Kain abrazaba a Naomi y ella se escondía entre sus brazos mientras tenía una fuerte jaqueca. El resto de las personas en el salón había disminuido a un tercio y de los clanes influyentes que supuestamente iban a venir, solo estaba Mizusu y su madre Akako Hoshino, además de Ryoichi Takahashi, que era otro de los importantes. El resto eran nobles y comerciantes de bajo nivel que ni siquiera se podían plantear hacer negocios con Naomi. Era un completo desastre para esta última.
Kain sonreía tranquilo, incluso si no podían obtener el financiamiento de las otras familias importantes, todavía podían seguir haciendo negocios. Kain con su pequeño truco de volar había vuelto a Ryoichi un feligrés. Aunque claro, todavía estaba Misuzu y su declaración de no hacer negocios. Puede que Kain tuviera que hacer algo especial para que ellos lo tomaran en serio o hablar con "A" para que generara la conexión entre Kain y la familia Hoshino utilizando a la familia Yotsuki.
—Tranquila, todo va a salir bien— dijo Kain con tranquilidad
—Pero, pero, yo te dije, te dije una y mil veces— respondió Naomi entre sus brazos —¿Por qué nunca me escuchas?—
—Vamos, Naomi, sacrificamos a los pequeños por uno grande. Tenemos a Ryoichi de nuestro lado, podemos hacer algo—
—Eso no es nada seguro, su padre…—
—Su padre solo es una persona, quien diseña los vehículos es Ryoichi ¿Quién sabe? Quizá nosotros diseñemos nuestro propio vehículo. A lo mejor uno que vuele—
Naomi levantó su rostro y miró a Kain. Los ojos azules emitían un brillo cándido y la sonrisa transmitía confianza. Naomi soltó un suspiro y le dijo —te creeré, pero si todo sale mal, está será la última vez que tú ayudes—
—Confía en mí, todo saldrá bien—
—¿Qué vas a hacer? No hablarías así si no fueras a hacer algo sorprendente—
—Vamos, bonita, déjamelo a mi— respondió Kain y le dio un beso en los labios. Fue sueva y breve. Naomi se puso roja del cuello a las orejas, miró los alrededores y después se ocultó en el pecho de Kain mientras lo pellizcaba en las costillas.
—No hagas eso, se supone que debemos ser serios— dijo Naomi
—Ouch— dijo Kain mientras sentía el pellizco a través de su la ropa —ser serios no significa que no te puedo besar. Prefiero sacrificar la seriedad que tus besos—
—Tonto— dijo Naomi en voz baja y lo soltó. Ella levantó su rostro, lo miró a los ojos y lo beso. Después apartó sus labios y le dijo —prepárate, ya casi es el momento—
—Entiendo— respondió Kain, se separó de Naomi y camino a un lado del salón de eventos donde había una pequeña tarima recubierta de alfombra roja. Tenía treinta centímetros de altura y diez metros cuadrados con un pedestal de vidrio en el centro para que el orador pudiera colocar sus apuntes. Kain vio a Orochimaru a un lado de Naomi y le hizo el ademan con la mano izquierda para que lo siguiera.
Orochimaru miró hacia todos lados, después se apuntó así mismo con la mano derecha y Kain asintió. Orochimaru avanzó, miró en todas las direcciones y siguió a Kain. Era normal su nerviosismo, solo tenía nueve años. Kain tenía quince y un metro setenta y cinco de estatura. Le tendió la mano y Orochimaru algo avergonzado, se la tomo. Lo necesitaba, estaba muy nervioso mientras miraba a la gente que todavía quedaba en el salón de eventos.
Kain continúo avanzando con Orochimaru. Él miró a la derecha y vio a Shishio y Ryoichi conversando de lo más bien, con una copa de champaña en la mano. Nadie los molestaba, lo cual hizo sonreír a Kain.
Por otro lado, Kain miró a la izquierda y vio a Misuzu y su madre Akako Hoshino, rodeada de gente y conversando. Ambas eran rubias, pero Akako tenía el cabello liso y una figura madura con bonitas curvas mientras que Misuzu tenía el cabello ondulado, con un físico más esbelto y con pocas curvas. Sin embargo, fuera de lo que parecía desde afuera, la conversación era solo entre Misuzu y su madre y el resto eran espectadores. Las quince personas que los rodeaban sonreían.
Kain metió la mano al bolsillo derecho de su pantalón y sacó el diamante gris.
—Nii-san— dijo Orochimaru al captar lo que sacó Kain de su bolsillo —¿Y eso?—
—Ya lo verás, ya lo verás— respondió Kain, se detuvo, soltó la mano de Orochimaru y presiono el ojo en el diamante gris. El ojo emitió un brillo rojo y comenzó a levitar. Orochimaru abrió los ojos amplios del asombro, Kain lo miró con una sonrisa amplia mientras Vástago, la unidad inteligente, levitaba y se posicionaba sobre su hombro izquierdo.
Kain y Orochimaru avanzaron hasta la tarima y subieron. Orochimaru iba pendiente de Vástago, la pequeña unidad con forma de diamante de color gris y el ojo con un brillo rojo. Gracias a eso, Orochimaru se tropezó con el borde de la tarima y casi se cayó, pero como Kain lo tenía sujeto de la mano, no se hizo daño.
Orochimaru miró a Kain con un rubor en las mejillas. Gracias a su piel tan blanca como el papel, parecía que tenía fiebre. Kain soltó una risita y lo guio al centro de la tarima. Se posiciono frente al pedestal, Orochimaru se colocó dos metros más allá, pero Kain lo acercó hasta que quedara a un metro.
Al mismo tiempo, la gente se comenzó a acercar y empezaron los murmullos con respecto al pequeño diamante gris con un brillo rojo. Los últimos en acercarse y ponerse en primera fila fueron Misuzu y su madre, Ryoichi y Shishio. La gente era tan consiente de la posición social que se hicieron a un lado.
Kain llevó su mano a la boca y tosió. Después miró a la audiencia y les dijo —buenos días, hoy, me gustaría hablarle de Mokujin industrias—
—No se escucha— dijo una persona entre la multitud.
Kain miró a Vástago y dijo —transfiere mi voz a todas las personas en este salón—
—Procesando— dijo Vástago con voz joven, fría y sofisticada —proyectando voz—
Kain volvió a mirar a los presentes y les dijo —bueno, espero que ahora sea audible ¿Todo bien?—
La gente quedó asombrada frente al repentino cambio. Fue como si Kain estuviera a un metro de distancia de ellos.
Kain sonrió desde la tarima y continuo —como les decía, me gustaría hablarles de Mokujin Industrias—
La gente se largó a reír por el nombre tan raro que le había dado a la empresa, pero Kain sonrió. Al igual que con el salón de té de la Luna y la Serpiente, Mokujin tenía un significado más profundo.
—Perdón ¿Pero quién nombro a la empresa de esa manera?— preguntó Misuzu entre la multitud con una amplia sonrisa mientras se tapaba la boca. Su madre a un lado también sonreía, pero como una mujer madura y experimentada, guardaba la compostura y evitaba reírse.
—Yo se lo puse, Mokujin era un jutsu especial de mi tío, Hashirama Senju— respondió Kain con una sonrisa. Eso le quito de inmediato toda la diversión al nombre. Mizusu y muchos otros de los presentes ni siquiera conocieron a Hashirama Senju, pero su nombre era una leyenda, incluso había altares dedicados a él en algunas partes de la nación del Fuego como si fuera un dios.
—Bueno, déjenme ponerlos en contexto, Mokujin es un espíritu, un hombre de madera que despierta cada vez que el mal ronda por el mundo. La labor de Mokujin es vencer a dicho mal. En apariencia es como un oni con un dragón enrollado alrededor de su cuerpo, muy pintoresco—
La gente se miraba entre sí porque no podían imaginar tal cosa.
Kain sonrió, esta era la oportunidad que esperaba y miró a Vástago —crea una imagen semejante a la descrita en el jutsu y transmítela a todos—
—Procesando, accediendo a base de datos— respondió Vástago —pidiendo permisos a unidad Guardian, permisos concedidos. Proyectando—
Al instante siguiente se escucharon gritos de asombro y de espanto. Los guardaespaldas se pusieron en estado de alerta. En medio de la multitud había aparecido la imagen de un enorme Oni de madera con un aspecto rechoncho y un dragón enroscado alrededor de su cuerpo.
—Corta la imagen— dijo Kain, bajo de la tarima y se movió a nivel de la audiencia —lo siento, lo siento, esto es solo una imagen. No es ningún jutsu ni nada, por favor, cálmense—
La gente lo quedó mirando, los guardias estaban en estado de alerta y Kain comenzó a meterse en medio de la multitud. Ellos se apartaron y formaron un círculo de diez metros de diámetro con Kain en el centro.
—Por favor, mantengan la calma y por un par de minutos, vivan conmigo en el futuro— dijo Kain, miró de nuevo a Vástago en su hombro izquierdo y le dijo —vuelve a proyectar la imagen—
El oni de madera con el dragón enroscado apareció de nuevo, tenía cinco metros de altura, estaba quieto, pero sus ojos emitían un brillo dorado. La gente se asombró, pero la impresión fue menos que la primera vez. Sin embargo, los guardaespaldas se mantenían alertas. Solo unos pocos nobles estaban al frente del grupo admirando la figura de Mokujin, el jutsu de madera de Hashirama Senju.
—¿Es solo una imagen?— preguntó Mizusu del lado derecho, su madre la jalaba de la manga del furisode. Por su expresión estaba muerta de miedo.
—Es solo una imagen transmitida por la tecnología que yo he desarrollado. No se le puede considerar un jutsu, genjutsu ni nada que tenga que ver con el chakra. Así que es completamente seguro— respondió Kain
—Raijin, estás loco, eres lo máximo— dijo Ryoichi desde el otro lado, mirando lleno de emoción la imagen del oni con el dragón de madera enroscado a su alrededor.
Kain soltó una risita y le dijo —gracias— después miró al resto que estaban igual de emocionados, pero atemorizados al mismo tiempo —como les decía, Mokujin es un espíritu protector que despierta cada vez que el mal aparece. Era el jutsu de mi tío Hashirama Senju y yo lo he elegido para nombrar a nuestra empresa—
Kain extendió su mano a Naomi y ella salió de la primera fila. Camino hasta Kain y este último la abrazó por la cintura. Kain miró al público y continuo —ahora, esto solo era para mostrarles la visión de lo que estaba hablando. Hablemos del negocio verdadero. En estos momentos Mokujin industrias se está preparando para construir un gran estadio en la nación del Rayo—
Al mismo tiempo, Vástago desvaneció la imagen del oni con el dragón enroscado y presento un estadio desde sus cimientos como si fuera creciendo hacia arriba igual que un árbol hasta alcanzar un cuarto piso. De aspecto grande y amplio, con una enorme arena de combate en el centro.
—Sin embargo, el estadio solo es la primera parte y el eje central de algo más grande— dijo Kain y miró a Vástago —por favor, añade la infraestructura de la ciudad—
Entonces comenzaron a aparecer el sistema de alcantarillado y alrededor del estadio, edificios y casas con arquitectura shinobi y civil, como si fueran distritos temáticos. La gente se quedó en silencio mientras Vástago seguía extendiendo la imagen sobre sus cabezas de una enorme ciudad que sería construida en la nación del Rayo.