El Plano Astral era de un color púrpura ilimitado y sin fin que se extendía hasta el límite de la visión.
El color púrpura no era tan fuerte como para interferir en la visión, sino que un color púrpura traslúcido, dando la impresión de que era una neblina púrpura.
Sutil y misteriosa, Clémentine que volaba en la cabeza del Fénix, observaba con cautela y atención.
Era curioso como ella con su cuerpo físico podía mantenerse en este mundo en donde la mente lo era todo… En este mundo en donde vestigios de eras pasadas quedaban como recuerdos, ella podía interactuar con lo que la rodeaba.
Ser una viajera no significaba simplemente entrar al Plano Astral, sino que interactuar con el plano y con lo que se encontraba en el interior.
Clémentine observó estructuras misteriosas a la deriva en este mundo púrpura, flotando por su cabeza o a su lado.
El fénix voló entre palacios misteriosos y extraños, cruzó cascadas de energía púrpura e incluso alejo pesadillas que superaban las que aparecían en la tierra.
Y ahora estaba volando en medio de múltiples ruinas y estructuras misteriosas.
Las estructuras eran edificios y era el diseño lo que llamaba la atención.
No eran antiguos palacios o estructuras de eras pasadas que ella reconocía de la tierra, sino que estructuras cuyos diseños eran extravagantes.
Algunos edificios eran largos como serpientes extendiéndose al horizonte, otros edificios cuadrados como si alguien apilara cubos y luego un palacio de espejos que reflejaban apariencia de los antiguos vestigios que se ocultaban.
Y lo que le había llamado más la atención... Estructuras en donde se podían sentir la presencia de seres mentales.
No eran pesadillas como en la tierra, era similar a las ondas mentales que daban seres vivos y Clémentine trató de sentir las presencias y el fénix voló acercándose a la fuente de esa energía.
La estructura era un diamante con la forma de un triángulo y entre más el fénix se acercaba, ella más podía ver los detalles.
Desde lejos se había visto pequeño, pero una vez que se acercó, ella entendió que el tamaño iba más allá de los cientos de metros.
La forma era triangular, brillante y resplandeciente como un diamante, y al acercarse aún más, Clémentine trató de observar por el reflejo del diamante y su mente captó los vestigios mentales que atravesaban la estructura.
"…"
Vio una civilización de criaturas de diamantes en una era industrial y vio a los psiónicos de ese mundo en una torre de diamante que protegía al mundo de los vestigios del Plano Astral.
Clémentine al alejarse quedó de boca abierta.
Antes había visto figuras moviéndose, pero nunca tan cerca como ahora, y la sola idea la dejó atónita, pero no pudo resistirse a preguntar para asegurar la verdad.
"Ese…"
"Es un mundo." Respondió el Fénix. "Un mundo del vasto universo en donde la tierra existe."
Clémentine al escuchar las palabras que evidenciaba la magnitud de una existencia mayor de la que ella imaginaba, quedo en silencio.
Los jugadores fueron a Terra nova y en cierta forma, la idea de que había otros universos con vida inteligencia era comprensible, pero vida alienígena en este universo era curiosamente extraña.
"Las mentes de aquellos seres psiónicos tocan el velo, aunque muy pocos logran viajar como tú." Dijo el fénix y aleteando de vuelta, extendió una oleada de fuego púrpura que purificó el diamante y luego siguió volando. "Los humanos no son los únicos seres de este universo. Creo que ya te deberías haber dado cuenta con los portales abismales. Después de todo, esos portales llevan a otro mundo."
Los Portales Abismales llevaban a otro mundo, en donde razas o a veces civilizaciones se encontraban y eran mundos en donde había problemas o estaban cerca de la destrucción.
Sin embargo, un asunto era reconocer que iba a otros mundos y otro muy diferente era darse cuenta de que esos mundos pertenecían al mismo universo.
Tal realización era inimaginablemente sorprendente para Clémentine.
"Hay civilizaciones en este vasto Plano Astral que pueden interactuar entre ellos. Seres de la mente que han avanzado más que los humanos. Al menos en lo mental. Algunos agresivos, otros pacíficos y curiosos. La magnitud de las civilizaciones es extensa." Dijo el Fénix aleteando con tranquilidad.
"Es un universo…" Murmuró Clémentine.
Era un universo tan vasto que no sabía lo que ella podría encontrarse y al igual que antes una de esas estructuras gigantescas podía ser la entrada a mundos como la tierra… Y ella podía entrar.
Sintió instintivamente que ella había podido entrar a esos mundos e incluso si estaba protegido como ese diamante triangular, ella sintió que podía haber entrado por una pequeña grieta y si cruzaba esa barrera, habría llegado a un nuevo mundo.
¿Qué tan loca era esa idea? Era localmente emocionante.
Aquí, en este vasto plano de mentes reunidas y entradas a mundos, alguien como ella podía viajar de un lado a otro y adentrarse a mundos para explorar.
La tierra era minúscula en tamaño.
Clémentine controló su respiración emocionada y luego observó hacia arriba a lo lejos en donde se podía ver un velo más profundo y misterioso.
Un velo que cubría todo lo demás y que era tan extenso como misterioso… Un velo que llevaba a un 'reino' superior.
Si este plano astral conectaba a todas las mentes del universo y sus mundos, entonces aquel que estaba más allá era un reino que conectaba a todos los universos y seres de incalculable poder.
"Detrás de ese velo se encuentra el camino para cruzar universos. Sería lo que el Vacío es para los magos, solamente de la mente. Un Reino Astral que conecta los universos en el que viven seres que han trascendido." Explicó el Fénix y luego, mientras volaba, añadió. "Aunque no debería involucrarte con esos temas. Son niveles superiores a ti. Deberías concentrarte en la tarea que tenemos a mano."
Clémentine pudo entender a lo que se refería.
El Vacío para muchos era el espacio que estaba entre los universos y en esa zona se encontraban distintos seres de gran poder.
Se decía que los rangos SSS apenas podían sobrevivir en el Vacío y tan solo ese hecho dejaba ver el peligro.
Así que era normal que en ese supuesto Reino Astral se encontraran seres de un poder mayor del que ella imaginaba.
Aunque fueron las últimas palabras la que la atrajeron.
"¿Y cuál es la tarea?" Preguntó Clémentine sin resistir la curiosidad.
El fénix no le había explicado cuál era la tarea que estaban por hacer y si bien le dijo que iban a viajar a otro mundo, no le dijo para qué era.
Fenghuang parecía mantener cierta confidencialidad y no le contó los detalles aparte de viajar a otro mundo.
"Iremos al mundo del Octavo Portal Abismal. Agatha me pidió que investigara la muerte del Director Vincent." Reveló Fenghuang en un tono claro.
Clémentine simplemente no supo cómo responder.
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Un desierto ilimitado en donde el viento levantaba el polvo y lo elevaba en el aire.
El calor en esta parte era alto y Érica que estaba sentada al borde de un acantilado, podía sentirlo pese a que su túnica tenía modificaciones para controlar la temperatura.
Y, aun así, a veces ella era sofocada por ese intenso calor.
Habían pasado unos días en el Undécimo Portal Abismal y este mundo era vasto, caluroso y con múltiples peligros locales en el desierto.
Érica bajó la mirada y leyó las notas del libro, mientras que su mente trabajaba y organizaba el hechizo del lancero de hielo.
Seguía estancada y cualquier lancero de hielo que creara con un núcleo explotaría al iniciar y el defecto siempre era en la cabeza.
Había un fallo en la conexión interna y ella tenía que arreglarlo modificando el hechizo y, por ende, modificar el lancero de hielo una vez que se manifestara.
Las notas en sus manos eran de magia de curación y hablaba de las venas en el cuerpo humano y estaba chocando con un muro que no podía atravesar.
Ese era el problema con hechizos de este tipo… Eran imposibles de diseñar usando una sola magia y por eso los grandes magos llevaban el título de archimago.
Magos reconocidos por el conocimiento que iba más allá del elemento y la magia en la cual se especializaban.
Y para ella que se centró en la magia de hielo la mayor parte de su juventud, buscando convertirse en una maga de guerra, esto era un muro que necesitaba cruzar estudiando.
"Si muevo el núcleo... No, el cerebro tiene que ser el centro. O si… No…"
Ella empezó a murmurar en voz baja.
Hoy no era el turno, su guardia y más tarde le tocaba explorar este mundo buscando cualquier señal a donde dirigirse primero.
Como todos ya estaban reunidos, el principal problema era descubrir en donde estaba el portal abismal y si seguían lo que sucedió en las otras expediciones, entonces buscar algún rastro de la civilización de este mundo.
Leyendo la nota y viendo la figura humana dibujada, Érica volvió a concentrarse en su hechizo y…
"¿Es para tu hechizo? Supongo que debes tener dificultades para hacer que tu hechizo utilice la energía mágica del núcleo…"
Una voz sonó a su espalda y Érica se giró de inmediato cerrando el libro de notas y para su sorpresa, quien estaba atrás no era una persona, sino que una mariposa.
Era grande de varios centímetros y silenciosa, lo suficiente para que ella no lo notara y era imposible no reconocer a la Directora Meredith que usaba la mariposa.
Según esa mujer utilizaba alguna clase de mente colmena de Terra nova y al transformarse parcialmente podía hacer uso de exploradores como estas mariposas mientras ella los controlaba.
"Si… He tenido problemas." Respondió Érica guardando el libro en su anillo y observándola, preguntó. "¿Es mi turno para explorar?"
Las notas no eran simples… Y quien las escribió tampoco, así que no quería revelar demasiado.
Incluso si revelar las notas significaba que alguien la podría ayudar.
La mariposa simplemente flotó en el aire a su alrededor y luego vino una risa.
"No, no es tu turno. Hemos encontrado rastros de la civilización de este mundo y es hora de seguirlos para ver qué sucede." Dijo la mujer antes de volar al centro del campamento.
Ellos actualmente estaban en una zona montañosa cerca del desierto y Érica siguió a la mariposa centrándose en la misión.
Ella había visto estructuras antiguas y si bien suponía que en este mundo existía una civilización, desconocía si todavía seguían vivos.
Así que seguían explorando, no obstante, ahora tenían una pista segura.
Érica caminó por la montaña y se dirigió al centro del campamento, notando que todos los miembros de la expedición estaban presentes.
En el centro estaba Meredith llevando una túnica ligeramente reveladora y que seguramente ayudaba a superar este intenso calor.
Varias mariposas volaban alrededor de la mujer y luego entraron por la manga de la túnica, desapareciendo totalmente.
"Como les dije hemos encontrado rastros de la civilización. No lo he visto directamente, pero tenemos rastros a los cuales seguir. Esperemos que nos dirijan al portal." Dijo Meredith y sonriendo, añadió. "Solo recuerden. Pueden mantener relaciones sexuales con los nativos, pero no sean idiotas y se enamoren estúpidamente. No importa cuán experimentados ellos sean en la cama, en la tierra pueden conseguir algo mejor."
¿Era una broma? Érica vio como la maga de luz Sasha se avergonzaba mientras que sus compañeros masculinos tosían desesperadamente.
Ella había escuchado de Akira como la gente tuvo relaciones con la raza que estuvo en el Duodécimo Portal y si era sincera, esperaba que no sucediera lo mismo en estas tierras.
No había peor cosa que compañeros estúpidos que se dejaran llevar por sus instintos.
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En la oficina de la Asociación de Héroes en Rumania, Edward leyó varios documentos mientras que proyectada estaba Aurora observando.
Ella le acababa de trasmitir lo que sucedía en la zona satélite y se lo había dado a él para que pudiera hacer uso de ello.
"¿Y qué tal? ¿Crees que puedes hacer algo?" Preguntó Aurora cuidadosamente.
Ella no quería que él se metiera en problemas o hiciera algo excesivo y Edward sonrió.
En su mente vinieron varias ideas sobre qué hacer para obtener beneficio de lo que sucedía y la mejor forma de sacar provecho mientras también estaba pensando cómo ayudar a Aurora.
"Sí. Puedo hacer algo. Solo necesito tiempo. Quiero encontrar quienes están detrás de ellos. Supongo que no es la primera vez que sucede y que sigan allí, es un problema." Respondió Edward en calma.
Primero necesitaba investigar lo que sucedía en la zona satélite, verificar quien era el superior de ellos entre los altos mandos y luego, una vez que preparara su mano, respondería con todas las fuerzas.
Héroes que recibían un soborno o que compraban sus títulos y puestos como estos merecían ser sacados completamente de la organización y quitarle totalmente el título de héroes.
Ellos ensuciaban el verdadero significado de héroes, pero eso era bueno para Edward.
Si el gremio de héroes se metía en más problemas y tenía una peor imagen, más resaltaba la asociación de héroes que él estaba formando.
Y esto era perfecto.
Sin embargo, primero necesitaba investigar y prepararse antes de moverse de manera descuidada.
"Está bien. Nosotros también estamos investigando para encargarnos de algunas organizaciones criminales." Respondió Aurora y viendo la hora, murmuró. "Si me disculpas, debo retirarme. Alice quiere visitar la ciudad."
Edward se despidió y cuando la llamada terminó todo quedo en silencio.
A él no le molestó que Aurora le pidiera un favor, sino que todo lo contrario y era agradable, que la joven confiara tan abiertamente en él y le pidiera ayuda… Algo que Aurora muy pocas veces hacía.
Ella no era de pedir ayuda, al menos no tan abiertamente como ahora, pero aquí estaba pidiendo ayuda y a la vez estaba trabajando en muchas cosas al mismo tiempo.
Antes se involucró en eventos en Turquía, luego el portal y ahora ella estaba trabajando en la zona satélite… Aurora cada vez avanzaba más y si antes estaba caminando, en este momento estaba corriendo.
Edward se quedó mirando la pared de la oficina, sintiendo que él se estaba quedando atrás.
Muy atrás.