Dos días después del encuentro con el Kazekage, como a eso de las 10 de la mañana, apareció un joven monje en el desierto. Al mismo tiempo, desde lo alto de las montañas se aproximaron los shinobis de Sunagakure para observar lo que iba a pasar.
Kain miraba desde el campamento de Konoha con los brazos cruzados y su sharingan activado hasta el segundo tomoe. Detrás de él estaba Orochi, Osamu, Torifu y los viejos lideres del campamento militar. El resto de los shinobis miraban desde veinte metros más atrás, donde estaban ubicadas las carpas.
-¿Un monje?- pregunto Kain
Orochi miraba al monje a la distancia, pero cuando escucho la pregunta, miró a Kain con su cabello blanco y su armadura roja -sí- respondió -creo que fue la opción más acertada, dado que son personas que viven buscando la paz mental. Cuando vuelvas a ver a Mito-sama pregúntale por las dificultades que pasa un Jinchūriki (contenedores de las bestias de colas)-
-Así lo haré- respondió Kain, dio un paso adelante, se volteó para mirar a Orochi y continuo -me voy abuelo, volveré en poco tiempo-
-Está bien, solo cuídate. Si te pasa algo no sería capaz de mirar a tu abuela a los ojos en el otro mundo-
-Lo sé, abuelo- respondió Kain con una amable sonrisa
Kain le dio la espalda y comenzó a caminar por el desierto. El sol estaba alto, golpeando con toda su fuerza mientras la ventisca agitaba la superficie de la arena. Kain avanzó varios kilómetros sin ningún apuro y se detuvo a la mitad del camino, entre el campamento de Konoha y las montañas. El monje se detuvo a cien metros de Kain, junto sus manos como si estuviera rezando e inclino la cabeza en señal de saludo. Kain le devolvió el gesto y el monje al verlo sonrió complacido. El monje avanzó y Kain también lo hizo hasta detenerse otra vez a diez metros del otro.
-Joven amitabha, Kazekage-sama me pidió que luchará con usted ¿Está seguro?- pregunto el monje con una mirada tranquila
-Soy Kain- respondió Kain con voz potente y llena de seguridad -yo le di la idea a tu Kazekage ¿Cómo te llamas monje?-
-Joven amitabha Kain, mi nombre es Kankuro- respondió el monje en calma -muchas gracias por mantener a las personas de mi villa a salvo-
-Trate de hacer lo mejor- respondió Kain gesticulando una mueca de disconformidad mientras pensaba en los otros tres jounin que mato por el mal cálculo de su fuerza -pero nunca es suficiente-
-La vida va y vine, joven Kain, solo podemos hacer lo que está en nuestras manos y buscar la virtud-
-¿Virtud? Puede que tengas razón- respondió Kain con un suspiro, recobro su sonrisa llena de confianza y le dijo -puedes atacarme cuando quieras Kankuro, soy fuerte-
-¿Estás seguro?-
-Claro, estoy seguro. Solo te pido que ocupes tu mejor defensa o te podría matar-
-Kazekage-sama lo menciono, pero por mucho que me mentalice, me cuesta pensar en levantar mi mano contra un niño-
-Soy un niño fuerte, Kankuro, fui criado por el primer Hokage, no te contengas-
El monje Kankuro soltó un suspiro y asintió -está bien, pero para poder lograr la fuerza que usted me pide deberán pasar unos diez minutos. Lo siento, pero no soy tan hábil como Bunpuku-sama-
-Entiendo, en ese caso, lucharé-
-Adelante-
Kain se lanzó como un proyectil y pateo a Kankuro en el estómago mandándolo a volar y rodar sobre la arena. Kain cayó al suelo y miró como el cuerpo del monje rodaba y rodaba hasta que por fin se detuvo y quedó tendido en el suelo. Cualquier pensaría que fue un abuso, pero la cantidad de chakra que tenía Kankuro dentro de su cuerpo era monstruosa. A menos que alguien le cortara la cabeza o lo partiera por la mitad, él no moriría.
Kankuro quedó tendido en el suelo durante unos segundos y después se levantó con un hilillo de sangre cayendo por la comisura de sus labios. Sin embargo, y pese al dolor, él no se enojó ni guardo rencor. Él solo miraba a Kain con tranquilidad, después de un tiempo asintió y extendió su mano. Al instante siguiente la arena a su alrededor levito formando decenas de pequeñas esferas. Kankuro bajo su mano y las esferas de arena volaron a toda velocidad con dirección a Kain. Este último comenzó a correr bordeando la posición de Kankuro mientras sentía que las esferas de arena le pisaban los talones. Kain aumento su velocidad y se impulsó de un solo salto hacia Kankuro. Este último levantó su mano y la arena del suelo se levantó formando una muralla. Sin embargo, Kain se detuvo a un metro del muro, apoyo su pie sobre la arena y se impulsó para lanzar una feroz patada. La muralla se rompió y Kankuro recibió otra patada.
Una vez más, el cuerpo de Kankuro voló por los aires y después rodó por la arena hasta detenerse y quedar tendido en el suelo.
Al mismo tiempo, Kain notó que una vez que Kankuro recibió el golpe, la arena perdió su "vida" y se volvió inerte a su alrededor. Similar al Kazekage, Kankuro podía extender el chakra en su cuerpo y controlar la arena a su alrededor.
Kain se cruzó de brazos esperando a que Kankuro se recompusiera, pasaron un par de minutos y por fin Kankuro apoyo sus manos.
-Maldito mocoso- grito el monje con voz furiosa
Kain alzó las cejas y activo su sharingan hasta el segundo tomoe. Espero a que Kankuro se pusiera de pie e hizo contacto visual. Entonces Kain se introdujo en la conciencia de Kankuro y se encontró en medio de un círculo de luz rodeado de oscuridad. Frente a él se veían unas enormes patas de mapache moldeadas en arena dura.
-¿Oh? Para ser un mocoso eres alguien bastante hábil- dijo una voz molesta y ruidosa -solo había podido hablar con Bunpuku y Kankuro, pero ahora tengo otra visita, kakakakaka-
-Solo vengo a despertarte, Kankuro está recibiendo mucho daño porque tú no le prestas tu ayuda- dijo Kain
-Qué mal ¿Ya te vas? Podríamos haber tenido una comida-
-No gracias, te espero afuera- respondió Kain y salió de la conciencia de Kankuro
Al mismo tiempo, Kankuro comenzó a rodearse de arena y tomar la forma de un gran mapache. Kain se quedó de brazos cruzados mirando como se completaba la forma de la bestia de cola, pero por la densidad del chakra, podía decir que esto era solo una pequeña fracción de su fuerza.
-¿Qué tal?- preguntó el mapache de arena con voz ruidosa y molesta -ahora salí, juguemos-
El mapache saltó hacia delante y llego frente a Kain en tan solo un segundo. Lanzó un manotazo con sus enormes patas a una gran velocidad, pero para Kain con el segundo tomoe activado fue como si todo se moviera en cámara lenta. Kain se agacho, la enorme pata paso por encima de la cabeza y él aprovecho de apoyarse en el suelo y lanzar una patada al estómago. El mapache voló por los cielos y Kain lo acompaño en su movimiento. No obstante, el mapache ocupo sus brazos para voltearse en el aire y golpear a Kain con su cola. Kain recibió el impacto, cayó al suelo como un meteorito y provoco una gran polvareda.
-Kakakaka- se rio el mapache cuando cayó de pie en el suelo -ahora no eres tan fuerte ¿no?-
Sin embargo, Kain salió corriendo desde la nube de arena y se lanzó de frente contra el mapache. Al mismo tiempo, el mapache cerró sus brazos en un aplauso y la arena alrededor de Kain se convirtió en murallas que intentaron aplastarlo. No obstante, Kain solo imprimió más velocidad en sus pisadas y logro sobrepasar el peligro. Una vez que llego frente al mapache, llevó su mano derecha a la mochililla, saco unos sellos y esquivo el manotazo del mapache.
Kain dio un salto hacia atrás en una pirueta y el mapache lo siguió atacando con manotazos que cortaban el aire y dejaban cráteres en la arena. No obstante, Kain se coló por debajo de los brazos y golpeo el estómago colocando al mismo tiempo un sello explosivo. Después siguió subiendo por el cuerpo y golpeando el pecho y la frente.
El mapache viendo lo cerca que estaba, lo quiso abrazar para aplastarlo con sus enormes brazos, pero Kain se impulsó y paso por encima de los brazos. Una vez que Kain cayó al suelo, retrocedió dando piruetas hasta apartarse cinco metros y activó los sellos. Al instante siguiente, sonaron tres explosiones en simultaneo que dejaron una gran polvareda.
Kain se puso de pie con la espalda recta como una lanza y se cruzó de brazos mirando el resultado. Ese ataque hubiera matado a varios jounin, pero lo único que le había hecho al mapache de arena, fue erosionar un poco su cubierta como si fuera cera derretida. A los pocos segundos, la figura del mapache se recompuso y soltó una carcajada estridente.
-Genial, genial, hace años que no tenía tanta diversión- grito el mapache de arena
Kain frunció el ceño y espero a ver como reaccionaba. Sin embargo, cuando la arena se comenzó a reunir en grandes cantidades alrededor del mapache, decidió moverse varias decenas de metros más allá y alejarse del campamento de Konoha.
A los pocos segundos, sobre la polvareda que cubría al mapache, se alzó una enorme colina de arena de más de veinte metros de altura. La polvareda se comenzó a disipar y lo que quedó fue un enorme mapache.
-¿Qué piensas? Jajajaja- preguntó el mapache con esa voz molesta y ruidosa -¿A qué te doy miedo?-
Kain frunció el ceño, pero cuando vio que la bestia abría sus fauces y formaba una esfera de chakra del tamaño de un adulto, ya no se lo tomo tan a la ligera. En pocos segundos el chakra de diferentes colores se comenzó a reunir en la esfera. Kain se movió a gran velocidad y llegó frente al mapache. Después saltó con todas sus fuerzas, llegó a la altura de la cabeza y lanzó una bola de fuego que golpeó la cabeza del mapache. Entonces la cabeza del mapache fue aplastada y la bola de chakra golpeo la tierra generando una gran explosión. Kain salió despedido por los aires mientras sentía que todo su cuerpo ardía como si estuviera dentro de un horno. No obstante, no podía caer inconsciente ni se podía permitir que las cosas fallaran. Él apoyo sus piernas al pecho y las abrazo para que el impulso lo hiciera girar en el aire. Una vez que sintió que estaba cerca de tierra firme, soltó sus piernas y cayó sobre sus pies. Entonces miró hacia adelante y vio que el maldito mapache estaba juntando otra vez la misma energía. Sin embargo, está vez la bola de chakra era del doble del tamaño.
Kain supo de inmediato que era hora de ponerse serio y realizo los sellos con sus manos a una gran velocidad. Juntó aire en sus pulmones con todas sus fuerzas hasta que ya no pudo más y grito -Katon Goka Messhitsu-
Al instante siguiente Kain soltó una terrible llamarada por su boca que se convirtió en un torrente de llamas azules que rugieron como una furiosa bestia. El mapache contrataco lanzando su bola de chakra, pero fue engullida por las llamas y estas nunca se detuvieron. El mapache fue golpeado por las llamas y mandado a rodar por la arena hasta que las terribles llamas lo engulleron por completo y quedó aplastado.
Kain termino de soplar y todo lo que quedó por delante de él fue un suelo convertido en magma caliente y al rojo vivo. Al mismo tiempo, la gran figura del mapache se había desvanecido mientras una nube de arena se acercaba a donde debería haber estado el contenedor. Kain desde la distancia vio una figura humanoide cubierta de quemaduras y sin la primera capa de piel. Kain se mordió el labio inferior y se sintió mal.
<<Escucha Kain- le había dicho Tobirama cuando tuvieron la reunión en su oficina -si vamos a hacer esto, debes mostrarte poderoso como ningún otro. Debes ser el que inspire miedo en los corazones de los shinobis. Así que, si ocupas tu fuerza, hazlo al punto de que parezcas un dios de la destrucción>>