Konoha
Había pasado ya una semana desde el incidente del zorro. El tercero no se encontraba en la mejor de las situaciones. La presión que estaba sintiendo en estos momentos no era poca broma, por un lado, tenía que calmar a la población, sin embargo, que un incidente de esta magnitud sucediera en la supuesta villa más poderosa, dejaba con más miedo a un grupo de la población. Hay que tener en cuenta que un ataque de esta magnitud no había ocurrido en la villa, ni siquiera durante la guerra.
Claro que gracias a Tsunade, la gente se sentía segura, pero muchos de los comerciantes que venían de otros lugares decidieron empaquetar sus cosas y marcharse, lo que causó una profunda crisis económica en la aldea, peor aún ahora que requerían de dinero para la reconstrucción.
— ¿Cómo van las conversaciones con los representantes de los países aledaños? (Hiruzen)
— No tan bien Hokage-sama, están demandando que les brindemos más garantías y beneficios a cambio de seguir haciendo negocios con nosotros. (Shikaku)
— ¿Crees que puedas hacer algo para convencerlos? (Hiruzen)
— Lo veo complicado, en esta situación, casi todos ellos se pusieron de acuerdo, como grupo, para lograr mayores beneficios. (Shikaku)
— Trata de llegar a un punto en el cual no cedamos demasiado, y tiene que parecer que nosotros ganamos a los ojos de la gente, de otro modo la confianza en nosotros se reducirá. (Hiruzen)
— Entendido. (Shikaku)
— ¿Cómo va la investigación de los restos encontrados? (Hiruzen)
— No tan bien, solo pudimos reconocer a unos cuantos, el resto estaba en un estado demasiado destrozado como para hallar pistas. Por lo que pudimos notar, ellos pertenecían a diferentes aldeas, y todos eran ninjas renegados. Eso es todo lo que pudimos averiguar. (Shikaku)
— ¿Qué hay del Estado de sus cuerpos? No creo que hayan quedado así simplemente por la explosión. (Hiruzen)
— Lo único que pudimos conseguir fue que ya habían recibido heridas graves previas a la explosión. (Shikaku)
— ¿De su lucha con Minato? (Hiruzen)
— No parece así, el resultado de una explosión es muy diferente a lo que se encontró. Según los doctores, es como si hubieran sido molidos. (Shikaku)
— Trata de presionarlos más y de llegar a una conclusión pronto. No podemos permitirnos el no saber la causa de la muerte de Minato. (Hiruzen)
— Entendido. (Shikaku)
Luego de esa breve conversación, Shikaku Procedió a retirarse de la oficina. Estos eran días bastante ocupados para todos. De hecho, Hiruzen También tenía planeado utilizar este incidente para quitarle poder político a los Uchiha, aunque él no tenía planeado llegar a tales extremos como su compañero, ahora todo se había derrumbado por culpa de un entrometido.
Desde la conversación que tuvo con Danzo, él había redoblado todas las medidas de seguridad, además de haber comenzado con una exhaustiva investigación, pero sin lograr ningún fruto. Solo se topó con algunos casos de corrupción. Como siempre, detuvo a algunos y a otros los dejó libres, por la estabilidad de la aldea.
Lo más preocupante era que cuatro Uchihas habían desaparecido de la aldea. Dos de ellos eran la madre y la hija que se vieron involucradas en el ataque de Danzo, y los otros dos eran otro par de madre e hijo. Eso era más grave de lo que parecía, ya que, a pesar de ser civiles, poseían la sangre Uchiha, por lo que era posible que, en el futuro, el Sharingan cayera en manos extranjeras. Eso le hizo reflexionar. Originalmente, si bien él no planeaba apoyar a su amigo, tampoco lo condenaría por sus ataques a ese clan, pero ahora había signos de que podrían estar siendo robados, debía tomar una postura más firme, no podía permitirse la posibilidad, por muy pequeña que fuera, de que escapen de Konoha.
Ellos eran un clan grande y poderoso; si todos decidían retirarse, no había nada que pudieran hacer, la única otra opción era una guerra civil, y eso solo traería peores consecuencias.
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En algún pueblo del país del fuego.
Ya eran unos días desde que Minato y los demás abandonaron la cueva donde se habían refugiado anteriormente, actualmente se encontraban viajando de pueblo en pueblo disfrazados de comerciantes. No fue tan difícil, simplemente buscaron algunos bandidos y los aniquilaron, así consiguieron todos los productos que necesitaban, era la forma perfecta de hacer negocios, ganando dinero sin invertir nada.
Minato y Kushina eran una pareja adinerada que viajaba junto a su madre, mientras que Kokoe, Lite y la familia de los Uzumaki eran sus sirvientes. Lite no se había despertado desde entonces, y tenían que alimentarlo mediante una sonda intravenosa.
Estos días sirvieron para que el grupo pudiera ordenar sus ideas (y para que el autor también lo haga), sin embargo, no tenían mucho que pensar, con el ataque a la aldea estaban seguros de que tenían un enemigo, por lo que, la única opción que les quedaba era luchar, así que comenzaron a separar un espacio de tiempo en su día a día para volver a entrenar, mientras que Kokoe se dedicaba totalmente al cuidado de Lite.
Minato al principio quería estudiar los sellos, sin embargo, se dio cuenta de que no era una forma productiva de utilizar su tiempo, era mejor dedicarse a otra cosa hasta que Lite despierte. Aunque decidió no mejorar sus sellos por el momento, sí se dedicó a familiarizarse más con el elemento espacio.
Tsunade, por otro lado, utilizó a los bandidos capturados para profundizar sus conocimientos en medicina. Los últimos incidentes le hicieron comprender que no importa si eran individuos de nivel Kage, los peligros a los que se enfrentarían a partir de ahora iban a ser más peligrosos de lo que creía, así que el poder salvar sus vidas era la máxima prioridad. Su meta era justamente algo en lo que falló la pasada semana, poder salvar a un jinchuuriki a quien se le había quitado su bestia.
Kushina, por otro lado, estaba educando a los Uzumaki en el arte del fuuinjutsu. No podía entrenar debido a que su estilo de lucha era demasiado violento, por lo que corría el riego de alejarse mucho de Minato y desestabilizar el sello del zorro.
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Pasaron los días y ellos iban de un lado para otro, antes de que lo notaran, ya habían pasado dos meses desde que comenzaron su viaje, todos comenzaban a mejorar de poco en poco. Tal vez la que más progreso mostró fue Tsunade. Ella ya tenía mucho conocimiento teórico, por lo que cuando se deshizo de cualquier sentido moral que tuviera y comenzara a experimentar con los bandidos y ninjas renegados que se encontraran, su progreso avanzó a pasos agigantados.
Eso hasta que un día hubo señales, por fin, de Lite.
— Tsunade-sama, ¿cómo está mi niño? (Kokoe)
— Físicamente, ya está totalmente curado, el problema es su mente, se encuentra en una especie de trance. Lastimosamente, no poseo las habilidades del clan Yamanaka para probar más. (Tsunade)
— Ya veo... (Kokoe)
Después de tanto tiempo, él por fin había mostrado reacciones, lo que significaba que el momento en el que despierte se acercaba.
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En una cueva oculta.
Días después de su ataque a la aldea de la hoja, Obito Uchiha, o Tobi, como había optado por llamarse actualmente, había comenzado a destrozar todo lo que se encontrara frente de él desde que llegó a su escondite.
— ¿Por qué haces tanto escandalo? (Madara)
— ¿Madara? ¿Ya despertaste? Puede que haya problemas. (Obito)
— ¿Oh? ¿Y por qué es eso? (Madara)
Nadie podría imaginarse que un personaje tan infame como Uchiha Madara siguiera vivo hasta estos días. Claro que, comparado a sus días de gloria, era muy diferente y su estado actual le impedía ejercer siquiera un pequeño porcentaje de su verdadero poder. Ahora solo podía pasar los días tratando de conservar la mayor cantidad de energía posible.
— ...Ya veo. Ciertamente, parece que hay algo que no anda bien. (Madara)
Al comienzo, Obito estaba muy enojado por lo mal que había resultado su plan de infiltración, pues este no le causó daño alguno a la aldea. Sin embargo, luego zetsu se comunicó con él para informarle lo que había sucedido en la aldea luego de su escape.
Obviamente, él no tenía nada que ver con ninguna barrera, ni tampoco con la explosión que sucedió al final.
— Parece que fuiste usado. (Madara)
— *Tsk* Lo que más me preocupa es quién fue el responsable de ello. Tal vez era alguien que ya se encontraba planeando un ataque, y simplemente le di la oportunidad perfecta. (Obito)
— No, es mucha coincidencia. Además, eso no fue un ataque. (Madara)
— ¿Entonces? (Obito)
— Tal vez una profecía, sé que los del Monte Myooboku poseen alguna técnica extraña que les permite predecir ciertos eventos. Y hay alguien en ese lugar con una relación muy cercana a esos sapos. (Madara)
Obviamente, Madara llegó a tal conclusión después de escuchar el informe detallado de Obito. El chico tenía valor en sus planes, y su habilidad especial lo hacía alguien bastante útil, pero no dejaba de ser un chico con muy poca experiencia.
— Entonces, ¿no era más fácil tratar de detenerme de frente? (Obito)
— Eso es cierto, si es que quieren hacerlo abiertamente, pero bueno, ya deja de pensar en eso. Ciertamente, es algo a tener en cuenta, pero tú tampoco pudiste hacer mucho. (Madara)
— ¿Lo dejarás ir así de simple? (Obito)
— No, quien quiera que se haya entrometido ciertamente es peligroso, pero que lo hayan hecho secretamente indica que aún son débiles. Después de todo, no pudieron evitar la muerte de Minato e hicieron todo desde las sombras. Lo más alarmante es la inteligencia que poseen. (Madara)
— ¿Entonces? (Obito)
— Hay que modificar los planes, aceleraré tu entrenamiento. (Madara)
— ¿Solo eso? (Obito)
— Parece que no entiendes, ciertamente es importante que planees, pero incluso si las cosas se salen de tu control, siempre y cuando poseas la suficiente fuerza, nada más importará. (Madara)
Ante estas palabras, Obito estuvo de acuerdo. Por lo que decidió poner más empeño en lo que haga a partir de ahora.
Este Obito será un oponente mucho más formidable de lo que hubiera sido originalmente.
Tsunade y los demás no eran los únicos que se hacían más fuertes.
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En un bosque.
El grupo de Minato se encontraba acampando, se habían propuesto visitar la mayor cantidad de pueblos posibles hasta que Lite despertara, mientras tanto, iban mejorando más sus habilidades.
Ahora estaban almorzando, sin embargo, todos evitaban ver particularmente a alguien mientras comían.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué todos están mirándome de esa forma? (Tsunade)
— No… es solo que… agradeceríamos que pudieras quitarte la sangre de la ropa mientras comemos. (Minato)
— Hmp. Es gracias a esto que mis habilidades están mejorando día a día. Sin mí, ustedes de seguro morirán en el futuro. (Tsunade)
— No tengo dudas sobre eso, pero… (Minato)
Tsunade se había obsesionado con elevar su entrenamiento médico, por lo que ahora todos los días probaba algo nuevo con los ninjas que capturaban. Llegó tal punto en el que Minato se preguntaba si es que era acaso más cruel dejar que los criminales sean tratados por Tsunade, incluso sus aprendices, Shizune y Rin, a veces tenían que abstenerse de ayudarla por no poder soportar lo que veían.
Todo era como un día normal.
— ¡Tsunade-sama! (Kokoe)
— ¡! (Tsunade)
Ella salió corriendo inmediatamente de ahí. La que la había llamado era Kokoe, quien se encontraba al lado de Lite en estos momentos. Ella trataba de estar siempre a su lado, por lo que si ella la llamaba de esa forma significaba que algo había sucedido, algo urgente.
— ¿Qué pasó? (Tsunade)
— Lite, él despertó. (Kokoe)
Escuchando esas palabras, ella entró rápidamente a la tienda donde se encontraba el niño. Vio que él miraba hacia la nada, pero de poco a poco, la claridad regresaba a sus ojos.
— Hola chico, te tardaste. (Tsunade)
— Hola. (Lite)
— Veo que tienes energías para sonreír. (Tsunade)
Tal y como ella dijo, cuando Lite la vio, a su madre, quien estaba atrás de ella y al resto del grupo, que mostraban claros signos de preocupación en su rostro, no pudo evitar sentirse feliz.
— Por favor, retírense un rato, voy a revisarlo para ver si todo está bien. (Tsunade)
Obviamente, ella no iba a permitir que un paciente sea abrumado apenas al despertarse.
Tsunade obligó a todos a salir de la tienda, incluso a Kokoe.
— Bien chico, todo parece estar bien con tu cuerpo, pero dime de frente, ¿cómo te sientes?
— …Bien. (Lite)
— ¿En serio? (Tsunade)
— Sí, tuve bastante tiempo para calmarme. (Lite)
— ¿Qué hay con los recuerdos? (Tsunade)
— …Mi otro yo me ayudo con ese tema, antes de irse creó una barrera en mi mente. (Lite)
— ¿O sea que ahora todo está resuelto? No puede ser tan simple. (Tsunade)
— No, pero ¿puedes llamar a los demás? (Lite)
— Claro. (Tsunade)
Una vez todos adentro, él pasó a explicar lo que había sucedido y las consecuencias en los brazos de Kokoe, quien se negaba a soltarlo.
— Como le decía a Tsunade, lo que hizo mi anterior yo fue separar todo lo que le pertenecía de mí, por lo que, si quiero acceder a esos recuerdos, entonces tengo que aceptarlo todo otra vez, aunque no es algo que quiera hacer. (Lite)
Lo que sucedía en su mente era parecido a lo que se hace en una computadora con la memoria partida, ahora hay un disco "C" y un disco "D".
— Pero ahora sigues recordando, ¿no? (Minato)
— Sí, es porque son cosas que yo ya aprendí de mis memorias, o sea ya están integradas en mí. (Lite)
— Entonces, no es necesario que las toques, déjalas a un lado. (Kokoe)
— Lastimosamente, madre, eso no es algo que pueda hacer. (Lite)
— ¡¿Por qué?! (Kokoe)
— Soy consciente de todo lo que hablaron en mi ausencia. Y eso solo fortaleció mi convicción. No quiero que nada malo le suceda a los que están aquí. Ni a la gente que vaya a conocer en el futuro. (Lite)
— Pero sufrirás… (Kokoe)
— Eso solo es un precio por pagar, y todo tiene un precio, simplemente estoy dispuesto a pagar este. (Lite)
— ¿O sea que no recuerdas lo que sucederá en el futuro? (Minato)
— Solo algunas partes, las que ya absorbí, lastimosamente, son las más terroríficas, ya que eso fue a lo que le presté más atención. (Lite)
Ante esto, Minato no pudo evitar sentir un dolor de cabeza. Originalmente, planeaba preguntarle a Lite sobre los eventos más importantes del futuro y después dejarlo a un lado para que viva una vida tranquila, pero ahora ese ya no era un plan factible. Claro, dejando de lado que posiblemente Lite no aceptaría la primera opción, pero al menos reduciría el peso que cargaría en el futuro, ahora todo se fue al caño.
— *Suspirar* Dime pequeño, entonces ¿cuál será nuestro objetivo principal? (Tsunade)
Por supuesto ella también entendió lo mismo, a partir de ahora, Lite sería la pieza clave de su grupo.
— Tendremos tres. A corto plazo, es amasar poder en el mundo y debilitar los conflictos que haya de poco a poco. (Lite)
— ¿Ese es el de corto plazo? Tienes que saber que eso ya es lo suficientemente difícil como para hacer que, incluso, Jiraiya se queje. (Tsunade)
— No queda de otra, es lo que se debe hacer. El de mediano plazo, es juntar a las naciones en una lucha contra Madara. (Lite)
— ¡Espera! ¿Dices que Madara aún está vivo? (Tsunade)
Esto era algo que ella no podía ignorar. Madara, el mayor enemigo de su abuelo, era un peligro para la aldea que no se podía ignorar. Eso significaba que su abuelo no fue capaz de derrotarlo, ¿y ahora posiblemente tiene la suficiente fuerza como para amenazar al mundo?
— Si ahora está vivo o no, no lo sé, pero sí lo estará en el futuro. Sin embargo… *Grrrr* *Enrojecerse*
— Creo que será mejor que comas. Lo primero que hicimos fue tener una conversación seria en cuanto despertaste, no has comido nada sólido por bastante tiempo. Tal vez estábamos demasiado ansiosos, pero aun así no debí haber ignorado a un paciente de esa forma. (Tsunade)
Una hora después, todos volvieron a reunirse.
— Ahora, sería bueno si explicaras lo de Madara. (Minato)
— No tengo los detalles ahora, solo sé que habrá una guerra, el mundo contra él. (Lite)
— ¿Una cuarta guerra ninja? (Tsunade)
— Así es. Usaremos esa guerra para eliminar completamente las divisiones que pueda haber entre aldeas. (Lite)
— Aunque me parece buena idea, sabes que si lo que dices es cierto, entonces, las bajas serán incalculables, ¿no? (Minato)
— Sí, lo sé, lastimosamente, es la única forma de preparar al mundo. (Lite)
— ¿De qué? (Minato)
— Objetivo a largo plazo… Destruir al clan Otsutsuki. Ellos son el clan al cual pertenecía el ancestro del chakra. (Lite)
— ¡! (Todos)
Ante estas palabras, el ambiente se tensó. Ellos, como ninjas de élite, obviamente habían escuchado las leyendas del sabio de los seis caminos, sin embargo, ¿ahora tienen que destruir su clan?
— Explícate. ¿El sabio de los seis caminos es real? (Tsunade)
— Yo nunca dije que destruiríamos al clan del sabio, en todo caso, me referiría a sus descendientes. Los Senju están dando vueltas por el mundo y los Uhcihas serán destruidos sin que haga nada en unos cuantos años. Yo me refiero al verdadero ancestro, la madre del chakra, Kaguya Otsutsuki.
— …Te escuchamos. (Minato)
— Ellos son muy poderosos, lastimosamente no tengo información suficiente de ellos, pero debes saber que lo que para nosotros es como una diosa, para ellos es una más de su clan. Obviamente, ella es alguien un poco especial, pero definitivamente no es la más fuerte.
— Ella, ¿qué tanto se compara con mi abuelo? (Tsunade)
— No hay comparación. Es así de temible, eso es algo que te dije hace mucho tiempo ya. Literalmente fue la gobernante del mundo en su época. (Lite)
— Lo siento, lo que dices es tan increíble que se me hace difícil de creer. (Minato)
— No pretendo que me creas desde ahora, en el futuro lo verás, mientras las cosas pasen, entonces no será necesario que haga nada. (Lite)
— *Suspirar* (Tsunade)
— Veo que te ganarás ese apodo tarde o temprano. (Lite)
— Oh, cállate. (Tsunade)
— Bueno, nos desviamos del tema, me preguntabas por Madara. Él tendrá la capacidad de enfrentarse al mundo entero, no, tal vez, vaya a ser mucho más fuerte. (Lite)
— ¿No recuerdas? (Tsunade)
— No se trata de eso. —Dijo Lite, con una sonrisa en su pequeña cara, burlándose de sí mismo. — Debido a mi interferencia, estoy seguro de que serán más fuertes en el futuro, después de todo, muchas cosas fuera de lugar sucedieron en el ataque. (Lite)
— O sea que él estará más atento. (Tsunade)
— Sí… (Lite)
No había nada más que decir, la información fue demasiada para que la pudieran procesar tan rápido, por lo que optaron por retirarse y darle un tiempo a la madre y su hijo.
Ella le cantaba una canción de cuna mientras se preguntaba si su hijo, quien ya había pasado por demasiado, disfrutaría de eso o no.
— Madre. (Lite)
— ¿Sí? (Kokoe)
Lite estaba echado en su regazo, viendo al cielo desde un hueco que habían hecho para dejar pasar la luz de la luna.
Varios pensamientos pasaban por su cabeza. A diferencia de lo que había mostrado hace un momento, ahora sus latidos eran erráticos. De la nada, se volteó y abrazó con fuerza a Kokoe.
— Madre… tengo miedo… (Lite)
Con las manos temblando, él agarró las ropas de Kokoe con fuerza, tratando de que no lo soltara ni siquiera por un segundo.
— Tengo miedo... (Lite)
— … (Kokoe)
Kokoe solo acariciaba a su hijo, de la forma más gentil que podía, transmitiéndole su amor y su apoyo, tal y como se había prometido a sí misma.
— Me da miedo recordar, pelear, perder, no sé si lo lograré… (Lite)
— … (Kokoe)
Ella solo seguía abrazándolo. Kokoe sabía perfectamente que su hijo solo necesitaba eso de ella.
Él ya había tomado una decisión.
— *sob* *sob* *sob*
Pero, aun así, era difícil ignorarlo, era difícil apoyarlo sabiendo el precio que tendrá que pagar. De todas formas, ahora conocía las razones, y sabía que no se detendría, él seguiría caminando.
— *sob*
Las lágrimas de ambos cayeron esa noche. Juntos, haciéndose saber que siempre estarían uno al lado del otro.
Esta es la historia de Lite, un niño desafortunado, no el rey del bajo mundo, solo un niño.
A partir de ahora, esta es la historia de Lite Uchiha.
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