Los actos del Culto de la Bruja—los motivos de esos tipos no tenían nada que ver con la razón. De hecho, Otto giró la cabeza en lugar de responder.
_Otto: Bueno, yo también me lo pregunto… En cualquier caso, se convirtió en una situación desesperada. Incluso aquellos que intentaban huir del lugar, en el momento en que le dieron la espalda, serían atacados. Había pocos allí, pero era un completo callejón sin salida… Si Kiritaka-san no hubiera estado en el lugar, creo que yo tampoco podría haber llegado hasta aquí.
_Subaru: ¿Cómo hizo eso Kiritaka?
_Otto: Para empezar, parece que es una persona precavida. En la oficina del presidente de la Compañía Muse, había un pasaje subterráneo oculto conectado al canal. Escapé de allí usando una góndola. Mientras huía vi que la espalda de Kiritaka-san había sufrido un gran corte.
_Subaru: …
_Otto: Desde el Distrito Tres, hui despavorido, es lo que estoy diciendo. Después de eso, el Culto de la Bruja hizo su primera transmisión y se volvió imposible caminar por la ciudad imprudentemente; vamos, que me moví con cautela por la zona. Entonces finalmente me encontré con ellos por casualidad, en la escena descrita al principio.
En otras palabras, por "la escena" se refería a aquella en la que encontró a Reinhard incapaz de moverse.
Las historias se unían en ese punto, y al mismo tiempo Subaru comprendió que, una vez más, Otto había logrado sobrevivir a duras penas del sufrimiento que se le venía encima.
Pero, sobre lo que se acaba de oír, Subaru dudaba de…
_Subaru: ¿Por qué Kiritaka llegó tan lejos? Si fue como dijiste, incluso sacrificó su propio cuerpo para ayudar en tu fuga, Otto. Así fue como me pareció a mí.
_Otto: …Si, exacto. Kiritaka-san se sacrificó para que yo escapara. El corte que sufrió al final fue porque me empujó al suelo y me cubrió con su cuerpo.
_Subaru: ¿Por qué iría tan lejos…?
Subaru prácticamente no tenía ni idea de cómo era Kiritaka; y lo poco que había visto de él fue únicamente cuando le lanzó piedras mágicas mientras temblaba con cara enrojecida y le gritaba. Naturalmente, Subaru suponía que esa persona era algo más que eso.
Pero sacrificar su cuerpo tratando de salvar a un desconocido… Nunca esperó que él fuera tan confiable.
_Otto: Como yo era un cliente invitado a su tienda, podría haberse tratado de su orgullo como comerciante o algo así. Pero en realidad, se trataba de un motivo mucho más importante para él. Uno un poco más fácil de entender.
_Subaru: ¿«Más fácil de entender» dices?
_Otto: ¿No te diste cuenta? Es por ti, Natsuki-san.
Al confundido Subaru, Otto afirmó firmemente mientras daba esa respuesta.
Cuando su nombre apareció abruptamente, Subaru se estremeció.
Ante la reacción de Subaru, Otto cerró los ojos por un momento.
_Otto: Ante estas existencias conocidas como los Arzobispos del Pecado, y viendo a sus propios subordinados caer, Kiritaka-san debió tener un pensamiento sutil. Creo que simplemente se aferró a algún sentido del deber. Entonces el que se convirtió en su esperanza fuiste tú, Natsuki-san.
_Subaru: …
_Otto: Después de los acontecimientos del día anterior, Kiritaka-san ya sabía que estabas aquí, Natsuki-san; y definitivamente también había oído hablar de tu logro de vencer a Pereza. Entonces, sería normal que eso le diera esperanza. Seguramente priorizó salvarme porque él esperaba que me uniera contigo, Natsuki-san, como compañero.
La explicación de Otto encajaba perfectamente y se estrelló contra el pecho de Subaru con un golpe seco.
Pero eso, sin embargo, era algo poco razonable.
Era consciente de esto; y sin ninguna duda, había decidido cargar con ello.
Pero, ¿esto otra vez?
Parecía que todos tenían sus esperanzas puestas en Subaru.
¿Realmente confían el destino de la ciudad a mí, alguien tan pequeño, desesperado e inútil?
_Otto: Natsuki-san, por favor no lo malinterpretes.
Una voz llamó la atención de Subaru, quien involuntariamente estaba sonriendo cínicamente.
Otto miró al frente, como si estuviera mirando a Subaru. Observó esa expresión rígida de Subaru y se encogió de hombros.
_Otto: Kiritaka-san también, en su cabeza, debe haber pensado mucho acerca de su papel y responsabilidad con la ciudad. Soy consciente de que Natsuki-san también está dudando sobre cargar con el destino de la ciudad. Pero, definitivamente, lo que Kiritaka-san confió a Natsuki-san es un asunto un poco más simple.
_Subaru: …¿Qué?
_Otto: Es obvio. En algún lugar de esta ciudad está la mujer que Kiritaka-san ama. Antes de desear el bienestar de la ciudad, seguramente lo que más esperaba de Natsuki-san era que pusiera a salvo a su amada.
_Subaru: …
_Otto: Porque cuando me empujó al suelo, eso es lo que dijo.
En resumen, Otto quería decirle a Subaru "te exiges demasiado".
Después de haber decidido encargarse del destino de la ciudad sólo porque le apetecía y ahora preocupándose por eso… viendo que Subaru sufría bajo todo ese peso, no pudo evitar decir esas palabras.
Y esas palabras, más que cualquier otra cosa, apuñalaron fuertemente el corazón de Subaru que pretendía parecer duro.
Subaru se sintió avergonzado de sí mismo y su cara se calentó.
¿Cómo que el destino de esta ciudad? ¿Qué es todo esto de esperanzas y expectativas? Qué estupidez.
La ciudad se encontraría a sí misma en el desastre si no la salvaba; eso era justo lo que él estaba pensando.
Pero lo que Subaru tenía que salvar no era una ciudad entera, como expresaban esas palabras duras y superficiales. Después de todo, la ciudad estaba conformada por múltiples personas. Eran esas vidas las que importaban.
Y cada una de esas vidas, a su vez, tenía a un ser querido, y era sólo cuestión de salvar esas relaciones.
_Otto: Pensar en ello no como salvar una entidad grande, sino como salvar muchas pequeñas partes de un todo. ¿Eso alivia un poco tus sentimientos?
_Subaru: Increíble. De algún modo, ese cambio de perspectiva ha abierto mi mente.
El apoyo moral de Otto fue tan poderoso, que Subaru se hubiera quitado el sombrero ante él si hubiera llevado puesto uno.
La cara de Subaru, que hasta ahora sólo había estado mirando el suelo, se enderezó; lo cual alegró a Otto.
_Anastasia: Vaya vaya, parece que tienen una buena relación, ¿eh? Incluso 'toy un poco celosa.
Sintiendo una pausa en su charla, Anastasia lanzó esa broma. Sentados, casi mirándose cara a cara mientras hablaban, Subaru y Otto reflexionaron sobre sí mismos.
Y luego, mirando de nuevo a todos ellos, Anastasia ladeó la cabeza.
_Anastasia: Aun así, a juzgar por lo que dijiste… me pregunto si la Compañía Muse está acabada.
_Otto: Realmente no podemos saberlo con seguridad. Sólo vi que Kiritaka-san recibió un corte, pero no sé si esa herida era mortal…
_Julius: ¿No creen que vale la pena intentar determinar por qué haría eso Glotonería? Se vea como se vea, me resulta impensable que él causara ese disturbio sin ningún motivo.
Julius habló con cara de estar disgustado.
Ese tono de voz asertivo se quedó en la mente de alguien.
_Subaru: No te pongas así de raro. ¿Hay alguna prueba de eso?
_Julius: …No, no puedo afirmarlo categóricamente. Es simplemente mi impresión tras haber cruzado espadas con él en el Ayuntamiento. Creo que considerarlo un simple hedonista es un error.
En eso Subaru también estaba de acuerdo. No era un simple hedonista, era un hedonista malicioso.
Pero esa impresión parecía ser diferente a la que Julius estaba asumiendo.
_Subaru: Según la transmisión, ¿la petición de Glotonería no era algo acerca de un espíritu artificial? ¿Es posible que fuera a buscarlo?
_Reinhard: Quizás sí. Sin embargo, la cuestión más importante es si hay de verdad un Espíritu Artificial. ¿En serio existe una cosa así?
Subaru mencionó el único motivo que se le ocurrió y Reinhard se unió.
Muchos de los que habían escuchado la transmisión deberían haberse hecho esa misma pregunta.
Sólo Anastasia y Subaru, aquí presentes, conocían la respuesta.
Sin quererlo, Subaru miró la cara de Anastasia, pero su expresión no cambió, como era de esperar de su experiencia. Parecía estar diciendo que no tenía intención de ser descubierta.
_Otto: …Perdón, sólo una cosa.
Pero frente a Subaru, que no sabía qué pensar, Otto levantó la mano para llamar la atención.
Con un toque de preocupación en su cara, él dejó escapar un suspiro mezclado con resignación.
Y entonces…
_Otto: En cuanto al espíritu artificial, yo tampoco sé nada al respecto. Pero sobre la otra demanda… sobre el Libro de la Sabiduría que demandó Ira…
Otto interrumpió su frase ahí; pero después de un momento de vacilación, Otto prosiguió.
_Otto: Lo siento… Fui yo quien lo trajo a esta ciudad.
Ufff!!! Me gustaría que dejen un comentario para seguir subiendo capítulos!! Saludos camaradas!!
Deltazero