—Su Majestad desea almorzar con Su Alteza Real. —En otras palabras, el Emperador no desayunará con ellos. Almorzará con Garrick para discutir las reglas que le fueron impuestas.
Al escuchar esto, Garrick asintió con la cabeza.
—¿Hay algo más? —preguntó Garrick con un tono impaciente.
Alfred dudó un segundo antes de decidirse a hablar. —Bueno, hoy descubrí algo muy interesante sobre el Primer Ministro.
—¿Qué es? —Si fuera un asunto insignificante, entonces Alfred no lo habría mencionado.
—Esta mañana, escuché de un sirviente que el Primer Ministro ha usado su autoridad para liberar a un prisionero. —Al oír esto, Garrick frunció el ceño.
Solo el Emperador tenía tal poder. Pero este Primer Ministro sigue sobrepasando sus límites. A Garrick no le gustaba lo que estaba escuchando.
—¿Quién es este prisionero? ¿Y por qué delito fue encarcelado en primer lugar? —Garrick preguntó con curiosidad.
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