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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Fantasy
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982 Chs

Al igual que ellos.

Un pequeño pueblo al noroeste de los Restos de Turquía estaba en silencio.

En este pueblo que probablemente vivieron alrededor de cien familias estaba en la actualidad abandonado. Casas viejas, maltrechas y algunas derrumbadas.

La naturaleza de los alrededores de esta zona montañosa se había extendido, recuperado parte de estas tierras y en este sitio no quedaba nadie.

Aurora, que estaba mirando oculta desde el interior de una casa abandonada, nunca habría imaginado que aquí bajo tierra se encontraba una sucursal de la Sociedad de Asesinos.

"¿Detectas algo?" Preguntó Aurora de reojo dándose cuenta de que Alice estaba enviando mensaje y luego miró a Abdellah que la había traído.

Ese hombre las teletransportó desde Zerzura y lo trajo a estas tierras y la ayudó a llegar con rapidez.

Abdellah siempre tenía una expresión solemne y fría, dando la impresión de ser un mago distante y esta vez tal impresión era mayor. La atmosfera a su alrededor y el espacio retorciéndose por su aura contenida mostraba más de lo que él quería dejar ver.

¿Había ascendido?

Muy pocos magos podían mover espacialmente miles de kilómetros sin preparativos previos y Abdellah lo había logrado llevando a que Aurora se preguntara si él había dado ese paso.

A su mente vino el nombre de la Empresa Apicius y las comidas tan especiales que preparaba, pero ella se concentró en la tarea que tenía en manos.

"Sí. Hay una estructura bajo tierra. Altamente protegida con barreras." Respondió Abdellah en calma.

Los sentidos espaciales del hombre estaban a un nivel en el que ella tendría dificultades de llegar y tal hecho mostraba que era fuerte.

"Bien. Esperemos que él esté allí dentro." Murmuró Aurora y recordando el informe que le dio Alice, agregó. "Lo estará si todo es correcto."

El alto mando del gremio que se ocultaba en esta sucursal era un reconocido asesino denominado 'Lágrima Azul'. Un mago de agua de rango S, antiguo jugador prestigioso y alguien con bastante dinero.

Según las fuentes de Alice, ese individuo era uno de los miembros de mayor rango en la Sociedad de Asesinos y ese era el objetivo de ella.

"No podemos esperar más." Dijo Aurora sacando una nueva espada de entrenamiento.

Se lo estaba diciendo a Alice que estaba usando el reloj holográfico para enviar mensajes a Hermes-Mercurio.

Aurora quería terminar con todo rápido y lo quería porque en este momento apenas podía contener la ira que amenazaba con abrumarla.

Contuvo su presencia para evitar ser detectada lo mejor que pudo, pero estaba demasiado enojada y quería capturar a ese individuo y ver si era uno de los que la quería eliminar o no.

"Lo sé. Estoy entrando a la Sociedad de Héroes en este momento." Respondió Alice y mirándola, agregó. "Evitaré que escape mientras te encargas de los demás."

Aurora asintió al darse cuenta de que su hermana era confiable y en vez de salir, miró a Abdellah.

"No necesitas luchar. Ayúdanos a evitar los del interior huyan y también ayúdame a extender mi voz." Pidió Aurora en calma.

Su hermana iba a buscar en secreto al miembro importante de la sociedad, pero ella quería enviar un mensaje. Uno que advirtiera de lo que sucedería si alguien se metía con lo que ella protegía.

Abdellah asintió en silencio y sacando un bastón lo clavó en el suelo y Aurora sintió una onda extendiéndose a lo lejos y sellando el área. Fue de tal manera que ella al tratar de usar su reloj holográfico se dio cuenta de que no funcionaba y fue lo mismo con los cristales de comunicación.

Aurora escuchó ruidos y vio como una entrada subterránea se revelaba en el centro de la plaza de este pueblo y varios individuos salían para ver lo que sucedía.

Ella hizo una señal para que sus compañeros se quedaran ocultos y ella salió por la puerta caminando hacia la plaza y desenvainó su espada.

Las sucursales de la Sociedad de Asesinos era un área en donde varios asesinos se reunían y aceptaban pedidos e incluso donde los clientes realizaban sus pedidos, y esta sucursal en particular había sido activa, ya que salieron muchas personas.

Varios de ellos usaban capuchas, artefactos o sus habilidades para ocultarse y los otros revelaban sus rostros abiertamente.

Hombres y mujeres. Un par de ellos tenían su edad, pero la mayoría eran personas de mayor edad, incluyendo varios ancianos.

Aurora al ser detectada sintió las miradas y los asesinos más hábiles sacaron sus armas de inmediato, dándose cuenta de la sed de sangre que ella emanaba.

"Bajen sus armas, ríndanse y entreguen al asesino conocido como Lágrima Azul. Si lo hacen les perdonaré la vida." Anunció en voz baja.

Ella dio su anuncio en calma, pero en el fondo la sed de sangre que emanaba estaba imbuida en su voz que gracias a Abdellah se extendió a todas partes, atravesando el suelo y posiblemente llegando a aquellos que se ocultaban.

Los asesinos y clientes se miraron y Aurora vio que algunos se alejaban queriendo tomar distancia para ver lo que sucedería sin querer luchar.

"Soy el dueño de esta sucursal y puedo asegurarte que aquí no hay nadie con ese título." Dijo un anciano de una larga barba negra al reconocerla.

"¡Vamos viejo! ¿Por qué está asustado?" Cuestionó un hombre jugando con dos dagas.

"Deja de hablar mierda. Todos saben que ella puede luchar con rangos SS." Dijo una mujer y tomando distancia mientras levantaba las manos, anunció. "Hay un asesino con ese título y está dentro. Yo no quiero problemas."

"¡Perra!" El asesino que antes había hablado insultó, pero en vez de atacarla escupió al suelo cuando el viejo lo detuvo.

Aurora esperó. Analizó a cada oponente, las armas que usaban y como se dividían.

Veintinueve personas salieron y de esas, seis eran clientes que no tenían fuerzas y que estaban extremadamente asustados. Luego entre los restantes ocho de ellos tomaron distancia como la mujer de antes y por cómo estaban tensos fue obvio que no buscaban luchar.

Sin embargo, quedaron quince individuos, cada uno de ellos rangos S y ellos estaban tensos, mirando al líder y unos pocos mostraban confianza al verla sola o al no conocerla.

Hasta podían estar suponiendo que su capacidad era exagerada o que ella seguía afectada del intento de asesinato anterior.

Aurora levantó su espada hacia los que quedaban y el aura roja brotó, retorciéndose alrededor de la espada y a veces solidificándose, agrietando la hoja.

"Decidan." Ordenó ella liberando su aura de rango S.

Un aura que estaba cerca del rango SS, potenciada aún más por el fuerte cuerpo de un luchador que fue alimentado por su concepto de luchadora que estaba al límite.

"¿No deberías estar preocupada por tu ciudad? Vi en las noticias que no está muy bien."

Una mujer que llevaba una lanza habló soltando una risa despectiva y Aurora se movió.

El estallido de velocidad fue más rápido de lo que cualquiera de ellos había imaginado y cuando la mujer la notó abrió los ojos y trató de protegerse con la lanza y Aurora continuó.

Su espada con el aura roja rodeándola dividió la lanza a la mitad y su espada cortó por el hombro a la mujer, destruyendo barreras y cortando las hombreras, dividiendo el cuerpo.

"Mu…"

Al terminar ella se movió al que usaba las dagas y su espada le cortó la cabeza y luego se encontró con un mazo de otro individuo. El choque con el mazo rompió la hoja de la espada a la mitad, pero ella esquivó un sable y usando lo que quedaba de la espada atravesó el cuello del hombre con el mazo.

Entonces recibió el corte del sable con su brazo y a pesar de que el corte atravesó parte de su carne, el aura de una luchadora y su resistente cuerpo soportó lo demás.

"Ugh…"

Ella le dio un cabezazo al hombre que usaba el sable y ese individuo al retroceder soltó el sable y Aurora, tomando el sable, se giró a un lado desviando una lanza y realizó un corte con su aura incolora.

Toda su ira, rencor y sed de sangre fue tragada por su aura incolora y ese corte partió a cinco individuos que estaban en la parte trasera, incluyendo a un escudero cuyo estómago fue dividido a la mitad.

El corte continuó avanzando partiendo los edificios hasta más de doscientos metros, en donde golpeó la barrera de Abdellah.

Aurora tiró el sable destruido y en vez de sacar una espada sacó dos, una en cada mano y con la mano izquierda utilizó su aura celeste para detener el fuego del anciano que había hablado con ella y con la mano derecha la reforzó con el aura verde.

La espada fue rodeada en el aura verde hasta el punto de que se solidificó y a pesar de que las grietas se extendían por la espada, ella lo lanzó hacia el fuego.

"Ughh…"

Escuchó el gemido de dolor y cuando el fuego se apagó, el anciano atravesado en el estómago quedó a la vista.

Adelante se había puesto un luchador, pero incluso ese individuo fue atravesado, pero la diferencia fue clara. El primero fue atravesado por la espada de metal y el segundo fue atravesado por una espada de color verde que lentamente perdió la forma.

Aurora al darse cuenta de que los restantes no se atrevían a atacarla, respiró hondo y pudo oler el olor a la sangre de sus víctimas y al girarse sintió el miedo de cada uno de los restantes.

Ella exhaló y dejando caer su espada con la barrera abrió su mano y el aura roja alimentada por su deseo de matar rodeó su mano y se extendió solidificándose en el mango de una espada y luego se alargó en una hoja.

"Me rindo… No quiero morir."

"Por favor…"

"Diré lo que quieras…"

Antes de que su espada se materializara, ella escuchó las voces y vio a los cuatro individuos que quedaban, se arrodillaban en el suelo y con sus armas lejos de ellos.

El aura roja se dispersó y ella notó el miedo en los ojos de los clientes y también vio el alivio mezclado con miedo en aquellos que se retiraron con tiempo, pero en los cuatro que quedaban de los quince lo único que mostraban era terror.

"Por favor… Por favor ten piedad… No quiero morir."

Ella escuchó el llanto de una de las mujeres asesinas y Aurora se rio ante la idea de que unos asesinos rogaran por sus vidas cuando posiblemente ellos asesinaban a aquellos que también pedían vivir.

Sin embargo, ella no podía juzgarlos, no cuando ella había venido a este sitio, no para capturar al alto miembro del gremio. Si ese fuera su objetivo principal hubiera dejado que Alice entrara y saliera en silencio y su hermana como una calamidad lo lograría sin que nadie se enterara.

Vino aquí porque ella quería desahogar su ira y por más que se pusiera límites o tuviera valores, ella al igual que a los que se había enfrentado eran similares… Ella, al igual que ellos, era una asesina.

"Hubieran aceptado mi oferta antes." Murmuró Aurora y movió su mano como si estuviera oscilando una espada.

El aura roja brotó en un instante, materializó una espada y el corte rojo fue más intenso que nunca. Tan intenso que dividió a los cuatro individuos arrodillados, cortó la tierra y avanzó profundamente.

Un corte limpió de un centímetro de grosor.

La barrera tembló y se agrietó y ella se dio cuenta de que probablemente su corte había chocado con la barrera de Abdellah bajo tierra.

"…"

Aurora, ignorando el llanto de aquellos que ella suponía que eran clientes, se miró las manos y vio la sangre en sus dedos y luego los cadáveres de sus víctimas.

Las entrañas dispersas, la sangre, los cuerpos partidos a la mitad, la cabeza con ojos llenos de sorpresa y ella no dudó de sus acciones, no se lamentó por lo que hizo, sino que sacó una nueva espada.

"Abdellah entrégalos a la iglesia. Que ellos se encarguen de verificar los antecedentes y que les harán luego." Pidió Aurora en voz baja y viendo que el espacio rodeaba los clientes y los ocho individuos que se retiraron, agregó. "También llevaba el cadáver del supuesto líder de esta sucursal. Que vean el pasado."

La respuesta de Abdellah fue el movimiento espacial de los cadáveres y de todo el grupo y ella al quedar sola caminó hacia las escaleras y bajó hasta llegar a un pasillo.

Lo primero que vio fue a un hombre partido por la mitad y más allá varios cadáveres empalados por todo el pasillo. Los ojos de terror y miedo eran más intensos de aquellos que habían visto su ataque y Aurora, al fruncir de ceño, vio como las lanzas de oscuridad devoraban los cadáveres.

Devoraron los cuerpos, las entrañas caídas por el suelo y la sangre prácticamente limpiando el pasillo y ella avanzó por el pasillo que fue limpiado y al entrar a la posada vio que todo estaba desordenado.

Sillas rotas, botellas tiradas, el suelo con un cráter y parte del techo derrumbado, pero no había cadáveres ni sangre y lo único que quedaba era un hombre que temblaba de miedo en el centro.

Alice hizo una masacre y lo hizo para mostrar un punto.

"¿Supongo que eres aquel que llaman Lágrima Azul?" Preguntó Aurora y viendo a Alice reformar su cuerpo desde la oscuridad, le dio una sonrisa y se acercó a ese hombre que temblaba.

Sus pasos llevaron a que el hombre levantara la cabeza y ella vio el miedo en los ojos grises del hombre.

A diferencia del otro grupo de afuera, no lloraban por piedad, pero incluso con la experiencia de un asesino y de alguien que probablemente era importante en la sociedad y había visto toda clase de actos abominables, mostraba miedo.

Alice podía ser muy 'persuasiva' y Aurora se aprovechó de esa persuasión.

"¿Me conoces?" Preguntó Aurora tomando una silla para sentarse al frente del hombre y viendo el hombre que asentía, pidió. "Habla. Dependiendo de lo que digas, puedo entregarte a la iglesia o puedo entregarte a mi hermana. Se me da bien matar, pero no soy buena en hacer sufrir. Ella se le da bien las dos."

Aurora sonrió. Una sonrisa amigable y amable como si estuviera contando una cualidad y su sonrisa provocó que el hombre tragara audiblemente.

Ella quería información y a pesar de que la tortura no era de su agrado, evitaría mirar a su hermana hacerlo.

Sin embargo, sus palabras y sus acciones eran una actuación para conseguir su objetivo.

"Yo sé... Mucho." Dijo el hombre y levantando las manos al ver que ella la instaba, agregó. "Pero estoy bajo un contrato con un dios y…"

"Habla. No sucederá nada. Aquí hay primordiales mirando." Dijo Aurora y viendo que el hombre parpadeaba sin entenderla, sonrió. "Confía en mí sé cuándo primordiales me observan."

Ella sintió una leve carcajada en su oído y el calor alrededor aumentó. Su cuñada seguía en este mundo y aunque no le hablaba no significara que no la mirara.

Sin embargo, el hombre no supo que hablaba de su cuñada y tragó con dificultad suponiendo que a quien ella se refería era el otro primordial.

"Escuche a un colega hablar de ti con otro individuo desconocido. Se reunieron aquí, buscaban sectarios de Ketzula para usar. No sé cuáles eran sus planes ni que es lo que buscaban. Mi colega siempre usa una túnica con capucha que oculta sus rasgos y quien vino usaba artefactos para ocultarse." Dijo el hombre hablando con confianza al darse cuenta de que nada sucedía y mirándola, añadió. "Ellos no buscaban asesinarte. Dijeron que querían destruir todo lo que te importaba y evitar que volvieras a levantarte de nuevo."

Querían romperla de tal forma que ella no tuviera la voluntad para enfrentarlos o para intervenir en esta carrera.

Por tal razón fueron a la ciudad y enviaron tantos terroristas. Lo suficiente como para que la ciudad fuera abrumada y lo hubiera sido si no hubiera estado Atenea vigilando toda la ciudad todo el tiempo.

Cuando ella quiso seguir preguntando, la sala tembló por unos momentos y Aurora miró al hombre.

"¡No soy yo y probablemente nadie de mi grupo!" Dijo el hombre de inmediato y viendo a ambas, murmuró. "Supongo que debe ser el Rey Demonio Pacífico. He pagado a varios demonios para que den falsas alarmas y traigan al Rey Demonio si algo sucede."

Aurora asintió y le dio una señal a Alice para que su hermana lo tragara en la sombra y luego de terminar volvieron a subir al exterior.

"Salgan con las manos en alto. ¡Están detenidas!" Anunció un demonio delgado.

Cerca de quince demonios y entre todos esos individuos quien resaltaba era el Rey Demonio Pacífico que frunció el ceño al verlas.

Por la expresión de Alice y del Rey Demonio, Aurora supo que él no era parte de la cooperación que su hermana tenía con el líder del gremio Los Caídos, Mercurio.