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Just Another Day III

Esta vez, fue la dama del lugar, es decir, Quinn, quién habló, haciendo una pregunta al ser que se llamaba sí mismo un "Dios".

—Erm. . . ¿Señor Príapo?

El Dios giró su cabeza de golpe y observó a la jovencita frente a sus ojos.

—¿Sí, jovencita? ¿Te está preocupando la vida de tú marido? Eso es romántico, mí madre de seguro estaría interesada de oír sobre algo semejante. Lástima que desconozco su paradero.

Basado en su juicio, Príapo parecía desconocer de lo que sucedía allí mismo.

—¡¿Marido?! ¡N-no, se equivoca rotundamente, Señor Príapo! ¡Aaún no me he casado!

Quinn guardó respeto a la entidad frente a sus ojos, temerosa de lo que pudiera pasar, fue así que desde afuera del Devil Game, Heaven miró todo con sorpresa, pero decidió quedarse quieto, sabiendo que no podía intervenir.

Ya veo.. supongo que las costumbres en este continente son distintas a las de Grecia. De todos modos, ¿Cuál era su pregunta, bella dama? La responderé ya que has sido mejor que el hombre aquí presente. Zeus me libre, ¿Dónde ha quedado el respeto de los mortales a nosotros, los dioses, sus seres patrones?

Soltaba sus palabras el dios con una elocuencia y un japonés muy fluido, incluso mostrando la carencia de un acento cosa muy extraña.

—S-sí. ¿Cómo es posible ganar el Devil Game? Sí es que puedo saberlo, con todo respeto.

Quinn jugó con sus palabras, cosa que hizo a Príapo torcer su mano, después de todo, nunca le negaría una respuesta a una bella señorita.

Eso es simple, para ganar el Devil Game tienen que responder cinco preguntas, sí aciertan, se mantendrán donde están, sí alguno de ustedes pierde, tendrá dos opciones, la primera es morir, la segunda es sacrificar al siguiente en la ronda. De todos modos, al fallar alguno de ustedes, tendrán que alejarse un paso aún con sus manos juntas. Sí responden todas las preguntas de forma correcta, yo les daré un regalo. ¿Entendido?

Habló con una actitud entusiasmada, haciendo que todos palidecieran, inclusive Heaven que aún seguía afuera, observando impotente la situación.

—¡Ahora.. empecemos el Devil Game! ¡Pregunta número 1! ¿Cuántas lunas tiene el Planeta Júpiter?

El torso con brazos dirigió su dedo índice a John, el primero de los tres subordinados de Drew.

Y cuando uno de ellos iba a decir algo, fue Príapo quién avisó.

—Cualquier persona que intervenga será eliminada, es simple, así que todo depende de su propio intelecto.

John pronto empezó a sudar, y pasaron los segundos, quedándose en silencio.

—¡Vamos John, tú puedes!—Exclamó Drew tratando de animar a su amigo y quizás, salir de allí todos vivos.

Pronto, todos se pusieron a alentar a John, quién abrió su boca y exclamó.

—¡Júpiter tiene 16 lun--¡

.

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¡BANG!

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De repente, Heaven sólo pudo observar como del dedo de Príapo salía humo.

Bajo un frío silencio, los oídos de todos mantenían un fuerte sonido blanco que poco a poco se disipaba, Heaven, fue quién primero decidió girar su cabeza.

Ahora el resto fueron los que siguieron su acción, así, todos observaron atónitos como el cuerpo de un objeto pesado cayó sobre el suelo y el grito de uno de ellos fue suficiente para ponerlos en la realidad.

—¡OH DIOS MÍO!—Exclamó Drew en un arranque lleno de sorpresa, miedo y por sobre todas las cosas, desesperación—. ¡JOOOOOOHHHHN!

De repente el chico que estaba al lado del cuerpo de John, Robert, giró a ver su izquierda pese a que Drew reaccionara y tratara de decirle algo, siendo inútil ya que este último fue incapaz de producir sonidos en un momento tan catastrófico como este, fue así que Robert notó como no había cabeza, sólo un cuello, también, se daría cuenta que estaba lleno de sangre.

—¡¡AHHHHHHHHHHHHHHH!!

Gritó Robert mientras veía el cuerpo de su amigo sin cabeza, apretando con fuerza la mano de su amigo ahora cadáver.

¿Por qué? Simple de responder, ya que la realidad era que este había sido reventado como globo por el ser divino en frente de ellos.

Tanto Hawkins como Quinn se aguantaron el vómito, pero Heaven que estaba afuera corrió hacia un tacho de basura y descargó toda su comida del tirón.

—¡EEEECK! ¡INCORRECTO! ¡JÚPITER TIENE 93 LUNAS! ¡ASÍ QUE DEN UN PASO ATRÁS, MORTALES!

Inconscientemente, todos los presentes alrededor de Príapo dieron un paso atrás, pese a su miedo, todos lo habían realizado sin darse cuenta de ello para empezar.

—¡AHORA, EL SIGUIENTE JUGADOR!

Quizás ellos no dimensionaban lo que habían hecho, pero Heaven sí, esto era lo que su abuelo le había contado de pequeño en aquél libro para dormir..

"Voces que claman ser reales pero no son más que falsas"

—A esto se le llama... Fake Voice—Soltó Heaven—. Entonces.. el abuelo decía la verdad, entonces lo que decía el cuento. . .

Príapo dejó de apuntar al siguiente participante con su dedo índice humeante y miró a Heaven quién se levantaba del suelo limpiándose la boca con un pañuelo blanco.

—Con que sabes lo que sucede aquí, ¿Eh? Una lástima que no estés jugando, me encantaría ver tus sesos manchar estas paredes, mortal. Más aún sabiendo que en algún sentido hay una correlación entre nosotros dos. Cómo también.. recuerdo tus ojos, eres idéntico a él, igual a ese sujeto desagradable.

Habló el Dios que había asesinado a John sin titubear y ahora regresaba al Devil Game, específicamente moviendo su cabeza al siguiente participante, que era Robert.

—¡Pregunta número 2! ¿Cuántos olímpicos son hijos de Zeus? Vamos vamos, que esta es muchísimo más fácil.

Príapo de golpe parecía estar adaptándose más y más, como sí. . .

—¡Todos, miren el cuerpo de John!

La sangre de John empezaba a moverse lentamente hacia las cartas reformando muy pocos centímetros del cuerpo de Príapo.

—¡Está desarrollando un cuerpo, sí seguimos fallando tendrá un cuerpo en este mundo!— Exclamó Hawkins al darse cuenta del error que habían cometido, poniendo una expresión de claro arrepentimiento.

—¡Vamos! ¡Responde la pregunta, mortal! ¡Que no me hago más joven, sabes! Un momento, sí que lo hago, JAJAJAJA.

La voz de Príapo por momentos parecía estar mezclada con otras, y Heaven pudo notar como sus orejas tenían algo parecido a.. ¿Venas? No tenía sentido, pero no podía hacer mucho más que ver la situación en sí. Ya que sí Heaven escapase sólo moriría a manos de Príapo.

Ahora el chico estaba por afuera y en medio del Devil Game, sí siquiera trataba de intervenir la situación sería igual que la de John como también una desfavorable situación para el resto.

—Yo.. ¡NO PUEDO MÁS CON ESTO! ¡LO SIENTO, DREW! ¡Y-YO ME RIND--!

Pero, a diferencia del último participante, Robert fue más cobarde, ya que soltó las manos de tanto Ridge como de su amigo muerto, Yoda, girando su cuerpo para intentar correr y alcanzar la puerta.

—¡NO LO HAGAS, ROBERT!

Y sin pensarlo dos veces, Príapo apuntó con su dedo índice de nuevo, un sonido que no habían oído antes resonó por toda la sala, ahora las paredes estaban bañadas en tripas, como también a todos a su alrededor con la sangre y pedazos de lo que alguna vez fue el cerebro de Robert. Todo esto porque Príapo había hecho lo mismo que con John, es decir, explotarle la cabeza de Robert en mil pedazos.

Bang. ¿No es así como ustedes los mortales escriben la onomatopeya del disparo?

Ahora no sólo Drew y Ridge se encontraban bañados en la sangre de sus compañeros fallecidos, sí no que también Kay que estaba tomado de la mano de Drew.

Fue ahí que frente a los ojos de todos, el cuerpo de Robert fue arrastrado por su propia sangre hacia el lugar en donde estaba originalmente antes de huir por su vida en lo que fue su última acción.

—Lo está.. haciendo de nuevo. Está absorbiendo a Robert—Soltó Drew tratando de resistir al impulso profundo que tenía echarse a llorar, recordando las palabras de su amigo como sí fuera un castigo divino—. Maldición...

Heaven, que todavía seguía mirando el cadáver de Robert y los restos de John, se sintió inmensamente culpable porque pese a no conocerlos, ya habían muerto dos personas frente a sus ojos y él no había hecho nada para impedirlo.

En aquella situación tan crítica, la respiración de Heaven se vio cortada al recordar algo dentro de si mismo.

Tal vez las palabras de su abuelo, o simplemente un pensamiento suicida en su cabeza fue el que despertó algo en Heaven..

—Ya que hay uno menos, ¿Por qué no seguir con el próximo?

Propone Príapo mientras ahora se pueden oír levemente la voz de John mezclada con la de esta entidad desconocida, haciendo que todos los presentes tengan aún más presente su error.

—Vamos vamos, ¡Denme algo de entretenimiento!

Y sacando por primera vez sus verdaderos colores, Heaven hizo una pregunta a Príapo mientras se ajustaba su gorra cubriéndose los ojos.

—¿Es divertido?—Preguntó Heaven, el transferido, aquél al que todos querían evitar—¿Esto te parece divertido? Por supuesto.. está muy claro que ves esto con diversión, después de todo, no somos más que hormigas para ti.

Todos vieron a Heaven sorprendidos, pensando que sí acaso quería morir, pero al chico no le importaba.

—Sabes.. mí abuelo me contó que alguna vez existían caballeros.. para derrotar a cosas como tú. ¿Y sabes qué? ¡Sí tengo que convertirme en uno, dejar mí humanidad inclusive, sólo para detenerte, ESTOY DISPUESTO A HACERLO!

Príapo vio como el ojo izquierdo del chico parecía brillar, y rápidamente trató mover su dedo pero este tenía un tiempo de recarga.

—O-oye, no creo que sea una buena idea, sí haces lo que creo que harás, quién sabe, podrías morir—Preguntó Príapo mostrando una emoción humana, el nerviosismo, por otro lado, Drew, Kay, Quinn, Ridge y Hawkins vieron al transferido quién empezó a gritar mientras ponía una mano en su corazón y la otra la extendía al aire—. ¿N-no es la vida muy importante para ustedes los humanos?

Heaven soltó una risa seca, y levantó su mirada para ver a la cara de tanto sus compañeros como al Dios griego.

En la mente de Heaven sólo se repiten los cuentos de hadas que ahora parecían ser más reales que todo lo que él había pensado hasta ahora de la vida. Y una parte de ellos se repite en su cabeza.

—¿¡La misma que tú acabas de pisotear!?—Dice de primeras antes de escupir al piso—. ¡No me interesa mí propia vida! ¡Pero me contaron qué.. LA VIDA AJENA es lo más importante en este mundo!

Mientras tanto, en el exterior, un rayo cae al suelo y los gritos se oyen afuera, pero eso no importa, ya que Heaven empieza a gritar unas palabras.

—¡MÍ NOMBRE ES HEAVEN ANGEL, Y ENTREGO MÍ ALMA A QUIÉN ME RESPONDA!

Seguido de esta declaración, Heaven muerde su dedo índice y sangre cae al piso, es así que Príapo quizás en un intento arriesgado, levanta su dedo índice con tal de hacer funcionar su habilidad en ese estado, pero es inútil, ya que la Invocación está realizada.

La sangre se esparce por el suelo y rodea a Heaven en un círculo de la misma mientras más sangre la acompaña.

Y mientras otro ritual se realiza, es Heaven quién sigue gritando lo más que puede para llamar la atención de algún algo que le diera la oportunidad de ganar.

Es así que dice las siguientes palabras, llenas de rabia y determinación.

—¡ELIMINA A DIOS, Y PROTEGE A ESTE MUNDO! ¡ESE ES EL TRATO!

La sala tembló, y todos pudieron observar como del techo un tipo de grieta negra se abría, de ella empezaron a salir múltiples manos las cuales se prendieron fuego.

Se podían oír los gritos continuos de múltiples almas, pero estas fueron calladas cuando bajo el sonido de las llamas, una voz profunda habló.

—¿Eliminar a Dios y proteger el mundo a cambio de tú alma?

Heaven miró hacia arriba, viendo un mar de llamas que parecía no terminar, pero allí vio una pequeña luz, esta parecía ser la respuesta que tanto estuvo buscando desde su infancia misma.

—¿De qué sirve tener alma cuando sí es que todos a tú alrededor sufren?

Fueron las palabras de Heaven quién se sacó la gorra y la tiró al suelo, extendiendo sus manos hacia la grieta, el dedo que soltaba sangre manchó la frente de Ángel, dicha sangre se secó rápidamente y la voz del más allá volvió a hablar.

—¡Así se habla, mortal!—Declara la voz, mientras Príapo empieza a sudar frío, quizás anticipando lo que sucederá—. Desde ahora, seré tus puños contra el mundo entero, que los dioses, los monstruos, que todos lo sepan, que mí nombre ha sido grabado en tú corazón. Ahora.. dilo, ¡DI EL NOMBRE QUE NOS UNE! ¡DI. MÍ. NOMBRE!

Tal como un cántico, son las palabras que resuenan desde el fondo del alma de Ángel las que le muestran el camino a la luz.

El ángel caído al fuego.

Aquél ángel que pecó por su propia arrogancia.

Traicionando las órdenes de su maestro.

Ese ser siempre ha tenido un sólo nombre.

Y ese fue, es y será. . .

—¡SHEMHAZAI, YO TE NECESITO!

De repente, es un objeto el que aparece en manos del joven.

Tal como Arturo en su leyenda.

—E-e-esa es la espada de..

Y en un instante, Heaven empezó a correr con suma velocidad, tal como un ave libre que volaba sobre todo lo existente, Angel no dudó en empujar a Ridge y a Drew rompiendo las reglas del Devil Game.

En las manos del joven se podía ver una espada increíblemente larga de color rojo que cubría todo el metal como sí fuera un parásito viviente que empezaba desde el mango hasta la punta del acero de dicha espada, el joven entonces la levantó con su brazo izquierdo en solitario y la levantó con toda la fuerza que su cuerpo podía producir, esto causó no sólo que sus huesos hicieran un sobre-esfuerzo fuera de lugar sí no que también la espada atravesó el techo como sí fuera intangible por momentos.

—¡להבה!

Una palabra en algo semejante a.. ¿Hebreo? De un tamaño gigante apareció de repente en el pecho de Príapo cuando el metal cortó desde arriba hacia abajo al monstruo de origen griego, quién pronto empezó a sentir como todo en su cuerpo divino ardía, hasta un punto en el que le salía baba por la boca que sólo se evapora sin más.

De repente, un intenso fuego recorre cada centímetro del cuerpo de Príapo, pero, este en un último intento se lanza al cuerpo de Robert que seguía tirado en el suelo, tomando el control del mismo.

—¡No huirás--!

Cuando Heaven estaba por perseguirlo fue que sintió como todo su cuerpo ardía, cayendo sobre el suelo hincando su rodilla derecha, el chico entonces dejó la espada que antes de tocar el mismo suelo se evaporó en pura ceniza.

Príapo, astuto como de costumbre, huyó del lugar reformando el cuerpo de Robert con sus habilidades divinas, abandonando el torso a medio formar que se quemó hasta no ser más que carne incinerada, dicha carne en segundos desapareció hasta no dejar rastro alguno.

Todos en ese momento preciso cayeron al suelo, o al menos todos menos Hawkins, quién fue el primero en ir a asistir a Heaven.

—¡Oye!

Y pese a que el chico quisiera responder, su vista se puso borrosa, empezando a escuchar peor y cayendo en los abrazos del frío suelo.

Peleaste bien, contratista mortal.. tómate un descanso.

De alguna forma, Heaven agradeció a la voz en su cabeza por eso, siendo su último pensamiento en aquél cuento que su abuelo le había contado de niño.