. Dolió como el infierno—

—¿En serio? Gracias a los datos que recogí de nuestro encuentro, produje una mejora sustancial en la medicina, aunque claro, no es perfecta. La cantidad de chakra y regeneración del cuerpo se limita a un 30% de lo que podía hacer la dosis anterior, pero obtuve diez horas de duración y sin el efecto secundario de la autodestrucción. Bastante bueno ¿No?—

Madara soltó un suspiro, forzó sus parpados a abrir, pestaño un par de veces y miró alrededor. A la derecha había una pared de concreto y a la izquierda estaba Kain acompañado de un niña pelirroja.

—¿Ese es tu oto-san, sensei?— preguntó la niña

—Sí, Kiyomi-chan, él es el gran Madara Uchiha—

—Tobirama da más miedo—

Kain y Madara soltaron una risita siniestra al mismo tiempo.

Kiyomi de cabello rojo ordenado en una coleta, miró a Kain y después a Madara que estaba acostado. Ella tirito de solo pensar en la similitud —retiro lo dicho, ya no quiero entrenar con Madara-sama— dijo

Kain se cruzó de brazos, llevaba el cabello blanco peinado hacia atrás y el haori blanco con el vajra y el abanico en la espalda —tranquila, entrenaras con el mejor— dijo

Sin embargo, la pequeña Kiyomi estaba en contra, ya que los entrenamiento con su sensei (Kain) eran de alto riesgo. Así que, ni siquiera quería imaginar como serían los entrenamientos de Madara.

Madara tomo una profunda respiración, apoyo sus manos y se sentó en la cama —¿Por qué me reviviste?— preguntó y lo miró a los ojos.

—Tú conocimiento es demasiado útil como para perderse ¿Te acuerdas que hicimos una apuesta?— preguntó Kain

—¿Cuál apuesta? No lo recuerdo—

—Tú harías todo lo que te dijera si te vencía—

Madara miró a la cama, vio sus piernas. Vestía un pantalón blanco y el torso desnudo —no lo recuerdo— dijo —pero, no hay forma que me pueda negar ¿Verdad?—

—No, no hay forma de que te puedas negar, pero no te preocupes, será divertido. Entrenaras a Kiyomi-chan, es mi más talentosa discípula. Además, podrás jugar con tu compañero de celda—

Madara pestaño un par de veces y preguntó —¿Compañero de celda? ¿No quieres decir?—

—Sí— dijo Kain con una sonrisa astuta —oye, Tobirama-chan, ven aquí, ven a saludar a tu compañero y desde ahora, mejor amigo—

—Cállate, maldito lunático. Tú y tus juegos me tienen enfermo— grito alguien a la distancia

Kain soltó una risita ahogada que se transformó en una carcajada estruendosa.

Madara miró hacia adelante, vio que estaba en una amplia habitación y al fondo había una enorme puerta. Afuera había más luz. Entonces lo vio, Tobirama Senju, de cabello gris, desordenado y esa mirada apática tan distintiva. Madara lo quedó mirando, Tobirama lo miró con el mismo odio.

Kain fue indiferente a su enemistad y se reía al ver a Tobirama tan fastidiado.

Por otro lado, Kiyomi miró a Tobirama y después a Madara. Ella se sintió en peligro al ver como se miraban el uno al otro. Ella estiro su mano izquierda y se aferró a la ropa de Kain.

—Oooh, vamos— dijo Kain con una enorme sonrisa —¿Van a pelear? Si van a pelear, tengo una buena solución. Oto-sama la conoce— Kain miró a Tobirama, fuera de la habitación y después miró a Madara —¿Cierto? La muerte puede ser el menor de los problemas—

Tobirama y Madara miraron a Kain, este último sonrió confiado y ellos se volvieron a mirar.

Kain dio dos fuertes aplausos, miró a Kiyomi y le dijo —Kiyomi-chan, ve a buscar la silla de ruedas y ayuda a mi oto-sama—

—Sí, sensei— respondió Kiyomi, pero se veía el miedo en sus ojos. Ella soltó la ropa de Kain y fue a una esquina de la habitación. Tomo una silla de ruedas, la acercó a la cama de Madara Uchiha y la puso a un lado. Madara miró a la pequeña pelirroja, se veía inocente y asustadiza.

—¿Kain es tu sensei?— preguntó Madara

Sin embargo, Kiyomi no lo miró a los ojos y solo asintió.

—Esa actitud es demasiado débil, yo odio a los débiles— dijo Madara, Kiyomi lo miró, pero él sonrió y miró a Tobirama afuera de la habitación —pero lo que más odio es a un Senju, débil y oportunista que se jacta de su fuerza, solo porque invento un jutsu estúpido y tuvo la suerte de encontrar a su contrincante distraído—

—Se llama inteligencia, planificación y habilidad, estúpido animal— dijo Tobirama desde fuera de la habitación, se cruzó de brazos y continuo —si los Uchihas no fueran animales emocionales como perros rabiosos, no habrían "oportunistas"—

Madara quedó mirando a Tobirama. Aunque Madara trato de darle confianza a Kiyomi hablándole un poco de él, solo le produjo más temor.

—Suficiente, de lo contrario, los dejamos solos en esta habitación y se besan todo lo que quieren— dijo Kain en un tono burlón

Madara y Tobirama miraron a Kain con el ceño fruncido.

Kain soltó una risita y les dijo —¿Qué quieren que les diga? Solo mis esposas me miran con la misma intensidad que ustedes se miran ¿Es juego previo? ¿Antes eran amantes?—

Tobirama miró en otra dirección con el ceño fruncido mientras Madara soltaba un suspiro.

Madara se apoyó en la cama, pero Kiyomi se acercó y lo ayudo a posicionarse sobre la silla de ruedas.

Kain camino a la salida de la habitación mientras miraba a Tobirama con una sonrisa burlona.

Por detrás lo seguían Madara en la silla de ruedas mientras Kiyomi lo empujaba.

—¿El vajra y el abanico?— preguntó Madara al ver la espalda del haori de Kain —santo cielo, Kain ¿Qué otras aberraciones has hecho?—

—No seas quisquilloso, oto-sama— dijo Kain con una sonrisa en los labios, levantó la mano derecha y señalo con el dedo índice al techo —soy número uno, Kiyomi es número dos mientras tú y Tobirama se pueden disputar el tercer y cuarto puesto. Eso me hace el jefe y los convierte a ustedes en mis juguetes. Así que cállate y adáptate, el mundo está cambiando—

Madara soltó un suspiro y sintió que ya le estaba doliendo la cabeza.

Kain salió al campo de practica subterráneo. Más de la mitad estaba ocupado por la habitación de entrenamiento.

Madara y Kiyomi siguieron a Kain, Madara miró el campo de práctica y le llamo la atención la habitación y la enorme pantalla con el teclado.

Kain se detuvo a dos metros de Tobirama, lo miró a los ojos con un brillo burlesco, pero Tobirama le sostuvo la mirada. Kain soltó una risita al verlo tan fastidiado.

—¿Te gusto mi sorpresa?— preguntó Kain

Tobirama fruncia la nariz inconscientemente, pero trataba de mantenerse neutral.

Kain se dio la vuelta, espero a que Madara y Kiyomi llegaran. Una vez que ellos se detuvieron a dos metros de Kain y tres de Tobirama. Kain los miró y les dijo —primero, ahora son compañeros de celda. Eso quiere decir que van a vivir en este lugar hasta que les de otro uso— miró a Tobirama y después a Madara —si quieren pueden matarse entre ustedes, pero tienen que entender que después de eso, yo los reviviré y los torturare hasta que abandonen su estupidez. Lo siento, pero como les dije, la muerte será su menor preocupación—

Kiyomi miraba a Kain y cuando este último se callaba, miraba a Tobirama y Madara. Ellos se mantenían callados, pero era como si se estuvieran conteniendo de agarrarse a puñetazos.

—Lo siguiente— dijo Kain —Kiyomi es mi linda, linda discípula, así que le enseñaran todo lo que saben y la ayudaran a entrenar. Por la mañana mi oto-sama y por la tarde Tobirama— miró a Kiyomi y le preguntó —¿Entendido?—

Kiyomi asintió, pero miró a Tobirama y Madara con miedo.

—Lo siguiente y más importante— dijo Kain, la sonrisa despareció de su rostro y miró a Madara y Tobirama, después continuo —en un par de meses tendremos una misión importante, así que en un mes empezaremos a entrenar con chakra. Por otro lado, llegado su momento, ustedes me acompañaran—

—Pensé que el mundo estaba en paz— dijo Madara

—Lo está, pero estoy vendiendo algunos favores y hay que matar algunas personas, eso es todo. Mi grupo de espías ya se infiltro, es una familia noble de la nación de la Tierra. No te preocupes, esto no afectara el balance del mundo. Al contrario, Iwa, Onoki y una familia noble de la nación de la Tierra me deberán un gran favor. Eso nos abrirá puertas y yo seguiré haciendo mi magia—

—¿Tú magia?— preguntaron Madara y Tobirama al mismo tiempo, ellos se miraron, fruncieron el ceño y después miraron a Kain.

Kain los señalo con el dedo índice y les preguntó —¿Seguro que no fueron amantes secretos?—

Madara y Tobirama fruncieron el ceño.

Kain soltó una risita y les dijo —cuando maduren, les enseñare un poco de lo que he estado haciendo, se sorprenderán—

Tobirama bufo y miró en otra dirección, pero Madara miró a Kain con curiosidad.

—¿Es bueno?— pregunto Madara

Kain lo miró a los ojos, le dio una mirada sincera y asintió —es bueno, oto-sama— dijo

Madara asintió con tranquilidad.

—Bien, ya he tenido bastante trabajo por esta semana, tengo que ir a descansar y ver a mis hijos. Dejo a los genios trabajar— dijo Kain, miró a Kiyomi y continuo —por ahora estás al mando, como recién estás conociendo a mi oto-sama, conversa con él y pregúntale por el horario de entrenamiento— después miró a Madara y le dijo —con respecto a tu amigo Setsu, lo tengo en un tubo de vidrio reforzado con sus habilidades selladas. Por último, nos reuniremos para conversar sobre lo que sabes y por encima de todo, sobre la estúpida razón por la que dejaste la villa—

Madara quedó mirando a Kain, asintió con suavidad y le preguntó —¿Vas a reunirte con tus esposas?— pregunto

Kain miró a un lado con confusión, miró a Madara y asintió —sí ¿Por qué?— preguntó —¿Quieres ver a tus nietos? En estos momentos tengo tres—

—Muchacho, no deberías tener más de dieciséis años ¿Por qué eres tan lujurioso? Yo no era así, ni Hashirama, ni senior Orochi— dijo Madara con el ceño fruncido. Miró hacia otro lado, soltó un suspiro y volvió a mirar a Kain —si tienes tanto gusto por las mujeres, al menos elige una del clan—

—Estoy trabajando en eso, okaa-sama me presento a una muchacha hace menos de un año—

—¿Y por qué no la has hecho tu esposa si ella tiene la aprobación de tu okaa-sama?—

—No estamos en la era de los estados combatientes, viejo— dijo Kain con el ceño fruncido —los padres ya no arreglan los matrimonios de sus hijos—

—¿Y esa muchacha Hyuga que llevaste el otro día?—

—Kaoru-chan fue un arreglo matrimonial entre la abuela y el abuelo de Kaoru, pero nosotros fuimos amigos por muchos años y el amor nació con el tiempo—

—Santo cielo— dijo Tobirama con fastidio y se fue caminando a su habitación

Kain sonrió al verlo tan fastidiado y miró a Kiyomi —ayuda a mi oto-sama, pregúntale si quiere leer los mismos libros que Tobirama y consígueselos. Si necesitas dinero me avisas, lo mismo cualquier comida. El resto es lo mismo que Tobirama. No te confíes, es mi oto-sama, pero eso no lo hace una buena persona—

Kiyomi miró a Madara Uchiha con el cabello negro y desordenado como una melena, el rostro inexpresivo y la mirada triste, sentado en una silla de ruedas. Kiyomi asintió y miró a Kain.