Mientras Kain luchaba contra la bestia de colas en el desierto, Kazuhiko Hyuga se había quedado solo en el campamento militar posicionado entre el país de la Hierba y Las lluvias. Ahora estaba sentado en una silla mientras pensaba en las posibilidades, en quien podía confiar y en quien no.
Todo se remonta a una carta que llego en la mañana. Tobirama Senju había mandado a Kazuto Hyuga a comandar las fuerzas que avanzaban por el centro del país de la Hierba. Al mismo tiempo, le había dado el mando de doscientos shinobis a Kazuhiko, lo cual dejo de malhumor a la mayoría de los veteranos.
No obstante, una vez que se fue Kazuto, los lideres de los grandes clanes se unieron, ocuparon a un shinobi del clan Nara hábil con las palabras para que convenciera a Kazuhiko de esperar en su carpa. Kazuhiko se opuso en el primer momento, pero los inteligentes argumentos del shinobi del clan Nara lo terminaron por convencer. La campaña militar apenas había empezado y sin saberlo Kazuhiko se había convertido en un mero adorno.
Kazuhiko ya llevaba dos horas sentado en la misma posición, buscando una forma de retomar el mando, pero no se le ocurría nada inteligente.
-Disculpe- dijo una voz suave desde el exterior de la carpa
-Pase- respondió Kazuhiko mientras soltaba un suspiro
Una joven kunoichi de unos veinte años y bonitas facciones, entro mostrando una amable sonrisa -disculpe, patriarca Hyuga, lo necesitan en la carpa del capitán-
-¿En mi carpa?- pregunto Kazuhiko con ironía mientras su rostro permanecía en calma.
-Eso, yo, no lo sé señor…- respondió la kunoichi
Kazuhiko asintió, se levantó de su asiento y avanzó hasta salir de la carpa. A las afueras lo esperaban varios shinobis de su clan, entre ellos Momotaro quien lo miraba con burla y desprecio. Kazuhiko lo recordaba porque Momotaro como alguien experimentado, siempre trataba de demostrar los errores en los análisis de Kazuhiko. Al parecer, no había olvidado la humillación que le dio Kain hace años. Contra Kain no podía hacer nada, pero contra él…
Kazuhiko lo ignoro y avanzó por el campamento hasta la carpa que funcionaba como centro de mando. Los dos guardias en la entrada se hicieron a un lado y Kazuhiko paso por la cortina que separaba los ambientes. Dentro de la carpa se habían reunido varias personas, todas medianamente jóvenes. Entre ellos el patriarca del clan Uchiha, Kotaro. Este último miró a Kazuhiko a los ojos y asintió en señal de saludo. Kazuhiko le devolvió el gesto y continuo hasta pararse en contraposición al shinobi que le había quitado el liderazgo del campamento militar.
-Me llamaron ¿Qué necesitan?- pregunto Kazuhiko con voz firme y mirando a todos a los ojos
-Lo necesitábamos para que autorice el avance hacia la nación de la Tierra- dijo un muchacho de apellido Nara, pelo cortó oscuro, mirada astuta y sonrisa burlesca.
-No sé de qué hablas- respondió Kazuhiko -hokage-sama indico que me dejaba a mí al mando del campamento, cosa que ha cambiado sin que me diera cuenta. Además, ordeno mantener la posición ya que mi abuelo en conjunto con el patriarca Sasuke Sarutobi iban a avanzar por el centro-
-Tú mismo lo dijiste, mocoso- respondió un tipo insolente del clan Sarutobi con voz rasposa. Él llevaba el pelo corto mientras lucía varios cortes en la cara. Un veterano de la guerra seguramente -las cosas han cambiado, ahora yo estoy al mando y te enseñaré como se hacen las cosas-
-No eres nadie, ni siquiera de la rama principal de tu familia ¿Cómo te atreves?- preguntó Kazuhiko en un tono estricto mientras activaba su byakugan y las venas a los costados de sus ojos se hinchaban -¡discúlpate!-
-Eso tendrás que ganártelo- respondió el tipo Sarutobi
-Otani-dono- dijo Kotaro Uchiha en un tono de voz calmado -le sugiero que mida sus palabras y sus acciones. Usted no está a cargo y solo timo a un joven con poca experiencia. No siga. Por otro lado, hace solo un momento le dije que los Uchihas no lo seguirán. Las ordenes de Hokage-sama son claras-
-¿Desde cuándo los Uchihas escuchan a un Senju?- pregunto Otani en un tono burlesco
-Las cosas cambian y todo mejorá, Otani-dono- respondió Kotaro sin perturbarse -así que discúlpese y termine esto-
-¿Con un mocoso que no tiene el respaldo ni siquiera de su clan?-
-¿Quién dijo que mi clan no me respalda?- grito Kazuhiko totalmente furioso -esto es el colmo, te reto a un duelo a muerte-
-¿Por qué debería?- pregunto Otani con una sonrisa burlesca -si lo que digo es verdad ¿cierto Momotaro?-
Momotaro Hyuga entro a la carpa y dijo mientras sonreía -es verdad, nadie respalda al mocoso-
-¡Tú! ¿Kain no te golpeo lo suficiente o fue demasiado y la cabeza no te funciona?- pregunto Kazuhiko mientras jadeaba de furia
-Eres un mocoso inexperimentado. Ese monstruo te salvo y le hizo perder a tu hermana la oportunidad de ser mi concubina. Ahora arreglaremos las cosas-
-¡Suficiente!- grito Kotaro activando su sharingan hasta el tercer tomoe. El resto se preparó dando un paso atrás y sacando sus armas mientras los Hyuga activaban su byakugan. Kotaro cerró los ojos y los abrió para mostrar que habían vuelto a la normalidad -Otani-dono, usted es de la rama secundaria, le recuerdo que Kain-sama es amigo de Hiruzen Sarutobi, de ser necesario, los Uchiha intervendremos-
-Esto es un asunto de mi clan- grito Momotaro
-Kaoru-dono es prometida de Kain-sama y eso convierte a Kazuhiko-dono en un pariente cercano. Le recuerdo que nosotros no somos como ustedes-
-Bonita cosa dices- dijo Otani Sarutobi -hace solo unos años los viejos de tu clan se estaban matando entre sí-
-Eso no importa, solo tenga en cuenta que por mucho que se una Renzo Nara y Momotaro Hyuga, ustedes no tienen ningún peso-
-¿Quién dice que no?- pregunto Momotaro -afuera de esta carpa hay treinta de mis hermanos que quieren la cabeza del mocoso-
-Está perdiendo el enfoque- puntualizo Kotaro -estamos en medio de una guerra y no es momento de luchar por la posición de patriarca-
-Yo no lo veo así-
-Tú…- iba a decir Kotaro Uchiha, pero Kazuhiko levantó su mano y lo detuvo.
-Kotaro-dono- dijo Kazuhiko -le pediré que se ocupe de Otani Sarutobi y Renzo Nara por tratar de destruir el orden del campamento. Yo me haré cargo de los miembros de mi clan-
Todos se sorprendieron por la afirmación de Kazuhiko, ya que, si era real lo que él decía, se tendría que enfrentar y matar a más de treinta miembros de su clan. Incluso a Momotaro Hyuga que llevaba siendo un jounin hace muchos años.
-Jajajajaja- se rio Momotaro a todo pulmón como si estuviera loco -¿tú? ¿a todos nosotros?-
-Solo la muerte callará una boca tan insensata como la tuya- respondió Kazuhiko
Momotaro avanzó a paso lento mirando a Kazuhiko a los ojos. A medida que se acercaba, su sonrisa se desvanecía hasta que solo quedó una mirada asesina -me gustaría verlo, mocoso- dijo
Sin embargo, antes de que Momotaro pudiera hacer algo, Kotaro llevo sus manos a la boca y dio un silbido. Al instante siguiente todos los Uchihas en el campamento corrieron y rodearon la carpa del capitán. Kotaro activo de inmediato su sharingan hasta el tercer tomoe y se lanzó contra los que estaban instigando la lucha. Otani Sarutobi fue noqueado de un solo golpe en el estómago mientras que Renzo Nara intento realizar sellos con las manos, pero Kotaro lo miró a los ojos con su sharingan y él se quedó inmovilizado.
Momotaro y Kazuhiko se quedaron congelados con el rápido movimiento y trataron de evitar hacer contacto visual con Kotaro. Al mismo tiempo, afuera de la carpa del capitán se comenzaron a reunir el resto de los shinobis provenientes de los otros clanes. Sin embargo, los Uchihas que custodiaban la tienda les prohibieron acercarse.
Kotaro le dio un golpe en el estómago a Renzo Nara y él cayó inconsciente. Después tomo a Otani y Renzo por el cuello de la chaqueta y los llevo arrastrando hasta la salida. Una vez que salió, miró a todos los presentes y grito a todo pulmón -estas dos personas quieren desobedecer las ordenes de hokage-sama y liderar a los shinobis a la nación de la Tierra sin preparación alguna. Dicen, que representan a sus clanes ¿Es verdad?-
-Sí- gritaron varios shinobis del clan Sarutobi, pero ninguno del clan Nara. Renzo era conocido por ser alguien hábil con las palabras. Seguro que solo se basaba en el respaldo que tenía Otani como un guerrero experimentado.
Kotaro miró a aquellos que respondieron y pregunto -En ese caso ¿El clan Sarutobi está desafiando las ordenes de hokage-sama?-
Todos se quedaron callados y agacharon la cabeza. Una cosa era proteger a Otani para que no lo castigaran y otra muy diferente ensuciar el nombre del clan.
-Veo, en ese caso, Otani Sarutobi y Renzo Nara serán devueltos a Konoha para ir a la prisión. El cargo será sublevación contra su superior, intento de motín y falta grave a la cadena de mando-
-Maldito, quieres que los ejecuten- gritaron los Sarutobi, varios parecían listos para lanzarse a pelear, pero cuando vieron a los Uchihas con sus sharingan activados, no se atrevieron.
Kotaro espero a que alguien más se quejará, pero todos callaron. Entonces él asintió y entrego a Otani y Renzo a uno de sus hombres. Kotaro miró al resto de los shinobis y les dijo -hoy, todos somos Konoha, luchamos por una misma causa y un mismo fin. Luchar entre nosotros es un despropósito. Por algo construimos Konoha, para dejar de luchar y que nuestras futuras generaciones pudieran crecer hasta poder decidir sus destinos. Les pido que, si quieren luchar, lo hagan en otro momento. Delante de nosotros hay un gran enemigo y debemos estar unidos-
Momotaro y Kazuhiko desde el interior de la carpa se miraban el uno al otro escuchando lo que dijo Kotaro.
Kazuhiko pensó que lo que dijo Kotaro fue correcto, así que extendió su mano a Momotaro y le dijo -si quieres luchar, que sea en otro momento, ahora somos un solo ejercito-
Sin embargo, Momotaro lo miró con desprecio y le dio un manotazo en la mano -solo estás aplazando tu muerte. No importa que, no volverás vivo a Konoha-
Momotaro le dio la espalda y salió de la carpa. Paso por al lado de Kotaro y sonrió con una expresión burlesca. Kotaro lo podría haber matado en ese momento, pero no era su presa. El patriarca Kazuto fue claro, ocuparse de los conspiradores que luchan por un mérito y la gloria, pero dejar a los Hyuga limpiar su propio desorden.
Kotaro miró hacia atrás y vio al joven Kazuhiko salir de la carpa. Kazuhiko camino hasta él y se detuvo a su lado. Kotaro agacho la mirada pensando en la situación y lo único que fue capaz de decir, fue -esto ya no es Konoha ni el patio de tu clan, Kazuhiko-dono. Si quieres el respeto de tu clan y del resto de los shinobis, tendrás que ganártelo-
Kazuhiko levantó su rostro y miró esos ojos negros como la noche. Kotaro asintió en señal de despedida y volvió dentro de la carpa para ordenar la información. Después buscaría a un representativo de cada clan e informaría a cada uno lo que tenía que hacer. Si Kazuhiko era ese representativo o estaba si quiera vivo, era otro tema.
Por otro lado, Kazuhiko se quedó de pie solo mientras la gente volvía a lo que estaba haciendo antes de que se formara el alboroto. Él se quedó solo, sintiendo la suave brisa que traía el aroma de la lluvia y los pastizales. Estaba metido en el infierno y rodeado de demonios. Kazuhiko apretó sus puños y se preparó para lo peor.