Kain y Naomi estaban sentados en una banca mirando el cielo estrellado. Frente a ellos había arena blanca y en medio una pileta de tres niveles. El agua caía desde la parte superior alimentando los otros platos hasta llegar a la parte inferior.
Ambos (Naomi y Kain) estaban tranquilos y mirando el cielo nocturno estrellado. Había ocho lámparas de piedra iluminando los alrededores. Era una luz cálida, muy parecida a la que proyectaría una vela. Sin embargo, eso ya no se ocupaba en la capital. Tu tenías que ser muy pobre para no permitirte tener luz eléctrica.
Naomi estaba apoyada en el pecho de Kain mientras este último pasaba su brazo derecho por los hombros de Naomi. Esta última sostenía un cigarro en su mano derecha y Kain lo sostenía en su mano izquierda. Kain apoyaba su rostro sobre la cabeza de Naomi y ambos permanecían en silencio tratando de buscar la calma. Hoy había sido un día atareado y fuera de lo que parecía ser en un principio un desastre, se convirtió en un logro.
Por supuesto, los nobles y adinerados serán nobles siempre. Así que Akako, la madre de Misuzu Hoshino, le informo a Kain que agendarían una reunión a través del clan Yotsuki en la nación del Rayo. Por otro lado, Ryoichi no se comprometió con nada, no era ese tipo de persona, pero parecía bastante animado con inventar algo que pudiera igualar al movimiento de Kain por los cielos. Kain estaba en un noventa por ciento seguro que Ryoichi lo buscaría y Kain terminaría conociendo a Kaito, el padre de Ryoichi. Sin embargo, todo a su tiempo. Si Kain se ponía demasiado insistente resultaría en un gran problema y podría espantar a Ryoichi.
—¿Crees que estaremos bien?— preguntó Naomi, llevo el cigarrillo a su boca y le dio una calada
—Sí, vamos a estar bien— respondió Kain
—El resto de los comerciantes y nobles escaparon—
—Todavía no estamos listos para empezar a movernos a gran escala. Este solo es el comienzo, créeme, de aquí a un mes todo el mundo nos conocerá. No te asustes porque unos pocos nos cierren las puertas. Una vez que estemos en la cima todos se postraran y colocaran sus propios cuerpos sobre los charcos de barro para que nosotros no nos ensuciemos—
—Eso suena feo—
—Suena realista, así es la gente con dinero. Desprecian al que pueden, pero al que no pueden, sonríen como si los amaran y los llenan de alabanza—
—Estás tan seguro ¿Cómo lo sabes? ¿Es algún jutsu en especial?—
—Voy a lograrlo Naomi. En cierto sentido, los negocios no importan, el renombre no importa, la ciudad en la nación del Rayo no importa. Lo único que me importa es la paz y todo lo demás es solo un escalón para alcanzarla. La riqueza, el poder y la influencia serán una consecuencia de lograr mi objetivo, pero jamás los buscare—
—En ese caso ¿Me lo quedó para mí?—
—Si estás dispuesta a arrodillarte para obtener esas cosas, adelante. Yo no estoy dispuesto—
Naomi cerró los ojos, se acomodó en el pecho de Kain y respondió —yo tampoco—
—Eso me alegra, sabía que podía contar con Naomi—
—Por ahora, no sabes cómo voy a ser en el futuro—
—Puede ser, pero estoy seguro de que Naomi seguirá creciendo y siendo una persona más confiable—
—Claro, déjale todo el trabajo a la pobre Naomi—
Kain soltó una risita, la miró y Naomi abrió sus ojos. Ellos se miraron a los ojos y Kain acercó su rostro para besarla.
Naomi apartó su boca y le preguntó —¿Por qué no te quedas mañana?—
—No puedo, tengo reunión con Hiruzen y el resto de la villa. Algunas cosas van a cambiar—
—¿Kaoru-san te acompañara como tu esposa?—
—Sí, eso acordamos ¿Quieres ir en su lugar?—
—No, este es mi lado, ella tiene el suyo. Yo no soy adecuada para la vida de shinobi, es demasiado aburrido. Me gustan más los negocios y esas cosas—
—Lo sé—
Naomi acercó de nuevo su rostro y beso a Kain.
—Oye— dijo Kain mientras Naomi le besaba la boca y le mordía el labio inferior —tengo algo—
—Calla, quiero besarte— susurro Naomi
—Es importante— dijo Kain
Naomi soltó el labio de Kain y lo miró a los ojos como si él la hubiera molestado interrumpiendo su beso.
—Veras, Shishio ha estado un poco atrapado en la empresa— dijo Kain —así que le ofrecí una oportunidad—
—Kain, tienes que hablar conmigo sobre ese tipo de cosas— respondió Naomi
—Tranquila, no es como que se vaya de nuestro lado. Es simplemente que quiere expandirse. Tampoco es algo seguro, es más como un calmante. Le dije que, si Takahashi quería hacer negocios con nosotros, él estaría a cargo—
—Pero eso, eso es…—
—¿Prefieres que él se vaya con otros comerciantes?—
Naomi se quedó callada, guardo silencio y después soltó un suspiro —entiendo, es mejor que se quede con nosotros. Es muy bueno dirigiendo las tiendas y llevando a cabo la logística—
—¿Ves? no fue tan mala idea— respondió Kain —además, Shishio tuvo buena química con nuestro amigo Ryoichi. Sobre todo, porque Shishio era un shinobi sin chakra y eso lo acercaba mucho más a los civiles—
—¿Lo tenías planeado?— preguntó Naomi
—No planeado, pero cuando pienso en civiles y lo intimidados que se sientes por los shinobis, pienso que la mejor idea es colocar a alguien en su misma posición. Por otro lado, Shishio es de mi confianza—
—Él se quiere ir— respondió Naomi
—Sí, pero no es por dinero. Es más, por un tema de estar aburrido haciendo lo mismo todo el tiempo. Quiere intentar nuevas cosas y si no funciona con Ryoichi o su padre, lo llevaré a hacer otras cosas. Shishio es bueno con los negocios, no lo puedo dejar ir, así como así—
—En algún momento no será suficiente—
—En algún momento él encontrará lo que le gusta y me agradecerá el haber confiado en él. Eso abrirá la puerta a nuevas posibilidades y si no, bueno, hicimos lo mejor que pudimos—
—A veces pienso que eres tan calculador y otras veces tan descuidado— respondió Naomi
—Lo sé, pero el futuro es incierto y debemos hacer lo mejor posible—
—Kain— dijo Naomi, puso una mirada seria y añadió —es serio, tú sabes, sobre lo de la ciudad—
—Sí y no— respondió Kain con una sonrisa astuta. Naomi frunció su lindo ceño y esos ojos verdes miraron a Kain con reproche. Kain soltó una risita y le dijo —lo digo en serio. Bueno, verás, el estadio va sí o sí, pero lo de la ciudad es un proyecto futuro. Ya sabes como son los nobles y comerciantes, quieren ver cosas extravagantes y que mejor que un estadio para eso. Entonces todos esos tipos verán la competencia entre los genin. Además de realizar apuestas—
—Así que de eso se trata—
—No, no se trata de las apuestas— respondió Kain con una sonrisa astuta —se trata de demostrar control, planificación y generar confianza. Estoy preparando un sistema de sellado que eliminara el daño a nivel físico y espiritual. Eso permitirá que los shinobis puedan luchar con todas sus fuerzas, pero sin secuelas ¿Qué te parece?—
—Todavía no entiendo lo que tratas de hacer— respondió Naomi
—Ya lo verás una vez que funcione. No tienes que preocuparte, estoy haciendo mi mejor esfuerzo—
—¿Qué necesitas de mí?—
—Que sigas haciéndote cargo de este lado— dijo Kain, refiriéndose a la industria, los civiles y los negocios —el primer pago del proyecto será entregado la próxima semana. Te lo daré todo, tú has tu magia y multiplícalo. No es poco. Por otro lado, quiero que de aquí a un año compres un periódico—
—¿Tanto dinero es?—
—Claro que es mucho dinero— dijo Kain —es lo que corresponde a mi parte. El resto será para pagar los materiales y mano de obra—
—¿No deberías guardar ese dinero por si acaso?—
—No, es mi dinero, yo decido que hacer con él. El resto del dinero será para los materiales y mano de obra porque el daimio, los nobles y Kumogakure quieren que la mayor parte del dinero quede en la nación del Rayo—
—Al final, es como revitalizar su propia economía y ganar algo a cambio—
—¿Cuándo has visto a un noble o a un comerciante hacer algo por nada?—
Naomi hizo una mueca y sonrió —bueno, un hombre que tampoco se considera comerciante, tampoco hacen las cosas gratis—
—Buen golpe, me lo merezco— respondió Kain con una sonrisa
Naomi soltó un gritito y agito su mano derecha. Ella miró a un lado de la banca y vio el restante de cigarro. Lo había encendido, pero fue muy poco lo que realmente fumó. Kain soltó una risita, Naomi lo miró y él acercó el cigarro a su boca. Le dio una larga calada y lanzó el humo al aire mientras se reía.
—No te rías, duele mucho— respondió Naomi
Kain soltó el cigarro y acercó su mano derecha —déjame ver— dijo
—Solo te vas a reír— dijo Naomi con una mirada triste
—Vamos, déjame ver— respondió Kain
Naomi acercó su delicada mano y Kain vio que tenía una pequeña marca roja de quemadura entre el dedo índice y el medio. Era tan fina como una línea, casi invisible. Sin embargo, él tomo la mano de Naomi y le beso los dedos. Naomi sintió como se iba la molestia de la quemadura y vio como los labios de Kain brillaron verde. Sin embargo, era un verde más intenso que el de un ninjutsu médico.
—¿Elemento madera?— preguntó Naomi
Kain apartó sus labios, pero no le soltó la mano. En su lugar, la miró a los ojos y asintió —sí, es un pequeño truco. Una vez que lo aprendes a hacer, puedes llevar el chakra a cualquier parte de tu cuerpo—
—Tan estrafalario como siempre— dijo Naomi con una sonrisa divertida —si el resto de los shinobis supieran que sabes utilizar el elemento de madera sin kekei genkai, se morirían—
—Puede ser, pero es mi habilidad—
—¿Cómo lo de volar?— preguntó Naomi acercando su rostro hasta frotar la punta de su nariz con la de Kain —Takahashi no paraba de repetir que eras el dios del trueno o algo así—
—Bueno, tú me dijiste que le gustaba diseñar vehículos y la velocidad. Si volaba conmigo a una velocidad superior a la de un vehículo, era obvio que iba a ser algo increíble para él—
—¿Vamos a ver que resulta de esto? Un hombre cruzando los cielos no es algo que pase todos los días en la capital—
—Puede que tampoco en el mundo shinobi. Solo Onoki y su sensei podían volar de esa manera ¿Quieres intentarlo?—
—Yo, no, bueno, no lo sé— dijo Naomi con una sonrisa, ella aparto su rostro y le dijo —es que—
—Vamos, yo lo hago, será divertido—
—¿Hace frio?—
—¿A dónde?—
—Ya sabes, en el cielo—
—Sí, un poco—
—Eso quiere decir que es mucho—
—Bueno, no es necesario exagerar— dijo Kain —lo más difícil es aguantar la presión de la velocidad. Es como si te ahogaras—
—Mmm, no quiero volar muy rápido, pero me interesa mirar desde el cielo— respondió Naomi —espérame un momento, voy a buscar algo para protegerme del frio—
—Ok, adelante, te espero aquí—
Naomi se levantó de la banca y camino a la puerta trasera de la casa. Giro la manilla y abrió la puerta. Ella se detuvo y vio a alguien del otro lado de la puerta. Naomi entro y en su lugar, salió Reika Uchiha. Todavía iba vestida con el traje negro, pero iba sin la corbata. Su cabello purpura destacaba por ser largo, liso y hermoso. Reika cerró la puerta y miró a Kain.
—Hola— dijo Kain mientras apoyaba su brazo sobre el respaldo del banco. Reika estaba de pie con las manos juntas sobre su regazo mientras lo miraba a la cara. Kain sonrió tratando de trasmitir amabilidad y añadió —¿Qué sucede?—
—Bueno, la verdad— dijo Reika, se mordió el labio inferior —quisiera hablar de algo con usted—
—Claro, ven, tengo diez minutos antes de que Naomi vuelva. Siéntate y cuéntame lo que te preocupa—