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Expedición (II)

A la mañana siguiente, nos reúnen a todos los esclavos que debemos ir a la expedición en la salida de la zona residencial de la secta. Liang sigue mirándome de forma rara, aunque no parece estar enfadada. Le he pedido a Ken que avise a Bei Lu y Bi Lang. Si no, me matarán cuando vuelva.

A unos metros, van llegando estudiantes. Algunos han llegado incluso antes que nosotros. Entre ellos, Bai Wan. Sé de ella porque es de la familia de las gemelas. Al parecer, se llevan bien con ella. Es alquimista, así que es normal que vaya. Uno de los objetivos de la expedición, es recoger hierbas espirituales.

Debe de estar en la etapa seis o siete, aunque no parece que sea muy diestra luchando. Por una parte, la rama que ha escogido no es para luchadores. Por otra, su cuerpo no es muy musculoso. De hecho, un poco más y podría considerarse obesa.

Veo como otros estudiantes la miran de reojo. Parece que sus enormes pechos llaman la atención. Su figura quizás no sea la preferida de la mayoría. Suelen preferirlas esbeltas, pero hay quien le gusta así. De hecho, a muchos les da igual la figura si tiene "tetas grandes". Se lo he oído decir muy a menudo. Miro un momento en la Residencia. A las seis desnudas. Con pechos más grandes y más modestos. Para mí, todos tienen su atractivo. Demasiado. Mejor dejo de mirar.

Parece estar bastante interesada en la expedición. Está continuamente revisando varias herramientas, libros y mapas. No hace ni caso al resto de estudiantes. Ni a sus miradas. No sé si no le importan. O si ni siquiera se da cuenta.

Poco a poco van llegando más estudiantes y algunos maestros. Los que están en el reino del Alma están en un grupo. Los del Génesis en otro, Bai Wan entre ellos. Irán a zonas diferentes. No solo se trata de recoger hierbas. También de enfrentarse a bestias de su nivel. En parte para obtener sus restos. En parte para aprender a enfrentarse a ellas. Y sobrevivir. O al menos así fue la última vez.

Me quedo al lado de Liang. Nos asignan al grupo de estudiantes del reino del Génesis. Mejor. La zona a la que iremos será menos peligrosa. No debería haber grandes peligros para mí. Si pudiera desbloquear mi poder sin problemas. Pero tengo que mantenerme en la etapa uno.

Algunos maestros aparecen cuando casi tenemos que partir. Se distribuyen entre los dos grupos. He oído la cultivación de algunos. Todos están en el reino del Cuerpo, como mínimo. No sé si habrá alguno más allá. No lo creo. No se molestarían en cuidar a los estudiantes. Deben de ser maestros de menor rango.

De repente aparecen dos estudiantes. Tengo que controlarme para no mostrar mi ira. Son Jia Xu y Bai Xuan. Tengo que informar a las chicas. Para que estén preparadas. Puede que tengamos una oportunidad. Pero no será fácil.

Bai Xuan saluda y habla con Bai Wen. Evidentemente se conocen. Me pregunto si estará también involucrada. Es posible que le diera el veneno. Tendremos que averiguarlo. No están mucho rato y cada una sigue a lo suyo.

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Es un alivio que lleven anillos de carga. Así no tenemos que llevar nosotros el equipaje. Los esclavos. Pero sí nos toca limpiar el camino. O recoger lo que quieran que señalen, aunque sean plantas venenosas. Algunos tenemos la piel un tanto irritada. Y parece que más de una vez ha sido queriendo. Les han reprendido. Tenemos que estar en la mejor forma posible para hacer nuestras tareas.

Montar las tiendas. Cocinar. Llevar la comida. Limpiar. Por ahora nada demasiado pesado ni peligroso. Aunque apenas es el primer día. No nos hemos adentrado demasiado. Las bestias que hay ni siquiera se atreven a acercarse.

Algunos estudiantes están cansados. No están acostumbrados a caminar tanto. Ni siquiera han pensado usar el qi para reforzarse. Supongo que aprenderán a partir de ahora.

Los esclavos no podemos alejarnos solos ni para recoger ramas. Los talismanes de protección no son útiles aquí. Simulan la esencia de una bestia. En los bosques donde normalmente vamos, son suficientes para ahuyentar a las que hay, de más bajo nivel. Aquí, podría ser contraproducente. Podrían atacarnos por considerarnos rivales. Se ve que existen talismanes de más alto nivel. Pero que son caros, demasiado para los esclavos.

–Esto es de lo más aburrido– oigo de repente a un estudiante.

–Ya te digo, dice otro. Pu Rong, no querrías divertirte con nosotros– flirtea descaradamente uno de ellos.

Es una estudiante de pelo azul que le llega hasta el pecho, que es de tamaño mediano. No parece sorprendida por las palabras del otro. Incluso sonríe. Quizás condescendiente.

–Si quieres follar, usa a una esclava. Mira ahí tienes una– dice ella.

Señala a Liang. Ella no sé da por aludida y sigue con sus tareas. Yo quiero tirarle la caja que llevo en la cabeza a la estudiante. O sacar una de las dagas y cortarle la lengua. Claro que sería un suicidio.

–¡No podéis hacer eso! ¡Los maestros han dicho que les dejemos trabajar!– interviene de repente Bai Wan.

Estaba por ahí cerca. Organizando no sé que líquidos. Y se ha interpuesto. Pu Rong la empuja, haciéndola caer al suelo.

–¡Eeeeehh! ¿¡Qué haces!?– se queja Bai Wan.

–Calla, vaca gorda. No te metas donde no te llaman. Vete con tus potingues y tus mierdas a otro lado– dice Pu Rong con desprecio.

Mientras, uno de los estudiantes llega hasta Liang y la coge de la cintura. Nuestros ojos se cruzan un momento. Sé lo que dice su mirada. Y sé que tiene razón. Que no me meta en problemas. Que esto es normal. Que es la vida de una esclava. Pero no puedo evitar querer sacarla de allí.

La empuja al suelo. Le levanta la túnica. Le aparta la austera ropa interior y la penetra. No puedo mirar. Debo seguir trabajando como si no pasara nada. Me estoy clavando las uñas. Y apretando los dientes. El estudiante gime. Liang no emite ningún sonido. Al menos acaban rápido. Cuando va a ir el segundo aparece un maestro. Bai Wan lo ha llamado.

–¿Se puede saber qué hacéis? Los esclavos tienen trabajo que hacer. Si se retrasa o no puede hacerlo, os haré trabajar a vosotros– los sermonea.

Y eso es todo. Evidentemente, les da igual que usen a una esclava. Pero en la expedición no pueden permitirse tonterías. Le agradezco a Bai Wan su intervención. Aunque Pu Rong no tanto.

–Vaca chivata. ¡Esto no quedará así!– la amenaza en voz baja. La otra la ignora.

Liang se levanta y vuelve al trabajo. Durante el resto del día no me mira. No sé muy bien que pasa por su cabeza. Por la mía hay odio. Y preocupación.

No es hasta la noche que me acercó a ella. Mientras nos servimos la cena. Las sobras. Podría ser peor. No puede evitarme aunque quiera cuando me siento a su lado.

–¿Estás bien?

Ella asiente con la cabeza. Igual se siente mal porque la haya visto así. A pesar de que es algo que sufren habitualmente. Le cojo de la mano, mientras como con la otra. Ella me mira sorprendida. Luego sigue con la comida. Ligeramente sonrojada. Y me mira de reojo de vez en cuando.

Por la noche dormimos el uno junto al otro. Y rodeados del resto de esclavos. Dormimos en el suelo. Aun gracias que hay una tienda para nosotros. Supongo que nos tienen que cuidar un poco. Para que podamos seguir trabajando. Dormimos cogidos de la mano. Es todo lo que podemos hacer.

He seguido practicando, aunque menos de lo habitual. No tengo qi extra. Es extraño no tener sexo. Las chicas pueden practicar con un poco más qi de lo normal. Aunque no parecen muy animadas. Incluso Ning ha practicado. Con Rui vigilándola, claro.

Las gemelas está especialmente inquietas. Supongo que es por el papel que les he mandado. Que dos de nuestros objetivos están aquí. Han escrito que no sea temerario. Que espere una oportunidad. A veces no sé que piensan de mí. Aunque reconozco que varias ideas bastante imprudentes se me han pasado por la cabeza. Sobre todo con Pu Rong y compañía. Aunque he prometido a Liang "portarme bien". Está claro que sospecha de mí. Creo que me relaciona con algunos "eventos". Y no estaría muy equivocada.

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Al día siguiente, seguimos con la rutina. Nos vamos adentrando más en el bosque. Han empezado a encontrar plantas más valiosas. Son fáciles de distinguir. Son las que recogen en persona. Bai Wan lo ha hecho varias veces. Y también ha sufrido algunos accidentes a cargo de Pu Rong y sus chicos. En total son tres los que están a "sus órdenes". No sé si folla con ellos. O solo la desean. O si hay alguna razón más para que la sigan. Lo ignoro. Y tampoco el resto de esclavos saben nada.

Me molesta que eso pase. Ella ayudó a Liang. Solo espero que no tenga nada que ver los ataques a las gemelas. Me cae bien. Y a ellas también. Eso han escrito cuando les he preguntado. Es su prima. Casi una hermana mayor para ellas. Pero también lo era Bai Xuan. La verdad es que es normal que hablaran. Son familia. Pero aún está el tema del veneno.

Por lo menos, los accidentes no son graves. Tropezones. Empujones. Bai Wan ni se inmuta. Al parecer no es la primera vez. Cae bien entre los esclavos. No nos maltrata. Aunque tampoco es que sea amiga. De hecho, por lo que parece, no tiene muchos amigos. Siempre está absorta en sus plantas, píldoras o pociones.

Lo mejor es que han dejado tranquila a Liang, por ahora. Y al resto de esclavas. Lo peor son los mosquitos y otros insectos. En la etapa uno, podemos crear un pequeña barrera que ahuyenta a algunos de ellos, pero no a todos. Estoy tentado de romper el sello para librarme de ellos. Aunque peor es para los que no tienen qi. Hay ungüentos que podrían evitarlos. Lástima que seamos esclavos y tengamos que aguantarnos.

Aún es peor tener que aguantar a los estudiantes. Normalmente no tenemos que lidiar tanto con ellos. Podemos alternar con otros trabajos, alejados. Pero ahora no. No todos son déspotas e incluso crueles, pero hay unos cuantos así. No nos maltratan descaradamente, pero nos hacen las cosas difíciles por diversión. La verdad es que no sé qué ganan con eso. Como mucho algún escupitajo en la comida. Y alguna cucaracha triturada. Lástima que nunca lo llegarán a saber.

Si fueran un poco más listos, se darían cuenta de que su absurda crueldad los perjudica. No podemos hacer nada directamente. Pero servimos la comida. Y nos encargamos de las tiendas, las camas, la ropa. No podemos vengarnos, eso sería peligroso. Pero sí podemos dar la mejor cama a los que no nos hacen la vida más difícil. O las mejores porciones de comida. Son solo pequeños detalles, pero resulta reconfortante tener algo con lo que luchar.

No sé si algunos estudiantes o maestros lo saben o sospechan. Pero no pueden exigir las mejores porciones cuando hay otros iguales que también las quieren. Es nuestro pequeño poder. Nuestra pequeña resistencia. Darle lo peor a los que nos maltratan. Y lo mejor a los que se portan no muy mal con nosotros. Por supuesto, dentro de nuestras posibilidades. A Pu Rong, por ejemplo, le ha tocado la fruta un poco más verde. Mala suerte.

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Otro día sin sexo. ¿Me habré vuelto adicto? Ahora mismo tengo una enorme erección. Por suerte Liang está durmiendo y no se ha dado cuenta. La culpa De Rui. Está follándose a Ning. La tiene a cuatro patas. Penetrándola mientras se penetra a sí misma. Y mientas la azota. Primero Ning le ha tenido que lamer su entrepierna. Al menos han sido tres orgasmos. Es bueno que se diviertan. Supongo. Creo que es mejor que deje de mirarlas.

Shi está durmiendo. Parece un ángel. Acostada sobre los blanditos pechos de Song. Me da envidia. Han estado las cuatro hablando en la cama de las gemelas. Yi está dándole la espalda a Song. Abrazando a Yu por la espalda. Y Yu abraza a una almohada. Las dos han estado discutiendo un rato. Hasta que Yi ha pintado dos ojos en la almohada y se la ha dado a Yu. Me pregunto de que hablaban.

La verdad es que me gustaría estar allí con ellas. Aunque no haya sexo. Y llevarme a Liang. Mucho mejor que estar aquí. Además, durante estos días va a ser difícil aumentar la cultivación. No queda más remedido que esperar a la vuelta. Es tiempo perdido.