Dejamos atrás ese mundo de hombres bestia donde tantas cosas nos pasaron. Yo me volví algo parecido a un hombre bestia, bueno, parecido no, me volví uno. Casi muero… dos veces… Conocimos una especie de pájaros molotov… Y uno se volvió mi amigo. Para terminar, una Katryde también se unió al grupo… Un montón de cosas maravillosas, sin duda alguna.
No podría estar más contento de todo ello, sobre todo por lo de casi morir… Ahora, llegamos a un nuevo mundo, donde nos esperan más cosas maravillosas. Y claro, ya empezamos con una de ellas, puesto que nada más llegar caímos desde el cielo… ¡Y terminamos en el mismo cielo!
—Ouch… Menudo golpe… Suerte que esto es blandito… ¿Blandito…? —dije mientras ponía las manos en el suelo para levantarme.
Lo blandito que tenía en mi mano… Enseguida me asusté y retiré la mano de inmediato, recordando lo ocurrido la primera vez.
—Ah, solo es una nube… ¡¿UNA NUBE?!
A duras penas habíamos caído unos cincuenta metros y estábamos parados encima de las nubes. Completamente incrédulo empecé a sobar la nube. Realmente era blandita, pero a la vez consistente. Era parecida a la sensación de una gelatina, aunque un poco más resistente.
—¿Te lo estás pasando bien?
Levanté la cabeza un poco para ver a Raidha mirándome algo sonrojada. En ese mismo momento me di cuenta de lo que parecía estar haciendo.
—No… No es lo que parece —respondí tontamente sin pensar.
—No voy a comentar nada al respecto.
Dio una vuelta rápida soltando un "jum" y se cayó de morros encima de la nube…
—¿Qué te pasa?
—Me siento mareada.
—Yo también me encuentro algo mal —intervino Calitia.
[Pyro también se siente extraño.]
Calitia recién se levantaba mientras que Pyro venía volando directo a mi hombro. Los tres parecían estar a punto de echar la pota.
—¡Ah! Claro, es mal de altura… A saber a qué distancia del suelo estamos. La presión tiene que ser muchísimo menor a la del nivel del mar, el oxígeno también… Hemos cambiado en un instante de altitud, es normal sentirse mal.
[Pyro vuela todo el rato y nunca se ha encontrado de esta manera simplemente por volar alto.]
—No creo que hayas volado nunca por encima de las nubes… Si lo has hecho, me vas a asustar bastante —reí irónicamente al pensar en que se trataba de un pájaro que echaba fuego y no sería raro que pudiera despegar como un cohete.
—No me puedo creer que simplemente esto me haya derrotado, ¿qué clase de soldado soy? —murmuró Calitia desde atrás.
—¡No empieces a decir idioteces otra vez! Me encuentro demasiado mal como para aguantarte…
—Pues yo me encuentro como siempre. No siento mareo alguno. Estoy perfectamente, ni siquiera me cuesta respirar. No, incluso creo que me siento algo mejor que antes... Si no fuera por vosotros ni habría pensado en ello.
Hice algunos estiramientos y movimientos para comprobar un poco mi cuerpo. Realmente no notaba nada malo con él, hasta para mí era difícil de creer.
—Descansad un poco las dos, probablemente en unos minutos vuestro cuerpo se acostumbrará. Simplemente sentaos hasta entonces, yo voy a echar un vistazo por aquí a ver si veo algo interesante.
—Tampoco me siento en condiciones para moverme. No te vayas muy lejos —dijo Raidha mientras se tiraba al suelo.
—Yo me voy a quedar aquí para vigilarla.
—¡Admite que estás incluso peor que yo!
No estaba muy convencido de dejar a estas dos solas, pero quedarme quieto me parecía una pérdida de tiempo.
—Bien…
Junto a Pyro, que estaba posado en mi hombro, fui a ver los alrededores. Rápidamente confirmé nuestra situación, estábamos encima de una enorme nube. A nuestro alrededor, diferentes nubes podían verse flotar a distintas alturas. Por el aspecto, podría decir fácilmente que eran iguales a esta. Cada una de ellas parecía ser una pequeña islita flotando en medio de la nada.
Tras caminar durante unos pocos minutos llegamos a lo que parecía ser el final del "suelo", con lo que me acerqué a ver. Por seguridad me acosté y, caminando a cuatro patas, saqué la cabeza por el borde de la nube.
—Buaaa… ¿Qué es esto?
Podía ver una enorme extensión de tierra por debajo de las nubes. Teniendo en cuenta la cantidad que podía ver, tendríamos que estar prácticamente tocando la estratosfera, o por lo menos por más de la mitad de la Troposfera de este planeta. Así a ojo, unos 10000 metros de altura desde el nivel del mar… Aunque no podía ver mar alguno por ningún lado...
Dejando de lado la altura, lo más extraño era la tierra que teníamos debajo. Negra, tierra completamente negra… Con algunas tonalidades rojas por distintos lados. Obviamente no pude ver el mar, y los ríos no parecían abundantes, por lo menos no los ríos de agua.
—Todo eso es tierra volcánica… ¡Estamos en un planeta prácticamente de lava!
Las diferentes montañas carbonizadas, con agujeros de un rojo intenso en su cima, escupían gases negros mientras la lava se derramaba amenazante de ellos sin descanso. Era como ver el mismo planeta sangrando por miles de heridas abiertas. Tal espectáculo no era algo agradable de ver.
[A Pyro le gusta la lava, parece tener buen sabor.]
Me quedé mirando a Pyro con cara de idiota. No tengo muy claro si lo dijo en serio o no, pero no comentaré los gustos alimenticios de un fénix.
—No sé si es buena idea bajar ahí abajo… Pero tampoco tengo muy claro si es buena quedarnos aquí arriba... Con esta geografía no sé siquiera si habrá vida en este planeta. Eso, o todo serán animales parecidos a ti..
En unas tierras de fuego solo pueden existir animales de fuego, ¿no es así?
—Ya empiezo a imaginar encontrarme gusanos de fuego enormes... O arañas igual de grandes lanzando redes de fuego… Quizás también algún que otro elemental de fuego gigantesco… Probablemente será mejor no bajar… Nop, nos quedaremos aquí.
[¡Los gusanos de fuego tienen que tener buen sabor! Pyro quiere comer unos cuantos. Amo tendría que probar.]
—¡Yo no me los pienso comer! Bueno, volvamos con las chicas. Hablaremos con ellas a ver qué hacemos.
Cuando regresé, ambas estaban prácticamente mordiéndose… Ya pensé en que podría no ser buena idea dejar a esas dos solas. Por lo menos ya parecían estar completamente recuperadas, fue bastante más rápido de lo que pensé. Bueno, nunca debí compararlas con un humano para empezar…
Empezamos a caminar sin rumbo fijo por encima de las diferentes nubes, hasta que finalmente llegamos a un lugar donde la nube estaba cubierta de verde.
—¿Esto es hierba? —pregunté nada más verla.
—Por lo visto sí —me respondió Raidha.
Ya para terminar las cosas sin explicación, encontramos una nube donde crecía hierba… Sin tierra, sin nada más que la propia nube por debajo, ¡pero crecía!
—No me jodas… ¡Este lugar se salta las leyes de la naturaleza descaradamente!
—Tendrías que dejar de pensar solamente con tus conocimientos humanos. Hay mundos muchísimo más raros que este, te lo puedo asegurar —comentó Calitia.
—Entonces, ¿tú sabes por qué la hierba crece encima de las nubes?
—¿En tu mundo no hay plantas que crezcan en medio del agua?
—Supongo…
—Pues esto es parecido.
A pesar de lo que dijo Calitia no terminaba de convencerme, me tocó aceptarlo. Después de todo, lo tenía delante.
«Bueno… es cierto que existen plantas que no necesitan tierra para vivir… Pero esto no creo que sea lo mismo. Y sigue sin explicar por qué las nubes son sólidas.»
Volví a centrarme en las nubes y esa hierba, intenté analizarlas con mi poder. No había reacción alguna a tierra. Las plantas daban una pequeña reacción, pero comparado con las del mismo suelo no podría controlarlas bien.
[Amo se ve preocupado.]
—Es verdad, haces una cara rara —agregó Raidha.
—Mi poder no reacciona…
—¿Qué quieres decir?
—La energía de la tierra… es prácticamente nula… no detecto nada, no hay forma de que pueda usar mi poder aquí…
—Hum. Entonces, si quedaste como un completo inútil, solo tienes que dejarle el control a él. Aunque no creo que sea mucho mejor.
Raidha y yo nos quedamos mirando a Calitia en silencio durante unos segundos con los ojos entrecerrados. Tras sonrojarse apartó la mirada.
—En ningún momento he dicho que sea un inútil. Me queda algo de energía guardada, simplemente no podré recargar las baterías. Si pasa algo... Supongo que por lo menos tengo suficiente para apañármelas.
Saqué la pistola y revisé que tuviera al menos suficientes balas para una emergencia.
—El problema real está en que tampoco puedo crear balas. Ahora mismo mi armamento está limitado.
—¡Por eso, déjale el control a él!
— ¡AAAAAAAAAAAA! ¡Mira que eres pesada! ¡¿Para qué quieres a esa cosa?!
—¡No le llames cosa! ¿Acaso no es un compañero tuyo?
—¡Nunca pienso considerar a eso compañero mío!
—Y… ¿Eso tiene algo que decir a todo esto?
-Prefiero quedarme callado.
«Entonces no hables para decir solo eso. Mejor quédate directamente callado.»
—No te necesitamos para absolutamente nada. Si sale algún problema, nos las apañamos sobradamente Drayd, Pyro y yo.
Apenas habíamos llegado y ya me empezaba a doler la cabeza por culpa del intercambio de gritos entre ambas, y ver mis recursos reducidos únicamente hacía que creciera mi ansiedad.
—Como sea, no hace falta asustarse por nada. Después de todo, ahora yo también estoy aquí. Si aparece cualquier peligro me encargaré de él —dijo Calitia mientras se daba un golpe en el pecho.
— ¡Te digo que no hace falta que hagas nada! De todos modos, no creo que aparezca ningún peligro.
¡¡¡CRAAAAA!!!
Un fuerte graznido se escuchó a nuestra espalda… y aunque conocía de ciertos pájaros minúsculos que podían reventar tímpanos en épocas de apareamiento, ese no parecía provenir de un pájaro que se pudiera considerar pequeño.
—Raidha, en serio… ¡Tienes un don para atraer problemas!
Dirigimos la mirada hacia el origen del graznido. Un enorme pajarraco parecido a un cuervo muy feo nos sobrevoló a toda velocidad. El pájaro negro con las plumas hechas un verdadero desastre volaba como un loco dando trombos en el aire.
[¡Ah! ¡Es grande!]
—Creo que el pequeño eres tú… Aunque ese es realmente grande...
Al vernos, bajó en picado hacia nosotros. Todos nos echamos al suelo a tiempo para evitar la carga. Una enorme ráfaga de viento pasó tras el cuervo.
—Ni hablar, no ha pasado ni una hora y algo ya nos quiere comer…
—Solo es un pájaro, no os preocupéis tanto.
—¡A mí me preocupas más tú!
Todos preparamos nuestras armas y enfrentamos al cuervo. Volaba rápido y a una buena altura. Me preparé para disparar, pero me eché atrás. No quería malgastar munición.
—La lucha a distancia me parece que no es buena idea ahora mismo.
[No os preocupéis, Pyro se encarga.]
Pyro echó a volar detrás del animal. Este lo vio y empezó a perseguirlo. La diferencia de tamaño era como enfrentar un gato a un tigre. A menos que no tengas en cuenta que el gato sea una bomba napalm con patas. Segundos después el cuervo caía perfectamente cocinado a nuestro pies.
—¿Será comestible? Quizás… ¿sepa a pollo?—pregunté al verlo estrellarse mientras humeaba.
Nos acercamos al cuervo asado mientras Pyro volvía a mi hombro tranquilamente.
—¡WAAAAAAAAAAA!
Un grito, esta vez similar al de una persona, vino de nuevo desde el cielo y todos levantamos la cabeza en reacción a él. Me dio tiempo a ver algo azul antes de que se estampara contra mi cara...