Historia Paralela La Caída Capítulo 74: Suficiente.

Junio del año 2040.

Aurora al salir de los portales de la iglesia de la Ciudad de Jerusalén se estiró adolorida.

Ella estaba usando su máscara y estaba disfrazada, así que no le importó las miradas tan recurrentes de todos los creyentes que venían a la Iglesia del Tiempo y el Espacio.

Habían pasado varios meses desde la Calamidad No-Muerta y las autoridades al retirarse terminaron iniciando un éxodo a gran escala en la que ella participó y se hizo conocida.

No todos los días veían una joven guapa de rango S, ¿no?

Aurora se rio por sus pensamientos y bajó por las escaleras del templo.

Al llegar a la calle, ella volvió a bostezar otra vez y esperó que un taxi pasara por la calle.

Luego de ayudar a las caravanas en el éxodo, ella tuvo que volver a la escuela y a la vez entrenar con su maestro y en este punto seguía entrenando. Su maestro prácticamente quería perfeccionar sus habilidades para que ella pudiera enfrentarse a todo tipo de enemigos, incluyendo los humanos, y ella estaba exhausta.

"Espero que mi hermana esté disfrutando su día." Murmuró Aurora al distraerse a ver dos niños jugando.

Alice no vino a acompañarla y no lo hizo, porque su hermana estaba 'entrenando' para fortalecerse. Su hermana fue afectada durante ese día que ella se enfrentó a la mujer de los hilos y le pidió ayuda a su madre para ascender de rango.

Aurora no quería forzar que Alice hiciera algo que no le gustara, pero como su hermana estaba tan decidida, la dejó estar. En parte se relajó, ya que el entrenamiento también incluía cenas y almuerzos suntuosos en varias partes del mundo.

Ya fuera si su hermana quería ascender por ella o por la comida, Aurora estaba contenta.

"¡Taxi!" Ella llamó un taxi y cuando notó a uno disponible y al mismo momento vio de reojo varios periodistas saliendo del café del frente de la iglesia y esos periodistas se acercaron corriendo a ella.

"¡¿Primera Heroína nos puede decir tu edad?!"

"¿Tienes padres?"

"¿A cuántas personas has asesinado?"

Cerca de diez periodistas se acercaron empujando los micrófonos, teléfonos y las cámaras a su rostro y Aurora, que fue emboscada, retrocedió con sorpresa sin saber cómo reaccionar.

"¿Por qué ayudas a la gente?"

"¿Sabes que es ilegal llevar una máscara?"

"¿Has dejado la escuela?"

Los periodistas fueron tan incesantes con sus preguntas que ella fue empujada en contra de la pared y frunció el ceño al escuchar algunas preguntas.

"No he dejado la escuela…" Murmuró Aurora a la última pregunta que escuchó.

Su respuesta causó una conmoción, ya que los periodistas se empujaron entre ellos gritando sus preguntas en voz alta.

"¡¿Entones eres menor de edad?!"

"¿Tus padres son irresponsables?!"

"¿Crees que eres apta para proteger a las personas?"

"¿Entiendes a lo que te enfrentas?"

"¡Tus acciones ha incentivado a cientos de miles de adolescentes en las redes! ¡Si ellos mueren, su sangre estará en tus manos!"

Todas las preguntas se centraron en su edad, gritándola en su cara, cuestionando a sus padres, a ella y Aurora no supo qué responder.

¿Sangre? ¿De quién?

"¡Suficiente!"

Una voz poderosa sonó desde las escaleras a la iglesia y una presencia se extendió volviendo a los periodistas pálidos y ellos retrocedieron.

"Somos periodistas y…"

El anciano Karsten miró fijamente al periodista que estaba por hablar, pero la presencia, seriedad y frialdad de la mirada del anciano provocó que el periodista se volviera pálido.

"Ustedes son sanguijuelas amarillistas. Váyanse antes de que me enfade." Ordenó el anciano y su voz estricta de un militar veterano llevó a que los periodistas obedecieran.

Aurora al ver a los periodistas pálidos se relajó un momento y mirando al anciano se inclinó.

"Gracias por su ayuda." Exclamó ella de manera honesta.

Fue horrible que la emboscaran de esa manera… Aurora había visto películas en donde los periodistas se abalanzaban a famosos como sabuesos, pero no esperaba que la emboscaran de esta manera.

¡Y ella ni siquiera tuvo la oportunidad de responder!

Así que estaba agradecida del anciano Karsten y de que ella tuviera una máscara que ocultara, su expresión.

El anciano Karsten la miró durante unos segundos y luego suspiró.

"¿No tienes redes sociales?" Preguntó el anciano y cuando ella agitó la cabeza, murmuró. "Incluso yo con mi edad tengo red social. De todas formas, no le hagas caso. Ha habido un artículo de ti que ha causado revuelo."

Ella tenía doce años y no usaba red social porque con la única persona que se comunicaba era su hermana, Amber, Nadia o Selim y los demás niños del orfanato al cual ella había querido visitar, pero con ellos hablaba por medio del reloj holográfico.

¿Qué cosa estaban diciendo de ella? Aurora parpadeó sin entender y tuvo curiosidad.

"No lo pienses. Y deja de usar taxis. Si deseas que alguien te lleve pídelo a alguien de la iglesia." Dijo el anciano en calma.

"No quería molestar." Respondió Aurora y…

"Solamente estás pidiendo que te lleven, no que te construyan una casa." Replicó el anciano con un suspiro y usando su reloj holográfico para pedir un auto, esperaron un momento y cuando el auto se acercó, el anciano la volvió a mirar. "A veces las personas hablarán. Criticarán y se quejaran de tus acciones o de ti. No les creas. Lo que haces es increíble."

Aurora recibió la expresión seria del anciano y ella se tensó, ya que su mente había estado pensando en la razón por la cual los periodistas la interceptaron de esa manera.

Ella entendía que era joven y que algunos dudaban de ella, pero sentía que la comparaban negativamente con el pasado.

Los adultos de la vieja generación mantenían sus viejos valores y creían que los niños eran débiles o que no eran capaces. Pensaban que la nueva generación era similar a ellos, pero no podían estar más que equivocados.

"Gracias por el consejo." Respondió Aurora al inclinarse de vuelta y dándole un pulgar en alto, exclamó. "¡Y felicidades por su ascenso y su nuevo cargo!"

El anciano Karsten soltó una risa y con un agradecimiento la despidió. Ese hombre dirigió muchas caravanas y fue seleccionado como el jefe de la Orden del Espacio de la Ciudad Jerusalén y fue un gran ascenso.

Aurora al entrar al auto saludó a la sacerdotisa y luego de pedir que condujera al orfanato de la iglesia, suspiró recostarse en el asiento.

Su estado relajado duró un segundo y ella abrió su reloj holográfico y buscó en los diarios noticias de ella y su expresión cambio a leer las notas sobre ella.

Un periodista de guerra que había cubierto la Calamidad No-Muerta había publicado un artículo de ella y había investigado su pasado y a la vez entrevistado a muchas personas que la conocieron.

La nota periodista incluía su aparición en el incendio de Bangkok y lo que sucedió en el desborde que terminó con la muerte del rango SS del nuevo Imperio que había surgido en esas tierras.

Sin embargo, el periodista fue más allá y descubrió que ella había estado participando en varias mazmorras y también incluía su participación en Egipto y el número de caravanas en la cual había acompañado.

"La Primera Heroína." Murmuró Aurora al terminar de leer.

Tal era el título de artículo y también el final. El periodista no dio sus suposiciones de edad, sino que obtuvo entrevistas de personas que ella había ayudado y llevó a la conclusión de que ella era menor, lo que significaba que era parte de los jóvenes que fueron afectados por la energía mágica.

Era cierto, en parte, aunque se equivocaba al dar la idea de que ella nació antes del Gran Cataclismo debido a que ella nació durante el Gran Cataclismo, pero la idea general quedó y su título que había surgido durante el incendio de Bangkok se extendió y el artículo fue difundido por todas partes.

Todo inicio en las redes, luego noticieros y en este punto todos hablaban de ella.

"Es sorprendente." Murmuró Aurora en voz baja.

No le importó que la sacerdotisa la mirara por el retrovisor, ella continuó mirando y entendió el consejo del anciano Karsten.

Los comentarios en las redes se definían en dos clases. Los primeros eran personas mayores que cuestionaban su capacidad, y su idoneidad para el trabajo. Dudaban de su fuerza de rango S, pero mayor que todo, cuestionaban si ella era capaz de lidiar con todo lo que significaba ser una heroína de alto rango.

También hablaron muy mal de sus padres, cuestionándolos a ellos por dejarla salir y también hicieron lo mismo con las autoridades que no la detenían y ellos prácticamente criticaban todo y no fueron muy amables en sus comentarios.

Los segundos eran la nueva generación que estaban emocionados por ella, su fuerza, historial y capacidad general y entre ellos eran los jóvenes usuarios de habilidades quienes la apoyaban con mayor énfasis. Existían individuos entre los jóvenes que no le agradaba, pero la mayoría de los usuarios de habilidades nueva generación la apoyaba y muchos mostraban que querían imitarla.

¿Los adultos se equivocaban o estaba en lo correcto? Aurora desde hace tiempo se dio cuenta de que ella era diferente a sus compañeros y esa diferencia era mayor en talento.

La forma que ella asimilaba la energía mágica era incomparable a la de sus compañeros, pero también era diferente con su sistema y ese espacio ilimitado. Allí ella había pasado gran parte de su tiempo.

Sus entrenamientos duraban horas y a veces días en este mundo, pero del otro lado, como el tiempo era diferente, probablemente habían pasado meses y si contaba todo su tiempo que pasaba allí, podían ser años.

"Estamos por llegar."

El aviso de la sacerdotisa hizo que ella suspirara y mirara las calles y la gente. Estaba apartado de la ciudad lejos del centro y en esta zona las casas estaban siendo construidas rápidamente.

Negocios nuevos, tiendas, niños jugando en los patios y adultos caminando por la calle.

Ella miró a un edificio espacioso enrejado y sonrió al ver que en la entrada estaban Nadia, Selim y Amber esperándola.

Al verlos a ellos, esa duda de si los que hablaban mal de ella tenían razón desapareció por completo y ella agradeció a la sacerdotisa que lo trajo y al salir sonrió.

"¿Me estaban esperando?" Preguntó y vio que sus compañeros sonreían al verla.

Ella no había podido a salvar a todas las personas que había querido, pero aportó su grano de arena y salvó a varios y para ella era suficiente.