Después de su encuentro con el nueve colas, Mito y Kain acordaron que por lo menos una vez a la semana mantendrían conversaciones. Todo con la intención de prepararse para el futuro, ya que el cuerpo de Mito se estaba cansando y el sello en su frente necesitaba de más ayuda para ser rellenado de chakra.
Con todo lo anterior en mente, Kain se despertó un sábado por la mañana, acostado en su cama mientras abrazaba a Aoi por detrás. El tenue aroma a mandarina lleno su nariz y lo incito a pasar sus mejillas por la suave piel de la espalda. Después continúo besando la espalda, subiendo por el hombro e hizo todo el camino de vuelta por el trapecio hasta el cuello.
Al mismo tiempo, Aoi soltó un tenue gemido y tiro sus caderas hacia atrás, tocando su trasero con el pene de Kain. Ella sonrió al sentir la rigidez y continúo estimulando con su trasero mientras sus manos se iban a las nalgas de Kain. Las apretó con suavidad, sintiendo la firmeza de una masa de carne abundante y firme. Después levantó un poco su pierna derecha y Kain puso su pene cerca de la vagina. Ella bajo su muslo, aplastando el pene y Kain lo comenzó a mover de atrás para adelante, frotando su sexo con el de ella e incrementando el calor en la cama. Aoi apego su espalda al pecho de Kain y este último, la abrazo mientras dirigía sus manos al monte de venus. Paso sus manos realizando pequeños masajes y después se fue a las caderas, apretando la carne con suavidad y acariciando la superficie, desde el muslo a las caderas, de ida y de vuelta.
Llegado a un punto de excitación y humedad, Kain subió por el cuello hasta la mandíbula, buscando los sensuales labios de Aoi. Ella acercó su boca, saco un poco su lengua y Kain la beso por la comisura, poco a poco volviendo los besos más intensos hasta que las lenguas se entrelazaron y las bocas se mantuvieron unidas.
Kain se detuvo, miró a Aoi con lujuria en sus ojos. Viendo a una hermosa de mujer de piel lechosa con el ojo derecho cerrado. Sus labios se veían rojos y sensuales, gruesos y encantadores, sobre todo por ese pequeño lunar del lado izquierdo del labio inferior. Al mismo tiempo, su respiración era errática mientras sus senos grandes y llenos subían y bajaban. Ella asintió, Kain le dio un beso apasionado y deslizo su pene entre los muslos, buscando la vagina hasta introducirse y ser aplastado por la humedad y el calor. Los besos continuar, volviéndose más apasionados a cada momento, como si no hubiera cosa más importante en el mundo.
Todas las personas pasan por etapas en su vida y cuando Kain tuvo una larga conversación con Aoi, hace más de un año, se dio cuenta que ella no había pasado por muchas. Desde el simple hecho de tener amigos, ir a sus cumpleaños y pasar por el enamoramiento. Todo en su adolescencia paso tan rápido que sin darse cuenta ignoraba muchas cosas. Así que ahora que estaban juntos ella quería experimentar muchas cosas. En cierto sentido, ella guardaba un pequeño rencor contra Kaoru, su hija, por la suerte que tuvo de poder vivir el proceso de conocer a la persona que quería. No obstante, nunca le contaría a su hija, pero en estos momentos, solo pensaría en ella y su novio, Kain.
Los gemidos llenaron la habitación, Kain tomaba las piernas de Aoi por los tobillos, los levantaba y se introducía a lo más profundo. Al mismo tiempo, Aoi abrazaba sus senos por debajo para que se vieran lo más grandes y tiernos posibles, como dos montañas gelatinosas que se mecían con cada embestida. Kain soltó las piernas, llevo su mano derecha a la mano izquierda de Aoi y entrelazo los dedos. Su mano izquierda la llevo al clítoris y lo comenzó a masajear en círculos. Las paredes de Aoi se contrajeron con más fuerza y Kain pensó que en cualquier momento iba a terminar, pero empezó a tomar respiraciones profundas para calmarse y se bajó el ritmo, haciendo movimientos circulares con sus caderas y tratando de estimular todo el interior mientras su mano izquierda masajeaba la vagina por fuera.
Después de hacer el amor, Aoi se fue a bañar al baño de Kain, ubicado detrás de una puerta corredera en la pared izquierda, al lado de la cama. Al mismo tiempo, Kain se sentó en el borde de la cama y comenzó a revisar todo lo que tenía que hacer hoy mientras escuchaba el agua de la ducha.
Primero estaba el trabajo de automatización de los sellos, algo que deseaba mejorar, pero que por todas las cosas que tenía que hacer, debió posponer. Sin embargo, hoy se prometió a sí mismo que empezaría, aunque solo fuera la planificación.
Lo segundo era entrenar a sus tres discípulos después del mediodía. En un sentido literal, Kain era una especie de consultor ya que por su edad no podía ser un sensei en Konoha. Bueno, para empezar, ni siquiera había pasado por la Academia Shinobi, ni había pasado los exámenes de genin o chunin. Kain solo era fuerte y reconocido por su habilidad, por eso se le tenía en gran estima. El hecho es que entre el jounin (real sensei del grupo) y él, se preocupaban de entrenar a los tres y hoy era su turno.
Por último, quedaba el asunto de Rei por la tarde; la visita de los parientes Sarutobi de la nación del Trueno. Kain hizo memoria recordando la distribución de los Sarutobi y recordó que ellos continuaron siendo sacerdotes del Sabio Rey Mono. Esto producía cierta desconfianza en este repentino acercamiento, pero como acepto estar con Rei, decidió afrontar los problemas que esta reunión pueda traer.
—Kain, el agua está exquisita ¿No quieres venir?— preguntó Aoi desde el baño
Kain sonrió, se levantó de la cama pensando en todas las cosas que tenía que hacer hoy y avanzó al baño. Una vez que entro al baño, vio la mampara de vidrio que rodeaba la ducha. A través del vidrio se veía una sensual silueta. Kain abrió la puerta de la ducha y sintió el agua caliente cayendo sobre su cuerpo. Cerró la puerta y se acercó a Aoi, la cual tenía el cabello mojado y el ojo derecho cerrado. Kain miró ese rostro ovalado, se acercó y le dio un beso en los sensuales labios. Después paso sus manos por la cara, fijándose en el ojo derecho cerrado y puso una expresión de preocupación. Aun no podía devolverle el ojo, lo cual le preocupaba. Sin embargo, a Aoi no pareció importarle mucho su ojo y abrazo a Kain, restregando sus senos por el pecho mientras acercaba su muslo izquierdo y frotaba el pene para estimularlo. Kain solo sonrió, acercó su rostro y la beso.
Después de tomarse varias duchas, Kain y Aoi desayunaron en la cama, con los recipientes sobre dos bandejas. Ambos vestían kimonos sin nada por debajo, pero como ya habían hecho bastante, se sentían tranquilos. Ambos estaban sentados, hombro con hombro y cada cierto tiempo convidaban de su comida al otro.
—Tengo un asunto sin completar— dijo Kain llevando sus palillos con un bocado de arroz y carne a su boca.
—¿Qué es ese asunto?— preguntó Aoi mientras sacaba unas verduras hervidas al vapor y las dejaba sobre su bol con arroz
Kain mastico el arroz y la carne, lo trago y después continuo —todas estas modificaciones— dijo moviendo sus palillos en un círculo como si señalara todo el entorno —quiero hacer varias cosas, pero siempre me quedó sin tiempo. Bueno, el hecho es que me gustaría que me ayudaras. Por último, a recordarme que necesito dejar tiempo para continuar—
—¿Quieres que sea tu asistente?—
—Quiero que me ayudes— insistió Kain —sería genial si te interesa, pero si te aburre, no quisiera que te sintieras obligada a ayudarme—
—Todo esto es interesante— respondió Aoi llevando sus palillos con un bocado de arroz y vegetales a la boca mientras miraba el techo. Mastico la comida, lo trago y después continuo —me gustaría ayudarte—
—Eso sería genial— respondió Kain con una sonrisa, tomo su taza de té verde y bebió un sorbo sintiendo la calidez del agua —si después de un tiempo te interesa y quieres continuar, hablaremos de un salario—
—Mmm, eso suena interesante— dijo Aoi con una sonrisa sugerente. Después de todo, ella estaba con Kain, no realizaba trabajos para el clan Hyuga y no le interesaba seguir haciendo trabajos de shinobi. En estos momentos tenía suficiente dinero como para vivir durante varios años sin hacer nada, así que, hacer un trabajo con Kain, sobre todo relacionado con esta maravillosa tecnología que parecía mágica, era mucho más interesante.
—En ese caso, comencemos desde hoy. Más tarde comenzaremos desarrollando un modelo base para hacer un sistema con más opciones. Poco a poco te iré explicando. Aaaaah, sí, solo tengo una pequeña solicitud. Como Kaoru se va a ir de viaje, va a estar aquí varias veces en el día, así que tratemos de mantener el contacto físico moderado—
—Está bien— dijo Aoi mirando hacia otro lado mientras soltaba un suspiro —¿Crees que está bien que Kaoru siga el camino del guerrero? En un principio pensé que Mari-san solo le enseñaría unas cuantas cosas, pero se lo está tomando más en serio de lo que pensé—
—Si es algo que quiere Kaoru, solo podemos apoyarla— dijo Kain —si te soy sincero, también me gustaría salir, pero el mundo está demasiado inestable y mi presencia no sería tomada como un juego en ninguna nación. Onoki ya me odia a muerte por lo que le hice a su abuelo y sensei. La nación del Viento es débil y no podrían hacerme nada, pero en un país cubierto de arena no debe haber nada interesante—
Aoi asintió y después preguntó —si Kain lo dice, está bien, pero aun sigo preocupándome por Kaoru— tomo una profunda respiración y después se quedó callada durante unos segundos. Ella comió otro bocado de arroz mezclado con un trozo de carne y continuo —¿Qué lugar sería interesante?—
—La isla donde antes estaba el país de los Remolinos— dijo Kain tomando un trozo de carne y dejándolo sobre el arroz del bol que tenía en la mano izquierda —es todo un misterio porque cayó y sensei no me quiere decir. Por otro lado, no me trago eso de que los clanes shinobi se unieron y atacaron a los Uzumaki porque eran una amenaza—
—¿Tsubaki-san no te dijo nada?—
—La verdad es que le pregunte y solo me respondió que sus padres le dijeron que todo se convirtió en un desastre. Sin embargo, parece que nunca especificaron nada, como si quisieran que todo lo que paso en esa tierra quedara sepultado para siempre—
—Mmm, en ese caso ¿Qué otro lugar menos peligroso?—
—La isla monstruo Genbu. Se supone que es una criatura que tiene todo un ecosistema en su espalda—
—Eso es, raro— respondió Aoi tratando de imaginarse algo de esa envergadura —pero pregunte por algo menos peligros, algo donde pudiéramos ir a visitar y disfrutar—
—En ese caso, la isla casino de los Sarutobi en la nación del Agua. Rei-chan me dijo que el negocio era próspero y solo la gente influyente podía ir. Cuando estalló la guerra hace dos años, muchos comerciantes se fueron a refugiar a ese lugar—
—Me parece que una vez oí a Kazuto-sama hablar de tal lugar, pero no me da confianza—
—Seguramente el viejo solo hablo de tetas, traseros y apuestas ¿Cierto? El abuelo de Kazuhiko era un poco, especial—
—Mm— respondió Aoi con cierta molestia al recordar al viejo hipócrita. Nunca lo había dicho porque era el abuelo de sus hijos, pero así lo recordaba ella. De repente Aoi sintió la comida desagradable y dejo el bol con arroz sobre la bandeja.
—No te preocupes, ya todo eso quedó atrás— respondió Kain concentrado en su bol con arroz y recordando al anciano —el pasado, fue y ya no volverá. Solo podemos concentrarnos en el futuro, en la diversión y en todo lo que queremos sentir—
Aoi asintió pensando en su juventud y después miró a Kain, preguntándose si estaba mal encariñarse de manera tan infantil con un muchacho que a futuro sería su yerno. A lo mejor estaba mal, pensó, pero quería sentirse joven, bien y amada por un instante en su vida. Con un muchacho hermoso, joven y bien parecido ¿Acaso estaba mal anhelar eso que el destino te negó en un principio?
Kain estiro su mano, la puso sobre la de Aoi y ella lo miró. Ellos se miraron a los ojos durante un momento, acercaron sus rostros y se dieron un pequeño beso tierno, breve y lleno de complicidad. Aoi sonrió por dentro y pensó que solo estaba mal quedarse con las ganas de reclamar lo que el destino le debía. Esta sería su revancha contra la vida y lo tendría todo, empezando por un hombre de su gusto.