Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 353

Reika tomo su largo cabello purpura y lo acomodo por encima de su hombro y lo dejo caer por delante de su pecho. Ella miró a Kain sentado en el banco y se sentó a su lado. Eran casi de un mismo porte. Eso le gustaba a Reika, después de todo, los hombres que ella conocía se sentían intimidados por su altura. Kain estaba ahí, con el cabello blanco ordenado en una coleta. Todavía llevaba la camisa blanca que ocupo en el evento. Tenía los dos primeros botones abiertos y las mangas recogidas hasta los codos. Esos ojos azules tranquilos como un estanque de agua clara. Él tenía su brazo derecho extendido por el respaldo en una actitud relajada.

Reika puso una pequeña sonrisa y se cubrió la boca. Entonces soltó una risita y se tapó la boca con ambas manos. Ella se forzó a interrumpir la risa y dijo —lo siento, siempre me rio cuando me pongo nerviosa—

—Tranquila— dijo Kain con una sonrisa amable —ahora, cuenta ¿Qué te han parecido estos pocos días?—

Reika se mordió el labio inferior, tomo su largo cabello purpura y lo peino con sus manos —bueno, ha sido, mmm, lo más extraño— dijo, miró a Kain y añadió —no en un sentido extraño—

—¿En qué sentido?—

—Bueno, es que, como hablan los abuelos de ti, nadie creería que eres una persona tan cariñosa. Me gusto que le dieras prioridad a tus esposas embarazadas. Ellas parecían muy felices, aunque claro, tú vida parece muy agitada—

—Siempre ha sido así, pero continua—

Reika asintió y dejo de peinar su largo cabello purpura. Ella puso sus manos sobre su regazo y miró a Kain a los ojos —yo, la verdad, es que quería hablar de lo que hablamos el otro día—

—¿De qué? Dime en específico, por favor— respondió Kain ladeando un poco su rostro y observándola con cuidado.

Reika sonrió y se ruborizo al ser observada de esa manera, miró hacia otro lado, su corazón latía fuerte. Ella miró a Kain y le dijo —bueno, lo de ser inteligente. Usted sabe, de trabajar en cosas como las que usted hace—

—De nuevo ¿A qué te refieres?—

—Eso que hizo en el salón de eventos. Esa imagen que proyecto, el proyecto del estadio y la ciudad. Todo era demasiado genial, sobre todo cuando se formaba la imagen de la ciudad. Fue lo más genial que hubiera visto en la vida. Era como estar en medio de un genjutsu, pero no en un genjutsu. Si no, como si seleccionara las imágenes que quería proyectar en la realidad. No lo sé, era tan raro que no sabría como describirlo—

Kain levantó su mano apoyada en el respaldo y apoyo su rostro en su palma —¿Tú crees que la gente está preparada para conocer esa tecnología?—

—Yo, bueno— dijo Reika —no lo sé, no entiendo sus alcances, solo sé que podría ayudar a diseñar cosas. Entonces…—

—En ese caso, piénsalo así— dijo Kain, levantó su rostro y levantó ambas manos con los dedos índices levantados —imagina que uno de los viejos de nuestro clan tuviera la tecnología ¿En que la utilizarían?—

La sonrisa en el rostro de Reika se desvaneció y puso una mirada triste.

—No pongas ese rostro tan triste, Reika— dijo Kain mirándola a los ojos mientras sonreía —algún día va a pasar, pero para ese momento debemos estar preparados para controlar el nivel de daños que pueda producir dicha tecnología—

—Kain-sama…— respondió Reika

—No lo digo para que te desanimes. Lo digo para que pienses bien lo que quieres hacer y veas todo el panorama. Cuando era niño siempre hacia experimentos sorprendentes. Por supuesto, mi tía, mi sensei, mi abuela y mi okaa-sama me alababan, pero mi tío Hashirama me decía que tuviera cuidado. Ya que, todo lo que hago, puede ser utilizado con más de un solo fin y eso puede ser peligroso—

—Entiendo— dijo Reika

—Por ahora no te puedo dar acceso a mis estudios ni a mis inventos, pero te daré el beneficio de la duda. En realidad, nosotros no nos conocemos más allá de lo que nos han contado del otro. Así que te enviaré con mi primo Orochimaru y serás su escolta mientras él trabaja para mí. De paso, aprenderás todo lo que puedas de él y los fines de semana trabajaremos juntos—

—Eso sería genial, pero…—

—¿Pero?—

—Pero yo quisiera estar con usted. Si usted me acepta como su esposa, deberíamos conocernos mejor—

—Bueno, para empezar, no es necesario que seas mi esposa si quieres ser científica. Todo se basa en los hábitos y el trabajo duro. El shinobi no es shinobi por haber nacido en un clan de renombre o tener una línea de sangre en especifica. El shinobi es shinobi porque se dedica al entrenamiento, a la práctica constante de jutsus, genjutsus y disciplina su cuerpo a diario. Es shinobi es shinobi porque sus hábitos y su vida entera giran en torno a realizar misiones. Aunque claro, ahora eso ha cambiado un poco y ya no es tan peligroso como antes—

—Sí, mi abuelo se queja mucho de eso "Los Uchihas están perdiendo su talento" y se quejan de la policía militar—

Kain soltó una risita y respondió —me imagino, ellos vienen de una época en que los shinobis comenzaban a entrenar apenas aprendían a caminar—

—Sí, cuando mi abuelo me contó como el aprendió, pensé que estaban locos. Era un niño, pero lo trataban sin misericordia. Me da una sensación de que el mundo estaba loco en esa época—

—Puede ser—

—Kain-sama— dijo Reika con un tono de voz serio y enderezando su espalda.

Kain capto el crecimiento de los senos con ese simple gesto, pero lo ignoro y la miró a la cara. Reika estaba siendo seria y sería triste que ella pensara que él no la estaba tomando en serio.

—¿Sí?— preguntó Kain

—Quisiera que me mantuviera con usted, incluso si no soy su guardaespaldas, incluso si no me paga mis esfuerzos, pero quiero que me mantenga a su lado. No importa si no me deja ver sus experimentos o me da acceso a sus estudios. Yo, aprenderé por mi cuenta—

—Reika— dijo Kain, agacho la mirada y después la miró a la cara. Ella era muy bonita y alta. Kain tomo una profunda respiración y le dijo —tengo muchas esposas, los shinobis y kunoichi no están acostumbrados a tener muchas esposas o maridos. No te puedo dar una vida normal, tengo mis esposas, tú las vistes. No soy alguien que esconda lo que es ni sus sentimientos. Abrazo y beso a mis esposas cuando así lo siento. Si estás conmigo verás eso todos los días. Tendrás que soportar a mis otras esposas, mis futuros hijos y respetar el espacio que tengo con ellas a solas. No es fácil de aceptar, piénsalo bien, muy bien. No quisiera que te sintieras mal—

Reika lo miraba a los ojos e hizo una mueca incomoda —Kain-sama— dijo. Kain la miró a los ojos con seriedad y Reika continuo —¿No hay alguien al que usted anhela, pero cree que nunca lo alcanzara?—

Kain quedó congelado y su rostro amable tomo un tono apagado. Los labios se curvaron hacia abajo en una expresión triste y quedó mirando la nada. Una muchacha rubia apareció en su mente. Llevaba un vestido azul con bordes dorados. Tenía el cabello rubio hasta los hombros. Se veía delicada en ese vestido, pero cuando vestía armadura y portaba una espada parecía un verdadero león.

Kain se dio cuenta de que una lagrima cayó por su mejilla y cerró los ojos.

—Kain-sama— dijo Reika con preocupación —yo, no era mi intención, perdón— ella buscó un pañuelo en sus bolsillos, pero Kain levantó la mano y la detuvo.

Kain sonrió, se limpió con la mano y le dijo —no pasa nada, solo pensé en algo, eso es todo—

Reika encontró su pañuelo y le sostuvo en su mano —será mejor que hablemos en otro momento. Soy tan bruta a veces—

—No, no es eso, Reika, no creas cosas que no son— dijo Kain con una sonrisa amable —solo me recordaste a alguien muy preciado. A lo mejor, algún día te cuento de esa persona, es muy especial para mi—

Reika frunció el ceño y le preguntó —¿Otra mujer?—

Kain soltó una risita y miró a otro lado —sí— dijo, miró a Reika a los ojos y continuo —sí, era otra mujer—

Reika hizo un puchero y respondió en un tono mimado —Kain-sama, ahora está conmigo. Tiene que pensar en mi—

—Yo…— dijo Kain, pensando con la lógica y analizando a Reika. Realmente la conocía tan poco, pero su comentario lo hizo sentir algo que no sentía hace tanto tiempo. La promesa con Artoria se había vuelto un mero recuerdo y solo quedaba la palabra dada. Sin embargo, Reika lo había hecho sentir el sentimiento tan precioso de anhelo que había tenido en aquella época. Kain asintió con la cabeza y continuo —tienes razón, mil disculpas, pero como te dije, vas a tener que acostumbrarte. Sobre todo, porque a medida que se acerque el nacimiento de mis hijos voy a estar más pendiente de mis otras esposas—

—Ni modo— dijo Reika —pero volviendo a lo otro. Yo, después de estos pocos días, no me imagino estando en otro lado. La vida sería demasiado aburrida y me preguntaría a diario que estaría haciendo usted. Incluso si no nos casamos, incluso si nunca somos nada más que su guardaespaldas o un amigo, me gustaría seguirlo— ella miró a Kain con una sonrisa tímida, se mordió el labio inferior y acercó su rostro para darle un pequeño beso.

Kain podía haber apartado su rostro, podía haberla detenido, pero como Reika lo hizo sentir tan especial, Kain se quedó quieto y recibió un beso torpe que fue más un pequeño choque de labios. Reika apartó su rostro y lo miró mientras se ponía roja desde el cuello a las orejas.

Kain sonrió.

Reika se relamió el labio inferior y sonrió —por favor, diga algo— dijo en un tono elevado —si no me dice nada me pone nerviosa—

Kain se largó a reír y se cubrió el rostro al verla tan colorada. Reika se largó a reír y se cubrió la boca mientras sus ojos se achicaban y le aparecían patas de gallo en la comisura. Se veía bonita e inocente.

Una vez que Kain y Reika se calmaron, Kain tomo una profunda respiración y le dijo —mañana volvemos a Konoha, tengo reunión con el hokage y los clanes. Después de eso tengo reunión con el Raikage en la nación del Rayo—

Reika se quedó de piedra ¿Cómo superaba esa distancia? Ni siquiera los jounin especializados en mensajería podían decir algo así de despreocupado.

—Una vez que me libere de todos mis deberes, hablaremos de cómo vas a empezar a aprender conocimientos. Haremos un plan de estudios y a medida que vayas aprendiendo y tú quieras continuar, te iré enseñando nuevas cosas. Al final, es como te dije, los hábitos hacen al shinobi, no su sangre, linaje u otra denominación. En ese aspecto, si quieres ser científica, tienes que hacer cosas de científicos—

—Entiendo, Kain-sama— dijo Reika con seriedad, recuperada de la impresión de las palabras anteriores —¿Hablo con el capitán para que me asigne mañana? Supongo que yo no lo puedo acompañar—

—No, no puedes, Reika— dijo Kain —es algo oficial y una vez que sea decidido en la asamblea de clanes, será informado por los patriarcas a sus clanes—

—Entiendo, en ese caso, mañana no nos veremos en todo el día— dijo Reika —le deseo lo mejor y piense en mí. Yo, de verdad, de verdad, no me quisiera alejar de usted—

—Ya lo veremos Reika, todo depende de cómo se desarrollen las cosas. Por ahora habla con Mari y pídele una asignación para mañana. Puede que te pida que le ayudes a Sakumo a realizar las pruebas para los shinobis que quieren unirse a mis guardaespaldas—

—Entiendo, Kain-sama, gracias—

Kain asintió y Reika lo quedó mirando como si esperara algo, pero al final, Reika se levantó con las mejillas ruborizadas como si estuviera avergonzada de sus pretensiones. Solo porque ella le dio un pequeño beso por su cuenta no quiere decir que ellos sean algo más. Aunque claro, estaba feliz porque Kain lo acepto.

Reika se levantó e hizo una pronunciada reverencia. Se dio la vuelta y camino de forma mecánica a la puerta. Una vez que ella abrió la puerta, echo su rostro hacia atrás con una expresión de sorpresa. Sin embargo, se recuperó muy rápido y llevo su puño a la boca —lo siento, señora, me excedí, espero que haya espacio en su corazón para el perdón— dijo. Reika miró a la persona detrás de la puerta, asintió y entro. Después salió por la puerta Naomi y camino hacia Kain con una chaqueta de cuero con un cuello peludo como si fuera una melena de león.

Kain se puso de pie y al ver a Naomi con ese rostro tan bonito y extrañamente parecido al de Artoria, sonrió. Era ella, pero no lo era. Después de todo, Artoria tenía un rostro más serio mientras Naomi siempre parecía feliz, audaz y juguetona.

Kain no le pregunto a Naomi porque estaba espiándolos y en su lugar le tendió la mano —¿Vamos?— preguntó, miró al cielo nocturno cubierto de estrellas y continuo —la vista será hermosa—

Naomi sonrió y asintió.