El Principado de Andorra estaba en entre la frontera de Francia y España.
Esta micronación conocida por su turismo y cuya población era baja en este momento se había convertido en una zona de guerra.
Los edificios estaban destruidos en algunas partes de la ciudad y en otras el humo se elevaba mientras el fuego quemaba las casas.
En medio de la calle había un conflicto desordenado de tropas españolas y francesas luchando de manera caótica.
Era difícil precisar de qué lado estaban cuando prácticamente las tropas españolas rebeldes tenían un equipo similar a los militares leales españoles.
Luego, del otro lado sucedía lo mismo con las tropas francesas divididas entre los 'rebeldes' que estaban al mando del presidente y el ejército leal al 'pueblo'.
Sin embargo, había una forma fácil de descubrir quién era quien.
"¡Maten a todos!"
"¡Bastardos!"
"¡Ríndanse o mueran!"
Los usuarios de habilidades estaban en medio de la calle mientras recibían los disparos de los soldados españoles.
Un escudero de rango S había extendido una capa que repelía cualquier ataque a distancia, incluyendo los disparos de un tanque ligero en control de los españoles.
A su lado estaban dos luchadores y tres magos, que lanzaron sus hechizos.
Serpientes de fuego volaron por el cielo, explotando edificios y casas en donde estaban resguardadas las tropas.
Luego rocas enormes volaron golpeando el tanque ligero y entonces la tierra se levantó, queriendo girarlo.
Los soldados rebeldes de España se movieron para aplastar al ejército leal de España y como estos últimos tenían menos usuarios de habilidades, retrocedieron.
Perdían terreno lentamente, pero desgastaban tanto a los usuarios de habilidades como a los soldados rebeldes y más importante… Impedían que ellos se juntaran con las tropas francesas que estaban al otro lado de la ciudad.
Si las fuerzas se unían ellos podrían reagruparse y si bien era un pequeño equipo, los conflictos estaban sucediendo en diferentes partes de muchos países y nadie quería que los grupos rebeldes se reagruparan.
Antón, que observaba todo, no estaba simplemente reflexionando sobre este conflicto tan desordenado, sino que estaba descubriendo quien era quien.
Los soldados de los ejércitos llevaban el mismo uniforme y equipo, lo que significaba que si se descuidaba podía terminar causando problemas para el lado incorrecto.
Al preparar el modo que se movería observó a su equipo que estaba a su lado.
Antón estaba en lo alto de la ciudad, mirando desde el cielo, oculto a los ojos las personas de la ciudad, y con él estaban varios paladines liderados por el paladín Claus.
"Señor, ya hemos asegurado a los civiles y liberado terreno." Reveló Claus en un tono serio.
"Perfecto. Detengan esta batalla sin sentido. Ordena que se rindan y si no obedecen ustedes tienen permiso para responder como crean necesario." Ordenó Antón y los paladios se movieron a diferentes partes de la ciudad.
Entonces él mismo descendió en medio de la calle en donde ambos grupos luchaban entre ellos.
*Boom*
Antón al caer creó un cráter y levantó una nube de polvo tan alta que detuvo la batalla y él respiró hondo.
Su cuerpo reaccionó instintivamente a la batalla y sus músculos se tensaron mientras que él se preparaba.
"Detengan la…"
*BOOM*
Un mago lanzó una bola de fuego justo en el momento que él estaba por hablar y Antón dio un puñetazo instintivo, creando una onda expansiva que destruyó tanto el hechizo como el suelo.
La fuerza del puño era tan intensa que arrasó cerca de doscientos metros destruyendo la mayor parte de la calle.
Estos bastardos querían una muestra de poder y él se las dio.
"Solamente ordenaré una vez." Dijo Antón al observarlos a todos.
Sintió el miedo de esos idiotas y ahora reconocieron quien era y la fuerza que tenía… Para él eso era lo mejor.
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En una plaza en el centro de París estaba un campamento militar y Agatha observó a la gente que llegaba.
El Presidente Fabien había intentado hacerse con todo el poder y lo hizo usando la fuerza, pero falló y ahora los opositores se reunieron en un frente.
Al igual que reunieron el ejército y los más leales al país para hacer frente a este tirano.
Si bien el actual presidente en las elecciones tuvo la mayoría, nadie sabía si fue una elección honesta o arreglada, pero lo que estaba claro era que ese presidente buscaba el poder y estaba dispuesto a todo para lograrlo.
"El Presidente Fabien ha huido al sur. Quizás quiera reunirse con los que son leales a él. Sus militares se están moviendo."
"¿Podemos enviar tropas?"
"No, nuestras tropas están apoyando a los soldados leales en España y en la frontera en Italia."
"La iglesia del Orden ha arreglado las cosas en Alemania, ellos están dispuestos a enviar apoyo militar."
"La Ciudad Atlántida y la Empresa Cosmos ha aceptado encargarse de las fuerzas navales."
Ella estaba en el centro del campamento y estaba escuchando la reunión de los militares, quienes se organizaban a un nivel agudo.
La mayoría de las naciones europeas estaban en un estado de guerra y los militares estaban tratando de traer calma.
También limpiar sus nombres, ya que prácticamente parte de los militares que estaban en el ejército rebelde de cada nación eran parte de los mismos militares.
En Francia era más intenso y el presidente Fabien controló parte del ejército y lo había estado usando para apoyar a los rebeldes de otras naciones.
Incluso fueron por una ciudad en medio del mar… Agatha esperó en calma sin moverse.
"Señor, hemos recibido noticias de nuestra gente en Andorra. Gracias a la intervención del Gigante de Acero y la Iglesia del Tiempo y el Espacio hemos logrado estabilizar la zona."
"Las tropas rebeldes en la provincia de Bretaña fueron controladas por la Reina Margaret. Ella pregunta si necesita que mueva a su gente a otra parte."
"Los países escandinavos y varios gremios están dispuestos a apoyar. Dicen que pueden venir con la Empresa Apicius que ofrecerá suministro."
Las noticias continuaron de manera incesante.
Desde naciones enteras moviéndose, queriendo apoyar y enviar a su gente para detener el conflicto o incluso gremios, empresas y héroes estaban apareciendo.
Que se revelara el complot de las personas que se ocultaba fue sorprendente, pero la razón por la cual las autoridades se movieron no fue a causa de esa sorpresa, sino que otra razón.
Ayudó a que la organización que antes se movió secretamente empezara a cometer errores… Como si la nueva administración quisiera que los planes fallaran.
Agatha podía ver las ondas ocultas y como alguien movía los hilos de todo lo que sucedía.
—Simplemente, los alenté a que se unieran. Las naciones, por si solas no lograran nada, necesitan unirse y dejar de competir entre naciones.
Las naciones europeas antes de que esto sucediera estaban compitiendo para ver quien tenía más usuarios de habilidades o quien reunía la mayoría de los gremios, siempre con la idea de proteger sus propios intereses.
Era normal y estaba bien, pero el mundo había cambiado y el Gran Cataclismo no solamente afecto a una nación, sino que al mundo.
Los lunáticos y jugadores no tenían fronteras y podían ser un peligro incluso para las naciones más fuertes.
Así que tenía sentido que se unieran.
—Tampoco estoy pidiendo demasiado. Quiero que al menos estén unidos para que cuando otro Dios intente descender no lo logre fácilmente… Como ahora.
La organización que estuvo detrás de este conflicto buscaba que un dios descendiera y si Agatha era sincera… Ella ni siquiera lo vio venir.
No, prácticamente nadie lo había visto venir, no de esta manera tan repentina y alarmante.
Fue durante la guerra civil estadounidense que las iglesias se enfrentaron a nuevas sectas y ahora el mundo se enfrentó a una calamidad inimaginable.
Y solamente aquellos que estaban al mando de la nación o que tenían mayor autoridad sabían la verdad.
Ahora esas mismas personas estaban organizándose y apoyándose entre ellos para unirse y en caso de que en el futuro sucediera lo mismo, responderían juntos.
Como una nación unida.
Agatha que estaba cruzándose de brazos, simplemente presenció como todo se organizaba y luego el opositor del presidente Fabien se acercó.
Era el hombre a cargo de todo en Francia de manera temporal y probablemente se convertiría en el presidente cuando las elecciones volvieran.
"¿Su Excelencia Agatha podemos hablar?" Preguntó el hombre señalando una carpa.
Agatha siguió al hombre en silencio.
Era un hombre mayor en sus cincuenta y tantos, que llevaba una expresión seria y estoica digna de aquel que estaba haciendo frente a este desastre.
Al entrar a la carpa, Agatha vio como el hombre iniciaba una proyección con diferentes autoridades de Francia y luego de otras naciones.
"Luego de esto estamos pensando crear una nación y queremos usar a dioses para las regulaciones. Es por eso que hemos decidido buscar ayuda de la Iglesia del Tiempo y el Espacio y nos recomendaron que viniéramos a usted." Dijo el hombre con un tono serio.
¿Quién dio la recomendación fue su nuera?
Ellos ya se estaban preparando para el futuro y desde este momento las naciones se estaban movilizando de tal manera que creaba cierto sentido de unidad entre los europeos.
Era ese sentido de unidad el que utilizarían para cuando oficialmente se unieran en una nación… Una Europa Unida.
Que buscaran utilizar contratos con dioses dejaba en claro que no querían que algunos ascendieran a los puestos e hicieran lo que quisieran similar al Presidente Fabien.
Y el Dios del Tiempo y el Espacio, que era conocido por la neutralidad e indiferencia, era el mejor para cumplir la tarea.
Agatha observó a la gente y asintió.
"Puedo ayudarlos." Respondió decididamente.
Le gustaba que hubiera paz en estas tierras y era bueno tanto para su hija, que estaba estudiando en Inglaterra como para la iglesia, que buscaba una base fuerte con la cual asentarse.
También que viniera a ella era un excelente método para que la Iglesia del Tiempo y el Espacio aumentara su autoridad y de esa forma la influencia de la iglesia crecería al igual que su poder.
Y todo fue armado por una sola persona… Una Deidad.