En tan solo un día, la noticia se esparció como un incendio forestal llegando incluso a oídos del Rey Sebastián. —Me estás diciendo, que mientras los soldados que debían guardar el Almacén se divertían, alguna persona misteriosa vació nuestros Almacenes.
—Sí, Su Majestad. —El mensajero temblaba al ver los ojos rojos del Rey.
—Su Majestad, creo que tengo una idea de quién podría ser el culpable. —El recién nombrado Primer Ministro reunió su coraje para hablar.
—¿Quién es? —Todos en la corte miraban al hombre llamado Louis Martin.
—Creo que fue el Reino de Istarin.
—Pura tontería.
—¿Qué? Esto es un absurdo.
—Sí, ¿por qué haría el Rey algo tan bajo y vergonzoso?
Todo el mundo, incluyendo al Rey, dudaba de las palabras de Louis, el Primer Ministro.
Cuando todos se calmaron, el Rey Sabastian suspiró y miró a Louis. Empezaba a arrepentirse de su decisión de elegir a este hombre como su Primer Ministro.
—Explica tus palabras.
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